lunes, 27 de agosto de 2018

La era de la Oscuridad (VV.AA.)


Vaya, ¡qué raro, dos libros seguidos de Wh40k! ¡Vicio, vicio! 

Bueno, no. La verdad es que esta reseña la tenía escrita de algún momento del año pasado pero, por lo que fuera, no la había subido al blog. Ahora que la he encontrado, pues corrijo mi error y la pongo por aquí, que también tiene derecho. Esta es el libro XVI de la Herejía de Horus, para los que sigan la (eterna) colección. 


Título: La era de la oscuridad
Autor: VV.AA
Título original: Age of Darkness

“Después de la traición de Isstvan V, Horus comienza su campaña contra el Emperador, una Guerra a escala galáctica que tiene como objetivo final Terra. Pero el camino que lleva al enfrentamiento entre padre e hijo es muy largo: siete años llenos de secretos y de silencio, de planes y de proyectos. Los años más oscuros de la Herejía de Horus encierran una compleja trama. La era de la oscuridad nos adentra en un nuevo capítulo épico de esta historia, e incluye relatos de algunos de los mejores autores de la Black Library, incluidos Dan Abnett, Graham McNeill, James Swallow y Aaron Dembski-Bowden.”

Dentro del esquema general de la historia, la Herejía de Horus ya es una rebelión abierta que no se puede detener, derivando en una cruenta guerra civil en la que traidores y leales se confunden, el hermano lucha contra el hermano, sin quedar (todavía) muy claro quiénes son los buenos y quienes los malos. Este libro es un compendio de pequeños relatos que aportan flashes de la descomunal campaña. Podríamos considerarlo un “minuto y resultado” de batallas puntuales y escenarios fragmentados de elementos que, por sí solos, no tienen enjundia suficiente como para merecer un libro para ellos solos.

El primero de los relatos es Reglas de Combate, de Graham McNeill. En él encontramos la publicación por parte de Roboute Guilliman, el primarca de los Ultramarines, del Codex Astartes. Para los profanos, hay que aclarar que este libro es famoso dentro del trasfondo por contener el conjunto de reglas “perfectas” creadas por el mejor estratega de la Humanidad, en el que se describen todas las doctrinas de combate para los Marines Espaciales que más les acercarán a la victoria en ese momento y en todos los que están por venir. El relato se halla dividido en un puñado de micro-relatos de combate (sin historia real, toñas aquí y allá), dispersos en el tiempo que siguen las vicisitudes del Capitán Remus Ventanus, el primero en aplicar las doctrinas descritas por el Codex, y de cómo su obediencia va llevando a victoria tras victoria, aunque sus reglas no acaben de entenderse. Para los tradicionalistas Ultramarines (los más rectos entre los rectos), este cambio de paradigma supone un auténtico trauma, hecho que queda bien reflejado en el desconcierto en que todos los marines están sumidos (que además desconocen si en realidad son traidores o leales, al haber escogido el bando del Emperador). Nota: 6

El legado del mentiroso, de James Swallow, propone algo que se ha visto muy poco en la franquicia. ¿Cómo se vive la mayor de las guerras de la Humanidad desde el punto más recóndito del Universo? Las gentes de un pequeño pueblo en un planeta perdido del Imperio se inquietan ante las fragmentarias noticias que reciben. ¿Siguen siendo parte del Imperio? ¿Deben jurar lealtad a Horus? ¿Acaso importan estas dudas? En este pequeño relato, la acción brilla por su ausencia, pues Swallow se centra en las reacciones de la gente llana, presta a formar turbas y perder los estribos cuando las referencias desaparecen y sólo queda espacio para el pánico. Nota: 7

Nick Kyme, uno de los autores que menos me gusta de la franquicia, nos trae Hijos olvidados. En este relato, dos marines espaciales (Un Salamandra y un Ultramarine) incapacitados para la batalla se ven obligados a ir a un planeta fortaleza a parlamentar para conseguir que éste se una al bando del Emperador. Horus, por su parte, ha enviado a sus mejores expertos en dialéctica con la misma intención, pues a ambos bandos les interesa conseguirlo intacto y así aprovechar su inmensa capacidad de forja. Con este planteamiento podemos deducir que, obviamente, los secretos y las traiciones estarán a la orden del día y cualquier cosa es posible. Un relato entretenidillo, aunque de desarrollo anodino. Es el único de los relatos que muestra una historia completa por sí mismo, lo que se agradece al leerlo, aunque no sea el mejor relato (ni por asomo). Nota: 4

