domingo, 13 de octubre de 2019

Los Increíbles 2


Cuando se estrenó esta película yo fui totalmente feliz a mi cine de cabecera a verla, sin fijarme si estaba siquiera o la sesión que me interesaba. No veáis mi sorpresa cuando me encontré que el cine estaba de vacaciones. Sí. De vacaciones, un cine. Así pues, al día siguiente me tocó buscar un nuevo lugar donde verla, mucho más incómodo que al que puedo llegar caminando cinco minutos desde casa.

Pero bueno, 14 años después de que la espectacular cinta de superhéroes de Brad Bird arrasara en los cines (durante años la mejor del género), cuando ya todos creíamos imposible su retorno, Pixar nos sorprendía con una secuela.

Curiosamente no habían pasado 14 años para la familia Increíble, sino que Los Increíbles 2 se sitúa EXACTAMENTE a continuación (el instante siguiente) que su primera parte, con la aparición del Socavador. En ella, las circunstancias provocan que Elastigirl pueda retomar su trabajo de heroína, mientras que Mr. Increíble se ve obligado a ocuparse de las tareas del hogar y cuidar de la familia. Los problemas de pareja se juntan con la aparición de un nuevo malo maloso (el Secuestrapantallas), la incapacidad de Violet para tener una cita con su enamorado, los ejercicios de matemáticas de Dash y el hecho de que nadie de la familia ha visto los poderes de Jack-Jack.

La inversion de roles de pareja permite jugar un poco con el feminismo, especialmente cuando Mr. Increíble no se aclara con la casa y contempla, envidioso, como Elastigirl está consiguiendo ser más popular de lo que él jamás fue, provocando que la situación pierda provisionalidad (además de ver cómo afecta a su Ego). Se trata de un juego que ya tenemos un poco visto de otras propuestas, en las que probablemente se ha hecho mejor que aquí. Mi impresión es que el guión se escribiera en 2004 y no se hubiera variado desde entonces, porque el tratamiento parece cierto aire anacrónico, como si fuera de otra época. No obstante, se trata del mayor hallazgo del guión, pues presenta bastantes fallas no habituales en este estudio. Encontramos personajes cuya personalidad ha desaparecido y no hacen más que estar allí (Frozono o Dash), otros que no tienen nada que ver con el que conocimos hace tiempo (Violet) o no se utiliza más que como puro alivio cómico (Edna). Además, tanto la identidad del antagonista como la propia resolución del conflicto no destaca por su trascendencia.



Esto no hace que la película sea aburrida. El ritmo es vivo, los chistes funcionan en su mayoría y el carisma de sus personajes hace que la diversión esté asegurada. Sin embargo, peca por su falta de trascendencia. La acción es fluida, pero no tiene ningún asomo de la profundidad emocional que caracteriza al estudio. Tal como ha ocurrido con muchas de sus segundas partes (Buscando a Dory, Monstruos Universidad), se trata de películas que se ven (y disfrutan) con agrado, pero realizadas con propósitos más digestivos, claramente inferiores a lo que sabemos que la franquicia es capaz de proporcionar.

Como nota aparte, me sorprende comprobar como los tres momentos de acción más importante se basan en impedir que un vehículo choque contra alguna parte de la ciudad (tres veces en la misma película).

Asimismo, la animación fluye admirablemente, con un bello diseño continuista que se aleja del hiperrealismo que hemos visto en las últimas películas de Pixar. Estos años sesenta retrofuturistas rarísimos, muy deudores de las películas de Bond de los 80, lucen espléndidamente en pantalla. En ese sentido, parece como un cómic de Marvel puesto en movimiento. Pixar son los mejores con la animación por ordenador y lo siguen demostrando.

Uno de los detalles más curiosos es que en ambas películas Increíbles, el antagonista se trate de una persona sin poderes especiales, más allá de su capacidad tecnológica. ¿No sería interesante que un mortal cualquiera fuera capaz de derrotar a los súpers, en un universo que odia a tales personajes? (Vale, tienen tantos poderes como Batman o Ironman, pero we…).



En ningún momento puedes decir que Los increíbles 2 sea una película siquiera floja. Constituye un buen ejercicio de imaginación, presenta un diseño retro-futurista de lo más bonito. Tiene unos guiños muy bien encontrados y es, a fin de cuentas, una película de aventuras bien hecha, divertida y disfrutable. Sin embargo, es tan claramente inferior a su predecesora que no acaba de dejar un buen sabor de boca.

Nota: 6
Nota filmaffinity: 6.8

Finalmente, debo poner un pequeño aparte para BAO, el pequeño corto inicial sobre un niño-mochi. Una micro-historia de tres minutos llena de ternura que es bien capaz de dejarte el culo torcido. Simplemente adorable y mucho mejor que la película que venía a continuación.



No hay comentarios:

Publicar un comentario