miércoles, 20 de diciembre de 2023

Uno (Richard Bach)

Libro Nº66 de la Cesta’13. Como viene siendo habitual en las últimas propuestas, ni idea de lo que me voy a encontrar.

Título: Uno

Autor: Richard Bach

Título original: One

Traducción: Jorge Mustieles

“Cuando el ahora es el antes y el después, fundidos en un solo tiempo, y el aquí es también ahí y allí, lugares de un solo espacio, soy el que fui y el que deseché ser: yo es tú y vosotros-nosotros-todos-espíritu-Uno.”

Y es que encima de conocer nada de su autor o del libro, tenemos una portada vacía, sin decoración y un resumen excesivamente críptico del que no se puede sacar mucho. Hacía mucho que no acometía un libro con tan poca idea sobre su propuesta.

Y lo que me he encontrado es tremendamente original, pues nos ofrece un viaje místico a través del tiempo y del espacio, siguiendo las vicisitudes multiversales de un matrimonio que no pasa por su mejor momento. Ambos emprenden un viaje en avioneta que pronto se transforma en una experiencia que les llevará a repasar su pasado, su presente, su futuro y todos sus “What if” en una suerte de quiebros extraños a través de los surcos del tiempo (o algo así). En vez de un Vigilante, esta aventura les pondrá en contacto con la entidad llamada “Uno”, que hace las veces de la “Fuerza”, impregnando toda existencia y dotando de sentido a cada aspecto de lo real. Gracias a Uno, emprenderán un viaje de conocimiento que les permitirá llegar hasta lo más fondo del alma de su partenaiere, descubriéndose como las dos mitades de un solo ser destinadas a encontrarse en todas las realidades. Un solo ser realmente formado por tres entidades, al generar una descendencia que desconocían hasta aquel momento, pero como al final todos ellos forman parte de Uno, no dejan de ser un único ser compuestos de pequeñas partes diferencias que, entre todos, componen todo el material de la existencia (sí, la paja mental es grandiosa).

Durante 200 páginas emprenderemos una epopeya a medio camino entre el viaje lisérgico y la indefinición cuántica. Así, se adentrarán en reinos donde la supervivencia depende de descubrir los otros aspectos de ello mismos que aprendieron en las sendas que nunca tomaron, dónde la imaginación y el miedo son herramientas para salvar mundos y destruir existencias, en os que morir es un paso más para sobrepasar a la muerte.

Lo que más gracia me hace es que todo funciona utilizando su viejo aeroplano. Éste les permite salir de la realidad, llegando a una suerte de “interplano” de realidades con el que pueden ir de un lugar a otro del multiverso. La composición de este lugar de inexistencia es un ingenioso ejercicio de imaginación, no sólo a la hora de describirlo sino también para definir o intuir el funcionamiento de los viajes interdimensionales a través del tiempo. Me hace especial gracia como esa manera de viajar se va volviendo poco a poco más (ejem) predecible siguiendo unas reglas más o menos coherentes, que permiten aplicar cierta lógica a lo que vemos en sus páginas.

Felicito este destello imaginación, pero luego echo en falta más gracia a la suerte de jueguecitos multiversales en los que se va mostrando lo que podría haber sido su vida con otras decisiones, en otros países o en otros multiversos. Como debe hacerse patente que son almas gemelas que están hechos el uno para el otro más allá del tiempo y del espacio y tal y tal, acometer cada nuevo universo se vuelve repetitivo y predecible, perdiendo bastante gracia en su desarrollo.

Todo este mejunje no impide avanzar con rapidez, pues nos hallamos ante un libro de doscientas paginitas de letra grande que no se hace pesado en ningún momento. Sin embargo, su propuesta argumental es tan onírica que pierde concreción. Tiene demasiada metafísica para ser literatura, pero le falta lógica y argumentación para ser filosofía (o auto ayuda). No a ha acabado de convencerme sobre lo que defiende. Crea un magnífico mundo de ideas, casi como si se tratara de ciencia-ficción filosófica, pero luego el argumento es demasiado frágil y los personajes apenas consiguen funcionar como armazón sobre el que plasmar las ideas del autor. Presenta la defensa de sus ideas (o eso quiero creer) de manera tan original que sorprende a cada quiebro que te reserva, pero fácilmente puede romper el envoltorio y sacarte de la lectura.

Uno es una propuesta decididamente inesperada. Abraza el género fantástico con tantas ganas que se le va el argumento de las manos, pero se sabe tan diferente que puede fascinar cosa mala si te pilla con el pie adecuado. Otra cosa es que esta suerte de viaje astral para aspirantes a Jedis requiera de una disposición mental muy concreta para disfrutarse.

