domingo, 28 de agosto de 2022

Los Mitchell contra las máquinas

Sorpresas que te da la vida, cuando una película que se estrena sin demasiada publicidad en Netflix acaba convirtiéndose en la mejor película de animación de su año. Si no la habéis visto, no hace falta que sigáis con la reseña, tirad para verla, que lo gozaréis bien.

Los Mitchell son una familia algo disfuncional que no se acaba de llevar bien. Cada uno tiene sus cosas y no se prestan una especial atención. Pero este verano han decidido (ejem) hacer un viaje en común para conocerse y apreciarse un poco más. Pocos imaginan que es justo el momento en que una IA va a aprovechar para tomar el control de todos los computadores del mundo y exterminar a la humanidad. Al final, tendrán que aprender a colaborar si quieren sobrevivir…

Así a botepronto, parece algo que hemos visto mil veces, y la verdad es que es así. Pero jroñe, lo cuentan tan bien, con tanta simpatía e imaginación bien metida, le meten unos personajes con tanto carisma y lo animan tan bien que, bueno, funciona. Aunque en aquel momento no lo sabía, después pude comprobar que a cargo estaba la misma gente que hizo la genial Spiderverse (o como quieras llamarla), lo que quizás explique que las cosas estén bien hechas.


Los tres personajes principales están construidos con enjundia, girando en torno a daddy issues, pero por una vez, unos problemas que te puedes creer gracias a que los peronsajes tienen consistencia. Desde la desastrada hija (protagonista), el anticuado-pero-intento-corregirme padre hasta la obsesiva madre, tenemos una familia con muchas diferencias, pero cuyo aprecio mutuo se aprecia (je) desde el primer momento. Lo mismo ocurre con la familia más secundaria, con un hermano pequeño de lo más entrañable (¡saludo ráptor!) y el mejor perro que ha parido la animación reciente: MONCHI. No sólo desde el punto de vista técnico, el trabajo de creación y desarrollo de cada uno de ellos es muy destacable.

El torrente de hallazgos bien encontrados es continuo en cada momento del metraje, con chistacos y momentazos inesperados por todos lados: Siri como malvada, los furbys, los robots renegados, el momento Tarantino, los videos de youtube….Ah, bueno, y el desenlace, con un ataque final tan estúpido como maravilloso. Un descacharre de película oiga.


La animación goza del mismo efecto que ya tenía en Spiderverse, se ve muy fresca con toneladas de memes, bocados de diálogo, efectos cinéticos, rupturas de la cuarta pared, etc. Dando una sensación de tebeo en movimiento magnífica. A veces hay tantas cosas en pantalla que dan ganas de ir apretando la pausa para poder ver todos los detallitos que hay en cada escena, que parecen construidas como un reel de Instagram con toneladas de stickers. Rianda y Rowe han dirigido un festival visual que entrelaza con acierto todas las características del cómic con la animación más moderna.

Y luego está MONCHI, claro. El mejor chiste del año. No hay más que discutir.

Sabe pasar de los momentos chorras a los más conmovedores con fluidez insultante, acertando con la ñoñez adecuada para luego irse a una zumbada loquísima en que la trama se detiene para moverse en una bastardada absurda. Coge de todo lo mejor y lo equilibra con maestría. Así da gusto.

Una cosa que debo destacar es el doblaje al castellano. Ésta es una de las pocas veces que la película pierde mucho con el cambio de idioma. Principalmente porque el padre pasa a estar interpretado por Leo Harlem que se limita a hacer de Leo Harlem. Si bien no es poca cosa, cambia mucho el tono que le da al personaje, mucho menos entrañable que Danny McBride.

La nominación a los Oscars es inevitable con una película d etanta calidad. Sorprendido (y decepcionado) quedé cuando el premio gordo se lo llevó la mucho menos virtuosa Encanto. Un año en que las pelis Disney son bastante justitas y va y se llevan dos nominaciones + premio. ¿Qué tiene que hacer una película no-Disney para ganar esto?


Si empiezas esta película vas a pasar 100 minutos de humor salvaje, una narración histérica, un bombardeo visual que es todo un gozo y conocerás a una familia desternillante. Luego está Monchi (si no he repetido el gag un fantastillón de veces…) y un desarrollo desbordante en el que cualquier cosa es posible. Los Mitchell contra las máquinas es un verdadero gozo en que todo funciona a la perfección, presto a dar diversión a lo grande, una historia muy bien contada, personajes diseñados con mimo y toneladas de sorpresas agradables. En fin, que la veáis, jroñe.

