Érase un día destos
tontos en que uno amanece en casa de los suegros con una resaca bien gordota,
por lo que no hay ni fuerzas para cambiar de canal, por lo que no hay más
remedio que dejar lo que está puesto y tratar de sobrevivir al proceso. Alguna
vez ha coincidido que la película es buena (Dias de trueno), otras es un esperpento
original (El hombre de los puños de hierro) y hay veces que toca una
de estas de Antena 3 que es perfectamente olvidable.
Rachel es una
adolescente que ha sido testigo del asesinato de su mejor amiga durante un
atraco. Cuando el caso se vuelve mediático, su madre adoptiva toma medidas para
alejarla de la vida pública, pero a medida que avanza la investigación, vamos
conociendo que la jovencita no es tan dulce y angelical como pareciera ser en
un principio…
En efecto, tal
tremebundo argumento casa sin problemas con la típica película de domingo tarde
de Antena3. En este caso, proveniente de Canadá, imagino que en uno de estos
packs que se compran al peso a cambio de tener los derechos de poner alguna que
otra película importante.
En este tipo de
películas siempre encontraremos una muerte brutal, unos malos malisisimos muy
pasados de rosca, buenas dosis de carnaza repartidilla por ahí y un buen montón
de morbo embutido para captar nuestra atención. Poco importa que el argumento
falle a la hora de tener un mínimo de lógica o que el ritmo brille por su
ausencia, pues los hechos están pensados para revolver tus entrañas con saña.
Con un guión tan
poco trabajado, encontramos que los diálogos son entre pueriles y risibles,
bordeando peligrosamente la vergüenza ajena de forma involuntaria. Dirigido sin
ningún tipo de personalidad por Jem Garrard, un veterano en estas propuestas
digestivas, se contenta con tener unas cuantas caras bonitas recitando sus
frases con mayor o peor fortuna, sin siquiera dedicar un leve esfuerzo a que
las actrices interpreten con un mínimo de verosimilitud, pues son capaces de
decir “te quiero”, “qué buen día hace” y “vas a morir” con la misma expresión imperturbable.
A ello se suma una
puesta en escena pobre, con encuadres realizados con el piloto automático y un
despliegue de medios más reducido incluso que las opera prima de fin de carrera del ESCAC.
Obviamente, se trata
de una película perfectamente convencional, con una personalidad cercana a cero
y predecible desde el segundo 1. No obstante, no se trata de una película que
desborde cutrez ni se regodea en su falta de cualidades. Se trata de un simple
film anodino destinado a rellenar las parrillas televisivas sin ningún aspecto
destacable. Sin embargo, no resulta ofensivamente vergonzosa. Es mala, y ya.
Nota: 2
Nota filmaffinity: 3.3
No hay comentarios:
Publicar un comentario