miércoles, 20 de mayo de 2020

X-Men: Fénix Oscura


Después de la apoteosis del género de Súpers que habíamos tenido con el Endgame, ¿qué película iba a comerse el marrón de ser la siguiente? Estaba claro que ninguna película iba a estar a la altura, eso era algo que sabíamos todos. Por estas cosas que ocurren, le tocó a la última película independiente de los X-men, que ya llevaba mucho tiempo acabada y en algún momento se tenía que estrenar.

X-Men: Fénix Oscura sigue el mismo argumento (es un decir) que la película que terminó con la primera trilogía de X-Men, basándose muy libremente en el fabuloso cómic del mismo nombre. De él solo coge el planteamiento, en el que a Jean Grey le asaltan unos traumas muy chungos del pasado (de los que no se nos había dicho nada en las anteriores películas), se le va la flapa y decide convertirse en una malvada llamada Fénix. En este caso la cosa se complica porque hay unos aliens por ahí que están malmetiendo y tal. El mismo planteamiento que tuvimos hace veinte años y unos resultados similares (bueno, quizás algo más dignos), como responsable de finiquitar la saga y meterla en barbecho a la espera de mejores tiempos.

Fracasa completamente a la hora de dar algún tipo de motivación a ninguno de los personajes, que van deambulando de aquí para allá con poco sentido y menor tino. Además, en las peleas se producen unas extrañas subidas y bajadas de poder, que tan pronto convierte en invencibles a algunos personajes para ser humillados diez minutos después. Destaca el pasotismo de la malvada interpretada por Jessica Chastain, amén del poco carisma de sus secuaces, sparrings intercambiables sin atisbo de personalidad ni gracia, muy descafeinados, palideciendo incluso ante los excéntricos secundarios de Apocalipsis.

Es algo que se reproduce bastante en la película. El guión no ofrece nada a ninguno de los personajes, en su mayoría convertidos en auténticos lelos que no paran de comportarse como estúpidos. McAvoy y Fassbender son quizás los más profesionales, esforzándose por sacar adelante lo poco que el guión les ofrece. Son los únicos que parecen actuar sin tener la actitud de “no sé qué estoy haciendo aquí, a ver si me libro de esta tontería pronto” que sí tienen Jessica Chastain y Sophie Turner, por ejemplo. Evidentemente, esto se nota en el resultado final, bastante deslucido. De Jennifer Lawrence (Mística) no hablo, que no hace nada más que estar de morros cada vez que aparece y, probablemente, tocando las narices a todos sus compañeros durante el rodaje. Después de todo, ya había declarado bastantes veces que su participación se producía por obligación contractual y que no tenía ninguna intención de esforzarse lo más mínimo.



Por lo menos, hay que reconocer que los efectos especiales cumplen. Se respeta la imaginería que se ha venido desarrollando en las películas previas y se crean set-pieces bastante resultones. Ello se traduce sobretodo en unas escenas de acción bastante espectaculares, que no tienen mucho sentido, pero cumplen a la hora de entretener. Tenían el problema de parecerse demasiado a las que habíamos visto hacía poco tiempo en Capitana Marvel, tanto que incluso tuvieron que volver a rodarse unas cuantas escenas (para cabreo de las dos protagonsitas, que ya estaban a otras cosas), no en vano, tanto el poster como la campaña publicitaria eran sorprendentemente parecidas. Me apuesto que iban a tener una aproximación similar al público, pero claro, una vino antes que la otra.

Cuando toca comparar la película con Endgame, se nota que es una propuesta mucho más flojita. El guión flojea por todos lados, el elenco actoral no se esfuerza en exceso y los malos pecan de poco carismáticos. Siendo una película no especialmente inspirada, cumple mínimamente a la hora de entretener, siendo mucho mejor que XM3, que era un despropósito se mirara desde donde se mirara.



Y la segunda saga X-Men, renacida con la estupenda First Class muere aquí. El proyecto arrancó con cierta ilusión pero durante el rodaje se anunció que los derechos de la franquicia dejaban la Fox para volver a Marvel, que anunció al instante que reiniciaría la saga para incluirla dentro del MCU. Imagino que es por ello que la mayoría de sus trabajadores dejó de poner interés en el proyecto y se limitó a ir haciendo. Al final, ni la taquilla ni la gente se mostró especialmente interesada en esta película, que se limita a ser un punto final un poco indigno para una saga que nos ha dado buenos ratos. Voy a extrañar a Fassbender y a McAvoy, que han hecho un gran trabajo todos estos años.

Como hemos comentado, la película se tomó como un trámite que debía pasarse, sin que nadie creyera especialmente en el proyecto. La profesionalidad de algunos y el correcto desempeño de los efectos especiales consigue que el resultado sea mínimamente decente, sin destacar en absoluto dentro del género. Me deja una vez más la sensación de oportunidad perdida, convirtiéndose en un propuesta que era más de lo mismo, de esas películas sin nada distintivo que ya hemos visto muchas veces.


Nota: 4
Nota filmaffinity: 5.1

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