Nota: 9

Nota filmaffinity: 7.1 

lunes, 22 de agosto de 2022

Detective Conan - La bala escarlata

¿Cuántos años lleva Detective Conan en ristre? Ya debe de estar cerca de 30 si no ha llegado todavía, constituyendo una de las series más veteranas que hay en antena (y lo que le queda). Esto demuestra que, como buen procedimental, puede no tener fin si la imaginación (y la calidad) lo permiten. Aquí procedo a reseñar la película Nº24 de la franquicia, que se note la veteranía.

¿Y qué es Detective Conan? Es, originalmente, un manga creado por Gosho Aoyama sobre un niño detective (ejem) que se dedica a resolver casos. Hay de fondo una trama de unos hombres de negro que están con una conspiración por ahí, pero casi todo el rato es una serie de caso semanal en que cada capítulo (o entre 2 capítulos) hay que resolver un asesinato, con todos los tópicos habidos y por haber. Pero el autor no lo debe hacer mal, pues ya han pasado el centenar de tomos sin dar signos de agotamiento.

En esta película nos hayamos en Tokyo, donde se van a celebrar los Juegos Olímpicos el Campeonato Mundial de Deportes, la cita deportiva más importante. Con motivo de tal ocasión, se va a inaugurar una nueva línea de tren bala, capaz de llegar a 1000km/h, pero una serie de secuestros planea sobre la ceremonia de inauguración. Cuando uno de ellos toca de cerca a Conan y sus amigos, éstos pasan a la acción, destapando una trama de asesinatos que viene de muy antiguo.

Como si se tratara de un capítulo especial de la serie, pero alargado hasta los 110 minutos, la película presenta un caso más del Detective Conan. Podría haber estado dividido en 4-5 capítulos dentro del anime y nadie se habría quejado. La gracia es que se las arreglan para meter excusas suficientes con las que todo personaje importante de la serie se pase por ahí y haga algo, para delicia de los fans. Así pues, tenemos la presentación del caso, unos posibles culpables, sus giritos obligados, sus fumaditas y a Conan haciendo sus cosas para desentrañar todos los entuertos.

La única novedad que aporta la pantalla grande es que la animación está más cuidada de lo que es habitual, ya que es un proyecto para los cines. Con ello, la sensación que queda es de estar viendo un capítulo supervitaminado a tope, pero sin nada esencialmente diferente (para lo bueno y lo malo) de cualquier otro de la serie.


Evidentemente, más te vale conocer a los personajes. Este tipo de películas se concibe como una especie de fiesta para los fans para ver en el cine. Es decir, se da por supuesto que sabes quién es quién y de qué va la vaina, porque se va a gastar muy poco tiempo (o nada) en presentar la imaginería. Aquí se va a hacer el friki, no a desarrollar un carácter de un personaje.

No obstante, hay que decir que la flipada argumental de la película es grandiosa. Normalmente sus capítulos requieren cierta supresión de la incredulidad ante la cantidad de cosas extrañas que suceden alrededor del niño detective. Pero en La bala escarlata se les va la castaña a lo bestia, sobrepasando cualquier medida. Esto les sirve para dotar al film de un buen puñado de escenas de acción bien molonas que uno quizás no esperaría de este anime. Una vez que aceptas que, bueno, todo vale, te puedes relajar y disfrutar del viaje.

La bala escarlata es una película de fans y para fans, suficiente para entretener sin complicaciones. Funciona como un capítulo súper vitaminado en el que las conspiraciones se van un poco (muy) de madre. Cumple si no le exiges gran cosa, porque no tiene tampoco mucho de dónde rascar. Si Conan es lo tuyo, todavía te lo pasarás bien.

 

 

Nota: 4

Nota filmaffinity: 6.1

 

 

domingo, 14 de agosto de 2022

Nimbo (Neal Shusterman)

Después del agradable rato que había pasado con el primer libro de la Guadaña, sabiendo que además tenía la trilogía completa a mano, pues no iba a dejar pasar mucho hasta seguir con ello.


