martes, 9 de abril de 2019

Expediente Barcelona (Francisco González Ledesma)


Me ha llegado un cargamento de libros al e-book compuesto principalmente por sagas de novela negra, a veces con veinte libros o más. Como soy así, iré leyendo con él en vez de con libro físico de vez en cuando (con muucha calma), con el compromiso de ir acabando saga por saga. Por la sencilla razón de que es el que estaba primero, empiezo con este autor del que tengo 7 libros en el disco duro. Investigando un poco, he alucinado al ver que ¡escribió más de mil libros!

Título: El expediente Barcelona
Autor: Francisco González Ledesma
“Al despacho de un abogado de cuarta acuden a solicitar unas comprometedoras pruebas de paternidad, que implican a Ramón Masnou, hombre influyente de la burguesía catalana conectado con peligrosos revolucionarios. Abierto el tarro de las esencias, pasearemos por la Barcelona de los meublés, los antros, los cines de sesión doble, y por las cárceles... Todo ello para destapar una trama con la que recorreremos la historia de la Ciudad Condal desde la sufrida posguerra hasta una Transición que quizás ha sido asumida con cierta ingenuidad. Aquí podremos saborear el sexismo de Henry Miller, un cierto humor grotesco y, ante todo, una precisa recreación del ambiente de los barrios.”

No conozco apenas la vida y obra de este autor, pero este libro me ha descolocado por completo. Es un libro raro con ganas que abraza el género de la novela negra más clásica pero no parece ir de un caso que resolver. Coge las características noir de mostrar un ambiente corrupto y degradado, en los que todo tiene un precio, la vida apenas vale nada y las mujeres son fatales de necesidad. Lo que inicialmente empieza siendo un asunto de faldas se va complicando en corruptelas varias que sumergen al protagonista en un lodazal de rencores y trapicheos del que no puede salir nada bueno.

Al final, es que apenas importa la resolución del caso o quién es el culpable. ¿realmente lo encuentra al final del libro? No acabo de estar seguro… Eso sí, he conocido a fondo todos los prostíbulos y todos los barrios chungos de la Barcelona de finales de los 70.

El autor juega con una estructura narrativa a tres voces con las que va retratando cada aspecto de la sociedad barcelonesa.

El personaje más canónico es el de nuestro anónimo abogado al que le encargan que investigue la posible existencia de una hija ilegítima en una de las familias de más rancio abolengo de Barcelona. Representa a ese apocado perdedor ya pasado de vueltas que ve en el caso una última oportunidad para obtener una redención imposible y, quizás, hacer por una vez algo decente en su vida. Es a través de él que conocemos la vida de los puteados por la sociedad, que han acabado, por necesidad o estupidez, en el lado sombrío de la fortuna. Aun así, mantiene un cierto tono de honor que solo vale para los tunantes que malviven entre puteros, rufianes y gentes de mal vivir.

El segundo actor que da vida a esta novela es Juan Pardo, un antiguo activista del comunismo que, al caer el régimen, ha perdido su objetivo en la vida, sin nadie contra quién luchar. Los años pesan y los desengaños se acumulan, forzando a Pardo a renunciar cada vez más a sus ideales, adentrándose cada vez más en el mundo del crimen y la corrupción. Me agrada el realismo con el que se refleja la incoherencia entre sus ideales y sus actos, junto con los remordimientos y los arranques de honestidad que padece el protagonista por ello.



Detrás de todo el follón está Ramón Masnou, un niño de buena familia que ha vivido siempre con todos los lujos que da el dinero sin medida. Aunque de joven coqueteó con ideas izquierdistas, con los años se ha convertido en todo un empresaurio que hace y deshace a su voluntad, lubricando cualquier actividad económica con trapicheos y otros chanchullos. Lo más curioso es que el personaje no es especialmente malvado, simplemente, da tan por supuesto que es el amo del cotarro que se permite cualquier exceso sin una especial consciencia del daño que causa a su alrededor.

Se tienen los mimbres para una buena investigación criminal. Sin embargo, la importancia del caso pronto se diluye, pues González Ledesma no parece sino querer divagar sobre los años de la transición, mostrando como la democracia cambia la vida de la sociedad y reflexionando sobre las mentiras y verdades que quedaron en el camino. Además, se permite meter baza (con algo de mala leche) sobre las incongruencias que arrastran todas las vertientes políticas de la época.

- Los nostálgicos del régimen
- Los que quieren democracia a cualquier precio
- Los revolucionarios
- Los mimados por la vida
- Las que les da igual todo
- Los comunistoides acomodados (de dos tipos).

A pesar de que pronto en la novela se diluye la importancia del caso y el autor se pierde en devaneos y otras disgresiones, El Expediente Barcelona se lee con mucha facilidad. El libro está escrito con un estilo directo, rápido, en el que los diálogos lapidarios se juntan con ambientes decadentes y la eterna sensación de decadencia propia de la novela negra más clásica. Puede que no te interese nada de lo que estás leyendo, pero las páginas pasan a mucha velocidad. Además, pasa en Barcelona, con lo que todo me suena, así que me hace mucha gracia pasear literariamente por los bajos fondos de la ciudad. Siempre es un extra muy gracioso.

La principal gracia es que se trata de una novela muy inusual. Manteniéndose dentro de los tropos del género noir, se aleja bastante de los cánones habituales. Si bien es fácil de leer y a la que te despistas te ventilas el libro, se trata de una novela en la que NO PASA NADA durante casi toda su longitud. Vamos saltando por tres personajes que te van contando, con mayor o menos tino, lo que ha sido su vida pasada hasta el momento de la acción, que luego se resuelve en un pim pam. A mí me ha entretenido, pero puede hacerse aburrido con demasiada facilidad para una gran cantidad de lectores.

Nota: 5
Nota goodreads: 3.15/5


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