EEUU,
1957… el país del tio Sam tiene muchas preocupaciones: el rock escandaliza las
ondas y pervierte a la inocente juventud, la televisión amenaza la paz de los
bien pensantes, la guerra no acaba de enfriarse del todo y el Sputnik ha
empezado su camino por las estrellas.
Es
entonces que cae del cielo… no es Santa Claus, sino un robot gigante venido de
otra galaxia, todo de hierro forjado… Al investigar la desaparición de su
antena de televisión, el joven Hogarth, de 10 años, curioso y apasionado de la
ciencia ficción descubre la presencia de este improbable visitante y decide
ayudarle… Pero este gigante, a pesar de su apariencia guerrera y su imponente
estatura, es un robot amable que sólo sueña con una cosa: fundirse en nuestro mundo
donde los sentimientos y el amor hacen bien valer la pena la vida.
Pero
no es fácil hacer amigos cuando uno sobrepasa los 40 metros de altura, y
nuestro gigante hace sembrar el pánico por todo el país, entre otras cosas por
su apetito insaciable y su gusto desmesurado por el hierro: las vías de tren,
las centrales eléctricas, los coches, todo es susceptible de convertirse en
desayuno. Evidentemente, ¡esto no pasará inadvertido en este recóndito pueblo
donde nunca pasa nada!
El gigante de Hierro es
el primer film del creador Brad Bird, posteriormente fichado por los estudios
Pixar para realizar Ratatouille y LosIncreíbles, antes de volver a la acción real para realizar Misión Imposible 4 y Tomorrowland. Aparecido en el
momento en que el CGI está a punto de imponerse definitivamente a raíz del
éxito de Toy Story, El gigante de
hierro es el último gran film “a la antigua” realizado en Hollywood. En él
encontramos los rasgos que constituirán el éxito de las producciones de Pixar:
una historia con varios niveles de lectura, que nunca toma a los niños por
tontos, capaz de hacer reflexionar mientras sacia el sentido de la maravilla. Tras
ser injustamente ninguneado en su estreno, los años están engrandeciendo una
reputación que desde aquí no podemos sino confirmar.
Sus
reducidos 83 minutos se hallan perfectamente aprovechados en un guión ricamente
elaborado, mezclando hábilmente el drama y la fantasía para proporcionar una
bella historia de ciencia ficción de sabor añejo y delicado. Se las arregla
además para dotar de personalidad a todos sus personajes, desde un niño que
nunca deja de actuar como tal, un burócrata malvado con razón de ser y un
crápula con el que te acabas encariñando y todo. Por su parte, su animación
deudora de los mejores Looney Tunes le
añade un encanto de cuando las cosas se hacían de otra manera, que uno no puede
sino mirar con cariño.
Mención
aparte para el certero desenlace, tan difícil de equilibrar como
inolvidable, de los que te dejan un rato pensando, con un poquito de mal rollo
en el cuerpo.
Simplemente,
de las mejores cositas que le puedes poner a un churumbel de 8-9 añetes. Sólo
siento que no sea más conocida de lo que ya es.
Nota:
9
Nota
filmaffinity: 7.1
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