miércoles, 30 de marzo de 2022

Superdetective en Hollywood III

Eddie Muprhy nunca ha sido santo de mi devoción, pero cuando era pequeño, ésta era una de sus pocas películas que me hacían cierta gracia. Viendo el repaso que le estaba pegando a su franquicia, como ya reseñé aquí y aquí, no tenía especial prisa por acabar la trilogía, pero mira, hete aquí que tenemos por fin la tercera entrega (parece que habrá una cuarta próximamente, o no).

Pues bueno, siete años de la última vez, Axel Foley se ve implicado en una serie de asesinatos que le llevan de nuevo a Beverly Hills, por lo que nuestro insoportable querido detective debe volver a Los Ángeles para una nueva investigación. Nada más llegar, será consciente del tiempo que ha transcurrido, reencontrándose con viejos amigos, viejos enemigos y una conspiración criminal que parece ocultarse en DisneyWorld Wonder World.

Superdetective en Hollywood 3 se filmó bastante después de las anteriores y se notaba que la mejor época de Eddie Murphy ya había pasado. Podríamos decir que entona aquí su canto del cisne en la comedia de acción antes de lanzarse a su época de comedias infantiles (todavía más) chorras. Otra vez ocurre que la ocurrente comedia que yo recordaba no tiene mucho que ver con lo que he acabado viendo en pantalla. Tercera entrega y tercer cambio de tono, acercándose aquí más hacia un estilo Agárralo como puedas a la que se le meten unos interludios dramáticos muy fuera de tono y una acción seria y seca que no acaba de cuajar con lo que hemos visto anteriormente.



Éste es quizás el mayor problema que tiene hoy día la película, que mezcla tonos sin saber muy bien con cuál quedarse, dando lugar a una propuesta bastante deslavazada. Si bien se nota que hay bastantes más medios que antes (70M$ de presupuesto), con una puesta en escena algo más trabajada y unas escenas de acción bastante resultonas, Murphy acomete el proyecto por necesidades económicas, por lo que su sueldo se come gran parte del músculo disponible. Sin embargo, se nota que está por estar, como si tampoco le importara mucho el resultado final. Tenemos escenas que recuerdan a su época gloriosa, mezcladas con chistes de slapstick tonto y, de repente, como si quisiera aportar una trascendencia que la película no pide, detalles lacrimógenos gratuitos que le quitan todo el buen rollo que trae la saga. Lo mismo ocurre con la acción, que se acerca ya más a la seriedad grandilocuente de los noventa y pierde el encanto graciosete que tenían las dos películas anteriores. Está bien hecha, pero quizás no es lo que se requería.

Sí que hay que destacar al ANIQUILADOR 2000, que goza de los chistes más tronchantes de la saga. Desde su improbable presentador (grande Valki Vartokomus) hasta la absurdez de sus prestaciones, pasando por todas las chorradas que giran cada vez que interviene en pantalla, contribuye a hacerse un hueco en la imaginería y que, pasado un tiempo, te acuerdes de la película con cierta simpatía, olvidando sus variados defectos.

Después de todo, la trama queda totalmente supeditada al chorreo de chistes que nos plantan por delante. Se agradece que se basen menos en el morro de Eddie Murphy, consiguiendo alguno que otro que funcione aceptablemente. Sin embargo, el ritmo no destaca por su viveza y, a pesar de su reducida longitud, puede hacerse algo larga. Esto se agrava por un antagonista soso y genérico que no llama a la emoción, además de sus diálogos simplistas, provocando escenas no del todo bien rematadas, impropias de una película con el músculo financiero del que dispone.

Ni siquiera la banda sonora se salva de la quema, pues se abusa del tema principal que tanto éxito cosechó, llegando a hartar sin complementar las escenas en casi ningún momento.

En una buena muestra de que la mejor época de Eddie Murphy había pasado, esta película inaugura la prolongada racha de nominaciones a los Razzie de sus películas, optando ese año a Peor Dirección y Peor Secuela. Si es que de dónde no hay...

