La historia interminable es una de las películas que
recuerdo con más cariño de mi infancia. ¿Cómo no sentirse identificado con ese
protagonista tan solitario, con tanto amor por los niños y tan buen trato con
los matones del colegio? Si casi era yo mismo (bueno, no tanto). Pero con diez
añetes, la promesa de aventuras que la película ofrece era más que suficiente
para hacerme soñar. ¿Cómo no amar esta película?
La película contiene dos historias en una: por un lado
Baltasar es un empollón marginado que ha encontrado el libro más absorbente
posible en el que olvidar una existencia no siempre agradable. Dentro del
libro, el reino de Fantasía se debate ante el acoso del más horrible de sus
enemigos: La nada que aboca hacia el olvido. El infante Atreyu será el elegido
para atravesar todos los confines del imperio y encontrar un método que pueda
enfrentarse a la nada.
Ahora como adulto, lo primero que debería comentar es lo
poco que se parecen libro y película. No queda nada del complejísimo y profundo
mundo creado por Michael Ende. Wolfgang Petersen coge una de las múltiples
historias que habitan el libro, le quita todos los elementos que la unen a las
demás y la aportan el factor cíclico que la hace interminable y la alarga para
componer una película, añadiendo cositas y toqueteando otras aquí y allá. Como
adaptación, se hace difícil reconocer qué queda del libro más allá del nombre
de los personajes…
…Pero aun así constituye una preciosa invitación a soñar.
Un bonito ejemplo de adaptación mierdosa que igualmente es una buena película.
Wolfgang Petersen crea una oda a la imaginación sin límites, un canto a la
amistad y la esperanza lleno de aventuras y un continuo de cuadros en
movimiento que clama por la vida y la alegría. El dragón de la suerte que todos
quisiéramos tener, la Vetusta Morla que está más allá de los avatares del
tiempo, el sabio y temible oráculo del Sur y mil detalles más que excitan mi
imaginación con las que vuelvo a soñar cada vez que la veo.
Cada escena es una preciosidad pictórica por sí misma,
poblado con multitud de bestias fantásticas cuyos efectos especiales (un
entrañable VGA) canta descaradamente para los estándares actuales. Sin embargo,
el candor que contiene la hace aún más artesanal y entrañable. A destacar
también la mítiquisma banda sonora cuya canción se ha hecho eterna y
reconocible por generaciones y generaciones de jóvenes ávidos de sueños, a
pesar de ser uno de los mejores ejemplos de “one hit wonder” que existen.
A pesar de sus bajones de ritmo, sus aventuras poco aventurosas
y su completo alejamiento de la obra original, a mí me sigue encantando. Quizás
por ser parte de mi infancia y le tengo más cariño de lo normal, pero bueno…
Nota: 8
Nota filmaffinity: 6.9
Será que la vi por primera vez con seis años, sin haber leído el libro, que me encanta aun ahora que tengo un poco más de capacidad crítica y veo que se ha quedado desfasada en muchos aspectos. Y mientras escribo, pienso en En busca del arca perdida y me doy cuenta de que le pasa lo mismo que Amy decía en The big bang theory. Aun así, me gusta :)
ResponderEliminarUn abrazo
Buenas!
EliminarHace poco que le pegué un repaso a "En busca del arca perdida" y no me pareció que el tiempo hubiera pasado para ella. No está en HD ni tiene la fotografía de los blockbusters actuales, ¡pero sigue molando un puñado y parte del otro!
Ésta... enternece ver cómo esos efectos nos funcionaban hace treinta años xD
Mt