 

Nota: N/A Es un libro tan extraño y fuera de la realidad que me veo incapaz de puntuarlo.

Nota Goodreads: 3.94/5 

sábado, 16 de diciembre de 2023

Red

Red es una entrega de Pixar que Disney tuvo a bien meter directamente en su plataforma de streaming en vez de estrenar en los cines (con el consiguiente enfado de los directivos de Pixar), por lo que ha pasado bastante desapercibida para mucha gente. Sin embargo, no es ni mucho menos una propuesta a desdeñar.

El tráiler ya dejaba claro de que iba. Mei Lee es nuestra protagonista, una niña de lo más normal, con su colegio, su grupo de amigas y los problemas cotidianos que cualquier chiquilla puede tener. Quizás su madre es un poco (muy) exigente y ella vive aterrada ante la idea de decepcionarla, pero nada que pueda calificarse como extraordinario. ¿Qué da pie a que tengamos una película? Pues que un buen día Mei Lee se encuentra con que se transforma en un panda rojo gigante cuando se avergüenza o se emociona demasiado. Hace lo posible para ocultárselo a su madre, pero cuando ésta se entera, en vez de abroncarla, empieza a adiestrarla para convivir con su “maldición”. Pero Mei lee lo único que quiere es ser una chica normal…

Pues podríamos decir que estamos ante el primer anime que ha firmado Pixar. Si bien no es la primera vez que tenemos esa ambientación cultural (que ya habíamos visto en Big Hero 6 o Bao, por ejemplo), el tratamiento de todos los aspectos de la película es el propio del género: El desarrollo de los personajes a lo largo de la trama, los caretos que meten de cuendo en cuando, la capacidad de parar la acción para hacer el chistaco y luego volver a la película como si nada hubiera pasado… No sé si es una idea preconcebida con la propuesta, pero tengo muy claro con qué se ha criado la gran mayoría de los diseñadores//animadores del proyecto, la influencia es clara. Además, se percibe cierto cambio de estilo en su imaginería, pues Red se aleja del fotorrealismo habitual en el estudio, acercándose hacia un diseño más caricaturesco, como si de una versión 3D de un dibujo japonés se tratara.

Las aventuras (desventuras) de Mei Lee son más que suficientes para divertir a los más pequeños sin asomo de duda. Eso no impide tener un subtexto bastante evidente para los más crecidos. Es fácil interpretar su roja transformación como la llegada de la menstruación, y supongo que en los primeros minutos de metraje cuadran bastante con el simbolismo, pero el devenir de la trama ya deja claro que por ahí no van los tiros. Es más correcto considerar las transformaciones de Mei Lee con problemas para lidiar con la ansiedad y los problemas que te comporta cuando esto te sobrepasa, relacionándolo con los antecedentes familiares y las liadas que ha causado a diferentes generaciones de la familia. En todo momento se realiza un repaso de lo que fue la infancia en los noventa, no tanto abusando de nostalgia (ejem, Stranger Things, ejem) sino con cariño y respeto, recordando los tiempos en que todo era más simple hasta que dejó de serlo.

Estaremos también de acuerdo que la película es una oda al amor furry. Dejemos todos salir al animal de nuestro interior y sintámonos furros para amarnos hasta siempre. ^^

Un poco más en serio, me encanta lo reconocible que es la pandilla adolescente de la época, con toneladas de diversión, algo de rebeldía y su correspondiente vital búsqueda de un lugar en el mundo. ¡Qué bien traída está la Boy Band y todo lo que ocurre en torno a ella! Cada uno de los personajes del grupete se hace querer a su modo (mejorando a la Banda del Patio), encarnando tropos muy propios y reconocibles de su momento. No puedo sino quedarme con la protagonista Mei Lee (y sus momentos salidorros), sus encontronazos con una madre excesivamente protectora y la obsesión de Mei Lee de complacerla en todo lo que pueda (estuve un tiempo saliendo con una chica que tenía el mismo tipo de relación con su madre y, aunque se querían mucho, ¡cuánto daño se hacían!). Asimismo, me hace mucha gracia que se hable abiertamente de tampones y compresas, o que las chicas gusten de ver el baloncesto (aunque sea para ver tíos buenos) con total desvergüenza y naturalidad. En fin, un grupete de adolescentes que se mueven entre la obediencia a sus padres, las locuras de la inconsciencia y las ganas de vivir la vida.

