Me ha llegado un cargamento de libros al e-book compuesto
principalmente por sagas de novela negra, a veces con veinte libros o más. Como
soy así, iré leyendo con él en vez de con libro físico de vez en cuando (con
muucha calma), con el compromiso de ir acabando saga por saga. Por la sencilla
razón de que es el que estaba primero, empiezo con este autor del que tengo 7
libros en el disco duro. Investigando un poco, he alucinado al ver que
¡escribió más de mil libros!
Título: El expediente Barcelona
Autor: Francisco González Ledesma
“Al
despacho de un abogado de cuarta acuden a solicitar unas comprometedoras
pruebas de paternidad, que implican a Ramón Masnou, hombre influyente de la
burguesía catalana conectado con peligrosos revolucionarios. Abierto el tarro
de las esencias, pasearemos por la Barcelona de los meublés, los antros, los
cines de sesión doble, y por las cárceles... Todo ello para destapar una trama
con la que recorreremos la historia de la Ciudad Condal desde la sufrida
posguerra hasta una Transición que quizás ha sido asumida con cierta
ingenuidad. Aquí podremos saborear el sexismo de Henry Miller, un cierto humor
grotesco y, ante todo, una precisa recreación del ambiente de los barrios.”
No conozco apenas la vida y obra de este autor, pero este
libro me ha descolocado por completo. Es un libro raro con ganas que abraza el
género de la novela negra más clásica pero no parece ir de un caso que
resolver. Coge las características noir de
mostrar un ambiente corrupto y degradado, en los que todo tiene un precio, la
vida apenas vale nada y las mujeres son fatales de necesidad. Lo que
inicialmente empieza siendo un asunto de faldas se va complicando en
corruptelas varias que sumergen al protagonista en un lodazal de rencores y
trapicheos del que no puede salir nada bueno.
Al
final, es que apenas importa la resolución del caso o quién es el culpable.
¿realmente lo encuentra al final del libro? No acabo de estar seguro… Eso sí,
he conocido a fondo todos los prostíbulos y todos los barrios chungos de la
Barcelona de finales de los 70.
El autor juega con una estructura narrativa a tres voces
con las que va retratando cada aspecto de la sociedad barcelonesa.
El personaje más canónico es el de nuestro anónimo
abogado al que le encargan que
investigue la posible existencia de una hija ilegítima en una de las familias
de más rancio abolengo de Barcelona. Representa a ese apocado perdedor ya
pasado de vueltas que ve en el caso una última oportunidad para obtener una
redención imposible y, quizás, hacer por una vez algo decente en su vida. Es a
través de él que conocemos la vida de los puteados por la sociedad, que han
acabado, por necesidad o estupidez, en el lado sombrío de la fortuna. Aun así,
mantiene un cierto tono de honor que solo vale para los tunantes que malviven
entre puteros, rufianes y gentes de mal vivir.
El segundo actor que da vida a esta novela es Juan Pardo, un antiguo activista del comunismo que, al caer el
régimen, ha perdido su objetivo en la vida, sin nadie contra quién luchar. Los
años pesan y los desengaños se acumulan, forzando a Pardo a renunciar cada vez
más a sus ideales, adentrándose cada vez más en el mundo del crimen y la
corrupción. Me agrada el realismo con el que se refleja la incoherencia entre sus
ideales y sus actos, junto con los remordimientos y los arranques de honestidad
que padece el protagonista por ello.
Detrás de todo el follón está Ramón Masnou, un niño de buena familia que ha vivido siempre con todos los lujos que da
el dinero sin medida. Aunque de joven coqueteó con ideas izquierdistas, con los
años se ha convertido en todo un empresaurio que hace y deshace a su voluntad,
lubricando cualquier actividad económica con trapicheos y otros chanchullos. Lo
más curioso es que el personaje no es especialmente malvado, simplemente, da
tan por supuesto que es el amo del cotarro que se permite cualquier exceso sin
una especial consciencia del daño que causa a su alrededor.
Se tienen los mimbres para una buena investigación
criminal. Sin embargo, la importancia del caso pronto se diluye, pues González
Ledesma no parece sino querer divagar
sobre los años de la transición, mostrando como la democracia cambia la vida de
la sociedad y reflexionando sobre las mentiras y verdades que quedaron en el
camino. Además, se permite meter baza (con algo de mala leche) sobre las
incongruencias que arrastran todas las vertientes políticas de la época.
- Los nostálgicos del régimen
- Los que quieren democracia a
cualquier precio
- Los revolucionarios
- Los mimados por la vida
- Las que les da igual todo
- Los comunistoides acomodados (de dos tipos).
A pesar de que pronto en la novela se diluye la
importancia del caso y el autor se pierde en devaneos y otras disgresiones, El Expediente Barcelona se lee con mucha
facilidad. El libro está escrito con un estilo directo, rápido, en el que los
diálogos lapidarios se juntan con ambientes decadentes y la eterna sensación de
decadencia propia de la novela negra más clásica. Puede que no te interese nada
de lo que estás leyendo, pero las páginas pasan a mucha velocidad. Además, pasa
en Barcelona, con lo que todo me suena, así que me hace mucha gracia pasear
literariamente por los bajos fondos de la ciudad. Siempre es un extra muy
gracioso.
La principal gracia es que se trata de una novela muy
inusual. Manteniéndose dentro de los tropos del género noir, se aleja bastante
de los cánones habituales. Si bien es fácil de leer y a la que te despistas te
ventilas el libro, se trata de una novela en la que NO PASA NADA durante casi
toda su longitud. Vamos saltando por tres personajes que te van contando, con
mayor o menos tino, lo que ha sido su vida pasada hasta el momento de la
acción, que luego se resuelve en un pim pam. A mí me ha entretenido, pero puede
hacerse aburrido con demasiada facilidad para una gran cantidad de lectores.
Nota: 5
Nota goodreads: 3.15/5
No hay comentarios:
Publicar un comentario