En fin, una propuesta a la que tengo mucho cariño a pesar de sus (muchos) defectos. Superdetective en Hollywood 3 es una mezcolanza de elementos de irregular calidad que no acaban de casar entre sí. La acción está bien, algunos chistes funcionan a lo grande y, de alguna manera, deja buen poso, permitiendo que nos despidamos de Axel Foley y le recordemos con cariño. Quizás debería ser (bastante) mejor de lo que es, pero también podría ser mucho peor. Si te gusta el personaje, es posible que aprecies esta propuesta, aunque este revisionado me haya hecho sufrir un poquito.

Nota: 3

Nota filmaffinity: 4.8 

lunes, 28 de marzo de 2022

La batalla del Colmillo (Chris Wraight)

Otro libro de WH40k para la saca, con el segundo libro de Batallas de los Marines Espaciales que se editó aquí, tras Helsreach.

Título: La batalla del Colmillo

Autor: Chris Wraight

Título original: Battle of the Fang

Traducción: Enrique Sala Ledesma

“¡Guerreros de Fenris! Sois asesinos criados en un mundo donde sólo se respeta la muerte. Ha llegado el momento de enfrontar vuestro destino.

El Archienemigo está aquí. Aterrizará en este mundo muy pronto, y en un número que jamás se ha visto ni en un millón de años. Viene, según creen, a apoderarse de este lugar, a arrasarlo, a mancillar la morada de vuestros padres. Desde los días en los que el Padre de Todas las Cosas caminaba sobre las planicies heladas, nunca un enemigo ha llegado hasta Fenris con poder suficiente para hacer estremecerse los cimientos de este edificio. No voy a mentiros.

Ese día ha llegado. Este es nuestro hogar, hermanos.

Les enseñaremos a tenerle miedo.”

Situado poco después de los dos libros de la Herejía de Horus (1 y 2), se hace importante conocer un poco de dónde viene el asunto para así poder dar un poco más de enjundia a la ensalada de tortas que nos van a mostrar. Sí, es una historia aparte en la que no se repite casi ningún personaje y se puede leer por separado, pero siempre es adecuado conocer las motivaciones de las diversas facciones implicadas. Así pues, un puñado de años después de la masacre que los Lobos Espaciales realizaron en Próspero, los Mil Hijos han regresado para vengarse, atacando Fenris con un mega-ejército que desafía toda medida y tal y tal. La compañía que está a cargo de la fortaleza tendrá que soportar un asedio legendario y resistir la llegada de unos posibles refuerzos que quién sabe cuándo llegaran.

Este libro se circunscribe a la colección de Batallas de los Marines Espaciales, libros de exiguos argumentos que nos narran batallas épicas realizadas por los diversos Capítulos del Imperio de la Humanidad. Se nos promete una batalla y tenemos una batalla. Se podría resumir en que los Mil Hijos atacan y los Lobos Espaciales se defienden. Y punto. Y es que es justo eso. Además, como aquí no hay que dejar el espacio usual al desarrollo de un argumento, el autor puede permitirse páginas y páginas de escenas bélicas a cada cual más espectacular. En pocos libros vas a encontrar toñas a una escala más épica que, un poco, es lo que se pide en la colección. Ahí hay que felicitar a Wraight, que nos proporciona un crescendo continuo de epicidad. Cada vez que crees que no la pueden liar más o que la cosa no se puede volver más desesperada, se las arregla para subir todavía más las apuestas.

Si lo comparamos con el otro libro que he leído de la colección, Helsreach, se pueden notar algunos conceptos comunes, como su exigua trama y su enorme espectacularidad. Sin embargo, al tener a un autor de más enjundia como Aaron Demski-Bowden, se las arreglaba para crear una serie de personajes molones, con sus diferencias entre ellos, la mayoría con ciertas aristas e inquietudes que los alejaban algo del tópico andante. Aquí no encontramos nada de eso, respondiendo casi todos ellos al perfil de un Lobo Espacial o un Mil Hijo genérico que no vale para otra cosa que no sea el pim pam y liarse a pegar tiros.


