Este
libro me lo regalaron hace un buen montón de cumpleaños. Sin embargo, se
desapareció en mi primera mudanza y nunca volví a saber de él durante largo
tiempo (¡lo siento!). Uno de estos días volvió a aparecer, depositado y lleno
de polvo en un cajón que mi padre nunca miraba. Me gustaría saber cómo llegó
allí. Cómo no puedo preguntárselo al libro, por lo menos lo voy leer, que otra cosa no se merece, ¿no?
Título:
El planeta de los simios
Autor:
Pierre Boulle
Título
original: La planète des singes
Traducción:
Anna Cassasas
“En un futuro no demasiado
lejano, tres astronautas aterrizan en un planeta muy similar a la Tierra, con
selvas majestuosas, un clima templado y un aire respirable. Pero a pesar de
parecer un paraíso, rápidamente se dan cuenta de la cruda realidad: este nuevo
mundo está dominado y gobernado por simios de diferentes especies.
El
planeta de los simios es una obra de
acción trepidante donde un hombre lucha por revelar el secreto de una
civilización terrorífica y que nos lleva a preguntar si se convertirá en el
salvador de la especie humana o el testigo final de su condena. En un climax
chocante, Boulle nos proporciona la respuesta en una obra maestra llena de
aventura, sátira y suspense.”
Lo
primero que me llama la atención del resumen es la mención sobre la “acción
trepidante” del libro. La verdad es que lo que se pueda llamar acción no es que
haya mucha. El planeta de los simios consiste,
principalmente, en un relato calmado en el que la ciencia-ficción y la sátira
política se entrelazan. Pierre Boulle aprovecha el inusual planteamiento para
reflexionar sobre el futuro del ser humano como especie, incidiendo
principalmente sobre qué debemos desear para nuestro mundo y nuestra
descendencia.
Para
ello, toma el ya consabido giro de utilizar a los simios como si de un alter ego tenebroso nuestro se tratara.
Cercanos y reconocibles por nosotros, pero dejando cierta sensación
inquietante. No nos cuadra que nos vayan a sustituir, pero no es una idea que
nuestro subconsciente conciba como tan descabellada. Además, se debe felicitar
el interesante jueguecito de castas / razas de simios que se crea, forjando una
sociedad estratificada igualmente injusta (como la nuestra), pero
sorprendentemente verosímil.
A
Boulle le interesan mucho más las ideas que defiende en su planteamiento que la
historia en sí, por ello se nota que esta última se haya al servicio de la
tesis a considerar. Sus acontecimientos se notan forzados por necesidades
intelectuales, con algunos sucesos un tanto incoherentes. Sin embargo, esto no
impide destacar lo bien que se transmite la alarma ante la autocomplaciencia,
como si se tratara de una historia a repetir si nosotros –como especie- no
estamos eternamente vigilantes. También se puede entender como un relato
admonitorio sobre nuestra relación con el medio ambiente y los animales con los
que compartimos la Tierra. Un no tan sutil recordatorio de que en realidad no
somos tan diferentes, separándonos apenas una pátina de sofisticación y
arrogancia.
El
libro se lee muy agradablemente, con un adecuado equilibrio entre la
descripción de la sociedad simiesca y
las vicisitudes de un grupo de personajes que no tienen por qué importarnos en
exceso. Sorprende por su reducida longitud. Acostumbrado a los mostrencos que
se acercan peligrosamente a las mil páginas, sorprende encontrar una propuesta
consistente dentro del género con apenas 180 paginitas de duración.
Lo
mejor del libro –para mí- es todo el juego que se produce para demostrar que
Ulises es un ser racional, y no un animal muy bien adiestrado, especialmente
cuando todas las pruebas chocan de frente contra los prejuicios que invalidad
cualquier argumento que se les presenta a los científicos. Se hace realmente
desesperante ^^.
Contrasta,
entonces, el buen trabajo a la hora de plasmar unas ideas muy bien encontradas
y unas reflexiones interesantes con unos personajes prácticamente inexistentes.
A la hora de la verdad, Ulises
Mérou (el
periodista humano de la Tierra), Zira
(la
mona) y Cornelius (el
mono) son prácticamente idénticos en comportamiento, diálogo y reacciones.
Solamente el Dr.
Zaiuss (babuino)
y Nova (la
humana nativa) se diferencian un poco del resto, aunque no destacan tampoco por
una buena caracterización.
Una
historia tan sugerente como ésta no iba a tardar mucho en llamar la atención de
los popes de Hollywood, y pronto, tuvimos una mítica adaptación cinematográfica
protagonizada por Charlton Heston. Ésta cogía lo mejor del argumento y lo
pasaba por el filtro para crear una adaptación bastante libre pero mucho más lograda,
con un final (diferente al del libro) de los que no se olvidan. El descomunal
éxito en taquilla provocó la aparición de una serie de secuelas de calidad más
cuestionable, como suele ocurrir en estos casos. Años después, a Tim Burton le
encargaron relanzar la historia, en un proyecto que adaptaba mucho más
fielmente el texto original. Aunque la puesta en escena estaba realmente
lograda, la película resultaba bastante aburrida. Sin embargo, en ambos casos
podría decirse que estamos ante unas de las pocas veces en que la película es
mejor que el libro. A raíz de la versión de Burton salió una suerte de vía de
servicio que explicaba el origen del Planeta de los Simios, llegando hasta una
nueva trilogía de inesperado éxito y de calidad bastante consistente.
Igualmente, se trata de uno de estos libros cuyo planteamiento es bien capaz de volarte la cabeza y cambiar la concepción que se tiene del mundo. Su trascendencia viene lastrada por la pobre caracterización de los personajes y la simpleza de los avatares que rigen la acción (claramente supeditados a las tesis defendidas por el autor). Un libro muy diferente y original, aunque demasiado deudor de su época, sabe ser inquietante y da pie a un buen puñado de reflexiones y debates.
Puedes
usarlo como libro de cabecera, o como una simple historia de ciencia-ficción
sobre chimpancés, orangutanes y gorilas gobernando un planeta.
Nota:
5
Nota
goodreads: 3.93/5
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