miércoles, 30 de septiembre de 2015

Ant-Man



No. No queríamos ver Ant-man. Como esta entrega marveliana se planteaba bastante más flojilla que las anteriores, habíamos decidido que ya se vería cuando apareciera en DVD. Pero mira, cosas que pasan, llegamos tarde a la que íbamos a ver (cayó a la semana siguiente) y acabamos yendo a la única interesante que quedaba.

Ya desde el propio póster se apostaba por la falta de glamour del súper héroe. Es un personaje vital dentro del cómic que ha pasado a ser tan secundario en las películas –principalmente porque Bruce Banner ocupa su rol científico serio en los Vengadores- Ant-Man “sólo” se hace pequeño. Y ahí está todo su poder. No puede levantar ciudades por los aires, llamar a los rayos o jugar a béisbol con tanques, sólo infiltrarse y pasar desapercibido. Incluso él mismo hace algún chiste sobre ello y se ríe su “heroísmo” a lo largo del metraje. Siendo entonces un héroe menor dentro del Olimpo de los Dioses, se le ha dotado con una historia mucho más ligera y distendida para presentarlo, mucho más cerca de una comedia de acción que de una aventura épica.

Como primera película de superhéroes se dedica casi todo el tiempo a la presentación del personaje y ya tal, aunque aquí se realiza también un claro esfuerzo para hacer patente que forma parte del Universo Marvel. La película mantiene un sello estético y un estilo de guión claramente identificable, con un buen puñado de guiños bien introducidos para hacer patente que los Vengadores están allí. 

Y como película Marvel, tenemos presente todos los detalles de calidad que han hecho famosa a la franquicia: buenos efectos especiales al servicio de la trama, un ritmo muy vivo, presupuesto holgado para proporcionar buenas dosis de acción y un toque carismático siempre molón. Por otro lado, también tenemos, agudizados por la poca fuerza de su guión, los peores defectos de la franquicia: personajes y reacciones inverosímiles, la estúpida vacuidad intrascendente de la franquicia, pocas ganas de tomarse en serio a sí misma, incoherencias tecnológicas y la clara sensación de ser un simple episodio menor en una trama mucho más amplia.

No obstante, el juego de cambio de tamaños permite al director divertirse con la puesta en escena, dando un protagonismo inesperado a las hormigas y proporcionando un duelo final lleno de imaginación, humor y virguería visual, cuya inmersión en la nada cuántica (lo mejor de la película) destaca por su vigor y su hermosura en una pesadilla llena de poesía.

Funciona aceptablemente manteniéndose a caballo entre la acción y la comedia, con un tono entretenidillo y refrescante para el veranito, cumpliendo con su ligereza a llenar un gap de cuatro meses y añadir un par de personajes más al Panteón fílmico marveliano. Acercarse más a alguno de los dos géneros probablemente habría finalizado con una película fallida. A falta de ver como evoluciona en el futuro, la más prescindible (que no la peor) de las películas Marvel. Aun así un entretenimiento muy agradecido.

Nota: 5
Nota filmaffinity: 6.6

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