lunes, 20 de julio de 2020

El domingo de las madres (Graham Swift)


Este libro se leyó como uno de los últimos ejemplares de la CLO (gracias Doli), una buena manera de acercarme a géneros y propuestas no habituales.

Título: El domingo de las madres
Autor: Graham Swift
Título original: Mothering Sunday
Traducción: Jesús Zulaika

“Inglaterra, 30 de marzo de 1924. El Domingo de las Madres. Una jornada en la que las criadas vuelven a sus casas para visitar a sus familias. Pero Jane Fairchild, de veintidós años y que trabaja para los Niven, es huérfana, y pasa ese día de un modo muy distinto. Se cita con su amante, Paul Sheringham, el único hijo vivo de los vecinos de los Niven, que han perdido a los otros en la guerra. Jane y Paul llevan años de relación clandestina, pero ha llegado el momento de dejarlo, porque él va a casarse con una chica de su clase social dentro de dos semanas. La pareja hará el amor por última vez, pero después de despedirse sucederá algo inesperado que cambiará para siempre la vida de ella... En los años que le quedan por delante, Jane acrecentará su interés por la lectura –a través de los libros de Conrad–, trabajará en una librería de Oxford y con el tiempo se convertirá en una novelista de éxito, en una forjadora de ficciones. Pero nunca olvidará lo sucedido aquel 30 de marzo de 1924.”

Como suele ocurrir en la CLO se trata de un libro que guarda bastantes sorpresas a lo largo del trayecto que supone su lectura. Y eso que son apenas 160 páginas.

En un primer momento, parece que estamos ante un sucedáneo de los libros de Jane Austen, en que todo parece que va a girar en torno a los amoríos de Jane Fairchild. Sin embargo, la temática del libro va cambiando sutilmente desde su inicio costumbrista. Encontramos por medio una oda de amor a los libros llena de devoción, un mini-tratado de la actitud frente al sexo de la época, una biografía de una vida y, de fondo, un reverso tenebroso sobre qué ocurrió exactamente durante el Domingo de las Madres. Todo ello mezclado con un extraño lirismo muy agradable. En ese sentido, me recuerda a las biografías que escribía Virginia Woolf, siempre presta a llevarte por lugares inesperados.



El único personaje desarrollado es la propia Jane Fairchild, a lo largo del cual se articula toda la novela. Como una flor que se abre ante la luz del sol, el futuro de Jane se muestra lentamente ante ella. En un primer momento está desnuda (y follada) en casa de su amante, que se ha despedido para siempre sin molestarse en decir adiós, desde allí, reflexiona sobre lo que ha sido su vida y cuáles son los pasos que se deben dar para salir adelante. Al mismo tiempo, se nos transmite que lo que estamos leyendo es un recuerdo de una Jane ya anciana que rememora esa mañana que cambió tanto a su vida. Tenemos, pues, una mezcla entre una Jane madura, llena de energía y la seguridad en sí misma fruto de la experiencia y el éxito, junto con los actos de una Jane insegura con su lugar en el mundo, deseosa de progresar pero desconocedora de lo que le espera al día siguiente.

La narración sigue así un esquema circular en que Jane da vueltas sobre los temas que le inquietan, avanzando un paso más en cada rotación. Me sentí gratamente sorprendido cuando constaté la manera en la que Swift había capturado tantas emociones y subtextos en tan pocas palabras, especialmente si estás atento ante los leves cambios que se producen cada vez que se repite alguno de los hechos. La narración es lenta, languideciendo sin prisas, repleta de descripciones detalladas, como si quisiera grabar cada instante en tu memoria para recordarlo todos los años de tu vida. Las páginas no avanzan fácilmente, pues te ves obligado a prestar mucha atención a todos los detalles, especialmente cuando te das cuenta de la atmósfera onírica que sobrevuela el recorrido que Jane hace desnuda por la casa, explorando cada rincón, absorbiendo todos los recuerdos y buscando la mejor manera de acabar un día tan importante.

Swift despliega aquí cierta gracia a la hora de mostrar y escamotear detalles relevantes para la comprensión de los hechos, que se vuelven deliberadamente ambiguos ante cada repaso. Ya la propia Jane te recuerda que su testimonio es poco fiable, dejando deliberadamente cosas en el aire, anunciando que a veces hay que adornar los hechos para hacerlos más interesantes y ahorrarse explicaciones no deseadas. Ya sólo la extraña calma con la que la propia Jane se despide de la casa y el corolario final de la propia obra da pie a mil interpretaciones tan deliciosas como perturbadoras sobre qué ocurrió realmente. SPOILER Yo creo que Jane sabía que Paul la iba a dejar tirada, por lo que saboteó el coche para que éste se estrellara. Si tienes otra interpretación, estaré encantado de discutirlo ;) FIN DEL SPOILER.

Lo reconozco, cada vez disfruto más con los narradores poco fiables que te obligan a comerte la cabeza para saber qué hay de verdad en cada palabra. Además, lo hace con un lirismo notable, en la se nota mucho esfuerzo en plasmar la diferencia de comportamiento, de trato y de maneras de hablar de los diversos personajes en función de su estrato social (mis felicitaciones por las labores de traducción, también).

Otro detalle que disfruto se encuentra en que El domingo de las madres contiene una preciosa oda de amor por los libros y el acto creador, mostrando la maravilla de la creación de una historia, especialmente cuando entran las emociones, con una naturaleza delicada que convierte la lectura en una experiencia tan bella como incómoda.

Es muy fácil dejarse llevar por su narrativa elíptica, por su lirismo y por sus inesperados quiebros, pero esto no implica que se trata de un libro para todos los paladares. En sí, es un buen ejemplo de cómo una escritura de calidad puede elevar una historia mínima y un planteamiento lleno de tópicos (en el fondo, todo lo hemos visto mil veces) convirtiéndolo en un placer si es el tipo de historia que aprecias.

Lo que parece una tontada romántica se transforma en un nostálgico ejercicio de estilo en que se nos recuerdan las decisiones que marcan las vidas anodinas (o no tan anodinas) de la gente. Un libro especial, aunque no para todos; pues pueden no comprar su juego (o no gustar de él) y resultará poco interesante para muchos, especialmente cuando la forma importa MUCHO más que el fondo, pero si te pilla con la disposición adecuada, puede emocionar profundamente.
Aunque yo no lo supiera, era justo lo que necesitaba leer, así que se ha disfrutado.


Nota: 8
Nota goodreads: 3.74/5