Puede que no cuente una historia realmente diferente, pues no deja de ser un coming of age bastante canónico ambientado en los 90-2000. Los mismos tropos de siempre son bien visibles,  pero cuenta todo lo que desea con acierto, desarrolla la trama a buen ritmo, no considera estúpido a ningún espectador y permitirá que cualquier zagalillo de 10-12 años se vea reconocido en los problemas de las protagonistas. Tiene el añadido de que los protagonistas no son del estrato social habitual de estas propuestas que vienen de EEUU, lo que le añade cierta novedad y frescura (tal como hizo fantásticamente Amphibia, por ejemplo).

La banda sonora no destaca por su virtuosismo, pero encaja impecable con la acción, presta a dar el toque de naturalidad y realismo que cada escena requiere. Mención especial a la creación de la Boy Band y su puñado de canciones inventadas que perfectamente podrían haber existido. Lo mismo ocurre con la animación. El diseño es tan bueno como siempre, pero no busca alardear, sino servir a su historia con fruición, insuflando vida a unos personajes bien construidos. Visualmente bien diseñada, tiene sus puntos de originalidad, mezclando hábilmente la imaginería en un ambiente más cartoon del que estamos acostumbrados. No tiene la grandilocuencia que puede tener Coco o Up, pero se disfruta cosa mala, especialmente si tienes churumbeles de la edad adecuada (con los cuales quizás habrá que hablar al acabar).

Hay rumores (a día de hoy) de que Disney va a aprovechar que no tiene nada especial para Navidad y estrenarla en los cines aunque la película ya tenga un par de años. No voy a ir a verla, pero seguro que atraerá suficientes espectadores como para que el intento valga la pena.

Se llevó su correspondiente nominación al Oscar a película de animación, pero un año en el que tenía que combatir con Pinocho fue demasiado para ella.

Red es una película deliciosamente simpática que pasó mucho más desapercibida de lo que debía. Aventuras para toda la familia a través de una propuesta original, alejada de los cánones que Pixar nos ha venido trayendo estos años. Quizás menor y poco ambiciosa, pero definitivamente entretenida.

 

Nota: 7

Nota filmaffinity: 6.3 

domingo, 10 de diciembre de 2023

Sangre y Acero (C. L. Werner)

Normalmente las sagas se me alargan en el tiempo porque pasan años entre una entrega y la siguiente. No siempre es el plan a seguir y para la de Brunner he intentado que el tiempo sea de apenas unos meses. Así, tenemos su segunda parte fresquita en este sitio.

Título: Sangre y acero

Autor: C. L. Werner

Título original: Blood and Steel

Traducción: Diana Falcón

“¡Entra en el oscuro y peligroso universo del implacable cazador de recompensas Brunner, que persigue a los fugitivos del Viejo Mundo sin tregua ni misericordia! Sin permitir que nada se interponga en su camino, Brunner se enfrenta a goblins, vampiros y toda clase de criaturas oscuras con el fin de atrapar a su presa y cobrar la recompensa. Pero en las sombras acecha el misterioso Krogh, un cazador de recompensas rival con una reputación terrible, que sólo se sentirá satisfecho con la muerte de Brunner.”

Werner abandona el esquema del libro anterior y ya no seguimos la vida de un escritor que se encuentra de vez en cuando con Brunner. Simplemente, tenemos los relatos de las aventuras del cazarrecompensas y punto. Es al final del libro que nos enteramos de que es el mismo escritor del Viejo Mundo que transcribe el libro, pero esta vez se articula de un modo más clásico en forma de tres novelettes de unas 90 páginas y un relato más corto de 40 páginas más. Todos ellos relacionados de manera cronológica (tampoco es que guarden un hilo argumental) como guía para poner orden.

La primera novelette es Bajo la montaña, en la que Brunner debe realizar una misión de escolta, trasladando un prisionero desde Tilea al Imperio. Así, debe cruzar un paso subterráneo a través de las montañas. Este trayecto implica varios días de oscuridad, fue construido por enanos en su época de apogeo, pero años ha tuvieron que abandonarlo y ahora se halla invadido por goblins y otras cosas peores. Sí, tenemos unas Minas de Moria versión Warhammer Fantasy con Brunner de protagonista. Más allá de la obvia inspiración, Werner aprovecha el tema para tener un relato con una atmósfera opresiva, en la que los peligros acechan en cada rincón culminando en un crescendo de acción muy bien conseguido. Tenemos a un Brunner especialmente locuaz (habla más aquí que en todo el libro anterior), mostrando las pocas ganas que tiene de hacer este viaje y unos dejes de humor negro que ya le conocíamos, pero que aquí desborda con ganas. Además, tenemos el cameo de otro cazador de recompensas que ya iremos viendo en otros relatos.

