martes, 26 de marzo de 2013

Kenshin, el guerrero samurai


Al no haber conseguido entradas en el Festival de Sitges, había perdido ya la esperanza de ver esta película. Un poco de improviso cayó entre mis manos, por lo que no perdí la oportunidad de echarle un buen ojo.



Japón, final del siglo XIX. Después de quinientos años de supremacía, la era Tokugawa ha llegado a su fin. Los samuráis son abolidos y Japón se abre al mundo. Los samuráis deben aceptar que ya no tienen lugar en el mundo y adaptarse a un nuevo modo de vida, cosa que muchos encuentran imposible. Entre ellos, Batusai “el Carnicero” Himura destaca como una figura misteriosa y mítica, el mayor asesino que floreció entre las filas golpistas. Desapareció justo al final de la guerra y sólo los rumores hacen eco de su actual ocupación. Un día, un vagabundo llega a una ciudad tomada por los traficantes de opio. Nadie sabe de dónde viene, pero lleva una espada al cinto y dos enormes cicatrices en la cara…

La crisis de ideas en el cine también ha llegado a Japón y los estudios se han dedicado a adaptar los grandes clásicos del manga a imagen real. Las películas generadas se habían caracterizado por tener una calidad más que discutible, pero apareció Gantz para romper la tendencia.
El Guerrero Samurái es una de las series con la que más he disfrutado en mi vida, por lo que al enterarme de que iban a adaptarla decidí que la vería, sin importar lo mala que fuera. El tráiler y las primeras imágenes que llegaban indicaban que parecía que el proyecto estaba trabajado pero claro, nunca se sabe...
Empecé la película con un poco de miedo y esperando un estropicio pero pronto el HD y los escenarios indicaban que la adaptación era, al menos, lujosa con ganas. Por si fuera poco, los creadores han decidido tratar con respeto la obra y han cogido dos de las sagas iniciales y las han transformado adecuadamente en una película de 150minutos.

ACTORES: Partiendo de que todos los personajes ya se han visto representados en el anime, elegir a los actores adecuados para la adaptación no es tarea nada fácil. Por suerte, el acierto es pleno. Están todos muy bien escogidos y cada uno de ellos muestra claramente la personalidad que se les da en la serie, sin adaptaciones ni cambios extraños - con esa irreconocible y horrible Dragon Ball uno ya no puede fiarse de nada-. Ninguna de las actuaciones pasará a la posteridad, pero no se puede negar que cumplen eficazmente con su función. Muy esforzados y correctos. Como debe ser, vaya.

DIRECTOR: Adaptar un manga nunca es fácil. Los personajes tienen peinados estrafalarios y visten de manera muy particular, con abundancia de colores chillones. Más de un acercamiento muy fiel ha acabado pareciendo un fan-made por parte de un grupo de frikis horteras. Propuestas más diferenciadoras han acabado provocando que el parecido entre la película y el original sea pura coincidencia. En este caso, se nota que el presupuesto es abultado y está gastado con gusto. El vestuario está muy bien conseguido, convirtiendo en mates muchos de los colores excesivamente chillones y respetando todos los trajes. El trabajo de caracterización está muy bien conseguido, con todas las particularidades bien representadas sin caer en el esperpento. La recreación del manga ha sido realizada con mucho amor y respeto, con escenas bien escogidas -algunas incluso calcadas del anime- y un inesperado cuidado en los detalladísimos escenarios, con especial mención al Akabeko y al Dojo Kamiya. Como se puede esperar en una película de espadachines, las escenas de acción están realizadas con bastante brío, con coreografías muy bien conseguidas -si es que, dónde hay un buen material…- y un ritmo y una variedad destacables (excepto el Gatotsu, que les queda muy cutre).
No obstante, también hay algunos peros. Los momentos narrativos buscan captar el ambiente profundo y épìco que alcanza el anime  y bueno, en algunos momentos puede hacerse especialmente lento. Entiendo que los que recuerdan a Shikijo y Hannya no son realmente los personajes ni nos los quieren colar como tal, claro.
Eso sí, la escena en que Batusai remata a un samurái que no quiere morir bajo una lluvia de flores de cerezo les ha quedado fantástica, así da gusto ver una adaptación.

