jueves, 20 de febrero de 2020

Tadeo Jones 2: El secreto del Rey Midas


Y aquí estamos con otra segunda parte, Indiana Jones y el templo maldito  Tadeo Jones 2: El tesoro del Rey Midas. Y ocurre lo mismo que teníamos hace unos días, una continuación que es casi una fotocopia de la anterior, con dos detallitos cambiados.

La historia de Tadeo Jones 2 continúa unos años después de su predecesora. Los dos personajes que acabaron enamorados la película se han distanciado por culpa del trabajo, pero cuando su amada se ve amenazada por un grupo de saqueadores de tumbas, Tadeo Jones se pondrá el smoking blanco o su Fedora, volviendo a la senda de las aventuras. Al más puro estilo de las historias del Dr. Jones, los personajes saltarán de un lado al otro del mundo, resolviendo misterios y sorteando traiciones en un camino que esta vez les llevará a encontrar la tumba del legendario Rey Midas.

Como anteriormente, nos encontramos ante una segunda parte-remake que se dedica a repetir, paso a paso, todas las cositas que funcionaron para que la primera entrega fuera un éxito en taquilla. Como es fácil comprobar, los guiños a Indiana Jones son todavía más obvios, copiando incluso hasta el mapa de desplazamientos. Sin embargo, se nota que están hechos con cariño, homenajeando más que copiando, por lo que no se hacen cargantes. 

El proyecto goza de un presupuesto más abultado, lo cual se ha gastado en una animación más efectiva. En ningún momento llegará a las fastuosas producciones de otros grandes estudios, pero cumple con lo que se le pide. El diseño está bien rematado y los movimientos fluyen con gracia, con físicas mucho más logradas que permiten un diseño de escenas más agradable al espectador.



En cuanto al guión, se sirve de una historia perfectamente funcional, que cumple el manual a rajatabla para asegurarse que no contiene el más mínimo error, aunque tampoco deje espacio para el lucimiento. Soporta los 80 minutos de argumento sin problemas, dando motivo a un puñado de cabriolas de acción a un ritmo entretenido sin dar tiempo a que te canses, pues la película no dura nada. Los personajes se pelean entre sí cuando toca, los giros trágicos están en el punto exacto que marcan las normas, las reconciliaciones aparecen en el minuto justo y el desenlace da lo que se espera, sin alardes. Por otro lado, se agradece que los personajes estén perfectamente diferenciados, con diálogos coherentes que no chirrían en ningún momento. A destacar la inclusión de la momia Inca como alivio cómico inesperado. Aparece de clavo dentro de la película, pero luego sorprende la fluidez con la que se integra en la trama, gozando de los mejores gags de todo el film.

Sí. Es una momia vestida de sevillana (cosas que pasan).


Tadeo Jones 2 contiene todas las cosas buenas y malas de la entrega anterior. Si disfrutaste con ella, a buen seguro pasarás un buen rato con ésta, pues tienes más de lo mismo, sin tener tampoco nada en especial por lo que destacar: Aventuras exóticas bien encontradas, algo de acción, chascarrillos entretenidos y un argumento convencional que aguanta el tinglado. En sí, una propuesta sincera que satisface las necesidades de la industria y la de un espectador que quiera divertirse sin pretensiones.

Nota: 5
Nota filmaffinity: 5.8

martes, 18 de febrero de 2020

La jungla 2: Alerta Roja


Y después de una chorrada de acción, otra chorrada de acción. Bueno, no tan zumbada. Así en mi memoria, tenía a La Jungla 2 como una mala imitación de su predecesora. Al repasarla, me he dado cuenta de que no era tan así.


La película no niega su vocación de imitar a la primera. Un año después, el mismo detective se ve implicado en una operación terrorista en la que su exmujer y un puñado de gente están en peligro. En este caso, un grupo peligrosísimo ha tomado un aeropuerto y amenaza con ir tumbando aviones a menos que se cumplan sus peticiones, John McClain (otra vez) será el único que podrá arreglar la situación y vencer a los malos, a pesar de los impedimentos de la incompetente policía.

Es la primera película, pero en un aeropuerto. Un refrito que sirvió de base para una constante en el cine de acción de los siguientes diez años: La Jungla de Cristal en XXX sitio, con otro actor y otro título, pero misma premisa argumental y mismo desarrollo, como podemos comprobar en todas las películas de Steven Seagal, Jean-Claud Van Damme y muchos forzudos de la época, que cumplían a la perfección con este tropo.