Título: Nimbo

Autor: Neal Shusterman

Título original: Thunderhead (curioso, esa es la traducción. Me he sorprendido)

Traducción: Pilar Ramírez Tello

“No ha pasado más que un año desde que los caminos de Citra y Rowan se separaron, pero en este tiempo los rumores sobre un justiciero que persigue a los segadores corruptos se han disparado. Por todo el continente se oyen susurros de que los culpables acaban siempre devorados por las llamas.

La segadora anastasia criba con compasión y desafía abiertamente las ideas del nuevo orden. Sin embargo, cuando su vida se ve amenazada y sus métodos se cuestionan, queda claro que no todos los miembros de la Guadaña desean el cambio y que la podredumbre crece hasta en los cimientos más sólidos.

La muerte debe existir para que la vida tenga sentido. Pero, ¿cuál es el precio que cada segador está dispuesto a pagar?”

Ha pasado un año desde el libro anterior, cuya resolución nos dejó a todos acongojados (o no), pero sí provocó una buena revolución entre los Segadores. El libro dedica un buen puñado de páginas a explicar qué ha cambiado. Principalmente, el mundo de la Guadaña se ha dividido en dos grandes bandos: los que abogan por seguir funcionando como hasta ahora y los renovadores liderados por Goddard que piden que los privilegios de los Segadores aumenten en función de la valía de su trabajo, a medio camino entre un golpe de estado duro y blando. Por medio, un misterioso asesino (que nosotros sabemos que es Rowan) está acabando con la vida de Segadores a lo largo del mundo. Así que la sociedad está muy revuelta.

Lo que sí se debe notar es que hay un cambio de tono respecto a Siega: Se ha perdido cualquier reflexión filosófica. La trama se ha vuelto hacia la aventura y, rápido, lo que vamos a tener es un montón de acrobacias y persecuciones por todo el globo, unos buenos y unos malos muy claros y toneladas de ooohs y aaahs ante las revelaciones que se van sucediendo.

¿Esto hace que la novela sea peor? Al contrario, gana mucho en ritmo, es terriblemente entretenida y las páginas pasan como nada. Además de ser mucho más consciente de la novela que tiene entre manos, Shusterman hace un gran trabajo desarrollando a los personajes secundarios que acompañan a nuestros héroes. Se hace curioso que los dos que más páginas pasan en danza tengan menos personalidad que aquellos que aparecen de cuando en cuando, pero hay joyitas y detalles tan bien metidos que hay que quererlos.

Así pues, tenemos a Citra y a Rowan como protagonistas que saben hacer todo (o casi) y viven mil aventuras en una huida (por separado) a lo largo del mundo. No es que tengan gran personalidad, pero ahí van.

El gran hallazgo es darle una personalidad bien definida al Nimbo. Mientras que en el libro anterior, esta súper internet no era más que un servidor de la humanidad sin apenas ningún tipo de iniciativa, ahora se pregunta por su propósito en el planeta y ha empezado a intervenir directamente en el día a día de la gente. Como un niño inocente, busca lo mejor para la sociedad y parece tener un plan, pero ni él mismo tiene mucha idea de qué plan es, como si hubiera partes de sí que estuvieran ocultas incluso para sí mismo. Además, las páginas en negro que había intercaladas pasan a contener reflexiones que realiza el Nimbo respecto a su papel para con la Humanidad, lo que añade detalles sobre el plan misterioso que está llevando a cabo.

Esto coge más importancia con la aparición de Grayson Tolliver, un chaval cualquiera que se aburre mucho en su vida. Gracias a la sociedad en que vive, no tiene que hacer gran cosa para tener asegurada su manutención, entretenimiento… pero siente que la vida merece tener algo más que un día tras otro. Un buen día, parece que el Nimbo tiene un plan para él, lanzando a este paradito humano a una aventura que le viene grande, con líos cada vez más salidos de madre que no se sabe muy bien donde acabará. El personaje de “pez fuera del agua” está tan bien conseguido que se hace querer el jodío, alimentando además la intriga sobre lo que se está cociendo de fondo. Además, añade mucho a la construcción del mundo y su coherencia la cantidad de detalles que nos aporta de cómo es la rutina de vivir bajo el benevolente y omnipresente ojo del Nimbo. Gran ingenio al presentar el concepto de los Indeseables, que os dejo que los conozcáis vosotros.

