Pues bueno, habíamos
tenido el Endgame
y X-Men:
Fénix Oscura se había comido el marrón de ser la primera película de
Súpers. Sin embargo, tocaba que llegara por fin una nueva película del MCU tras
Thanos y a alguien le tenía que tocar. Así llegó Spiderman: Lejos de casa. Se suponía que ésta era la primera
película que debía sentar las bases de lo que sería el nuevo macro-evento
cinematográfico, enseñándonos cuales son las bases para el futuro.
Mi sorpresa fue
mayúscula al encontrarme una idea muy diferente. Esta película no era el
prólogo de lo que estaba por venir sino un sentido epílogo de lo que ha sido la
Guerra del infinito. Durante su primera hora encontramos lo que, con
diferencia, es lo mejor de la película. En ella se nos cuentan, utilizando la excusa
de Peter Parker, las consecuencias de los últimos chasquidos para todos
aquellos que no estuvieron en el Avengers
Assemble!. Luego, parece que la película se acuerda de que Spiderman está
en el título y hay que darle una historia, por lo que aparecen unos monstruos
elementales, un súper de otro Universo y empiezan las toñas, las acrobacias y
salvar una vez más el mundo.
Pero bueno,
centrémonos. Empezábamos con la reacción del mundo a las consecuencias del
Lapso. Han retornado todos los que se fueron, que no saben qué ocurre. Mientras
tanto, todos aquellos que quedaron han estado cinco años sin sus seres
queridos. Hay quien ha guardado luto durante todo este tiempo y reciben con
alegría a los desaparecidos. Otros han conseguido rehacer sus vidas y ahora
tienen ciertos problemas logísticos. Hermanos pequeños se han transformado en
hermanos mayores. Hubo quién fingió desaparecer y otros no estaban en el lugar
indicado. Se muestran las consecuencias que todo el follón ha tenido para la
plebe, lo que está espléndidamente aprovechado para aportar coherencia al
Universo que se ha creado, unos cuantos chascarrillos y espacio para debate
sobre qué deberíamos hacer en un caso similar cuando eso ocurra. No
hacía ninguna falta meterse en este jardín, pero se sale del brete con alarde y
buen tino. Mis dieces para el equipo de guionistas en esta parte.
Asimismo, también
vemos reflejado el sentimiento de Peter Parker ante la desaparción de Tony
Stark, que hasta entonces se había convertido en su referente como figura paterna.
Cuando todos están radiantes de alegría, él vive un luto consciente. No sólo le
echa en falta como mentor, sino que también siente la llamada del deber, al
comprometerse a continuar su legado de la mejor manera posible (no tan sutil
indicación de que quizás la idea de la MCU es construir unos Nuevos Vengadores
a partir de Spidey). Son 30-40 minutos en los que la película transcurre a un
nivel magnífico, funcionado a modo de perfecto epílogo a la Guerra del
Infinito.
Posteriormente, el
film abandona este tono solemne y se vuelve a arrojar sin complejos a la
comedia mamarracha con adolescentes por medio que caracteriza al Spiderman
del MCU. Con la excusa de un viaje por Europa, tendremos a toda la salidorra
clase de Peter Parker yendo de aquí para allá. En medio de este EuroTrip tendremos
chascarrillos a lo American
Pie mezclados con las ansias de Peter Parker de declararse a MJ, que pasa
de secundaria en la primera película a objetivo del noviazgo en la segunda
(¡Ay, Spidey, que se te ve el fetichismo!). Por si fuera poco, tenemos la
aparición estelar de Mysterio, uno de los malvados clásicos de Spiderman,
convertido aquí en improbable aliado.
Una vez tenemos la
situación montada, se establecen los primeros set-pieces de acción y
destrucción, con los que la película se mueve a través de los cánones más
estándar del MCU: comedia de acción con algunos chistes buenos (otros no
especialmente), una trama más o menos simplona y mamarracha, concluyendo con
unas cuantas escenas de acción resultonas. Nada nuevo bajo el sol, sin aportar
nada especial, entreteniendo a su modo. Los amoríos de instituto son me
chirrían más que en su predecesora, dónde se veían más naturales, pero bueno,
este Spiderman es así.