GUIÓN: Es obvio que encerrar treinta capítulos en dos horas de película es harto difícil, pero el resultado es bastante digno. Han cogido la saga introductoria, juntándola con la de Jin -el asesino que odia a Kenshin por alguna razón inexplicada- y la de los comerciantes de opio -obviando cualquier referencia a Aoshi, que supongo reservarán para una posible segunda parte-. A pesar de haber cogido cosas de aquí y allá, el pastiche ha quedado  bastante coherente y aguanta sin dar la sensación de estar innecesariamente estirado. El carácter de los personajes está muy bien reflejado -aunque la presentación de Sanosuke sea algo forzada-, los diálogos son notables -en muchos casos literales dell manga original- y permiten apreciar la complejidad de Kenshin y su esforzada filosofía de vida.
Más peros son la pelea entre Saito y Kenshin, y el escaso papel de Yahiko. Respecto a lo segundo, no había tiempo para todo. Y, sobre la batalla entre Saito y Kenshin, simplemente desaparece. Que sí, pelean, pero Kenshin apenas se defiende y desde luego no revive ese odio ancestral por el capitán de la tercera división del Shinsengumi. Querían reservarse el duelo interno de Kenshin para la pelea con Jin, pero también querían incluir a Saito, así que lo más lógico era esto, pero de todas maneras es una parte sustancial del manga que se han saltado. Por cierto, que Saito es diestro todo el tiempo hasta que utiliza el Gatotsu y lo ejecuta con la mano izquierda.

La película mezcla bastante bien la acción con los momentos introspectivos y queda como una entretenida película de samuráis y una estupenda adaptación del manga original. Hay un par de baches de ritmo, pero se compensa con la estupenda recreación del Tokyo de la era Meiji.  El problema que veo es que yo ya conozco toda la historia y sé en todo momento cómo son los personajes. Faltaría ver la opinión de alguien que no esté familiarizado con la historia, pues no estoy seguro de si va a poder seguir todo lo que ocurre y las implicaciones de según que diálgos. El problema es que no creo que nadie que no sea fan vaya a mostrarse dispuesto de inicio a ver esta película. Eso sí, a mi me ha gustado mucho.

Nota: 8
Nota filmaffinity: 6.6

A ver si hay una segunda parte -entiendo que con la historia de Aoshi- y está tan bien hecha como ésta. 

lunes, 25 de marzo de 2013

La mala mujer (Marc Pastor)


Ana me recomendó este libro, esperando que me gustara. Como hacía tiempo que no me ponía con una novela negra, decidí darle una oportunidad. Además, pasaba en Barcelona -mi ciudad- y era cortito, por lo que, ¡palante! El libro tiene su gracia, así que, gracias Ana!

Título: La mala mujer
Autor: Marc Pastor

“El inspector Moisés Corvo, bebedor y pistolero, le gusta la calle y la escucha. Y en la calle comienza a hablarse a voz baja de niños que desaparecen, hijos de prostitutas que callan por miedo. Corvo decide preguntar, incrustarse en esa Barcelona de 1912 que tan bien conoce. Por deber y por afición, que las tiene: las taberna, los prostíbulos…  Pregunta a quien debe y a quien no, en el Chalet del Moro y el casino de la Arrabassada, hasta que los superiores le ordenan que abandone. Pero, a Corvo y a su inseparable Juan Malsano no los frena cualquiera, y menos ahora que comienzan a vislumbrar a una mala mujer, fría y calculadora, que sabe cuidarse muy bien, por lo que se ve. Pero no tanto. Ni los clientes para los que busca menores y chantajea podrán callar sus crímenes: mucho más crueles y depravados de los que Corvo era capaz de imaginar. Basada en un caso real que sacudió a la Barcelona de principios del siglo XX, tristemente protagonizado por Enriqueta Martí, la llamada vampiro de la calle Ponent.”

Una de las primeras cosas que llaman la atención es que el narrador que escoge el autor es un tanto atípico. Después de todo, es inusual que la propia Muerte sea quién te cuente la historia. Evidentemente, la Muerte sabe muchas cosas que los personajes no saben y no pierde oportunidad para explicártelas, si así lo considera necesario. Además, toma la iniciativa para opinar sobre algunos asuntos e incluso se molesta en avisarte cuando viene un pasaje demasiado escabroso, para que te lo puedas saltar si así lo deseas. El efecto es cuanto menos curioso.