Podría pasarme un buen rato desgranando a los personajes secundarios que tienen importancia, especialmente en el bando Segador, dónde está la parte más jugosa, como Morrison o Constantine, además de Faraday, Curie y Goddard, que la siguen liando allá por donde van. Hace mucha gracia comprobar la inspiración que da lugar al nombre de cada Segador, muchas veces una presentación de principios de cuáles son los valores que le importan personalmente (Anastasia o Lucifer, por poner dos obvios, jé)

Convertir el libro en pura historia de aventuras hace que las páginas se devoren. Entra finísimo y avanza como nada, que es lo más importante. También sería la mejor manera de leerlo, a base de panzadas que no te dejen ver los agujeros de coherencia o las faltas de lógica que se le escapan por bastantes lados. A veces da la impresión de que se añaden detalles al mundo en función de las necesidades de guión, que ya podría disimularlo un poco más, pero bueno, lo que cuenta es que el libro es divertidísimo, el tono muy bien encontrado y la divertida acción permite perdonar según que cositas.

Y luego está el final que, bueno, no voy a entrar mucho en detalles. No me suelen hacer gracia estos cliffhangers tan gratuitos que se basan en dar una patada al avispero y dejarte con la acción a la mitad. Que sí, que si he llegado hasta aquí leeré el tercero en nada y no hace falta que te esfuerces tanto en dejar todo en el aire.

Si el anterior ya era recomendable, ahora el libro va en serio y se dedica a molar por todos lados. Corrige los pocos defectos que la primera obra tenía y ofrece 700 páginas que se leen con ganas, con una trama bien tirada, aventuras que vician y un mundo que dan ganas de conocer en profundidad. Un gustazo conocer a Grayson, al Nimbo y este extraño mundo donde la gente no muere (o sí).

 

Nota: 9

Nota goodreads: 4.42/5 

jueves, 11 de agosto de 2022

La oveja Shaun - Granjaguedón

Llevo años disfrutando con La Oveja Shaun y con todos los productos que el estudio rey del stop-motion nos da de cuando en cuando. Por aquí ya se ha pasado la anterior película y, si algún día me pongo metódico, tendremos una reseña (o no) de la serie. Así que no es raro que esta propuesta acabe teniendo cabida en mis reseñas.

La tranquila vida de Shaun, sus amigas ovejiles, el perro guardián y su amo se ven trastocadas cuando un platillo volante aparece por la granja. Por un lado, un extraterrestre aparece y se hace amigo de las ovejas, por el otro, el lugar se vuelve pronto un lugar de peregrinaje por parte de aquellos fans de las experiencias OVNI, por lo que el granjero aprovechará para montar un tinglado con el que esquilmar a todos los incautos que pasen por ahí.

Me gusta (y no me gusta) que esta película se pase por aquí porque da pie a una cuestión que he sacado a colación más de una vez: ¿cuál es la señal de que se ha agotado una franquicia? Los Aliens. Ya lo tuvimos en Ice Age, más o menos lo vimos en Shrek, en Rápido y Furioso y, ahora, le toca el turno a Shaun. Y es que el argumento no da apenas de sí, la trama ovejil es algo peregrina, y la humana tiene un desarrollo no especialmente bien hilvanado. El resultado es algo justito, como suele pasar. El savoir-faire permite que no se imponga la vergüenza ajena, pero sí que deja claro que mejor no insistir mucho en la franquicia durante un tiempo.

Por otro lado, la factura técnica de la obra es una pasada. La artesanal animación (algo ayudada por ordenador) es una delicia, tanto en diseño como en ejecución, funciona a la perfección. Cada escena complementa al chiste del momento como debe hacerlo y la imaginería permite una estupenda interacción entre personajes de la mejor manera que este estudio sabe hacer. ¡Qué buenas manos tienen esta gente!

Como argumentalmente la película no tiene nada, se basa únicamente en los chistes. Conscientes quizás de la historia tan floja que tienen entre manos, los guionistas han echado el resto en un torrente de gags muy bien urdidos. La reacción del humano a la aparición del Alien, o las interacciones de éste con la ovejita pequeña son desopilantes. Hay continuas bromas y citas a todo el espectro de la ciencia-ficción, ideales para que aquellos que tienen conocimientos del género se lo pasen en grande. Lo más importante, sabe ser entrañable, provocando risas tanto a pequeños y adultos por cosas diferentes en un mismo gag.

