Spiderman: un nuevo universo.
¿Otro reinicio de Spiderman? Después del fiasco del Peter Parker de Garfield y
la reciente versión de Tom Holland, nadie necesitaba volver a empezar una saga
de Spidey. Especialmente si hablamos fuera del MCU, donde la mayoría de
películas han sido de una calidad cuestionable. Realmente, el cuerpo no me
pedía otra versión. Por lo menos se iba a hacer de Miles Morales, no de Peter
Parker. Algo nuevo, o así.
Y
luego vino el tráiler.
WOW.
Reconozco
que me quedé más que sorprendido. No recordaba una película de animación que
oliera tanto a COMIC como ésta. Onomatopeyas, poses molonas que quedan bien,
líneas cinéticas. Parecía realmente (por fin) viñetas en movimiento como
siempre habíamos querido. Encima todos los chistes funcionaban. Autoparodia
mezclada con cuarta pared y gags visuales buenos. Ya me habían comprado.
El
argumento es casi lo de menos. En la Tierra-nosecuantos, dónde Miles Morales es
Spiderman, se produce cataclismo escachilipozante escariano-aviésico que
provoca que Spideys de diversos universos aparezcan. A partir de allí, deberán
superar sus diferencias y colaborar para detener en los malos malosos. Nada
nuevo bajo el sol.
Pero
están los chistacos. Phil Lord y Christopher Miller (La LEGO
película) saben bien cómo armar una película coherente a base de gags y, no
olvidemos, el éxito del cine Marvel se basa principalmente en meter sus
chascarrillos en medio de la acción. Spiderman:
Un nuevo Universo tiene mucho de esto, y bien. Se han embutido en esta
película muchas ideas locas que no deberían funcionar de ninguna manera, pero
que fluyen de puta madre. Todos los elementos incongruentes casan para dar
lugar a situaciones que tan pronto te dejan alucinando como te retuercen de la
risa en el acierto. ¡Es que incluso meten chistes buenísimos en el tráiler
dejándose los mejores en el tintero! Hacía tiempo que no pasaba.
Spiderman: un nuevo universo
es diversión desmesurada. Es lo que quiere ser y lo es a lo grande. Encontramos
chistes de todo pelaje que funcionan a la perfección. Autorreferencias a todo
el producto Spidey (cómics y películas), a todo el Universo Marvel, rupturas de
la cuarta pared que te partes la caja, memes con patas e incluso running gags
que aciertan como chistes individuales. Todo ello con un resultado
descacharrante para el profano y absurdamente desternillante para el iniciado
en el tema.
Por
si fuera poco, los héroes que encontramos, de todo pelaje, raza, género y color
se sostienen por sí mismos, pidiendo a gritos una película para cada uno de
ellos, sin por ello dejar de complementarse a la perfección entre unos y otros.
Spider-porker
ha salido de los Looney Toones y es adorable. Spider-Gwen es la puta ama. El
Peter Parker cuarentón tiene su qué y tanto el Noir como Penny Parker se
guardan un puñado de chistes marca de la casa. Una pasada.
La
motivación argumental es una patata pero no chirría en ningún momento, pone la
emoción adecuada y sirve de perfecto armazón para el espectáculo que está por
venir. En ningún momento tienes la sensación de que las cosas ocurren porque
sí. Tienen su sentido a su modo. Desarrolla personajes, provoca interacciones
divertidísimas y les da diálogos con sustancia (¡en una de súpers!),
consiguiendo escenas de maduración personal mezcladas con hilarante vergüenza
ajena que no da cosa ver.
Y
luego está la animación. Se parte de una especie de Stop-motion raruno en 3D
generado por ordenador con clara inspiración tebeística. Como he comentado
antes, escenas que son puras viñetas en movimiento en que los personajes dejan
huellas cinéticas al moverse, se escuchan los ruidos y chillidos al tiempo que
aparecen las onomatopeyas, los juegos de luces imitan a la perfección el que
hemos visto en las páginas e incluso se permite divisiones por viñetas si le
apetece. Encuentra soluciones imaginativas para muchos factores que nunca se
habían pasado bien a la gran pantalla (el sentido arácnido es impecable, por
ejemplo) y además, respeta el diseño de cada personaje y le da un tipo de
animación propio de su lugar de origen. Me explico: Miles Morales y (casi)
todos los escenarios de la película están claramente inspirados en el diseño de
los primeros cómics de este Spidey. Peter Parker proviene del Universo
Ultimate, respetándose el diseño y el trasfondo, muy diferente al anterior.
Spider-Gwen está perfectamente trasladada desde su propio cómic siempre con
líneas y movimientos estilizados. Penny Parker es un personaje de anime, moviéndose
y comportándose como tal. El Spider-Noir recuerda claramente a los cómics de la ciudad del
Pecado y Peter Porker podría aparecer en cualquier capítulo de Looney
Tunes. Es decir, cada uno de ellos tiene su diseño, sus movimientos y su estilo
de animación característico. Todo ello interaccionando entre ellos, con
coreografías de acción de lo más espectacular sin que el engendro chirríe en lo
más mínimo.
Desde
el desconcertante “No os voy a contar otra vez lo mismo” (Jé) hasta la mejor
escena post-créditos del cine de superhéroes, Ahí está la gracia. Un continuo
desenfreno deliciosamente desenfadado y divertido que te lo hace pasar en
grande. Un Oscar merecidísimo a la mejor película de animación que premia a una
labor magnífica.
Spiderman: un nuevo universo
es una sorpresa tan descomunal como inesperada, y más viniendo de Sony. Se
trata de la superproducción más libre y loca de los últimos años, que se nota
hecha con cariño. Retrata el mundo de Spiderman como nunca habíamos viso y da
sopas con ondas a todos los que han intentado transmitir la sensación de leer
un cómic antes que ella.
No
os la perdáis, en serio, es divertidísima.
Nota:
10
Nota
folmaffinity: 7.6
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