El último rememorador (John French) es el más corto y el mejor de los relatos. En él, Rogal Dorn, de los Puños Imperiales y defensor de Terra, asiste al interrogatorio inquisitorial de Solomon Voss, el último rememorador, el último periodista de guerra encargado de contar la verdad que ha regresado después de pasar unos años al lado de Horus. Dice ser leal, dispuesto a avisar al Emperador de los planes del Señor de la Guerra, pero, ¿cómo confiar en alguien venido de las garras del Gran Enemigo? A lo largo de las torturas, Dorn descubre que los ideales del Imperio que ha contribuido a crear penden de un hilo: La verdad ha quedado sepultada ante la conveniencia, Horus está dispuesto a todo para destruir a la Humanidad y lo peor de todo, va quedando cada vez más claro que si Dorn quiere ganar la guerra, quizás debe ser él, el más devoto de los primarcas, el responsable de enterrar el futuro del Imperio, convirtiéndolo en una férrea sombra de lo que fue. Corto, desolador e impactante, especialmente para los que nos gusta trascender con la épica de este universo. Nota: 10

El siguiente relato viene a cargo de Chris Wraight, titulado Renacimiento.  Un bibliotecario de los Mil Hijos vuelve a su hogar tras el ataque de los Lobos Espaciales a Prospero después de años de ausencia, ignorante de lo que ha ocurrido con su gente. Mientras intenta desentrañar quién ha causado tanta destrucción en su bello planeta, es capturado y salvajemente torturado. Lo que se nos narra es principalmente la tortura y el interrogatorio posterior, en la que quedará claro que las cosas no siempre son lo que parecen y que, en estos tiempos convulsos, las lealtades valen menos que nada. La mayor gracia de este relato es la cantidad de detalles que se omiten (se nos explica todo desde el punto de vista del propio bibliotecario), creando huecos en la historia que nos vemos obligados a rellenar con nuestros prejuicios y nuestros conocimientos del Universo, provocando una serie de errores y nuestra sorpresa ante el desarrollo del interrogatorio y la identidad de ambos personajes. Nota : 8

Después, tenemos el relato llamado Pequeño Horus, de Dan Abnett. Horus Aximand (o pequeño Horus) es el último de los generales del traidor que mantiene viva la antigua estructura de la Legión. Es el mejor guerrero, el mejor estratega y un líder incuestionable, pero su mente está cerrada a las sutilidades del poder. No se cuestiona nada. Si su primarca dice que hay que acabar con sus hermanos y traicionar al Emperador, se hace y punto. Sin embargo, poco a poco va comprendiendo que ese modo de pensar debe terminar. O acoge con toda su alma la esencia de la Herejía o tendrá poco futuro en la renombrada Legión Negra. Un punto de vista inusual para mostrarnos, que incluso dentro de la Legión de Horus, no todos tienen las cosas tan claras. Nota: 7

A continuación, uno de los relatos más divertidos: Hierro dentro, de Rob Sanders. Un capitán de los Guerreros de Hierro quedó aislado del resto de sus compañeros hace treinta años y ha dedicado todo ese tiempo a crear el mundo fortaleza más perfecto y poderoso que nadie pudiera concebir. Cuando llegan los ecos de la Herejía, se mantiene firme en la defensa del Emperador, incluso frente a sus hermanos, lo que da lugar a un asedio de proporciones inimaginables. ¿qué ocurre cuando una fuerza imparable se enfrenta a una fortaleza inamovible? El mayor de los espectáculos. Nota: 9


Y, finalmente, Armas Salvajes, de Aaron Demski-Bowden, que pone el foco en las guerras que se producen entre los Ángeles Oscuros y los Amos de la Noche. Aislados en un sector de la galaxia, se ven incapaces de ayudar a ninguno de sus bandos, entablando una batalla sin cuartel donde los agravios se enquistan y las cuentas pendientes se acumulan por doquier. Inesperadamente, Conrad Kruze, el primarca de los Amos, solicita una audiencia con el León, Lion El’johnson. Lo que parecía una rendición se convierte en una tentación en la que el asesino ataca el orgullo del León, recordándole que está siendo un títere de unos y otros. Un pastiche de acción bien molona (no siempre vemos a primarcas atizándose), aunque algo vacía de trascendencia en comparación con los relatos que hemos leído anteriormente. Nota: 6