Sin embargo, al ser la primera vez, todavía se hizo con muchas ganas de hacer las cosas bien. Así pues, La Jungla 2 es un digno thriller de los que te pegan bien al asiento. No tiene el mismo  efecto sorpresa que La Jungla de Cristal, pero mantiene bien la tensión, con una solidez en la acción que ya quisieran muchas. Los chascarrillos característicos de Willis piden más espacio y a veces pecan de predecibles, pero we, siguen divirtiendo.

El guión es casi un calco de lo que ya habíamos visto, cosa que incluso en la propia película comentan, lo que no impide que se trate de una propuesta que funciona. El malo tiene su razón de ser, los diálogos tienen sustancia, hay viveza en el ritmo y la acción se haya al servicio de la trama y no al revés.



Hay que destacar que en este caso tenemos mucha más violencia gráfica en pantalla, con unos tiroteos mucho más sangrientos de lo que estábamos acostumbrados. No en vano esta película mantuvo el récord de muertes en pantalla durante bastante tiempo. Al no repetir McTiernan en la dirección (sólo firma el guión), se nota que el conjunto pierde empaque, sin la personalidad característica de sus películas. Sin embargo, Renny Harlin sabe lo que se hace con la acción, creando un buen conjunto de escenas espectaculares que se bastan para hacer disfrutar al público afín.

Si ya dijimos en su momento que Bruce Willis había nacido para ser John McClain, aquí ya lo vemos completamente en su salsa. Consciente de quién es su personaje y qué tiene que darle para que funcione. No sé cómo lo hace, pero cae bien desde el primer segundo, tan cachondo como seductor como letal, con unos chascarrillos que funcionan tan bien como cada vez que desenfunda su pistola. Es el alfa y el omega de la película, casi un continuo de escenas donde puede lucirse. El resto del elenco se comporta de un modo mucho más funcional, pero no por ello desentonan en ningún momento.



Cuando nos paramos a mirar a los efectos especiales, podremos comprobar que ha pasado el tiempo. Muchas escenas tienen una artesanía que se nota de otra época, que a buen seguro no se habrían hecho así hoy día. Sin embargo, mantienen un sabor auténtico que funciona perfectamente en pantalla. No están apenas en pantalla azul ni el ordenador interviene apenas. Todo lo que vemos “ocurre” delante de la cámara, y eso es algo que se aprecia, lo que permite que la película envejezca mucho mejor que muchas propuestas de los noventa.

Que sí, que La Jungla 2 tiene su origen en el éxito de la mejor película navideña de la historia y nunca habría existido sin ella. Pero dentro del ejército de los clones que sucedieron a La Jungla de Cristal, ésta propone un espectáculo de acción más que digno. Tiene la suerte de tener a Willis en su salsa haciendo el papel para el que ha nacido, unos malos muy malosos y acción de primera, aunque sea una repetición. Quita las ganas de coger un avión, pero ya podrían todas las secuelas tener esta dignidad (y muchas películas que no lo son).

Nota: 7
Nota filmaffinity: 6.3

domingo, 16 de febrero de 2020

Aquaman


Y volvemos a las reseñas normales contra otra ronda de chorradas. Aquí nos metemos en el Universo DC, que llevaba mucho tiempo a la deriva, sin saber bien para dónde irse, funcionando mucho mejor cuando se dejan de universos compartidos trascendentes y se dedican sólo a divertir.

Ésta no es una película que tuviera previsto ver. Aquaman no me ha atraído lo más mínimo como personaje y el universo DC ha sido lo que ha sido. Por mucho que esté el Momoa por ahí y dirigiera James Wan, no es que pensara molestarme.

Y va y acabé en el cine. Y al salir, qué dos horas más divertidas oiga. Tal como consiguió resucitar la saga de Fast and Furious, Wan ha creado, sin que nadie se lo esperara, la película más gozosamente divertida del Universo DC. Consigue que nos creamos a Aquaman y reventó las taquillas de medio mundo.

Quizás lo más importante es que la película sabe que es una petardada. Wan se ha dedicado a meter la mayor cantidad de idas de olla que ha podido y le ha permitido el armazón argumental. Pocas películas puedes encontrar con unos fuegos artificiales tan gratuitos y tan bien acometidos. Además, a diferencia de otras propuestas de este estilo (Dioses de Egipto), aquí hay alguien con cerebro tras las cámaras, por lo que el espectáculo es de primera, sin acercarse (aunque parezca imposible) a la vergüenza ajena.

