lunes, 27 de enero de 2020

Spider-man: Un nuevo universo


Spiderman: un nuevo universo. ¿Otro reinicio de Spiderman? Después del fiasco del Peter Parker de Garfield y la reciente versión de Tom Holland, nadie necesitaba volver a empezar una saga de Spidey. Especialmente si hablamos fuera del MCU, donde la mayoría de películas han sido de una calidad cuestionable. Realmente, el cuerpo no me pedía otra versión. Por lo menos se iba a hacer de Miles Morales, no de Peter Parker. Algo nuevo, o así.

Y luego vino el tráiler. WOW.

Reconozco que me quedé más que sorprendido. No recordaba una película de animación que oliera tanto a COMIC como ésta. Onomatopeyas, poses molonas que quedan bien, líneas cinéticas. Parecía realmente (por fin) viñetas en movimiento como siempre habíamos querido. Encima todos los chistes funcionaban. Autoparodia mezclada con cuarta pared y gags visuales buenos. Ya me habían comprado.

El argumento es casi lo de menos. En la Tierra-nosecuantos, dónde Miles Morales es Spiderman, se produce cataclismo escachilipozante escariano-aviésico que provoca que Spideys de diversos universos aparezcan. A partir de allí, deberán superar sus diferencias y colaborar para detener en los malos malosos. Nada nuevo bajo el sol.

Pero están los chistacos. Phil Lord y Christopher Miller (La LEGO película) saben bien cómo armar una película coherente a base de gags y, no olvidemos, el éxito del cine Marvel se basa principalmente en meter sus chascarrillos en medio de la acción. Spiderman: Un nuevo Universo tiene mucho de esto, y bien. Se han embutido en esta película muchas ideas locas que no deberían funcionar de ninguna manera, pero que fluyen de puta madre. Todos los elementos incongruentes casan para dar lugar a situaciones que tan pronto te dejan alucinando como te retuercen de la risa en el acierto. ¡Es que incluso meten chistes buenísimos en el tráiler dejándose los mejores en el tintero! Hacía tiempo que no pasaba.



Spiderman: un nuevo universo es diversión desmesurada. Es lo que quiere ser y lo es a lo grande. Encontramos chistes de todo pelaje que funcionan a la perfección. Autorreferencias a todo el producto Spidey (cómics y películas), a todo el Universo Marvel, rupturas de la cuarta pared que te partes la caja, memes con patas e incluso running gags que aciertan como chistes individuales. Todo ello con un resultado descacharrante para el profano y absurdamente desternillante para el iniciado en el tema.

Por si fuera poco, los héroes que encontramos, de todo pelaje, raza, género y color se sostienen por sí mismos, pidiendo a gritos una película para cada uno de ellos, sin por ello dejar de complementarse a la perfección entre unos y otros.

Spider-porker ha salido de los Looney Toones y es adorable. Spider-Gwen es la puta ama. El Peter Parker cuarentón tiene su qué y tanto el Noir como Penny Parker se guardan un puñado de chistes marca de la casa. Una pasada.


La motivación argumental es una patata pero no chirría en ningún momento, pone la emoción adecuada y sirve de perfecto armazón para el espectáculo que está por venir. En ningún momento tienes la sensación de que las cosas ocurren porque sí. Tienen su sentido a su modo. Desarrolla personajes, provoca interacciones divertidísimas y les da diálogos con sustancia (¡en una de súpers!), consiguiendo escenas de maduración personal mezcladas con hilarante vergüenza ajena que no da cosa ver.

Y luego está la animación. Se parte de una especie de Stop-motion raruno en 3D generado por ordenador con clara inspiración tebeística. Como he comentado antes, escenas que son puras viñetas en movimiento en que los personajes dejan huellas cinéticas al moverse, se escuchan los ruidos y chillidos al tiempo que aparecen las onomatopeyas, los juegos de luces imitan a la perfección el que hemos visto en las páginas e incluso se permite divisiones por viñetas si le apetece. Encuentra soluciones imaginativas para muchos factores que nunca se habían pasado bien a la gran pantalla (el sentido arácnido es impecable, por ejemplo) y además, respeta el diseño de cada personaje y le da un tipo de animación propio de su lugar de origen. Me explico: Miles Morales y (casi) todos los escenarios de la película están claramente inspirados en el diseño de los primeros cómics de este Spidey. Peter Parker proviene del Universo Ultimate, respetándose el diseño y el trasfondo, muy diferente al anterior. Spider-Gwen está perfectamente trasladada desde su propio cómic siempre con líneas y movimientos estilizados. Penny Parker es un personaje de anime, moviéndose y comportándose como tal. El Spider-Noir recuerda claramente a los cómics de la ciudad del Pecado y Peter Porker podría aparecer en cualquier capítulo de Looney Tunes. Es decir, cada uno de ellos tiene su diseño, sus movimientos y su estilo de animación característico. Todo ello interaccionando entre ellos, con coreografías de acción de lo más espectacular sin que el engendro chirríe en lo más mínimo.



Desde el desconcertante “No os voy a contar otra vez lo mismo” (Jé) hasta la mejor escena post-créditos del cine de superhéroes, Ahí está la gracia. Un continuo desenfreno deliciosamente desenfadado y divertido que te lo hace pasar en grande. Un Oscar merecidísimo a la mejor película de animación que premia a una labor magnífica.

Spiderman: un nuevo universo es una sorpresa tan descomunal como inesperada, y más viniendo de Sony. Se trata de la superproducción más libre y loca de los últimos años, que se nota hecha con cariño. Retrata el mundo de Spiderman como nunca habíamos viso y da sopas con ondas a todos los que han intentado transmitir la sensación de leer un cómic antes que ella.

No os la perdáis, en serio, es divertidísima.

Nota: 10
Nota folmaffinity: 7.6

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