La investigación corre a cargo del Inspector Moisés Corvo y de Juan Malsano. Corvo es un hombre destrozado por la vida. No soporta su matrimonio ni a su familia ni a nadie, y ha encontrado refugio en su trabajo y en el vicio. Tan corrupto y disoluto como el ambiente en que se mueve, Corvo se obsesionará rápidamente al encontrar un caso tan extraño, llegando a descuidar el resto de sus obligaciones con el objetivo de resolverlo, como si quisiera redimirse de algún error del pasado. Juan Malsano es su contrapunto pragmático. Inteligente y analítico, no pierde de vista su deber e intenta mantener a Corvo centrado para mantener su cordura. Ambos son ávidos lectores de la novela negra de la época (Sherlock Holmes, Lestrade, Auguste Dupin…) y comentan aspectos de la investigación, comparándolos con relatos de uno u otro conocido autor.
El terror corre a cargo de Enriqueta Martí, una mujer fría y calculadora que constituye uno de los malos más bien construidos que he leído en bastante tiempo. Gracias a la Muerte, podemos entrar en su ambiciosa y degenerada mente, asombrándonos ante la maldad que es capaz de desplegar. Es una mujer que se hace odiar, y mucho. Veleidosa, temible y caprichosa, además de seductora y manipuladora. Una combinación bastante peligrosa si le añades unas buenas dosis de carisma. Realmente, hay momentos que es para matarla cien veces .o más- como la escena de la guardabarrera.  Lástima que, en comparación con los detectives, tenga poco protagonismo dentro de la historia.

La novela está situada en la Barcelona de principios de siglo. Hay que reconocer que el trabajo de ambientación es magnífico. Se nota que es un aspecto MUY trabajado y le añade mucho valor a la novela. Además,  me encuentro con el extra de poder reconocer los lugares por donde transcurre la acción, pues son sitios por los que he pasado cientos de veces. Hace mucha gracia conocer todos los nombres, saber cómo es la plaza dónde están o la calle por la que deben ir...
Durante todo el libro se respira un ambiente maligno muy logrado. El autor juega un poco al estilo de Terciopelo azul, como buscando mostrar que la frontera entre el mundo luminoso -dónde uno puede vivir feliz- y el oscuro -en el que cualquier depravación es posible- es mucho más estrecha y más cercana de lo que uno pudiera esperar… Este efecto es reconocible y está bien conseguido.

Aunque desde el primer momento ya sabes quién es el malo de la historia, la investigación mantiene su tensión. Desde el primer momento se establece un atractivo juego del gato y el ratón entre policías y asesina dónde los policías van, poco a poco, estrechando el cerco y acercándose a la despiadada secuestradora.  No obstante, en algunos momentos se vuelve algo repetitiva, como si estuviera excesivamente estirada.

Como se puede leer en el propio argumento, la historia es un tanto degenerada y el ambiente en que se mueve toda la novela es excepcionalmente sórdido, incluso desagradable en algunos aspectos. Se agradece que el narrador te avise antes de lo peor, pero el autor se podría haber ahorrado explicar con tanto detalle el destino de los pequeños Joanet y Angelina o el polvo con la pequeña Gaughin. Están bien introducidos dentro de la historia y se convierten en un factor diferencial difícil de encontrar en otras novelas, pero bueno, igual no era necesario tanto detalle y tanta inmoralidad. Otro aspecto también criticable es que tanto la exhaustiva ambientación como los comentarios “frikis” de novela negra entre los inspectores son a veces un poco excesivos. Hay que reconocer que son inusuales y tienen su gracia, pero acaban por entorpecer la historia y parece más bien que su inclusión vaya más en dirección de “mira qué bueno que soy que sé usar todos estos recursos literarios” o de “mira qué bien me he documentado” antes que de hacer la historia más atractiva para el lector.

Al ser tan corta y tener un narrador tan particular se deja leer bastante bien, sabe ser diferente. Es ciertamente original, está muy bien ambientada y en algunos momentos es inquietantemente brutal. No obstante, peca de una investigación algo simple y de una escabrosidad innecesaria.
Cualquiera que disfrute de la novela negra puede pasar un buen rato con ella. Eso sí, no es en modo alguno apta para corazones sensibles.

Nota: 6
Nota anobii: 4/5

Ganadora del premio "Crims de Tinta 2008".

sábado, 23 de marzo de 2013

Los hermanos de la Serpiente (Dan Abnett)


Después de un libro denso y con mucha chicha, además del estrés del máster… Pues viene bien algo ligerito y entretenido. Y qué mejor que un oneshot de Wh40k: acción sin complicaciones, sin complejos argumentos ni reflexiones profundas. Para leer y desconectar, vamos.