Como Aquaman ya había aparecido en La liga de la Justicia, Wan no tiene que presentarlo y le basta dejarlo en la casilla de salida. Por ello, puede contar su historia sin apenas condicionamientos y meter todas las burradas que se le ocurran. Y es lo que hace. A partir de su considerable músculo financiero, hace un poti-poti de las mejores historias del cómic del héroe acuático, lo mezcla con estética de videojuego y se embarca en el espectáculo de fuegos artificiales más bruto posible.



Además, tiene la suerte (ejem) de que Momoa fuera consciente de la cantidad de dinero que se estaba jugando. Si quería seguir cobrando el mismo dineral, tocaba darlo todo y no perder un momento en tonterías. Así que sí, tenemos a un Aquaman super-mazado y testosterónico con una dosis de autoparodia muy bien buscada. Mi Aquaman favorito siempre había sido Vincent Chase, pero Momoa lo da todo e incluso consigue que el traje naranja le quede bien. Otro actor no hubiera funcionado tan bien, imposible.

Tampoco nos equivoquemos, la película no nos presenta ninguna historia que no hayamos visto mil veces anteriormente. Es el espectáculo de efectos especiales tan bien coreografiado el que nos pega al asiento y no nos deja descansar desde el principio hasta el final. A lo largo de 120 minutos tendremos un compendio de coreografías muy bien pensadas, una imaginería preciosista y un continuo de bastardadas a cada cual más ida de olla. Se trata de un despropósito tan gratuitamente grandilocuente y tan pasado de página que acaba molando por los cuatro costados. El resultado es un videojuego no interactivo con todas las flipadas que uno pueda imaginar.

Igual es que no esperaba nada, pero han sido dos horas divertidísimas. Una propuesta de nula trascendencia pero mucho más disfrutable que las versiones de BatmanVSuperman o La liga de la justicia. Tienes una película muy bien ambientada, acción trepidante, algo de coherencia y muy diferente a la fórmula Marvel. ¿Por qué DC no puede hacer estas cosas más a menudo? Por ahora sólo se lo hemos visto a Wonder Woman y a ésta, fracasando estrepitosamente en el resto de sus propuestas, mucho más darkzzz y seriotas.

Hace lo que una película de súpers tiene que hacer: MOLAR. Es una fumada gigantesca, con 120 minutos de poco sentido y mucho horterismo, pero lo es tan a lo bestia, con una acción tan bien parida y unas bastardadas tan logradas que uno no puede sino divertirse. De las pocas de DC que hay que ver si te gustan este tipo de películas.

Nota: 6
Nota filmaffinity: 5.8

viernes, 14 de febrero de 2020

Recomendaciones del año 2019: Series


Y finalmente, nos ponemos con las series, que también es tiempo de acabar con estas cositas. A lo largo de este año he visto la nada despreciable cantidad de 432 capítulos de 30 series diferentes.



De acuerdo con mis reglas, destacaré sólo aquellas en las que haya visto el ÚLTIMO capítulo a lo largo del año y pueda estar seguro de que están terminadas, valorando así la serie completa y no sólo temporadas sueltas. Por ello, casi que podéis olvidaros de series eternas o novedades con mucha futuro por delante.

La primera de ellas que quiero destacar es Roma Criminal. Una pequeña propuesta italiana de dos temporadas en la que se narra la entrada del grupo mafioso del Libanés en Roma, allá por los años 80. Nadie como los italianos para contar historias de Mafias. En este caso, no tenemos el glamour del Padrino o la campechanía de los Soprano. Estamos hablando de los bajos fondos de una ciudad en crisis, por lo que tenemos mafiosos cutres, con muy mala leche y que no se cortan lo más mínimo. De fondo, se perciben todos los sucesos que marcaron la política del país durante esos años, además de la intervención de unos servicios secretos que uno no acaba de saber bien de qué parte están. Unos actores que derrochan autenticidad y unos guiones bien pensados redondean una serie que tiene mucha menos fama de la que merecería. Tres estupendas temporadas (de 11 capítulos cada una) que se meriendan con buen vicio.

