Supe que iba a haber OTRO reinicio del trepamuros unos
meses antes de saber siquiera que el personaje iba a aparecer en la Civil War.
Pocas veces me he enfrentado a una sensación de hastío antes siquiera de ver el
más mínimo tráiler de la película. Realmente, era un “Anda, iros por ahí a
cagar a la vía”. Innecesario y repetitivo.
Sin embargo, a medida que se iban sabiendo cosas sobre el
proyecto, este Homecoming (vuelta a
casa) se me iba haciendo más simpática:
1) Spiderman iba a
ser un chavalín de 14-15 años (aunque el actor tuviera 20 ^^)
2) Marvel anunció
que NO se iba a volver a contar nada de la picada de la araña. Spiderman ya era
Spidey al inicio del film.
3) Se alejaba de la
imagen de una Tia May viejecita y desvalida. En consonancia con la juventud del
prota, ella iba a ser una cuarentona de buen ver (¡ojiplático me quedé al ver
que iba a ser Marisa Tomei!)
4) Michael Keaton
en su tercer papel como superhéroe avícola (Batman, Birdman y, ahora, el
Buitre), que es un actor que siempre me ha encantado.
No tenía muchas ganas de Spidey, pero vaya si me lo
estaban vendiendo bien. El remate final viene con su aparición en la Civil War,
constituyendo la mejor presentación del personaje en cualquiera de sus
encarnaciones fílmicas. Pues parecía que iba a molar y todo.
A diferencia de su papel habitual dentro de la franquicia
Marvel, dentro del MCU se planteaba como un personaje secundario, un aprendiz
de súper que está dando sus primeros pinitos mientras los Vengadores cuentan
con años de experiencia a sus espaldas. Características que concuerdan con la
película que se le da.
Aquí, en Homecoming,
Spiderman es un chavalín que todavía alucina Rickinillos con los poderes que
tiene y está viviendo sus primeras aventuras con total ingenuidad. Rápidamente,
llama la atención de Iron Man, que le servirá (más o menos) de mentor. Por su
parte, el Buitre trabaja desguazando los restos de las batallas de los
Vengadores y se gana un sobresueldo vendiendo armas en el mercado negro. Cuando
Peter Parker intenta contárselo a Tony Stark, éste no parece muy interesado,
por lo que Spidey tendrá que tomar cartas en el asunto, mientras intenta
ligarse a la chica más guapa del instituto.
Estaremos de acuerdo en que sí, un argumento muy genérico
para dar a un personaje “menor” una aventurilla de introducción para que le
cojamos cariño y tenga su dosis de acrobacias aquí y allá. Poco antes de ver la
película, me fijé en la presencia de 6 guionistas metiendo mano en el guión, lo
que suele ser símbolo de abundantes reescrituras imperfectas (cambios de tono,
irregularidad en la generación de escenas… en definitiva, no es buena señal). Y
¡ay!, que tontada más grande de película. Han conseguido mostrarnos a un
adolescente atolondrado con un pavo que no sabe qué hacer con él (muy logrado
Tom Holland, no es fácil) metido en una aventura que le viene muy grande. Queda
patente que no da la talla, pero su entusiasmo juvenil le impide contenerse y
liarla a lo bestia. Al final, es casi una comedia de adolescentes –bien
montada- con los súpers y escenas de acción por ahí. A grandes rasgos, me
recuerda mucho a un puñado de cómics recientes de Marvel (Hulka, Ms. Marvel) en
los que se quita cualquier asomo de trascendencia a la trama y nos quedamos con
simpáticas comedietas de acción. A fin de cuentas, es lo que muchos vemos en
Spiderman. No es tanto un héroe torturado por la responsabilidad, sino un
chapuzillas graciosete y lenguaraz que saca adelante los entuertos a base de
suerte e improvisación. Esto no es El soldado de invierno, esto es un entretenimiento ligero de un superhéroe
“inexperto”.
Ahí está uno de los mayores puntales de la película, se
siente fresca, rejuvenecida. No tenemos a un treintañero en el instiuto, ni el
drama existencial adolescente (ejem) parece impostado. Abundan las chorradas,
las reacciones descerebradas de un quinceañero y la sensación de que, a veces,
cualquier chorrada en la que entretenerse es más importante que lo más crucial.