Relatos cortos, irregulares, algunos mejores que otros (el de Kyme es flojete, flojete), que además tienen la pega de dejarte un regusto amargo, pues todos dejan la sensación de que acabarán mal, con la desazón que dejan las luchas entre hermanos. En conjunto, despiden un aroma de fatalidad muy alejado del heroísmo sin sentido que suelen tener estos libros. Me pregunto por qué alguna de las historias no ha merecido un poco más de desarrollo, algo que seguro dejará a muchos con las ganas. Por otro lado, se debe destacar la facilidad que tienen todos los autores para retratar fielmente el carácter de cada legión en apenas unos retazos de historia, que sí, que son todos similares, pero se pueden apreciar siempre sus peculiaridades y características distintivas.

Aunque no todos tengan el mismo nivel, en conjunto consiguen mostrarte el objetivo de dar luz a un puñado de historias menores, dando nuevos detalles sobre la precaria lealtad de unos y otros, y la resignación de la llegada de una guerra civil que casi nadie quiere, por culpa del orgullo inmenso de los primarcas, seres casi divinos que tienen en sus manos el destino de la galaxia. Me agrada mucho comprobar como los grises aparecen y las intenciones de unos y otros no son tan limpias como parecen, por un lado Roboute Guilliman está tomando el bando de los leales y pone orden en la Galaxia cuando nunca ha sido de los primarcas más poderosos (¿quizás para tomar el poder cuando acabe todo?), lo cual provoca desconfianza en sus hermanos más orgullosos (el León, el Khan), por el otro, la amarga tortura que se autoinflinge Dorn (el más leal de todos) cuando se da cuenta de todo a lo que debe renunciar si quiere tener alguna posibilidad de ganar…

Nota: 7
Nota goodreads: 3.72/5

miércoles, 22 de agosto de 2018

Juan de los muertos


Estos días tontos de verano hace tanto calor que hay días que uno no sabe que ver. Paseas por lo que tienes disponible y, mira, “Juan de los Muertos”, una de zombies. Por un lado, perezote. El género zombie está más que trillado y se hace dificil encontrar alguna propuesta diferente, que aporte un mínimo de frescura a los no-muertos. Recordaba, no obstante, que esta película había sido nominada para concurso en Sitges, por lo que algo decente tendría.


“Juan de los muertos, asesinamos a sus seres queridos”. Con esta premisa parte lo que estaba buscando, una de zombies diferente. Es como ver una película de vampiros ambientada en Irán (que la hay, y muy buena, por cierto). ¿Cuántas veces habéis visto una de zombies ambientada en la cuba comunista? Aunque muy deudora de la Zombies Party (Shaun of the dead), de Wright, esta gamberrada surrealista sabe mantener un toque peculiar que sólo puede darse en la isla caribeña.

El filtro de la sociedad cubana, muy diferente de la típica sociedad yanqui en que se ambientan estas películas, hace que las reacciones de los protagonsitas ante el apocalipsis zombie sean de lo más curioso. En un primer momento, todos se giran a enterarse de la versión de la realidad que da el Gobierno (¿Son Zombies? ¡NO! ¡Son disidentes yanquis!), pero luego, cuando la cosa se sale de madre definitivamente, los protagonistas, como buenos cubanos, hacen de tripas corazón, suspiran con resignación y montan un pequeño negocio trapicheando dólares a cambio de asesinar a los seres queridos transformados. Después de todo, si han sobrevivido a nosecuantos planes quinquenales, a un embargo muy simpático y todos los problemas habidos y por haber, ¿qué van a hacer unos cuantos zombies contra Juan y sus compañeros supervivientes? La reacción de los personajes es realmente descacharrante, con un pragmatismo que da lugar a algunos gags ciertamente brillantes. Muy cachondos y un poco bastardos, a su modo.



No obstante, la película peca de tener un desarrollo predecible, que pasa por todos los tópicos del género. Esto tampoco es que vaya a pillar por sorpresa a nadie, supongo, pues la gracia es pasar por ellos a través del filtro cubano que hace del film un ejercicio diferente y curioso. A ver, la película es una chorrada gigantesca, no hay que buscar lo que no es (po’ favo’).