Después viene el relato corto Hospital, en el que Brunner se ve involucrado muy a su pesar en el asedio a un Hospital durante una plaga de pestilencia que asola una población menor cercana a Kislev. Más allá de introducir un poquito de trasfondo sobre los Dioses Menores del Viejo Mundo (que no se toca mucho), es un relato flojito. La acción mola, pero no se puede sacar mucho más de él.

La segunda novellete es Marca mortal, en la que Brunner está en una ciudad de Tilea. Se le encarga la orden de destruir una momia. ¿Quién le contrata? Una vampiresa más bella que cualquier otra mujer que Brunner haya visto jamás. Evidentemente, las cosas no salen nunca bien a la primera y se meterá en unos follones de toma pan y moja. Aquí Werner aprovecha al cazarrecompensas para realizar un homenaje a las películas de la Hammer en el que se pone mucho cariño. Además, lo enlaza (y muy bien) con el trasfondo de las Lahmias de Khemri (y probablemente con las novelas de Nagash), temática que apenas se ha tocado en la franquicia. Este cambio de ambiente le sienta estupendamente, provocando que Brunner esté en una situación que le supera completamente, pero que se las arregla para solventar a su manera. Divertidísimo e interesante.

La tercera es la más larga (Por dónde anda el Moragg) y lleva a Brunner a investigar un intento de asesinato en Remo (Una Roma renacentista, situada en Tilea). EL autor se lo toma con más calma para desarrollar trasfondo sobre la ciudad, los dioses (no tan) menores que se adoran allí y, mediante lo que conocemos del Viejo Mundo, explicarnos como viven los humanos fuera del Imperio y el cobijo de Sigmar. Lo que en un principio parece un simple ajuste de cuentas, pronto se complicará, destapando una conspiración con demonios apocalípticos, secretos oscuros y toneladas de mala leche. Se hace curioso explorar una vertiente más detectivesca y menos violenta por parte de nuestro mercenario favorito. Por momentos, parece que hemos viajado a Arkham y estamos metidos en unos cuantos follones Lovecraftianos, pero la libertad que le permite alejarse de los senderos trillados le sienta estupendamente a un personaje tan lapidario como Brunner. Una historia inesperadamente buena que bien podría haber sido un libro independiente por sí misma.

Lo que no encontramos en este libro es evolución de personajes. Tal como empiezan, acaban. Después de todo, la mayoría apenas se pasan sesenta páginas (con suerte) por ahí, por lo que tampoco es que Werner se moleste mucho en profundizar en ellos. Un poco más exagerado es el caso de Brunner, que sigue siendo ese Brujero duro e inmisericorde, cuyo cinismo no le impide, de vez en cuando, hacer lo correcto. Si acaso en el último relato, cuando la cosa se sale de madre, demuestra tener un humor negro y cierto sentido retorcido de la justicia que no me esperaba encontrar en él.

El libro se sitúa principalmente en Tilea, que viene a ser una recreación de la Italia renacentista en versión WHFantasy. Se trata de una ubicación bastante inusual en las novelas de la franquicia, que no suele alejarse del Imperio del Viejo  Mundo, por lo que hace especial gracia conocer lugares donde no se pone el foco habitualmente. Werner hace un gran trabajo a la hora de describir las increíbles y diversas localizaciones por donde Brunner se mete en líos, además de demostrar buena imaginación al poblar las zonas con una plétora de personajes de lo más variopinta.

No se olvida de mantener la acción por todo lo alto, como es buena marca de la casa. En este caso, se le pule con un barniz más consistente en mostrar a Brunner como un súper detective muy expeditivo antes que en un rebana cabezas. Asimismo, se reducen las dosis de frases lapidarias que tenía la primera novela para darle un toque  más ominoso, con la atmósfera opresiva propia de una novela negra ambientada en un lugar muy inusual.

En conjunto, es una obra más redonda y divertida que Dinero Sangriento, que pecaba de repetitiva. A pesar de ser una segunda entrega, es leíble por sí misma, mezclando hábilmente historias interesantes, acción por todo lo alto y cierta originalidad en sus planteamientos. Así, provee de entretenimiento puro con más enjundia y consistencia que su predecesora. Si te gustó la primera, dale. Si te gusta la acción, dale. Si te gusta la franquicia, a por Sangre y acero.


Nota:
8

Nota goodreads: 4.03/5