martes, 5 de marzo de 2019

El reino del dragón de oro (Isabel Allende)


Después de la gigantesca (en todos los sentidos) Montaña mágica, me apetecía ponerme con algo ligero. En ese sentido, se me aparece la CLO con una propuesta que viene que ni pintada (gracias Idéafix) con una recomendación fácil y agradable de la autora que más estoy leyendo en los últimos años.

Título: El Reino del Dragón de Oro
Autor: Isabel Allende
“La estatua del Dragón de Oro permanece oculta en un reino pequeño y misterioso, enclavado en la cordillera del Himalaya. Y según cuenta la leyenda, este magnífico objeto, un poderoso instrumento de adivinación incrustado de piedras preciosas, preserva la paz en estas tierras. Una paz que ahora, por la codicia en el alma de los hombres, puede verse perturbada.”

No tenía ni idea, pero este libro resulta ser la segunda parte de una trilogía de aventuras juveniles que empieza con La ciudad de las bestias. Que nadie se asuste, pues en diez paginitas nos ponemos al día y ya saltamos a la acción. Todo sucede realmente rápido, no sé si será por venir de dónde vengo, pero me ha parecido una historia de lo más simple. Ha desaparecido sin enterarme en tres tardes tontas.

El reino del dragón de oro es una novelita de aventuras juveniles a la antigua usanza. Los buenos son muy buenos y les pasan cosas buenas, mientras que los malos son muy malos a los que les pasan cosas malas. Parece mentira que un libro que apenas tiene quince años sea tan diferente a las novelas de aventuras juveniles (Young adult) fantásticas que están tan de boga en estos días. Con un deje muy a lo Joven Indiana Jones, nos planta a unos adolescentes haciendo el saltimbanqui de aquí y allá, deteniendo una conspiración para dar un golpe de estado y causar una matanza. Hay unos toquecitos sobrenaturales que le dan un extra de gracia a la historia, que se complementa con acción con el punto de tensión para ser emocionante, sin dejar de ser para todos los públicos.

Los protagonistas son el neoyorquino Alexander y la indígena centroamericana Nadia. A pesar de sus diferencias culturales, están cortados por el mismo patrón: alegres, vivarachos, ávidos de aventuras… Un toquecito exótico en cada uno para diferenciarlos y poco más. Tampoco es que se hagan pesados, pero se me hace raro encontrarme con unos personajes tan clónicos.

Por parte oriental tenemos al Príncipe Dil Bahadur, que mezcla la dignidad de su cargo, con poderes místicos prestos a alegrar el día, un poco de rebeldía juvenil y cierta tendencia a meter la pata. Hasta cierto punto, me recuerda mucho al personaje de Aang de Avatar: la leyenda de Aang.

Como tiene que haber un adulto por ahí para que les cosas no queden más raras de lo debido, tenemos a la arqueóloga Kate Cold que, aparte de tener una lengua bien puñetera, no hace nada más en todo el libro que poner un poco de cordura y centrar las cosas cuando se salen demasiado de madre.

Acostumbrado a sus libros de historia románticas tremebundas que duran más que una vida, repletos de giros del destino y sucesos apoteósicos, sorprende encontrar un libro tan delgado y simple. Se sitúa la acción, un nudo, problemas, algo de acción y de saltitos aquí y allá y desenlace. Pim pam. Esto se traduce en unos personajes más planos de lo habitual y uno de los romances más esperpénticos e instantáneos que recuerdo haber leído. Es el destino Y PUNTO, no hay otra explicación.

Por otro lado, la acción se sitúa en un planeta ficticio que mezcla detalles del Tíbet y de Bhutan, que deberíamos reconocer como verosímil, pero entre el realismo mágico de Allende y las capacidades sobrenaturales de los monjes de la montaña (curiosamente convenientes para la trama), parece que estemos en un mundo realmente fantástico. Me gusta el exotismo que Allende consigue imbuir en la ambientación, siendo el factor más logrado de la novela.


Lo más curioso es que los personajes parecen aprender y desaprender idiomas a velocidad de vértigo, pues se supone que Nadia sólo habla español, Alexander inglés e español y el príncipe chapurrea inglés aparte de su idioma nativo. Sin embargo, tan pronto son capaces de entenderse a la perfección como ven imposibilitado cualquier tipo de comunicación, según el momento en que se hallen…

Igual para mis gustos actuales le pido algo más de chicha y complejidad a mis lecturas, pero en este preciso momento me ha venido bien algo así de suavecito. Al final, se convierte en una historia interesante pare leer en un par de tardes. El estilo de Allende permite devorar páginas como nada. Especialmente, cuando la acción, la aventura y la emoción están en su punto. Un librito de aventuras para todos los públicos con un toque añejo que me recuerda a los libros que leía de pequeño.

Nota: 6
Nota goodreads: 3.84/5

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