Título: Los hermanos de la serpiente
Autor: Dan Abnett
Título original: Brothers of the snake

“La ciudad de Baal Solock sufre el ataque de una misteriosa raza alienígena. Desesperados, sus habitantes deciden utilizar un antiguo artefacto para lanzar una señal de socorro por primera vez en más de seiscientos años.
Contra todo pronóstico, alguien responde a su llamada de auxilio, un único marine espacial enviado para enfrentarse al enemigo contra el que han fracasado todos los ejércitos de Baal Solock.”

En vez de ir a campañas épicas dónde se dirime el destino del Universo, este libro se dedica a seguir la historia de una pequeña unidad de Marines de un Capítulo menor en los anales. El protagonismo no recae en los generales ni en los héroes, sino en un simple sargento que, cumpliendo las misiones que se le ordenan, busca lo mejor para su escuadra.
El resumen que vemos en la contraportada no es sino el resumen del primero de los pequeños fragmentos en que se divide la novela. Cada uno de ellos sigue diversos aspectos de las rutinas de la escuadra: algunas misiones de combate, ritos de iniciación,  los problemas que puede encontrar un sargento para asegurar munición para sus hombres, para encontrar buenos reclutas o un buen médico que asegure la supervivencia de los heridos, los problemas para mantener la disciplina…

Abnett, el mejor escritor de la franquicia, nos propone una novela con un argumento simple y una estructura mucho menos compleja de lo usual. Por otro lado, decide jugar un poco con la estructura narrativa típica y presenta cambios curiosos, situando a veces el relato a mitad de acción, o acabándolo a mitad de las hostilidades, o te suelta treinta páginas sin acción en que simplemente aprendes cómo es el día a día de un Marine. Son historias… diferentes. Además, como el protagonista es un simple sargento, muchas veces desconoce el plan general de las cosas: sencillamente le han ordenado una misión y él la cumple, sin más complicaciones. Esto hace que los relatos sean mucho más ligeros y curiosos. Ninguno de ellos tiene una especial enjundia, pero el lenguaje ágil y ameno de Abnett los convierte en una agradable novela de acción dónde pasas páginas sin enterarte.

Realmente, ninguno de los personajes es desarrollado en exceso. Sí, vas conociendo a los diversos integrantes de la escuadra a lo largo del tiempo -se supone que pasan doce años en el libro- y cada uno de ellos tiene su rasgo distintivo que los hace reconocibles, pero no pasa de una mínima caracterización que los diferencia. Todos están cortados por el seco patrón de cómo debe ser un Marine Espacial: serios, eficaces, decididos y con poca alma.

Como el Capítulo es “nuevo”, Abnett tiene que crear su imaginería y se permite desarrollar una rica imaginería muy marítima con evidentes reminiscencias a Ulises y su Ítaca. Tiene espacio y juega con referencias reconocibles, dando un carácter curioso y distintivo al Capítulo. Son de “reciente creación”, por lo que no tienen no tienen milenios de historia ni reliquias antiquísimas. Esto provoca que, en comparación con otros históricos, tengan menos recursos, yendo más “con lo puesto” y que en cada misión deban demostrar aún más su valía. Para rizar el rizo, en vez de luchar en guerras y cruzadas, se dedican más bien a hacer de policías de su sector galáctico, con lo que el ambiente que les rodea también es inusual.

Como se puede ver, el conjunto es una novela intrascendente, pero diferente y entretenida. Ideal para desconectar un rato y ver un punto de vista inusual de los Marines.

Nota: 6
Nota anobii: 4/5

miércoles, 20 de marzo de 2013

A Roma con amor


Este máster que no me deja respirar… Parece que por fin he tenido un fin de semana con algo de tiempo y he podido incluso ver relajadamente una película en casita. Como no tenía ganas de pensar ni me apetecía nada complicado, pues ataco la última película de la trilogía de turismo (Barcelona, París, Roma) de un director que siempre me ha agradado, Woody Allen.

A Roma con amor es un canto a la bella ciudad dónde Allen sitúa cuatro historias de líos amorosos.  En la primera Woody es un director de orquestra que no acepta su retiro que viaja a Roma para visitar a los padres del prometido de su hija. En la segunda Benigni se hace famoso sin motivo alguno, con los problemas que ello ocasiona en su vida. Luego Alec Baldwin encarna a un arquitecto que vuelve a Roma después de muchos años de ausencia y recuerda/revive/observa un amor de juventud en la ciudad. Finalmente, Milly y su novio son una pareja de pueblerinos recién casados de luna de miel que, al pasar sus primeros días en Roma se ven superados por el ambiente de la ciudad.

