Hace tiempo que no leía a uno de mis autores favoritos. Ya tocaba volver con él con esta novela del 2003 que se me pasó en su momento...
Título: El rey de los pleitos
Título original: King of torts (el rey de las demandas)
Autor: John Grisham
“A pesar de su juventud, Clay Carter ve su futuro con cierto cinismo. Hace años que ejerce de abogado de oficio y la situación no parece que vaya a cambiar. De ahí su resignación al abordar un nuevo caso que promete ser como tantos otros: debe defender a un adolescente acusado de asesinato, un hecho corriente en la ciudad de Washington. Sin embargo, cuando Clay empieza a indagar en el pasado de su cliente, se entera de que éste se hallaba bajos los efectos de un fármaco en fase de experimentación cuando cometió el crimen. El laboratorio creador del producto, ansioso de que el suceso no salga a la luz, le propone a Clay un pacto. La misión promete ser dura por el complejo entramado de poder e intereses en juego, pero la tentación es demasiado grande: de la noche a la mañana, Clay podría convertirse en el nuevo rey de los pleitos.”
La historia nos muestra a Clay Carter, un abogado joven, pero ya harto de trabajar como abogado de oficio y sin muestras de mejora… Además, sufre una gran frustración porque su gran amor, una chica de familia rica no puede casarse con él ya que apenas tiene ingresos. No obstante, sigue haciendo su trabajo con sentido del deber, lo mejor que puede. Un día, se encuentra que, simplemente, rompiendo todas las normas de la ética, puede ganar un buen montón de dinero. Más del que podía haber imaginado gastar en su vida. ¿Quién podría rechazarlo?
En el libro progresivamente vemos como Clay empieza siendo un don nadie que es catapultado al éxito, con un dinero que no esperaba tener jamás y que no tiene ni idea de administrar. Al principio, hace intentos por contenerse, ir con cuidado y ahorrar. Pero cuando ve que el grifo de entrada de dinero no se cierra, poco a poco va cayendo en las redes de la avaricia y la codicia queriendo más y más cada vez, ignorando todas las leyes de la ética y el sentido común… Hasta su inevitable caída, que es obvia y cómo se las arregla posteriormente para seguir adelante.
Los libros de John Grisham tienden a encantarme. Sus thrillers judiciales son vibrantes y, aunque tienden a seguir siempre la misma pauta (joven abogado contra una multinacional corrupta) no me cansan. En este libro el joven abogado no lucha contra la “multinacional corrupta” si no que es él el que se convierte en corrupto, con todo lo que ello conlleva de destrucción personal. Es una novela mucho más psicológica de lo que es habitual en este escritor, y tiene la particularidad de que el protagonista no pisa una sala de juicios en todo el libro (un libro de Grisham sin juicios!), ya que el autor nos muestra todo lo que ocurre entre bambalinas: los trapicheros, sobornos, acuerdos bajo mano y demás mierda que hay en estos casos.
Además, vamos viendo como Clay progresivamente intenta ser más codicioso, astuto y retorcido… sin tener la capacidad de llegar a serlo. Si es que no todo el mundo ha nacido para ser mala persona!
A pesar de ser un libro de más de 600 páginas, prácticamente hay un solo personaje, en el que se basa el libro. Si acaso me han faltado las luchas dialécticas típicas de la sala de jucios o el tratamiento de la investigación criminal con abogados de por medio (las dos cosas que más me gustan de este autor), pero es una novela diferente y con un tratamiento de la corrupción y la codicia desde dentro muy bien resuelto. Lo malo es que estar 600 páginas con un personaje que no te cae bien, no es lo ideal para la historia!
En resumen, un buen libro, diferente para lo habitual en Grisham, si quieres variar en este autor. O perfecto para empezar a leerlo (aunque no es una de sus mejores novelas). Eso si, a Clay le acabas cogiendo manía. Merecida.
Nota:5
Nota Amazon: 6,0
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