La simpatía que remata esta cachonda es el desparpajo con que actúan los personajes principales, Alexis Díaz de Villegas o Jorge Molina. La camaradería con el compadre de toda la vida, la extraña relación entre el afeminado y el cachas que no puede ver sangre da lugar a un puñado de zarpazos de humor maravillosos. Caso aparte es el papel de la actriz femenina, una Andrea Duro que apenas hace que servir de mero florero, sin ser capaz de sacar partido de los momentos inspirados que el guión le da.

Como no puede ser de otra manera, en una película de zombies que se precie vamos a tener nuestra dosis de cabezas reventadas, brazos cortados, higadillos colgando y sangre por todos lados. No podría faltar, como no. Sin embargo, en este caso no se hace un especial regodeo ni se busca gratuitamente la casquería desagradable, sino que se usa muchas veces como objeto de mofa, dando lugar a algunos chistes tremendísimos.


Dentro del género se trata de una propuesta descarada, fresca, a la par que pasada de rosca, pero realizada con corrección, lo que la convierte en una experiencia entrañable, entretenida. Es bien capaz de hacerte pasar un rato tan bueno como seguro han tenido los creadores al rodarla. Si los zombies son lo tuyo y estas algo harto de lo mismo… Dale la oportunidad a Juan de los Muertos, te reirás con ganas.

Nota: 7
Nota filmafffinity: 5.7

Como prueba de la inusual calidad de este proyecto, fue premiado con el Goya a la mejor película latinoamericana. UNA DE ZOMBIES CON UN GOYA. CON UN PAR.

lunes, 20 de agosto de 2018

El regreso de Ravenor (Dan Abnett)


Después de disfrutar tanto con Ravenor, no tenía muchas ganas de esperar mucho para acometer con la continuación. Entre las dos reseñas, menos de dos meses, mira tú.

Título: El regreso de Ravenor
Autor: Dan Abnett
Título original: Ravenor returned

“Todo parece indicar que el inquisidor Gideon Ravenor y su séquito han muerto. Pero fuerzas oscuras los persiguen y esta vez es mejor pasar desapercibidos. Al regresar del planeta Eustis Majoris deben esconderse para investigar a un brutal grupo de contrabandistas que comercian con una tecnología arcana. Una vez dentro de la organización se dan cuenta de que están tramando una terrible conspiración. Nadie podría imaginar lo que las máquinas alienígenas contienen y Ravenor debe usar todo su ingenio para burlar a los conspiradores antes de que los últimos secretos del Caos sean desvelados.”

Los X-Men del año 40k atacan de nuevo con nuevas aventuras del Inquisidor Xavier Ravenor y sus adláteres. El regreso de Ravenor tiene los mismos puntos fuertes y defectos que su predecesora: Su trama es una molona historia de conspiranoia comiquera en un Universo de lo más carismático, llena de ritmo, acción y un continuo de momentazos a cada cual más divertido. Abnett se lleva la franquicia del cuadragésimo primer milenio a sus terrenos marvelianos, un lugar donde se siente cómodo y se puede quedar a gusto a la hora de generar un producto de acción entretenido y viciante. El regreso de Ravenor es una novela que se devora cosa mala.

Coge a los personajes que ya conocíamos (Ravenor, Nayl, Swole, May) y los lleva un poco más allá, dando a todos un punto de profundidad que hace que les queramos un poco más y nos interesemos por sus desventuras. Por otro lado, me encanta la presentación de la detective Maud Plyton como personaje por derecho propio (ya había hecho un cameo anteriormente), presentándonos a una policía abnegada y concienzuda, pero bien anclada en la “realidad”, una persona llena de lógica, con los pies en la tierra, muy fuera de lugar dentro de los sobrenaturales poderes y ambientes en los que se mueve la escuadra inquisitorial. Da un poco de cosa ver como su sentido del deber choca contra las fuerzas fuera de su control contra las que se enfrenta.

No obstante, lo que má me gusta es el hecho de que, focalizándose en Ravenor como narrador, se nos guía a través de los actos de todo su equipo, en los que el propio Ravenor apenas puede intervenir más que como narrador omnisciente. Excepto cuando atacan su propia silla, claro, momentos en los que demuestra que no está tan indefenso físicamente como parece.