Para acabar con el tríptico de turismo, Allen nos deja una comedia romántica muy ligera que se convierte en una bella postal que repasa todos los monumentos (no deja ni uno, y mira que hay) de la ciudad eterna.  Aunque la película sea un entretenimiento banal, hay que reconocer que sabe ser diferente.

ACTORES: Al ser una película de episodios, los personajes están muy repartidos y no tienen muchos minutos. Además, no es que haya una gran exigencia en los papeles, ya que Allen se limita a hacer de Allen, Benigni hace de Benigni y Eisenberg imita a un joven Allen, vamos, que hacen de sí mismos. El resto de secundarios apenas disfrutan de un par de minutos y se limitan a soltar sus frases. Sólo destacaría a la Pe, que intenta dar un poquito de chicha a un personaje que no tiene ninguna.

DIRECTOR: Woody Allen continúa su tour europeo y en esta ocasión nos presenta a la Città Eterna, la encantadora e histórica ciudad, para convertirla en escenario de cuatro historias. Para esta postal, Allen decide hacer un batiburrillo coral con historias muy ligeras y una búsqueda del absurdo bastante curiosa. Muy deudora de “Vacaciones en Roma”, encontramos continuos guiños a la cultura italiana, con su música y un aire a Fellini siempre presente. La película va avanzando mediante efervescentes diálogos -aunque con menos ingenio del habitual- y un ambiente festivo donde zumba la picardía, la sexualidad, el vitalismo y el vodevil en medio de una banalidad absoluta. Rompe con unas cuantas normas y monta escenas con propuestas inusuales, pero en ningún momento busca la más mínima trascendencia.
En este retiro turístico por Europa, Woody nos ha dejado una película muy curiosa (Barcelona), una obra maestra (París) y un divertimento chorra (Roma). A Roma con amor es una propuesta muy irregular, con momentos que parecen salidos de una obra de Pajares&Esteso unidos a otros de una genialidad indudable. Como comedia se agradece que mantenga un buen ritmo,  intercalando correctamente las historias de manera que el tiempo pasa agradablemente sin ser, en ningún momento, nada trascendente.

GUIÓN: Cada una de las cuatro historias conforma un refresco banal por sí misma. Ninguna de ellas tiene la más mínima complejidad, a pesar de las digresiones de los personajes o las absurdas soluciones narrativas que Woody presenta. Se hace evidente que Woody se ha inspirado en la obra italiana del Decamerón, pues la vacuidad, el alegre tonillo sexual  y la extraña magia que impregnan las historias son reconocibles. Los diálogos son muy tontos, pero muy ágiles y ayudan a mantenerte entretenido entre tanta gansada que va pasando a lo largo de la cinta.

Las diferentes historias intentan reflejar algunos tópicos sobre la sociedad italiana. La de los arquitectos es la historia más woodyalinesca: la femme fatale que hace plantearse la idealización de una feliz pareja, la infidelidad, los diálogos culturales, el conflicto generacional, la mala conciencia y todas esas cositas que Allen ha estrujado al máximo en sus guiones. Además, Woody se permite una leve crítica al “cotilleo” y lo “artísticamente bueno” por su carácter de esperpéntico, efímero e insignificante -Ay, ¡Italia! -. Esto se puede palpar a través de algunos de los personajes de la película que anhelan sus 15 minutos de gloria, para luego darse cuenta de que solo son felices cuando se muestran auténticamente como son. Lo más representativo de esto es el personaje interpretado por el tenor Flavio Armiliato, un enterrador que tiene enormes dotes para cantar ópera, pero que fracasa cuando tiene que cantar frente a los magnates del negocio y sólo puede ofrecer grandes interpretaciones cuando canta… bajo la ducha.  Se le podría pedir un poco más de mordiente, porque Woody se queda apenas en el chascarrillo, pero bueno, tiene su gracia. El último de los episodios es el que más recuerda al cine italiano, con Ornelia Muti y Antonio Albanese haciendo de sí mismos y un desarrollo muy típico. La historia es la más floja de todas y sólo la Pe intenta hacer algo a interpretar, con lo que el resultado es mejorable.