Además, la duración es muy ajustada. En estos tiempos en que todas las películas deben sobrepasar las dos horas con holgura, sorprende encontrar una propuesta de apenas 80 minutines. Los chistes que funcionan se suceden a buen ritmo y apenas te has dado cuenta y la película se ha acabado, por lo que su visionado no llega a cansar en ningún momento. Da gusto cuando a un film no le sobra nada y te despide con una sonrisita tonta.

¿Pueden sus aciertos paliar un desarrollo argumental tan exiguo y la sensación de que no tienen nada nuevo que contar? En parte. La película funciona por sus chistes y el carisma de los personajes, además de por su bonita animación, pero me da la impresión de que es la última vez que va a funcionar. Por el resto, Shaun es la caña, yo quiero un amigo como él.

Nota: 6

Nota filmaffinity: 6.3 

martes, 9 de agosto de 2022

Los guardianes de la noche: El tren infinito

Como siempre que un anime cobra cierta fama, llega la producción de sus películas destinadas al cine japonés. En muchos casos producidas con fines digestivos, suelen ser productos de poca complejidad, con intención de agradar al fan y hacer caja sin esforzarse demasiado. Sus argumentos se suelen dejar “aparte” de la historia, sin influencia en la trama general de la serie y, habitualmente, sin que nadie se acuerde de lo ocurrido. Directamente puede pasar como en Stampede, que – dicho por los propios creadores – está fuera del canon y es puro divertimento sin complejos.

Sin embargo, con esta propuesta de Los guardianes de la noche se ha hecho algo diferente: aquí lo que tenemos es la adaptación de uno de los arcos argumentales. En vez de tener una temporada entera de la serie, lo achuchamos todo para que entre en 140 minutos y para el cine. Por tanto, lo que ocurre aquí tiene trascendencia, los personajes vienen de un sitio y van a otro y, si estás siguiendo la serie, te ves obligado a pasar por aquí para no perder el hilo. Todo un cambio.

Así pues, tenemos a Tanjiro y sus amigos que deben coger un tren muy particular para cumplir una misión, pero ¡ay!, ese tren está endemoniado y deberán superar mil peligros para salir de ahí con vida.

Si ya estás propuestas pierden poco tiempo en presentarte a los personajes, aquí se va a fondo desde un primer momento. Si no sabes de qué va la vaina, vas a perderte en cero coma. Si conoces la historia, aquí encontrarás una obra la mar de rechulona, bien bonita técnicamente donde buenos y malos se estozan cosa mala durante un buen puñado de minutos. La trama no destaca por su profundidad ni por salirse de los tópicos, pero siempre se agradece comprobar cómo se puede resumir de bien un anime a la que quitas todo el relleno y vas a lo importante. Lo dicho, si estás en el rollo, lo vas a gozar. Sí se le puede echar en cara que en su desenlace intenta meter demasiadas cosas juntas y se acaba emburullando, con lo que el ritmo en su última media hora se acaba haciendo algo durillo.

Lo que sí tiene la película es una animación espectacular. Entre que la serie ya tiene un diseño la mar de rebonico y aquí pueden tomarse las cosas con calma en vez de ir a por su capítulo semanal a toda leche, el resultado es impactante. Daría gusto ver más animes con un trabajo de este calibre. Puede no tener el preciosimo de Ghibli, pero funciona eficazmente y se convierte en un placer para la vista. Hay que felicitar también el diseño de los malos y los monstruos, desbordantes de formas tentaculares, pústulas y demás apósitos pensados para los demonios, bien capaces de poblar las pesadillas de algún público fácil de asustar.


Sin ser un prodigio de originalidad, funciona como un tiro ofreciendo una buena ronda de entretenimiento al fan de la causa. Ya podrían tomarse más en serio este tipo de propuestas, porque a lo largo de los años nos hemos comido mucha basura. Tiene sus defectos y taras propias de este tipo de propuestas – un final mejor rematado se hubiera agradecido – pero si te gusta este anime, es obligatorio pasar por aquí y lo disfrutarás. Si no, ¿A qué esperas para empezar con ello?

 

Nota: 6

Nota filmaffinity: 7.3 

domingo, 7 de agosto de 2022

Mortal Kombat

Olvidémonos de caricias y paz para el alma: el más mortal de los Kombates entre ninjas estrafalarios y asesinos improbables se ha reanudado. Todos conocemos la canción.
Durante años, la adaptación de Mortal Kombat era de las pocas películas basadas en los videojuegos no era una basura infecta. Tampoco es que fuera gran cosa, pero por lo menos se dejaba ver con agrado, integrando bien las ridiculeces sin que pareciera un cosplay con vitaminas.