Además, el argumento inicial (una operación antidroga en el mundo del 40k) se ve rápidamente sobrepasado por una conspiración a escala sectorial en el que las drogas no son más que la punta del iceberg de fuerzas mucho más turbias que operan en las sombras, excusa para tener páginas y páginas de acción adrenalítica, tensión muy bien medida, placeres culpables y unos cuantos giros predecibles aunque no obvios que no hacen sino añadir más interés al libro.

Lo dicho, una tonelada de diversión bien majota con un puñado de personajes carismáticos y una trama de las que no te dejan parar de leer. El Universo del 40k más secular y más marveliano, pero presto a hacerte disfrutar cosa mala. El regreso de Ravenor es todavía más divertido que su predecesora y hará las delicias de cualquier fan de la franquicia y de cualquier lector de novelas de acción pura y dura.

Nota: 9
Nota goodreads: 4.24/5

sábado, 18 de agosto de 2018

Carrie


Últimamente me he dado cuenta de que hay productos generados por S. King que todos deberíamos experimentar un par de veces en nuestra vida: visitar el hotel Overlook, salir de fiesta con Pennywise y pasar un ratito con Carrie.

Y es que todos conocemos (más o menos) una Carrie. En el colegio siempre había un alma cándida y sin maldad, una persona solitaria, tímida, que no quiere otra cosa que poder ir al colegio y ser uno más. No diremos ya ser popular, sino simplemente pasar desapercibido sin recibir las burlas de los compañeros. De esto Carrie sabe mucho. Si a esto le añadimos a la fanática religiosa que tiene como madre, que la mantiene ignorante ante la realidad del día a día, normal que Carrie quiera morirse cuando le llega su primera regla y no sepa reaccionar. Los insultos, humillaciones y desprecios parecen no tener fin, pero en el baile de fin de curso, Carrie dirá que no aguanta una más, dando rienda suelta a toda la rabia que ha acumulado durante años y años… 

En 1976, Brian de Palma era un jovencito cineasta que tenía ganas de tocar las narices, cómo sino se puede entender las toneladas de osadía y mala leche que hay en esta película. Nos obliga a empatizar con una peligrosa asesina, nos riega con torrentes sangrientos como pocas veces se había visto en Hollywood, nos marea con mil extraños enfoques de cámara y nos incomoda al hacernos disfrutar de una carnicería de tiernos estudiantes adolescentes. Encima, tiene las narices de plantarnos una escena post-créditos en una época en que la gente no sabía ni que eso podía existir.

Carrie es, en ambas versiones, una de las primeras historias que se centra en el maltrato escolar como problemática: la estigmatización de la persona sufridora, la indiferencia de todos aquellos no-implicados (que tampoco hacen nada por evitarlo) y las ganas de ver el mundo arder. Aquí hemos visto sufrir a Carrie durante sesenta minutos, seguro que nos podemos sentir identificados por ella, por todas aquellas veces que hemos acabado en el lado equivocado de unas burlas que no deberían existir, deseando poder desatar nuestra ira con todos aquellos que nos rodean. Y es que, como nosotros, Carrie es una buena persona, que lo único quiere es vivir (que la dejen vivir) feliz, pero como es diferente, es insultada, golpeada y humillada. La diferencia es que Carrie es telépata y eso facilita las cosas a la hora de vengarse. Ahí está la gracia. Somos testigos de una matanza Y LA ESTAMOS DISFRUTANDO. Aunque siempre se nos dice que la violencia no es el camino, tenemos clarísimo que John Travolta y su gente SE MERECEN TODO LO MALO QUE LES PASE.

Incluso ahora es una línea de pensamientos que nos incomoda, no vamos a hablar de lo que este esguince mental suponía para la bienpensante sociedad estadounidense de los setenta. Tanto al leer el libro (estupendo, no lo dejéis pasar) como al ver la película, la gente acaba escandalizada, con todos sus estándares puestos en entredicho, incapaces de concebir la idea de que la inocente y angelical Carrie sea capaz de dar lugar a tanta destrucción. Ahí es donde incide Carrie, no es una película de sustos ni que te vaya a dejar sin dormir, sino que te enfrenta a tus demonios internos y te obliga a preguntar quién vive ahí dentro (algo que hace correr sudores fríos a demasiados).