Y por fin acabó Juego de Tronos. A pesar de su irregular final, pocas series han derrochado tantos medios para meterse en la pequeña pantalla tan a lo grande. Cada una de sus ocho temporadas ha monopolizado las conversaciones del momento, llevando el concepto del spoiler hasta fronteras nunca esperadas. Con una serie tan conocida, no hace falta es necesario recordar las bases de la serie: Sexo, violencia y dragones en una serie repleta de grandes actuaciones, momentos estelares y batallas que quitan el hipo, mientras se nos narran las luchas intestinas de los Reinos de Poniente en la lucha por obtener el Trono de Hierro y dominar el mundo. Aunque el final sea algo mejorable, es de las series que todo vicioso de estas cosas debería ver (si no lo ha hecho ya).

La otra serie que voy a destacar también es de la HBO, estrenada a rebufo del final de Juego de Tronos, aprovechando un extraño impass en el que no había otra serie importante. A pesar de su única temporada, sus seis capítulos se bastaron para cortar la respiración de todos los espectadores, rememorando o descubriendo uno de estos momentos en que el mundo paralizó. Estoy hablando de la miniserie Chernobyl, que narra, a medio camino entre el documental y la dramatización, los hechos que llevaron a la explosión de la famosa central nuclear y la posterior gestión de los daños causados. Actuaciones de primerísimo nivel se complementan con un guión férreo lleno de verosimilitud y una puesta en escena al alcance de las mejores superproducciones de cine. Imprescindible.

En fin, ésta es la conclusión de mi resumen del año. Seguro que dentro de esta marabunta de recomendaciones de todo tipo encontrarás alguna propuesta interesante con la que disfrutar, pasar un buen rato y, quién sabe si cambiarte la vida.


¡NOS LEEMOS!

miércoles, 12 de febrero de 2020

Recomendaciones del año 2019: Películas


Buenas, buenas, buenas. Seguimos con esta ronda de Recomendaciones del año, que llegan tarde, pero llegan. Pasamos pues, a las películas, que también tienen su espacio. De la misma manera que ha ocurrido con los libros, este año ha habido cosas realmente preciosas. He hecho repasos de sagas que tenía muchas ganas de repasar, he conocido mitos del cine que cualquier cinéfago debe disfrutar (o no) y, realmente, me lo he pasado en grande. Así que también debo decir que me ha costado mucho escoger y un buen puñado de films que se merecerían estar por aquí se han quedado fuera. Pero bueno, es lo que hay, entran tres y no me apetece romper mis propias reglas.



Pongámonos manos a la obra.

LO MEJOR


Este año he repasado una de las sagas que más me han hecho vibrar en toda mi vida. Pongo sólo La comunidad del Anillo como representante de la trilogía de Peter Jackson, pero cualquiera de sus dos compañeras podría haber estado aquí. La gloria de esta historia es tal que no puede ser compartimentalizada en partes o películas individuales. Las tres forman parte de una única película, grandiosa, épica y madura –la mejor película de 9h 18 minutos jamás realizada- que orbita en torno a Gandalf, los Hobbits y el anillo. Una obra de orfebrería de tamaño mastodóntico que da vida a la fantasía épica de la mejor manera posible.

Otra factoría con la que me he reencontrado este año es el Estudio Ghibli, de los que he visitado casi todas sus grandes películas (otra vez). Algunas de ellas han tenido su primera reseña, por lo que he decido colocar El viaje de Chihiro como máximo representante de la fantasía de la que el estudio es capaz. Este viaje a través del más allá de una pequeña en busca de su nombre contiene belleza en la pantalla, historia fascinante, diálogos absorbentes y personajes inolvidables. Es, pues, obligatorio apreciarlo como un regalo del cielo, del que se me hace difícil encontrar palabras para expresar lo mucho que me impresiona. Pocas películas me hacen desear poder olvidar haberlas visto, sólo para poder volver a fascinarme de la cándida manera en que lo hace un primerizo espectador.

La otra trilogía que he visitado con alegría este año ha sido la realizada por Sergio Leone, allá por los años 60, la trilogía del dólar. He conocido al hombre sin nombre, al Coronel Mortimer y a Tuco. Las tres películas comparten planos enormes y extraños, exageración de la épica, dilatación del tiempo y el espacio, explosiones de violencia exacerbada… Una revisión del western que inventó un género a cargo de un director que sabía (o no) muy bien lo que hacía y un puñado de actores en estado de gracia. He escogido La muerte tenía un precio por ser la que tiene más empaque y una diversión más pura, pero cualquiera de sus compañeras podría haber sido escogida. Poco más voy a añadir. Muchos otros lo han explicado mejor. Sólo que tenéis que verla y ya.