Se nota mucho que
Holland se lo pasa en grande siendo Peter Parker, quizás un sueño hecho realidad
como le pasa a Henry Cavill. Le tiene cogida la medida a la encarnación que
quieren del personaje, lo que se nota en el resultado final. Tanto que se
permite también un par de momentos para mojar bragas enseñando musculitos con
camisetas volando gratuitamente. Zendaya era la mejor actriz juvenil de la
anterior película, motivo quizás por el que la han convertido en el nuevo
objetivo amoroso del prota. Le sobra carisma para sacar adelante su trabajo,
aunque me fastidia que hayan convertido un personaje cínico y tridimensional en
una dama en apuros, el guión no le hace ningún favor. Por su parte Gyllenhaal
demuestra su solvencia dando vida a Mysterio. Sin soltar el automático en
ningún momento, se muestra como el actor más capaz de todo elenco. Finalmente,
Jon Favreau y Marisa Tomei se convierten una improbable pareja con,
probablemente, los mejores chistes de la película. Otros que se nota que se lo
pasan en grande rondando la película. En resumen, un poco lo de siempre: no se pide
nada en especial a los personajes más allá de cumplir y es lo que hacen. Ya
tenemos interiorizados a los personajes, por lo que se hace muy fácil seguir
sus andanzas.
Comparado con otras
versiones de Spidey, la de Tom Holland se establece como la más petarda de
todas. Renuncia casi por entero a la trascendencia de la responsabilidad y se
dedica a soltar sus chascarrillos y llevarse a la chica. Va en consonancia con
la edad del personaje, que todavía va al instituto en vez de a la Universidad
(como el de Maguire), el de renunciar a meterle carga emocional a la trama,
algo fuera de lugar en el esquema general del MCU, especialmente si como
parece, está planeado que lidere a los Nuevos Vengadores.
La novedad más
destacable de la película se halla en la imaginería que genera Mysterio,
jugando con ilusiones, y proyecciones (casi) salidas de otro mundo. Cada pelea
en la que vemos lo que es capaz de desatar mola, especialmente para ver en una
pantalla gigante, tal como ocurría en las películas del Dr. Extraño. Es un
gustazo contemplar lo bien que trabaja Marvel la parte visual cuando le apetece,
no hay más que contemplar las dos peleas contra Spidey, en los que la línea que
separa la fantasía y realidad se torna difusa con cierta maestría. Realmente,
la vuelta de tuerca que se le pega este personaje secundario tiene su punto,
con la posibilidad para usarlo en un buen puñado de cosas si les
apeteciera.
Spiderman: Lejos de
casa es una propuesta irregular. Después de treinta minutos fabulosos dedicados
al MCU, se pasa a unas dos horitas de acrobacias, chistecitos, amoríos y buenos
efectos especiales. Mucho aroma mamarracho y petardeo vario que se hace
entretenido, dando lugar a una de las películas más infantiles de toda la
franquicia. Adolece de un antagonista algo desdibujado y hace muchas cosas que
no esperaríamos ver en un cómic de Spiderman. Los chistes no aciertan tan bien
como debieran, pero los que sí lo hacen son magníficos, con lo que todo pasa
espectacularmente rápido a la que no te pongas muy tonto con el guión. Divierte
sin alardes, que es un poco lo que busca.
Nota: los primeros
30min, de 8,
luego 5.
Nota filmaffinity: 6.3
La escena final de
JJ es grandiosa. Un descojone de bandera. Me reafirmo en que JK Simmons es el
que mejor ha encarnado a un personaje Marvel en la gran pantalla. Se cambia de
universo fílmico y sigue ahí siendo el mejor, como si tal cosa. Chupi.
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