En resumen, la película es muy desigual y tiene momentos muy flojos, generando un conjunto que no resulta nada sólido. En manos de cualquier otro director probablemente sería un plomazo insoportable, pero Woody Allen la convierte en una comedia tonta visible aunque mejorable. Aún así le he puesto un cinco porque consigue que me ría en bastantes momentos y no da tanta vergüenza ajena como otras propuestas similares. Si uno se la toma como una colección de gags y diálogos divertidos, se lo puede pasar bien.

Nota: 5
Nota filmaffinity: 5.9

sábado, 16 de marzo de 2013

Oz, un mundo de fantasía


"El Mago de Oz" de Fleming es una de esas películas que perduran en el recuerdo colectivo, por su calado emocional, por su deliciosa ingenuidad colorista, por el carisma de sus personajes, por la belleza de unos temas imperecederos y por una historia cargada de ilusión. Sin duda alguna, hablar de la obra maestra de la MGM es hacerlo de una de las películas que más han disfrutado personas de todas las generaciones desde su estreno, entre los cuales me incluyo. Sin duda, una de las cintas de mi infancia. ¡Oh!, ese mágico mundo de Oz, ¡dónde un poderoso mago cumple tus deseos y si golpeas tus zapatos rojos puedes volver a Kansas! Colores, alegría, fe y magia en un mundo lleno de vida y brujería dónde cualquier sueño puede hacerse realidad -si es bueno, ¡claro!-.

Oscar es un mago, un ilusionista que viaja de pueblo en pueblo entreteniendo a la gente con trucos de prestidigitación y timos varios. Del último pueblo tiene que salir huyendo y acaba siendo engullido por un tornado. En vez de morir, es trasladado al mágico mundo de Oz, dónde se convierte en el protagonista de una profecía que le proporcionará un trono y riquezas fabulosas. Pero claro, no todo será tan fácil y deberá pasar por mil peligros para hacerse con el trono.

A pesar de que todos los estudios están dedicados a revivir todos y cada uno de los blockbusters de otras épocas, atreverse a revisitar un mundo tan particular y atemporal como Oz puede parecer una insensatez. Por suerte, parece que Raimi ha decidido tomarse un poco en serio el proyecto y el resultado es aceptablemente digno.

ACTORES: Actuar delante de pantalla azul es una tarea difícil y a menudo los actores no calculan muy bien dónde tienen que mirar o cómo tienen que gesticular. Este aspecto está bastante bien tratado en la película y no se observan errores de este estilo. Esto no quita que la actuación sea irregular. Franco apenas parece tener dos gestos que repite continuamente y las brujas sobreactúan demasiado. Sin embargo, al no tener apenas exigencias de guion, el resultado es aceptablemente digno.

DIRECTOR: Raimi podría haber escogido actualizar la obra, trasladarla a los gustos actuales de cine de videoclip y mareo constante, pero no, decide hacer un sentido homenaje al Mago de Oz original y ha llenado su película de guiños a la obra de Victor Fleming y Mervyn Leroy: ese inicio en blanco y negro, el skyline de la ciudad esmeralda, el mono alado con chaqueta del hotel Saint Gregory, los simios guerreros, la burbuja voladora de Glinda, el rostro verde-puré de guisantes de la bruja del Oeste.... Muchos aspectos son notoriamente reconocibles. El trabajo visual de la película es tremendo y hay que felicitar -y mucho- al encargado del apartado visual. Tanto las texturas como los colores como la arquitectura recuerdan mucho a la película original. El extremo colorido que se consigue con el ordenador es de lo más creíble y permite dar la impresión de que ambas películas suceden en el mismo mundo.
Lamentablemente, la película no pasa de ahí. El exuberante uso de los efectos especiales esconde una película infantil, simple y anodina. La mano de Disney y el gran respeto con la imaginería original es obvia y seguro hará las delicias de los más pequeños, pero corre el peligro de asustar a los adultos que no gusten de apreciar sólo de una buena paleta visual.

GUIÓN: El mundo de “Oz” es tierno y entrañable y la película original es un canto a la honestidad y el buenismo. La película de Raimi pretende ser escrupulosamente respetuosa con el clásico y la historia se crea de acuerdo con la complejidad de la época. No hay ni giros extraños ni trampas ni la más mínima complicación. La historia es tan decidiamente naif, y está tan cargada de ilusión y ternura que es necesario acogerla benevolentemente. El guion rechaza la más mínima complicación y, en una inocua sucesión, sirve de excusa para transportarnos y hacernos disfrutar de la preciosidad visual que crea Raimi para el mundo de Oz. Por suerte, esta simple historia presta atención a la lógica y deja todo  bien atado para acoger la futura llegada de Dorothy con un desenlace correcto y azucarado.