Y recordad: Hay dos tipos de personas, los que tienen pistola y los que cavan. Y tú cavas.

Vale, estoy de acuerdo que las tres elecciones son obvias, pero es que cuando se reseñan tamañas preciosidades, seguro que se va a escoger algo conocido. Si le habéis echado un repaso al año, veréis que también se ha quedado mucha canelita fuera (y de la buena, buena).

LO PEOR

Yéndonos a la peor película, qué menos que detenernos en la típica película de Antena3 de domingo tarde, que no sólo he visto, sino que encima me he obligado a reseñar. La acusación de Rachel es un thriller convencional que se basa en la investigación de un asesinato tremebundo para llamar la atención, que repasa (mal) todos los tropos del género y goza de unas actuaciones cuestionables. No obstante, no se trata de una película que desborde cutrez ni se regodea en su falta de cualidades. Se trata de un simple film anodino destinado a rellenar las parrillas televisivas sin ningún aspecto destacable. Sin embargo, no resulta ofensivamente vergonzosa. Es mala, y ya.

domingo, 9 de febrero de 2020

Recomendaciones del Año 2019: Libros


¡Hola a todos!

Ya estamos en Febrero y algunos me habéis recordado que este año no he escrito mis recomendaciones de 2019. En efecto, he estado un poco (muy) liado este inicio y se me había pasado completamente.

Ahora ya en estas fechas queda un poco rarito el ponerse con el ránking del año anterior, pero bueno, es en estos días cuando tengo el tiempo para repasar lo que he escrito y destacar las cosas mejores.



Así pues, repasemos primero las reglas: Tanto en libros como en Películas, no me importa de cuándo es la obra. Lo importante  es cuando se ha escrito la reseña. Así de simple. Me da igual leer un libro del siglo IV, si la reseña se hace en 2019, entra en el ránking de 2019. Ojo, si se revisita la obra a lo largo del año, también cuenta (aunque creo que todavía no ha ocurrido, jeje).

Bueno, nos ponemos con los libros, que es lo que da origen a este compendio:

Este año ha sido uno de los más difíciles a la hora de escoger. He leído mucho y muy bueno. Pocas veces me ha dolido tanto ver qué libros se han quedado fuera de los destacados, pero sólo hay espacio para tres. Curiosamente, ninguno de ciencia-ficción (ya parece que no leo apenas este género).

LO MEJOR

El primero de los libros es Memorias de Adriano, de Marguerite Yourcenar. Empezar el año con un libro así es toda una experiencia, no lo voy a negar. El libro presenta una (ficticia) autobiografía del Emperador Romano Adriano escrito en una serie de cartas que lega al que será su sucesor, Marco Aurelio. Desde el punto de vista de un sabio en senectud, repasamos lo que ha sido su vida, mientras reflexiona con una brillantez apabullante sobre el sentido de la vida, la belleza, el deber de un emperador y otras cuestiones vitales para el ser humano. Bellamente escrito por Yourcenar, cada página es para releer unas cuantas veces, tanto para apreciar la espectacular prosa como para disfrutar de la interesante vida de uno de los grandes hombres de la historia de la Humanidad.

Posteriormente, nos vamos a la España profunda, con Los Santos Inocentes, de Miguel Delibes. En él, se nos presenta un (durísimo) retrato de la vida en un cortijo cualquiera de España ya bien entrado el siglo XX. Desesperanzador y triste testimonio del poco valor de la vida de los vasallos, doloroso en su realismo al mostrar su total dependencia de la voluntad del amo, impotentes ante la imposibilidad de salir de la rueda que la sociedad del momento (no tan lejano) tiene montada para ellos. Contiene a unos personajes inolvidables esculpidos con inusitada maestría y una historia que se clava en el alma, todo ello descrito por un verdadero orfebre de las palabras. En otras palabras, indispensable (aunque salgas del libro con un cabreo morrocotudo con el mundo).

