Tengo sentimientos encontrados con DC. Sus personajes son
los que más me gustan, pero están realizando unas campañas y unas propuestas
tan deficientes para la evolución de su universo cinematográfico que cada vez
tengo menos ganas de ver sus películas. Sólo cuando Batman Vs Superman se
convirtió en el punchingball andante del momento le empecé a coger un poco de
interés. Después de todo, la experiencia me ha dicho que, normalmente, los
punchingballs no suelen ser cosas “tan malas”.
Lo que más confundió a muchos al inicio es que se creía
que este film iba a unir el Batman de Nolan con el Superman de Snyder, pero no.
Es una continuación de El hombre de acero
en el que se presenta al Batman de ese universo y se aprovecha para introducir
una ensalada de personajes para ir enfocando “La liga de la Justicia” que,
viendo el éxito que está teniendo DC, no sé si llegaremos a ver.
El amanecer
de la justicia presenta el
mundo tras la llegada del Kryptoniano invulnerable. Batman es el justiciero de
la “ciudad vecina”, en una encarnación mucho más vengativa e implacable, más
cercana a Punisher
que a cualquiera de las versiones que estamos acostumbrados. Y para Batman,
nadie más que él puede saltarse las leyes de los hombres, especialmente un ser
todopoderoso e invulnerable. Lex Luthor, por su parte, es un magnate excéntrico
que no se sabe muy bien porqué, quiere malmeter a lso dos héroes (como si este
par de machos alfa necesitaran muchos motivos para atizarse). Y también está
Wonderwoman, que simplemente pasaba por ahí.
No, Snyder no quiere prestar mucha atención a la trama
argumental, que parece no considerar más que una excusa con la que enfrentar a
Superman y Batman y así generar un puñado de escenas de acción marca de la casa
(tal como hizo en 300 o en El hombre de acero). Con este panorama, se entiende rápido que la trama argumental no
es lo más importante de la película. Los diálogos y las acciones que conducen
al gran enfrentamiento son entre desordenados y bochornosos, pero una vez
soportada una hora larga de caos con poco sentido, empiezan las toñas como deben
ser y ahí tenemos toneladas de fanservice, un apartado visual impresionante y
las escenas “superépicas de la muerte” a las que Snyder nos tiene acostumbrado. Para que negarlo, la pelea final contra Doomsday tiene a los tres dándolo todo de la manera más espectacular, que es lo que los fans queríamos. Sin embargo, la traca de fuegos artificiales no compensa
los noventa minutos de tedio que hemos tenido que soportar previamente. El frenesí final pide a gritos un guión y
una dirección previa con más enjundia con la que dar sentido al despliegue de
explosiones y guantazos.
El
mayor problema que tiene la película es el pábulo de trascendencia que se
intenta dar a una propuesta que no es más que un mero entretenimiento. Es una
de las diferencias de concepto entre el universo Vengadores y el de DC.
Mientras que Marvel no piensa más que en hacer pasar un buen rato al espectador
(y tiende a conseguirlo), DC juega a “esto es lo más importante que has visto
nunca y va a cambiarte la vida”. Es algo fácilmente comprobable en la
diferencia que hay entre la pegadiza BSO de Civilwar y el grandilocuente (y espectacular con ganas) trabajo de Hans Zimmer
aportando epopeya a cada instante de la cinta.Planteamientos diferentes para
una saga que ha dado resultados MUY diferentes.
Una
cosa que hay que reconocerle es el acierto en gran parte del casting. Henry
Cavill y Amy Adams son unos más que dignos Superman y Wonderwoman
(respectivamente). Se les ve esforzados e implicados con el proyecto. Por su
parte, Ben Affleck compensa su vergonzoso Daredevil dando un Batman
impresionante, a medio camino entre El regreso del Caballero Oscuro y el de Arkham Asylum. Con sus antecedentes, tenía mucho miedito de lo que nos iba a
ofrecer y me he alegrado al comprobar que si la película falla, no es
precisamente por ello. Jesse Eisenberg, por su parte, ha recibido un montón de
críticas por su Luthor tan jokerizado. Ahí entiendo que no es culpa suya, el guión
y el director le piden ser un Joker raro y es lo que él hace. Personaje fallido
y desagradable, pero por culpa del guión, no del actor.
El amanecer
de la Justicia acaba dando una
sensación de quiero y no puedo. Por un lado, se nota que hay mucho dinero
gastado y tanto los efectos especiales como las escenas de acción son lo
brutalérrimas que se le exige. Por el otro, las ínfulas de épica y las prisas
por dirigirnos hacia la Liga de la
Justicia impiden disfrutar de los fuegos artificiales –sin sentido debido a
un guión que embute un puñado de
argumentos sin detenerse a comprobar la coherencia-. Acaba siendo mucho menos
de lo que quiere ser y se nota. Probablemente se disfrutaría más si se tomara
menos en serio a sí misma, pero sus ansias de ser “la mejor película de
superhéroes que has visto” le hace demasiado daño.
Acaba siendo una peli flojilla. Y eso cuando intentas
competir ante la redondísima Civil War es
un problema bien gordo. Ahora bien, ¿es la basura que dicen casi todos? Oye,
pues no. Es simplemente regulera. Palidece ante las mejores de la Marvel (y
ante las no tan buenas), pero no es el horror que nos ha deparado las múltiples
propuestas de “Los 4 fantásticos” o “Green Lantern”.
Tras el éxito de los vengadores, era obvio que DC
acelerara su “Liga de la justicia”, pero está naufragando tanto en los
preámbulos que no sé qué va a salir de allí. Las salas las ha llenado pero…
Nota: 3
Nota filmaffinity: 6.0
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