Por otro lado, para el espectador actual, es una película que puede pecar de lenta. Tal como ocurría con Halloween, la fiesta tarda en empezar, pues se dedican una buena cantidad de minutos en preparar el terreno, en vez de ofrecer carnaza desde bien prontito. También la estética, muy de la época, puede echar para atrás a más de uno (¡ay, aquellos incapaces de adaptar su mente a la época!). Asimismo, estamos muy habituados a las carnicerías gratuitas y la abundante sangre y muerte del film no es tan impactante para el espectador actual.  Por poner un ejemplo, el Kingsman que reseñé el otro día tiene escenas mucho más bestias y no deja de ser una comedia con la que reírse. La impresión que provoca ahora no es tan rotunda como hace cuarenta años y seguro que muchos no harán sino reírse, sin comprender porqué está incluida dentro del género del terror.


Pero si la película funciona es por el estupendísimo trabajo de sus dos actrices principales. Sissy Spacek fascina con su Carrie White, tan capaz de hacernos sentir infinita pena como impresionante terror. Como nota curiosa, estuvo a punto de interpretar a la Princesa Leia en La Guerra de las Galaxias, pues en aquella época de Palma y Lucas eran amiguetes y decidieron intercambiar a las actrices en el último momento. ¡Lo que habrían cambiado ambas películas con las actrices al revés! También es imposible no fijarse en la dramatización de Piper Laurie como la fanática religiosa madre de Carrie, cien por cien creíble y espeluznante. También es de destacar la presencia de un jovencísimo John Travolta en un papel de lo más ostiable (eso no lo ha cambiado casi nunca ^^).

A mí, es una película que despierta en mí todo tipo de sentimientos: ternura, emoción y dolor; rabia, odio y venganza; aprensión, desasosiego y rechazo. Todo en uno y en apenas 90 minutos.

Nota: 7
Nota filmaffinity: 7.0

Siempre alucino como incluso en los pueblos más recónditos, los bailes de instituto son fiestas de tanto caché, si los comparo con los que se hacían en el mío…
La impresionante actuación de ambas actrices (Sissy Spacek y Piper Laurie) fue reconocida con sendas nominaciones a mejor actriz (y actriz secundaria) en los Oscars, todo un logro tratándose de una película de terror, género menor entre los menores.

martes, 14 de agosto de 2018

Kingsman: El círculo de oro


Retornado por fin de la pérfida Albión, no buscaba más que la excusa para quedar con los amiguetes. Kingsman: El círculo de oro fue el motivo ideal para juntar a todos un rato. No en vano, la salvaje primera parte no había dejado a nadie indiferente.

El círculo de Oro continua las andanzas de los Kingsmen (los agentes secretos más expeditivos de su Majestad británica). Nada más empezar la película son cruelmente atacados y los pocos suvervivientes se ven obligados a pedir ayuda a los Statemen, su equivalente yanqui, mucho menos refinados y bastante más alcohólicos. Juntos lucharán contra “El círculo de oro”, una organización malvadísisima que chantajea a los gobiernos mundiales con eliminar a todos los porreros de la Tierra.

Puede parecer una premisa algo chorra (lo es), sin especial lógica, pero tampoco es que busque tenerlo, pues no es más que una excusa argumental para tener más de dos horas de burradas ultraviolentas con mucho estilo. En ese sentido, repite la premisa que funcionó en la primera parte, siguiendo la estela habitual de las sucesoras: Más grande, más largo, sin cortes. Así que, si te gustó la primera parte, probablemente disfrutarás de ésta.

Aunque se acerca un poco más a la parodia que a la gamberrada provocadora, se mantiene un humor bastardo pasadísimo de vueltas que no dejará a nadie indiferente. Hay cosas realmente MUY demenciales y difíciles de ver en cualquier producto más o menos para el gran público (después de todo, hay que tenerlos bien puestos para idear un localizador intravaginal o deleitarse con la gastronomía hamburguesil con tanto desparpajo). Cuando se salen del gamberrismo y se meten con tópicos británicos // EEUU o con los remilgos de la nobleza no acaba de funcionar tan bien, pero bueno, tampoco abusan.

En lo que también destaca como pocas es en su apartado estético. Tanto cuando quiere molar como cuando debe ser desagradable, El círculo de oro sabe ser distintiva y llama la atención con ahínco. Matthew Vaughn ha demostrado a lo largo de su carrera que sabe cuidar tanto la estética como la acción, con trabajos tan característicos como Kick-Ass, X-Men: Primera generación o la propia Kingsman. Como no puede ser menos, las coreografías de acción están realizadas con brío, con multitud de momentazos con los que soltar una sonrisa bastarda y disfrutar de las animaladas que te plasman en pantalla.

