martes, 15 de enero de 2019

Caballeros Grises (Saga de Ben Counter)


Hacía tiempo que una saga no se pasaba por aquí. Hoy toca repasar la trilogía de los Caballeros grises de la Black Library, tres libros escritos por Ben Counter con el objetivo de llenar el hueco de trasfondo que había sobre el ejército de la Inquisición de Wh40k. Es decir, se trata de una serie de novelas claramente digestivas que siguen la política de la editorial respecto a las líneas de ejército de la franquicia: cada una de ellas debe tener su trilogía de libros para que el fan correspondiente pueda saciar sus ansias de vicio. Cada mes sale un libro nuevo (aprox.), escrito habitualmente por encargo, intentando cubrir todos los frentes posibles. Posteriormente, las mejores sagas se expanden para aprovechar el éxito, como es el caso de los Fantasmas de Tanith, o la vida de Uriel Ventris de los Ultramarines.



En este caso, se trata de una saga de los Caballeros Grises. Éstos son los Marines Espaciales de la Inquisición, es decir, los que se meten en los berenjenales más escabrosos y que tienen que luchar contra las bestias más inmundas y feroces. Por ello, normalmente son escogidos de entre lo mejor de lo mejor de los ejércitos de Marines Espaciales “normales”, sometidos a entrenamientos todavía más exigentes y, los que sobreviven, formarán parte de estas unidades de súper-élite.

Normalmente, estas sagas siguen un hilo común, una historia que, como buena obra en tres actos, contienen un planteamiento (que funciona como stand alone, por si acaso), una segunda parte donde se realiza el nudo (normalmente a raíz de una rivalidad surgida en la predecesora) y finalmente, en la tercera parte se concluye la historia con el enfrentamiento final contra el archirrival, cuya enemistad ha alcanzado cotas épicas, cuyo te deja con un gustirrinín muy agradable (siempre dejando una puertecita por si hay que alargar la historia).

Sin embargo, estas tres novelas tienen un poso diferente. Si bien siguen a un mismo personaje a través del tiempo, no guardan relación entre ellas, ni siquiera suceden consecutivamente, pues se puede apreciar que hay una distancia temporal considerable entre una historia y otra.

La saga empieza con Los caballeros grises, demostrando que la imaginación brilla por su ausencia a la hora de titular el libro. Sin embargo, el libro constituye una rara-avis dentro de la franquicia, acercándose más a un thriller detectivesco que al mata-mata habitual. Interrogatorios y deducciones en busca de un culto demoníaco, realizado con mucha más sangre fría de lo esperado en un grupo inquisitorial. Se presenta al protagonista, el hermano Alaric, un hombre de acción (como todo Marine) que, curiosamente, es capaz de mantener un mínimo de criterio sobre cuando toca golpear y cuando preguntar. Mantiene la tensión y entretiene, sabiéndose diferente al resto de novelas de la franquicia.
Nota: 6

Años después apareció El adeptus oscuro, la segunda parte de la saga. El ahora  Juez Alaric es un veterano Caballero Gris que goza de relativa independencia para llevar a cabo sus investigaciones. La repentina aparición de un antiguo planeta forja del Adeptus Mecanicus, desaparecido durante cientos de años, llama la atención de su grupo, que se adentra en el planeta para investigar hasta donde llega la contaminación por el Caos. Ben Counter vuelve a alejarse de las formas habituales y se acerca al terror cibernético. Coge influencias de aquí y allá (Alien, Horizonte Final, Lovecraft) y se marca una novela que combina una atmósfera ominosa, acción de primera y un malo de bandera lleno de carisma. Además del vicio que suponen sus páginas, me encanta la capacidad del autor para meter elementos de otras imaginerías sin que por ello chirríe lo más mínimo. Puede ser un libro poco cercano al canon de la franquicia, pero pocas veces se trata (y bien) el terror dentro de la misma.
Nota: 9

Hemos visto que Ben Counter había conseguido hacer dos novelas de irregular calidad, pero originales y frescas. Cuando la Black Library le encargó a Ben Counter que acabara la saga, apareció Martillo de Demonios. En ese sentido, no pudo dejarme más boquiabierto, pues la novela parece ser una historia de aventuras hibóreas en un mundo del Caos que, casualmente, está protagonizada por el ahora Capitán Alaric, curtido en mil batallas y casi próximo a la jubilación. Desconozco si es que tenía preparada la novela y metió de clavo a Alaric (totalmente intercambiable) cuando llegó el encargo, o hubo desacuerdos sobre las líneas que debía seguir la obra, pero sí se nota que el conjunto tiene poco empaque, como si se hubiera hecho con desgana. El resultado es una novela de acción loquísima y gratuita con un argumento más simple que el mecanismo de un botijo, sin más aliciente de saber cuál es el siguiente embrollo gargantuesco en que se mete el protagonista, que bien pudiera haber sido un Conan del cuadragésimo primer milenio. Pura hamburguesa.
Nota: 5

Una cosa que me parece curioso es el tratamiento del héroe protagonista. Los Marines Espaciales siguen un entrenamiento durísimo para no sentir el miedo, obedecer ciegamente las órdenes, no dudar nunca, adorar fanáticamente al Dios-Emperador de la humanidad y de pensamiento cuadriculado. Sin embargo, Alaric no se salva de padecer el mismo síndrome que la mayoría de protagonistas de los Marines Espaciales sufren: es incapaz de seguir las reglas y no tiene ningún miramiento en saltárselas cuando le conviene, cuestionando órdenes y credos según conviene al guión. Esto debería ser un anatema para un Marine, pero común a Uriel Ventris, Ragnar Blackmane y un largo etc. de personajes de los libros, siempre rebeldes y contrarios al “resto” de marines que nos muestra el trasfondo (imagino que de alguna manera deben hacerlos interesantes, pero siempre es el mismo tropo ^^).


A pesar de tratarse de obras por encargo, el autor se esfuerza por imprimir un sello propio en las dos primeras, perfectamente aprovechables para su degustación. La tercera parte es mucho más convencional, pero tampoco se hace pesada de leer. Si bien se trata de una saga pensada para cumplir con la representatividad , su autor se las arregla para alejarse de los terrenos más trillados y ofrecer experiencias nuevas a los lectores, especialmente efectivas en El adeptus oscuro. Wh40k tiene sagas mejores, pero también bastantes mucho peores.

A lo tonto, he leído las tres novelas en un lapso temporal de 7 años cuando salieron en años consecutivos. Yo y mis ritmos. Eso es darse prisa ^^.
Notas: 6, 9, 5

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