Años después y un puñado de entregas en ambas plataformas después, la historia ha avanzado y volvemos a tener un intento de traer la franquicia a la gran pantalla, sin tener mucho en cuenta cualquier otra adaptación.

Pues hete aquí que Scorpion es un ninja (amarillo) asesino que lucha por el bien. Mientras que Sub-zero es otro ninja (azul) que lucha por el mal. Y no se tienen mucho cariño en una lucha que dura ya siglos. Por su parte, un combatiente de Full Contact de no especial éxito recibe una invitación para luchar en un Torneo clandestino de artes marciales. Pero resulta que en este torneo está en juego el destino de la tierra y las fuerzas del bien y del mal se pondrán en marcha para favorecer cada uno de sus bandos. Y empiezan las tortas, los desmembramientos, las decapitaciones… Que sí, que el argumento es una mera excusa para tener a los personajes estozándose de un lado al otro del globo.

Una tontería, sí. Pero hay algo que la película consigue con ganas: MO-LAR. Mortal Kombat no tiene ninguna vergüenza a la hora de fliparse y lleva la premisa del videojuego hasta el infinito y más allá. Simon McQuoid creció con la película original, se ha viciado a esos videojuegos toda la vida y ahora ha tenido la oportunidad de crear un entretenidísimo pasatiempo de acción y gore. Tiene poco sentido pero, realmente, no importa demasiado.

Entre otras (muchas) cosas, se le puede echar en cara tener un protagonista la mar de sosete. Pega bien sus tortas y no hace malas coreografías, pero se nota que eso de actuar no es lo suyo. El puñado de secundarios, por suerte, tienen mucha más gracia. Ninguno destaca por la profundidad de sus encarnaciones, pero el guión les da más chorraditas con las que jugar y salvan bastante la papeleta. En especial habría que destacar a Josh Lawson (Kano) y Max Huang (Kung Lao) que, con papeles histriónicos y ostiables, pero carismáticos, se marcan los mejores chistacos de la película.

Lo más sorprendente de toda la película es lo bien que están trasladados los personajes. Por una vez, no parece que estemos ante un cosplay vitaminado, sino ante recreaciones en acción real de las animaciones que habíamos visto. Además, se ha realizado un trabajo inesperadamente cuidadoso en las cinemáticas de los combates, integrando bien todos los movimientos y rayitos, de manera que puedas reconocer que ataque especial está realizando en cada momento sin que parezca impostado. Eh, y los toñarros molan. Cada combate tiene una coreografía característica que los hace distinguibles, se sigue el movimiento d elos personajes sin que por ello se pierda brío y, encima, están intercaladas entre diálogos suficientemente interesantes como para que el ritmo no pare. Así, tenemos dos horas bien buenas de entretenimiento.

Que nadie había pedido este remake es algo obvio, y menos cuando las obras basadas en videojuegos tienen una tendencia a estamparse bastante grande. Pero mira, ésta les ha quedado algo mejor de lo normal y se ha de felicitar. Es perfectamente consciente de que se trata de un producto de puro entretenimiento y lo abraza con ganas, ofreciendo suficientes datos para que el friki disfrute y el profano se entere de qué va la vaina sin problema. 

Y una cosa obvia, vaya mentira el título. Todo el metraje hablando del Mortal Kombat y luego va y la película se acaba y el torneo no ha comenzado todavía. Si es que…Visto en perspectiva, está claro que el guionista ya estaba planeando una segunda parte que llegará cuando se le cante el culo al productor correcto.

Una inesperadamente simpática película basada en videojuegos que satisface las ansias de los fans. Hostias como panes, hemoglobina a borbotones, caramelitos para el fan de la saga e intento obvio y ridículo de ser el primer episodio de una franquicia. Una vez apagas el cerebro y dejas hacer a lo que viene, pues el entretenimiento no está mal. Sorprende que algo con estos orígenes no se acerque a la vergüenza ajena (y se agradece). Evidentemente, sólo para fans. Si no te van las tortas, no sé qué haces aquí con esta película.

 

Nota: 6

Nota filmaffinity: 5.2