La sensación que me deja es como si fuera una película rodada con la tecnología actual pero siguiendo los gustos de 1939. Es una película de otra época, deliberadamente simple, entrañablemente ingenua e inocua. El aspecto visual es detallista y precioso, ayudando a que esta película destinada a toda la familia se convierta en un agradable e intrascendente entretenimiento.
Si se quiere visionar, recomendaría hacerlo en pantalla grande, donde uno puede dejarse maravillar con su preciosista paleta de colores. En la pequeña pantalla no se pueden apreciar estos detalles y la película pierde mucho. 

Eso sí, abstenerse los alérgicos al edulcorante.

Nota: 5
Nota filmaffinity: 5.8



domingo, 3 de marzo de 2013

Metro 2033 (Dmitry Glukhovsky)


Gracias Oli por recomendarme este libro. Hacía tiempo que una novela no me impactaba tanto y tan gratamente. Es un libro bastante desconocido, pero no por ello precisamente menor.

Título: Metro 2033
Autor: Dmitry Glukhovsky

“Año 2033. El mundo ha quedado reducido a escombros. La Humanidad está al borde de la extinción. Unos pocos miles sobreviven, sin saber si son los últimos del planeta. Habitan en el Metro de Moscú, el mayor refugio nuclear jamás construido. El último refugio de la humanidad. Es un mundo sin mañana, sin lugar para sueños, planes o esperanzas. Los sentimientos han dado paso a los instintos – el más importante de ellos es sobrevivir. Sobrevivir a cualquier precio.
VDNKh es la estación habitada más al norte, y aún permanece segura. Pero ahora una nueva y terrible amenaza ha aparecido. Artyom, un joven habitante de VDNKh recibe la tarea de penetrar en el corazón del metro, hacia la sagrada Polis, para alertar a todos del mortal peligro y obtener ayuda. El futuro de su estación yace en sus manos, el futuro del Metro y, quizás, el de toda la Humanidad.”

Realmente, el libro es una pasada. Brutalmente impactante y desasosegante. Desde un primer momento, el ambiente es lóbrego y acongojante. La Humanidad vive -sobrevive, más bien- en unas condiciones acuciantes. Recluidos en el Metro, en espacios reducidos y sin esperanzas de volver al exterior, encerrados en ambientes claustrofóbicos, los humanos viven en una semi-oscuridad en que apenas consiguen organizarse para poder llevarse un trozo de pan a la boca. Además, viajar entre estaciones se  vuelve una tarea ardua y peligrosa, atravesando kilómetros de túneles que se entrelazan sin luz ni electricidad, dificultando así cualquier comunicación.

El punto de partida tiene su gracia, pues VDNKh es una de las pocas estaciones -convertidas casi en países independientes, debido al aislamiento entre ellas- donde prospera algo parecido a una sociedad sana. Sus habitantes son conscientes de que se necesitan entre ellos para sobrevivir y colaboran para llevar una vida civilizada. Sin embargo, la aparición de un nuevo peligro en el Metro supondrá una seria amenaza para esta aparente armonía y Artyom es enviado para alertar a la Polis, el último reducto científico de la humanidad.
En su viaje, Artyom atravesará otras estaciones del Metro, donde la sociedad es radicalmente diferente de lo que él está acostumbrado, dónde la munición es moneda de cambio y la vida humana tiene un precio sorprendentemente bajo.