Y acabamos con otro libro indignante, de los que dejan huella a los valientes masoquistas que acometen sus numerosas páginas: Hermana mía, mi amor, de Joyce Carol Oates. Utilizando como excusa la polémica muerte de una estrella del patinaje infantil, Oates realiza un profundo retrato de todos los fantasmas de la sociedad estadounidense de principios de siglo XXI. Realizada a partir de los falibles recuerdos de un narrador poco fiable, el libro obliga a un gran esfuerzo al lector para captar la verdad de los hechos. Todo ello a través de una prosa punzante en la que se tallan, con virtuosismo de escultor unos personajes llenos de aristas que seguro que no dejan indiferente a nadie.



LO PEOR

Este año apenas he leído dos libros que merezcan la categorización de “malos”. Sin embargo, uno de ellos ha realizado méritos más que suficientes para quedarse el título de “el peor” sin ningún tipo de discusión. Y me fastidia un poco más por el hecho de que se trata de un libro famoso, con nombres importantes implicados.

Se trata de Nocturna, Guillermo del Toro y Chuck Hogan. Aunque empieza bien como una escalofriante historia de vampiros, pronto deviene un extraño correcalles con personajes desdibujados, acciones incoherentes y un desarrollo en el que las propias reglas del universo cambian constantemente. Además, parece escrito a retazos, sin mantener un tono uniforme o un detalle constante. La única explicación que le veo es que se trate del guión piloto de la serie The Strain, posteriormente remozado para publicar en forma de libro, sacando así más rentabilidad a la franquicia y al nombre importante que hay en la portada. Totalmente a evitar.

Eso es todo por hoy. Mañana más, a ver qué películas me han gustado en 2019.

viernes, 7 de febrero de 2020

El enredo de la bolsa y la vida (Eduardo Mendoza)


Parece que llevo un tiempo manteniendo la tendencia de leer un libro chorra cada dos propuestas serias. Ahora le ha tocado el turno a una de las memeces de Eduardo Mendoza que tenía pendiente desde hacía demasiado. Vuelven las aventuras del loco.

Título: El enredo de la bolsa y la vida
Autor: Eduardo Mendoza
“El anónimo detective de El misterio de la cripta embrujada, El laberinto de las aceitunas y La aventura del tocador de señoras regresa a la acción en tiempos de crisis. Contra su voluntad, es decir, movido por la amistad y sin un euro en el bolsillo, vuelve a ejercer de insospechado sabueso en la Barcelona de hoy en una carrera contrarreloj por desarticular una acción terrorista antes de que intervengan los servicios de seguridad del Estado.

Años después de dejar el sanatorio mental donde compartieron celda, Rómulo el Guapo le propone un golpe a nuestro protagonista. Su negativa y le misteriosa desaparición de Rómulo serán el arranque de un enredo para resolver un caso de repercusiones internaciones con la ayuda de un infalible equipo: La adolescente Quesito, el timador profesional Pollo Morgan, el africano albino Kiwijuli Kakawa, conocido como el Juli, la Moski, acordeonista callejera, el repartidos de pizza Manhelik y el señor Armengol, regente del restaurante Se vende perro.

A estas alturas, el libro no nos va a sorprender y es lo que esperábamos: una chorrada gigantesca de principio a fin. Sin embargo, tiene ese puntito entrañable que hace que lo leas con una sonrisita tonta en todo momento.

El argumento como tal es de lo más peregrino, siendo con diferencia el más esperpéntico de las aventuras del Loco. Nunca lo habíamos visto sumergido en un complot internacional con el destino de la Unión Europea entre sus manos, ni lo teníamos rodeado de una panda de incompetentes de este calibre. Pero lo más importante: sigue haciendo gracia. Las risitas te las pegas, aunque la trama no haya por dónde cogerla y el final sea un poco… bueno, un final. No es cómo los libros de Pratchett (que juega en otra división) que te hacen reír y luego te hacen pensar, no. El enredo de la bolsa y la vida busca el chascarrillo fácil y meter cuantos más gags mejor en el poco espacio que tiene.
 
El lugar donde se decide el destino del mundo (más o menos)
Lo más importante es que el loco sigue siendo el loco. No hay mucho que decir sobre él, se trata de un personaje estrafalario que no hace más que proporcionar diversión, con toneladas de historia que vienen de antiguo (quinto libro) y que Mendoza no se molesta mucho en refrescar.