No obstante, sus abultados 140 minutos pueden llevar a la saturación, especialmente cuando la estiradísima excusa argumental falla a la hora de aportar un motivo satisfactorio para tal ensalada de tortazos estilosos. Sus continuas fantasmadas pueden hacerse cansinas, especialmente si no casas con su peculiar sentido del humor. Evitar un requiebro gratuito y sacar 15-20 minutos de la película habría añadido empaque, haciéndola más digerible y disfrutable.

En cuanto a los actores, encontramos un grupete de lo más granado, mezcla de estrellas británicas, jovencitos cachas yanquis y algún actor de series que busca aprovechar el tirón mediático del momento. El guión no es que les exija nada más que hacer el tonto y eso es a lo que se dedican, con desigual acierto. De entre ellos destaca un autoparódico Sir Elton John, haciendo de sí mismo y descojonándose a mandíbula batiente tanto de los fans descerebrados como de los sin-criterio que viven atrapados por las modas.  Vaya momentazos se gasta. ^^

Como nota curiosa, imagino que dentro de sus ansias de provocar al respetable, resulta sorprendente el mensaje pro-drogas recreativas que jalona todo su metraje. No es que se defienda su consumo, sino es que parecen dejar caer que el que no se divierta con ellas es un ignorante que no sabe que se pierde. Pero bueno, tampoco es que sea una película a tomar precisamente en serio.



Kingsman: El círculo de oro es una digna secuela muy hija de su madre que funciona para apagar el cerebro un rato y pasar dos horitas frescas. Esta gamberrada de acción llena de chascarrillos brutotes cumple al divertir, pero adolece de una historia demasiado chorra que no es capaz de apuntalar el conjunto de chorradas con el que se te bombardea, pudiendo agotar fácilmente. Los que disfrutaron con la primera parte probablemente pasarán un buen rato con ella. Abstenerse estómagos sensibles, cómo no.

Nota: 5
Nota filmaffinity: 6.1

martes, 7 de agosto de 2018

Yo soy el futbolista secreto (Anónimo)


Como sabéis, disfruto con los libros de deportes que no tratan del propio deporte en sí, sino en todo lo que hay alrededor. Esos que se dedican a profundizar entre los entresijos del deporte y cuentan las cosas que ocurren entre bambalinas, lo que ocurre cuando baja el telón y no estamos mirando. De entre ellos, me habían recomendado éste como uno de los más interesantes, así que procedí con ello –con cierta calma, como siempre ^^-.

Título: Yo soy el futbolista secreto
Autor: Anónimo
Título original: I am the secret fooballer

“El polémico relato en primera persona sobre el mundo del fútbol profesional que conmovió al mundo.
Todo lo que necesitas saber sobre el mundo oculto de este deporte, entendido como una de las industrias más poderosas de la actualidad (y una de las menos transparentes) es relatado aquí con el desenfado y la cercanía de un infiltrado anónimo que hace un repaso general de su entramado. Desde los managers, los medios de comunicación, los agentes, el omnipresente dinero, hasta los sueños que preceden a un futbolista, el papel de los seguidores e incluso un capítulo dedicado a las tácticas.
Pero ¿quién es el futbolista secreto? Solo unas pocas personas conocen la verdadera identidad del hombre dentro del juego. Pero sin importar quienquiera que sea (o para quién juega) su voz siempre es honesta, valiente y obstinada.”

Este libro tiene su origen en una columna que empezó a aparecer en The Guardian a finales de 2008. En ella, un futbolista en activo explicaba anónimamente cuestiones de su día a día en el equipo (que tardó mucho en saberse). Debido a su éxito, la columna continuó y empezó a tratar otros temas del pasado del futbolista, anécdotas sobre los diferentes clubes y sobre el fútbol en general. Una de las cuestiones más curiosas es que, a día de hoy, se sigue sin saber quién es el futbolista secreto. Si bien se pueden extraer algunas pistas a partir de las columnas (equipos por los que ha pasado, jugadores con los que ha coincidido…) que han permitido estrechar el cerco sobre quién es, ninguno de los 5-6 sospechosos ha confesado ser el autor.

