sábado, 16 de marzo de 2019

Dexter en la oscuridad (Jeff Lindsay)


Después de lo bien que me lo pasé con Querido Dexter, no tenía la intención de dejar pasar mucho tiempo antes de ponerme otra vez con el negrísimo humor de mi forense favorito.


Título: Dexter en la oscuridad
Autor: Jeff Lindsay
Título original: Dexter in the dark
Traductor: Eduardo G. Murillo
“Dexter Morgan no soporta la sangre. Curiosa manía par aun forense del Departamento de Policía. Más teniendo en cuenta que Dexter aprovecha las noches de luna llena para cortar en pedacitos a otros asesinos en serie que han escapado a la acción de la justicia. Pero tal vez a partir de ahora su vida dé un giro decisivo, puesto que le ha dado el sí a Rita y está a punto de convertirse en un marido respetable, la figura paterna a la que imitarán Ashtor y Cody, los hijos de su pareja. Y, en el caso de que la vida matrimonial no resultara amenaza suficiente para sus correrías nocturnas, una sucesión de asesinatos rituales podría llevarlo a reconsiderar su propia adicción al homicidio.”

Y la conclusión es: qué libro más raro. Sucede justo después que el anterior, pero Lindsay cambia de tercio totalmente y se aleja del estilo que hemos visto previamente. Dexter en la oscuridad se centra mucho en la relación de Dexter con su “oscuro pasajero”, del que ya habíamos certificado que era una entidad diferente a la que conforma el propio Dexter. Cuando de repente Dexter se queda solo, se queda sin su “sexto sentido” para resolver asesinatos e incluso parece que se empieza a comportar como una persona cabal. Parecería que podría llevar una vida “corriente”, pero sus hijos adoptivos parecen haber empezado a desarrollar sus propios “oscuros pasajeros” y una secta religiosa la está liando por la ciudad, por lo que tampoco podrá tranquilizarse. Se trata, con diferencia, del libro con menos humor de los tres que he leído, especialmente cuando Dexter se queda solo, encontrando pasajes en los que esperas que éste suelte sus burradas y no lo hace.

El tema más polémico del libro se halla en el propio Oscuro Pasajero. Lindsay decide revelar el misterio de su presencia y le da una explicación. Un origen sobrenatural que, la verdad, provoca que todo el embrollo pierda un poco de gracia. Tal como ocurría con los miriclorianos o los poderes de Lestat, mola mucho más que estas cosas queden en la niebla de las suposiciones. Además, Dexter se encuentra que quiere ser tan mordaz y sociópata como siempre, con sus traumas y sus necesidades de muerte y destrucción, pero sin su amigo se convierte en un panoli bastante tontete, con arranques de cobardía sin sentido que no mola lo más mínimo.


Por lo menos, su relación con sus hijastros Ashtor y Cody tiene bastante gracia. Ya conocíamos su carácter reservado, traumatizados por su violento padre e incluso podíamos intuir que guardaban algún secreto. Sin embargo, pocos habríamos predicho en el libro anterior que iban a ser unos asesinos del mismo pelaje que Dexter. Aquí están creciendo y empiezan a explorar su relación con sus respectivos Pasajeros, ganando en mala idea y puñetería. Me hace especial gracia como siguen siendo niños que preguntan y preguntan, aunque el tema sea de lo más escabroso. Me he reído bastantes veces con la poca paciencia que guarda Dexter a la impaciencia de los pequeños para dar sus primeros pasos a lo largo del Sendero Oscuro.

Sin embargo, a ratos el libro se hace confuso. El estilo de Lindsay se presta más a la sucesión de chascarrillos gamberros que al desarrollo de una trama, por lo que el tono no acaba de ser el correcto, como si faltara equilibrio entre un aspecto u otro, o si uno esperara que el gag explotara, pero solo nos espera un avance de la trama. Además, Dexter llega a exasperar por momentos y hay un pequeño valle a mitad de libro que no sabes dónde va a ir a parar. Por suerte, a medida que se acerca el desenlace la historia empieza a volar sola, con lo que Lindsay vuelve a tener espacio para soltar todas sus burradas cómodamente, provocando abundantes risas y dejando un estupendo sabor de boca con sus bastardadas finales.

Mientras que los anteriores se centraban más en el humor negrísimo, aquí el libro se mueve más hacia la novela negra, presentando una serie de asesinatos investigados por un forense de lo más inusual. Mola lo suyo y cuesta parar de leer, pero es un rollo muy distinto a lo que habíamos visto hasta ahora con Dexter Morgan, con todo lo que ello implica. No negaré que me gusta apreciar que Lindsay no se acomoda en una fórmula que sabe que funciona y busca evolucionar. Puede que no le quede tan fino como las dos entregas anteriores y toma algunas decisiones que no acabo de compartir, pero Dexter sigue siendo una saga recomendable y Dexter en la Oscuridad un thriller de los que no dejan parar de leer.

Asimismo, ya no tenemos ni rastro de la serie. Son propuestas que comparten el nombre del protagonista, pero toman caminos tan diferentes (el carácter del protagonista, el concepto del Oscuro pasajero…) que ya no podemos estar hablando de versiones, sino de proyectos completamente diferenciados. Muy aprovechables ambos, pero sin apenas nada que ver.

Al final, si no te importa ver un Dexter totalmente ajeno a la serie (muchos llegaron a esta saga a partir de ella) y tienes estómago para soportar descripciones excesivamente gráficas, es probable que disfrutes con el humor enfermizo y los misterios insondables que rodean a nuestro forense favorito. No todo el mundo comprará la explicación sobrenatural que se le da al Oscuro Pasajero, pero la diversión que me proporciona es más que suficiente para querer continuar leyendo.

Nota :
7
Nota goodreads: 3.5/5

No hay comentarios:

Publicar un comentario