El libro dura apenas 200 páginas de letra muy grande, lo que lo hace ideal para leerlo del tirón, en un viajecito tonto de avión, dónde lo único que querrías es relajarte y reírte un poco. La florida prosa de Mendoza se pierde más que nunca en chorraditas, mezclando hipérboles gargantuescas con la incapacidad de los personajes de entender la más mínima lógica. Puede no ser un estilo para todo el mundo, pero disfruto con él, especialmente cuando renuncia a cualquier tipo de trascendencia.

Eduardo Mendoza, el de las locuras




Después de pasar a través de un par de libros bien seriotes, necesitaba una memez como ésta. No veáis lo bien que ha entrado. A la que te pones a pensar sobre él, el libro no es que realmente valga mucho, ni por su argumento ni por sus personajes, pero se trata de un desengrasante muy agradecido. Si Mendoza no va a ser capaz de escribir otra Ciudad de los Prodigios, por mí que siga haciendo estas tonterías vacuas, que me divierten mucho.

Nota: 5
Nota goodreads: 3.43/5

martes, 4 de febrero de 2020

Cigüeñas


Hace nada que puse una de animación por aquí, pues nada, nos ponemos con otra que se nota cuál es mi vicio. Ésta es una propuesta algo más tontilla, pero bueno, no nos vamos a poner pejigueros (o sí).


Como todos sabemos, las cigüeñas son las encargadas de entregar los bebés a las parejas solicitantes. Dentro de la burocrática y descomunal empresa a la fábrica y entrega de bebés, Junior es el mensajero estrella, es cuestión de tiempo que reciba un ascenso soñado. La aparición errónea de un bebé ilegal pone en peligro toda su carrera, por lo que deberá colaborar con Tulip, la única humana de la empresa cigüeñil para realizar una entrega subrepticia que pondrá a la empresa y al mundo patas arriba.

Tras el éxito de la película de LEGO, la Warner intentó hacer otra propuesta desenfadada, pero en este caso utilizando una animación por ordenador más tradicional. Recuerda en mucho a las películas de Madagascar, propuestas con cero complicaciones sin otras pretensiones que hacer pasar un buen rato a los más pequeños.


Esta extraña buddy movie equilibra bastante bien las aventuras ligeras, unos cuantos chascarrillos bien encontrados y un diseño muy colorido, ideal para que los niños de la casa pasen 80 minutos entretenidos sin que los padres bostecen en exceso.

Evidentemente, la trama es muy facilita. Después de todo, cuando te basas en una cosa tan caduca como “las cigüeñas trayendo los bebés a las familias”, no te puedes esperar nada especialmente complejo o trascendente. Por su parte, los chistes son muy blancos, para toda la familia (obviamente). Sin la presencia de gags de pedos, abundan principalmente el slapstick y otros gags visuales que se deslizan agradablemente (a destacar los chistes con cristales y el excéntrico pollo pelota). La película funciona gracias a la adecuada química entre los dos protagonistas, que se complementan correctamente, con la adición del bebecito de pelo rosa que le añade un punto entrañable sin ser excesivamente cargante.


La trama va un poco a golpes, con un ritmo atolondrado que denota que había unos set-pieces pensados y luego han buscado la forma de unirlos, pero el armazón es funcional y el conjunto no queda deslavazado. Al no meterse en fregados extraños y durar apenas 86 minutillos, no te enteras y ya te la has comido.

La animación es correcta para su momento, con un diseño brillantemente colorista y un montón de elementos moviéndose que denota cierto cariño al planificar cada escena. Quizás lo que me ha chirriado más es la decisión de poner dientes a los pájaros (para que sonrían y tal), lo que puede ser un poco inquietante, pero por el resto, encontramos todos los detalles que esperaríamos encontrar en una película infantil.


Una cosa que he leído es que parece que en castellano, las voces corresponden a toda la “gentuza” de El Hormiguero, con un resultado bastante lamentable. Yo la he visto en inglés, así que no tengo ni idea de cómo queda. Sin embargo, estamos ya acostumbrados a ver como la aportación de un famosete sobre un actor profesional de doblaje se carga completamente el resultado de una película. A ver cuando se dan cuenta los productores de que lo único que consiguen con ello, es que menos gente esté interesado en su visionado…

En fin, Cigüeñas es una películilla menor llena de aventurillas, con trastazos aquí y allá a buen ritmo y un happy ending bien encontrado sobre qué compone realmente una familia. No esconde su vocación de ser un entretenimiento facilito para toda la familia y, sin estridencias, consigue hacerlo.

Nota: 5
Nota filmaffinity: 5.8