Glukovsky dedica mucho esfuerzo en la recreación de las diversas estaciones -partiendo de una reconocible realidad- y consigue que cada estación sea incomparable, pues la sociedad que allí ha generado la Humanidad es diferente y esconde diversas formas de pensar y distintos peligros. En ellas refleja, con muchas dosis de crítica y un realismo impactante, los males que aquejan a la sociedad rusa:
- La poca solidaridad entre las regiones, dónde nadie se mueve para ayudar al de la región contigua, a pesar de todos los lazos que unen a la gente.
- Los nostálgicos del régimen comunista, anclados en el pasado y siempre conspirando para encontrar complots inexistentes que causaron la caída del régimen original.
- El auge de los fascismos, que se regodean la supremacía de los suyos y que persiguen a todo aquel que no comparta sus creencias.
- El poder del crimen organizado que impide la existencia de una civilización, pervierte la ética y provoca que todas las perversiones imaginables tengan un precio.
- El peligro de los científicos preocupados sólo en el avance tecnológico, sin importar las consecuencias o el precio a pagar por ello (en forma de contaminación o muertes).
- Los secretos dentro de secretos del Gobierno Ruso, con verdades y revelaciones sólo visibles para los escogidos y ocultadas al pueblo.
- La aparición de locos que han entendido mal lo que la sociedad demanda y se convierten en peligros para sus semejantes.
- Los fanatismos surgidos en las zonas rurales, donde la gente desesperada se refugia en religiones que pervierten la sociedad e impiden cualquier tipo de progreso.
- El capitalismo desmedido y sin piedad, que no busca otra cosa que amasar fortunas, abusando y aprovechándose de las necesidades de los demás.
- La elección de una vida dedicada a los vicios, las perversiones y el placer desmedido ante la futilidad de la existencia.
- Y, finalmente, la exagerada tendencia del gobierno de arreglar cualquier problema a base de fuerzas militares, sin espacio para la negociación.


Todos estos aspectos están muy bien reflejados, con abundantes explicaciones y sorprendentemente bien introducidos en una trama impactante donde se mezcla una historia sobrecogedora con la maldad intrínseca del ser humano y unos toques sobrenaturales muy desasosegantes.

Por si fuera poco, la atmósfera del libro es incómoda y opresiva. La sensación de malignidad que emana de los túneles -dónde hay algo oculto…- es muy intensa. Fragmentos como el trayecto hasta Turgenevskaya o Kitai-Gorod son momentos intensos, sobrecogedores, fragmentos que te atrapan e impiden que puedas dejar de leer, intrigado y asustado por lo que pueda ocurrir. El túnel final que oculta la entrada a Polis es simplemente acojonante. Encontrar la entrada supone atravesar veinte páginas inolvidables que ponen los pelos de punta. Explorar la Biblioteca Roja o introducirte en los peligros de Park Pobedy consigue unos momentos de tensión en que cuesta decidir si quieres seguir leyendo para saber que pasa o no.

El origen del libro es bien curioso. El autor -el periodista Dmitry Glukhovsky- lo escribió en un blog. Cada día introducía una única página, se cortara donde se cortara, con un descanso de una semana entre capítulos. Poco a poco el blog fue creciendo con un éxito desmedido, acercándose a las 500.000 visitas diarias (en ruso!). De esta manera, las propias reacciones de los lectores se podían incorporar a la historia y servir para dar más profundidad a la trama, reaccionando al instante ante la respuesta de los fans. De esta manera, el libro se fue presentando a lo largo de dos años, creando todo un fenómeno social en Rusia. Para dar más gracia a la cosa, Glukhovksy decidió detener la publicación del libro en el blog a falta de dos capítulos. Seis meses después se publicaba el libro completo con el desenlace, convirtiéndose en un espectacular éxito de ventas (una vez publicado el libro, Glukhovsky añadió los dos capítulos que faltaban en el blog siguiendo el procedimiento habitual).

Al escribir de esta manera tan prolongada en el tiempo consigue que el desarrollo del libro esté muy trabajado, con todos los detalles muy bien conseguidos, creando un universo muy realista y desasosegante.

Entre sus defectos encontramos una cierta tendencia que tienen los personajes a aparecer y desaparecer en sus intervenciones cuando viajan en grupo. En más de un momento hay personajes cuya presencia se obvia para volver a intervenir de improviso, incluso sin que recuerdes que viajaba con el grupo. Además, está el hecho de que se nota que la historia ha evolucionado a lo largo de la escritura del texto. El planteamiento inicial tiene algunos detalles que luego quedan algo colgados y sin resolver, pero esto se debe a que lo publicado en las primeras entradas del blog no se puede cambiar a posteriori y, al avanzar el libro, el autor decidió irse hacia otros derroteros. Finalmente, hay que reconocer que el desenlace, sin ser malo, desmerece un poco frente a lo leído y te deja con un poco de sensación de “po’ fale”.

Hacía tiempo que un libro no me producía esta sensación de estupor. El asombro ante lo bien creado que está el universo del Metro, la profundidad de las ideas que introduce en la historia y la hipnótica trama lo convierten en un gran libro. Quizás se deberían abstener los débiles de corazón, porque el libro es muy crudo, con pasajes seguro imborrables. No sé que tal resistiría una re-lectura, pero la primera es ciertamente sugerente.

Nota: 9
Nota anobii: 3.5/5