A su manera, este Deadpool para todos los públicos es un jarro de agua fresca,
que cambia respecto a todos los Spidermans anteriores y se deja ver con
facilidad.
El percal está dirigido, siguiendo la moda reciente de
MCU con sus películas menores, por un Jon Watts que, aparte de ser un frikazo,
no había hecho más que un par de películas de terror medianamente resultonas.
Siendo esta la primera vez que goza de un presupuesto de más de 100M$, al final
ni tan mal. No va a destacar por su pericia, pero mantiene el tono, no se mete
en ningún lío del que no pueda salir y nos entrega un producto de entretenimiento
con un acabado muy pulcro. Los efectos especiales marca de la casa funcionan
como siempre, aunque Spidey a veces parece ser un poco demasiado de goma, sin
que lleve un sombrero de paja.
Asímismo, mete mucho ritmo a un guión que está tan
plagado de chistes que lastra un poco el limitado desarrollo argumental (al que
tampoco le exigimos mucha trascendencia, pero we…). Mantiene acertadamente el
papel de Downey Jr. al nivel del cameo y no abusa de escenas arácnidas que ya
pudiéramos tener muy vistas de anteriores encarnaciones (vale, la eterna
crucifixión no puede faltar).
El contraste del Spiderman de Holland resepecto al de
McGuire o Garfield no puede ser más claro. La versión de Raimi nos mostraba a
un Spiderman universitario, ya adulto y responsable, con arranques y
chistecicos infantiloides que funcionaba muy bien para ponerse trascendente,
pero fracasaba completamente al ponerse chorra. Fue una encarnación muy
acertada en sus dos primeras entregas, pero pecó de excesivamente reiterativa
en la tercera (qué Venom más malo, jus). El AmazingSpiderman de Mark Webb, interpretado por Garfield se acerca mucho más a
esta versión, pero destilaba bastante poochismo, notándose demasiado que se
había realizado por motivos digestivos, además de que se notaba “un poco” del
cambio de edad actor/personaje. Holland no miente (mucho) sobre su edad y
destila el entusiasmo loco que un friki de nuestra época tendría al descubrir
que es Spiderman (¡como no!). Costará verle en películas más trascendentes
(“Tengo miedo, Sr. Stark") y, como Deadpool, le gusta demasiado las chorradas
como para tomárselo en serio, pero, por ahora, me parece el mejor de los que
han encarnado al trepamuros cuando de hacer películas entretenidas se trata.
También hay que decir que Homecoming tiene la suerte de tener al mejor villano del MCU (hasta
ahora, lo que tampoco es decir mucho, je). Las motivaciones de El buitre son
muy terrenales, reconocibles, y cualquier espectador podrá empatizar con ellas.
Nada de delirios de grandeza, ni destruir el mundo. EL buitre es un “honrado”
trabajador que sólo busca llenar el plato en casa a base de material robado y
tal y tal (como un Tony Soprano cualquiera). Además, da gusto ver a un buen
actor que se lo toma en serio en una propuesta de este estilo. Se come con
patatitas cada escena en la que sale (y salva media película, para que
negarlo).
Spidey vuelve a casa, al MCU, tras su exilio en la Fox.
Quizás de ahí el título Homecoming (que
es lo que viene a significar). Puede que en el papel sea uno de los personajes
más importantes de la franquicia, pero en la pantalla, se está construyendo
como un personaje menor, como Antman. No
en vano, sus películas guardan muchas semajanzas. Son propuestas funcionales,
tontorronas y divertidas, que se dejan ver con agrado y deparan dos horitas de
entretenimiento fácil. No deja de sorprenderme como las películas Marvel acaban
siendo propuestas resultonas busquen lo que busquen, ya sea en las chorradas
ligeras (Guardianes de la Galaxia, Deadpool) como en su vertiente más
trascendente (Soldado de Invierno o Civil War).
Puede que no todos casen con este Spidey tan chorra, pero
reconozco que las risas que me he pegado me han sentado muy bien, aunque la
historia en sí sea una tontada bien grande. Básicamente, funciona. Puede que no
añada nada que no hayamos visto antes, pero la mezcla entre comedia y acción es
más que suficiente para pasar el corte y divertir como se esperaría. Homecoming acaba siendo un recuerdo de
que se pueden hacer cosas molonas con Spiderman, que algunos ya parecíamos
dudarlo.
Nota: 6
Nota filmaffinity: 6.4
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