Lo mejor del libro estriba en la verosimilitud que desprende. El futbolista secreto pone en negro sobre blanco muchas cositas que se conocen de oídas, que “se saben” pero que nadie confirmará, explicando cuáles son más o menos ciertas y cuáles no son más que meros rumores. Por poner un ejemplo, ¿hasta qué punto pueden los jugadores echar a un entrenador? ¿La vida de un deportista de élite es una orgía sin fin? ¿Cómo se gestiona un fichaje? Aspectos muy interesantes para todos aquellos que disfrutan sabiendo lo que ocurre en los despachos (y las piscinas) de las grandes estrellas.


El libro es un compendio de columnas de diversos años más o menos hilvanado. Si bien va saltando de tema y año con bastante ligereza, se puede observar un esfuerzo en crear un conjunto con una cohesión temática más o menos correcta. Así pues, los capítulos se centran en varios aspectos de la vida profesional de un futbolista.

1) Los duros inicios en que no eres nadie y tienes que luchar contra todos para salir adelante. El proceso de pasar de un chico de barrio a ser una estrella, pero teniendo que soportar las burlas de los veteranos, porque tú no eres más que el que les va a quitar el sueldo. Los problemas del primer sueldazo y la relación con tus amigos “de siempre”.

2) La relación del jugador con el entrenador, la importancia que tiene éste en la vida profesional futura de un futbolista y los amiguismos que estas relaciones generan.

3) Los periodistas (carroñeros) del deporte, siempre prestos a sacar tajada y liarla lo más posible, dando un buen puñado de ejemplos sobre pollos creados gratuitamente de la nada para vender periódicos.
4) Los manágers de jugadores, esos anticristos siempre dispuestos a vender su alma al diablo por sacar una comisión (o eso dicen), momento en que se aprovecha para desmitificar muchos rumores que circulan por allí, mientras que se explica cómo funciona el mecanismo de los fichajes, algunos muy pensados y meditados, otros casi aleatorios.

5) Las juergas y las mujeres, las fiestas que se pegan los futbolistas entre temporadas, entre partidos y la dificultad de conciliar la vida familiar con las orgías que se pegan las plantillas. Todos los futbolistas se “cuidan” mucho, pero tanto hay los que salen como dijo Descartes (de jueves a martes) y otros que son más profesionales y no se desmadran “tanto”. Aquí encontramos multitud de anécdotas sobre las primeras juergas cuando se empieza a ser “famosete” (y los problemas con los fans borrachos), las juergas durante las giras, las jeurgas durante las vacaciones y, obviamente, las cornadas que también dan las amas de casa aburridas con más dinero del que pueden gastar.

6) Y, finalmente, la retirada. ¿Cómo gestiona un futbolista que ha tenido a un país pendiente de sus pies, el convertirse en un ser anónimo? Muchos ex-deportistas tienen problemas para afrontar una vida más anodina, sin las brutales descargas de adrenalina que supone la práctica del deporte de élite, con la dificultad de llenar el montón de horas del día después de que han dejado una actividad que ha sido TODO en su vida.

Todos estos temas están tratados con una sorprendente profundidad, pero escritos como si te estuviera contando una confidencia personal, por lo que es fácil viciarse y pasar páginas, ávido de una información que quieres aprender con ganas. Se hace divertido y divulgativo a partes iguales. Además, el narrador mantiene todo el rato un retintín muy cachondo, en el que la mala leche abunda y hay un buen montón de puyitas lanzadas con bastante mala idea con las que no puedes sino dejar ir una carcajada socarrona. Hace mucha gracia ver cómo el anónimo jugador se quiere tanto a sí mismo, especialmente cuando relata las cosas malas que hacen el resto de gente a su alrededor, que él ve pero no hace (je je).

No obstante, entre tanta risa y tanta pelota, hay un mensaje que se deja caer continuamente y se trata de la persona que hay detrás del personaje que se enfunda la camiseta de un equipo: Un futbolista puede tener una vida privilegiada (que la tiene), pero está expuesto a los problemas de salud, los problemas mentales, los odios y envidias y las desgracias que puede sufrir todo hijo de vecino. A fin de cuentas, no deja de ser un humano como nosotros (sólo que con mucho, mucho más dinero).

Indispensable para cualquiera que le gusta el futbol. Recomendado para alguien que no le gusta, pero gusta de saber cosas nuevas y que, en el fondo, la humanidad nunca cambia ^^.

Nota: 9