Después de 12 años, parecía que íbamos a
tener una secuela de Monstruos S.A., pero
va y lo que nos ofrecen es una precuela. Igualmente, si es Pixar, es de
obligado visionado, ¡cómo no!
La película se sitúa unos diez años antes de
Monstruos S.A. Mike Wazowsky sueña
con convertirse en asustador. Siguiendo ese sueño de
infancia, en la adolescencia entrará en la universidad para monstruos, para
conseguir ser asustador pese a tener tan poco talento para ello. Allí coincidirá con Sulli,
que al contrario que su compañero, tiene todo a favor, pero cree que el hecho
de tener la apariencia y el nombre, le será más que suficiente para conseguir
su desempeño.
Esta precuela no cuenta con nada lo
suficientemente novedoso como para ser considerada una joya más de Pixar,
limitándose a narrar las primeras aventuras universitarias de los
protagonistas, donde descubrimos que al principio se detestaban. La historia
que sigue la película es marcadamente infantil y muy simple en su desarrollo, además
de que se pierde la chispa que había en la interacción Boo/Sulli. Pero… ¿esto
hace que la película sea mala? ¡Qué va! Sigue siendo muy entretenida. El humor
puede pecar de infantil, pero está muy bien buscado y, incluso abusando de
tópicos, consigue sacarte muy buenas risas. Además, los personajes no han
perdido un ápice de carisma, ni los antiguos, ni los nuevos. Todos ellos
gozan de la calidad de Pixar a la hora de crear unos personajes redondos, con
mucha gracia -mención especial a la estricta decana, muy bien trabajada-.
Es toda una alegría volver a ver a Mike Wazowski
y a Sulli en acción, más si cabe si se trata de su época universitaria; la
fiesta, la música, el ambiente americano y las fraternidades no pueden faltar. Parece como si se hubiera monstruizado la típica película gamberra universitaria, pasándolo por el filtro de Pixar para ganar en redondez y perder en grosería. Se ha comentado que el guión peca de simple
e infantil, pero eso no impide en ningún momento que sea perfectamente redondo.
Sin altibajos ni bajadas de ritmo, manteniendo la frescura a la perfección, con
una sucesión de escenas muy bien escogidas. De la misma manera, los diálogos
son adecuados para la película y no desentonan. El juego humorístico inherente
de estos dos personajes tan sólidamente construidos como Sullivan y Mike ofrece
mucho empaque al conjunto.
Confieso que me sentía un poco desilusionado
al promediar dos tercios del conjunto del filme, cuando atestiguaba lo que
creía era el clímax de éste y lo que era, si lo era, una conclusión bastante
modorra (la final del concurso de sustos con simulador). La pantalla derrochaba
júbilo y satisfacción, y nada más lejos me podía sentir de estas sensaciones.
Pero Pixar no podía, no puede, mejor dicho, caer en la autocomplacencia más
burda, y para fortuna de sí misma y de los espectadores, enmienda la plana y
entrega una frenética vuelta de tuerca final que le da un final digno a una
secuela que fue a la segura, sin arriesgar, y ganó.
Por otro lado, me sorprende que se cambie un
poco la moralina típica de estas películas -si te esfuerzas mucho, conseguirás
cumplir tus sueños- a una versión más realista. El mensaje parece ser algo así
como “Sí, es bueno tener sueños y esforzarse por cumplirlos, pero ¡vigila no te
estampes contra un muro! Si ves que no vales para aquello que quieres, ¡busca
alternativas!”. Después de todo, cuando Wasowsky se da cuenta de que no asusta,
pide ayuda a sus amigos y se convierte en el entrenador de sustos de Sulli.
Así, Mike puede aunar sus conocimientos para asustar con el talento innato de
Sullivan para convertirse en la mejor pareja de asustadores.
Como ya vimos en Brave, Pixar no tiene rival en el apartado técnico, la película
destaca por una definición brutal en los escenarios. La ambientación del mundo universitario es soberbia, con una profusión de elementos abrumadora. Miles de detalles que han
tenido que ser diseñados se alojan en cada escena, muchas de ellas con cientos
de personajes diferentes, moviéndose de manera independiente y con una paleta
de colores magnífica. La imagineria y la animación es cada vez más preciosista, casi real, esa
agua del lago, el pelaje de Sullivan, la bibliotecaria, el bosque en que puedes ver cada hoja de
los árboles, el magnífico cielo estrellado… La atención al detalle es deslumbrante.
El problema principal de esta película y
posiblemente de las que estén por venir es que siempre esperamos que Pixar nos
sorprenda como la primera vez, y eso puede producirse, pero cada vez es más
difícil pues cada vez somos más viejos y más exigentes y siempre queremos más. No
obstante, Pixar parece haber perfeccionado la capacidad de hacer pasar un mundo
imaginario como real, de tan detallado y verosímil que parece el mundo creado. Es capaz de
proporcionar un entretenimiento tan intrascendente como disfrutable mientras
añade un poco de trasfondo a esos dos magníficos personajes que son Wazowski y
Sullivan con una película para ver con toda la familia y que a buen seguro se
llevará el Oscar® a película de animación, aunque sólo sea por el
brutalérrimo despliegue de colores con que nos ha obsquiado Pixar este año.
Nota: 6
Nota filmaffinity: 7.0
Me encantan las películas de pixar, pero últimamente parece que se les está acabando las ideas, porque lo que más están haciendo ahora son precuelas o secuelas de sus antiguas creaciones, por ejemplo me enteré de que quieren sacar la de "buscando a nemo 2". Bueno, me alegro que te haya gustado la peli, todavía no la he visto, pero la veré próximamente
ResponderEliminarGracias por la reseña de la peli, un besito
Si, últimamente abusan de las secuelas, aunque si son tan buenas como "Toy Story 3", que saquen las que quieran!
ResponderEliminarSi no estoy mal informado el orden es: "Aviones", "El buen dinosaurio" y "Buscando a Dory"... A ver que se inventan!
Gracias por pasarte y comentar! ^^
Un beso
Mt