Película vista en Movistar+ que pasaba por ahí.
Lejos de la tierra quemada nos explica la historia de tres mujeres que no tienen una vida fácil en una ciudad pequeña cerca de la frontera EEUU-México. Primero tenemos a Sylvia, que regenta un restaurante y es, aparentemente feliz, pero su pasado tiene secretos que no es capaz de gestionar. Luego tenemos a Mariana, una adolescente que vive tranquila hasta que su padre muere en circunstancias extrañas. Finalmente, está Gina, una mujer madura que descubre en un amor prohibido la manera de salir de la asfixiante rutina en la que vive, lo que desembocará en una cadena de acontecimientos de funestas consecuencias.
Este juego a tres bandas va cambiando de lugar siguiendo un patrón que percibimos pero no comprendemos. Realiza un seco de la vida de las tres féminas, mostrando los traumas que arrastran unas y otras, dejando claro que la vida es dura y, bueno, hay que vivir con ello. Desde un primer momento se percibe que hay algo que une a las tres historias, aunque se hace difícil comprender el qué, más allá de la importancia de la culpa y el perdón (especialmente hacia uno mismo), y de su influencia en nuestras decisiones. Se hace especial hincapié en que no hay decisiones buenas o malas, solamente acciones y consecuencias, siendo tarea nuestra vivir con ello.
Lejos de la tierra quemada busca el artificio en una cabriola innecesaria, al estructurar la trama – que en el fondo es la arqueología completa de una relación romántica – con una complejidad gratuita que sólo parece querer complicarse la vida por motivos onanistas. En cierto modo, me recordó a Biutiful, con la que comparte conceptos y estructuras. Una vez comprobé el director, pude entender el origen de esta sensación. No en vano, Guillermo Arriaga es el antiguo guionista de González Iñárritu y tiene en su haber la firma en obras como Babel o 21 gramos. Ataca aquí su primera obra como director independiente y siente la necesidad de lucirse y demostrar lo bueno que es. Es su estilo enmarañar las tramas, provocar entrelazamientos imposibles entre seres que van y vienen, siempre en ambientes agrestes, poco amables para vivir. Se nota quizás la falta de Iñárritu tras las cámaras, que transforma este bosque en una experiencia, pues en Lejos de la Tierra Quemada se combina una puesta en escena no excesivamente lustrosa con una falta de ritmo más que notoria. Cuesta y es necesario cierto esfuerzo para no perder el interés de lo que se te está contando, con el amargo regusto de que el director quiere ser más profundo de lo que sabe.
Por
suerte para él (y para nosotros), tiene la suerte de contar con tres actrices
(Charlize Theron, Jennifer Lawrence y Kim Basinger) más que capaces,
conscientes de un guión trabajado, que permite el lucimiento. Así, las tres
protagonistas de este agreste drama se empeñan en sacar adelante sus papeles de
mujeres sufridoras. Constituyen, con diferencia, lo mejor de la película,
manteniendo a flote un barco que se habría vuelto demasiado indigesto en su
ausencia.
Puede
ser que no fuera el momento para ver esta película, o que mi mente esperara
otra propuesta, pero se me ha hecho bastante cuesta arriba. Las cabriolas
argumentales y su desnuda puesta escena no dan pie a captar el interés, a pesar
de que las actuaciones muy meritorias de las tres protagonistas ayuden a hacer
que este dramonazo sea algo más digerible.
Nota:
4
Nota filmaffinity: 6.4
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