Lo mismo ocurre con los humanos que luchan al costado de los Marines Espaciales. En Fenris encontramos a los Servidores del Colmillo, todos aquellos humanos que permiten que la Fortaleza siga funcionando. No es que hagan mucho más que morir y morir, pero sirven como agarradera para tener un punto de vista “nuestro” con el que empatizar para leer el libro. Del puñado de nombres intercambiables, destacan entre ellos Morek y Freija, el primero es un avezado padre que ha vivido una vida (más o menos) tranquila en El Colmillo y contempla como todo aquello en que creía se desmorona, viéndose obligado a luchar en una guerra que le viene (muy) grande para dar una pequeña esperanza a su hija Freija. Ésta se negaba a resignarse a vivir una existencia anodina en que cada día fuera igual al anterior, encontrando en esta guerra un modo de probar su valor para que los Astartes se fijen en ella para tripular sus naves y salir de ese agujero helado que es Fenris (otra cosa es que sea consciente de la que se está liando).

Por otro lado, Chris Wraight se ha empapado del trasfondo de los Caniches del Emperador y sabe plasmarlos bien en negro sobre blanco. Respeta su historia, impregna al ambiente de esa certera implacabilidad que conocemos de los Lobos Espaciales y, sobretodo, acierta con la imaginería del capítulo, aportando la trascendencia que los grandes nombres requieren. Si hasta se atreve a traerse a Bjorn Garraimplacable, uno de los tótems del Capítulo, y lo pone en batalla molando mil (cómo debe ser). Lo dicho, se mete el sólo en bretes peligrosos, pero luego sale con alardes espectaculares.

Quizás el mayor problema que le encuentro al libro es que recientemente leí La batalla de Calth, un libro de la Herejía -por tanto de otra colección y con otro concepto-, pero que en gran medida no dejaba de ser la crónica de una Batalla.  Los paralelismos entre aquel enfrentamiento de Portadores de la Palabra vs Ultramarines con La batalla del Colmillo son obvios, encontrando que ambos autores hacen lo mismo con su libro. Sin embargo, el resultado de Wraight es claramente inferior. Quizás si no tuviera tan reciente el libro de Abnett, éste me hubiera gustado más.

Estoy glosando todos sus defectos, pero que conste que me lo he pasado en grande. El libro promete espectacularidad y es lo que da. Todas las obras que estoy nombrando aquí son divertimentos hamburguesiles, pero mientras que Helsearch y La batalla de Calth serían de estas que se pueden incluso degustar, La batalla del Colmillo es un gozo de consumo y olvido rápido.

Funciona perfectamente como libro desengrasante para leer sin complejos, haciendo las delicias de todo conocedor del universo del Wh40k que quiera leer una ensalada de tortas bien servida. Si está dentro de tus gustos y te apetece un pastiche de tiros para leer sin pensar, tienes aquí material para gozar una semanita. No le pidáis personajes profundos o si quiera una trama interesante, que la cosa no va de eso

 

Nota: 6

Nota goodreads: 4.18/5 

sábado, 26 de marzo de 2022

El sueño de Mina

Hacía tiempo que no se pasaban las películas de domingo tarde de Antena3 que se ven en casa de la suegra. La verdad es que se intentan evitar, pero a veces caen. Hoy tenemos otra vez una película francesa ambientada en Burdeos. Parece que los gabachos sólo saben rodar allí, aunque con lo bonito que es, no me voy a quejar mucho.

 

Pronto conoceremos a Mina, una niña adoptada que ha vivido su infancia sin estridencias ni especiales problemas. En apariencia una chiquilla feliz, siempre ha vivido incómoda su condición de adoptada, quizás con el terror de sentirse abandonada de nuevo. La llegada de la pubertad y sus necesidades de rebeldía, la llevan a querer conocer sus orígenes, ante la incomprensión del resto de la familia, lo que pondrá en peligro la convivencia en el hogar.

Tenemos, una vez más, uno de estos dramitas costumbristas que tanto gustan los franceses, poniendo más énfasis en mostrar cómo es la vida de una familia cualquiera antes que desarrollar correctamente un argumento. Aquí se mezclan con temas de líos raciales, algo de clasismo y ciertos giros tremebundos que no acaban de pegar con el tono del resto del metraje. Un conjunto irregular, con muchas piezas independientes que no parecen ser de la misma película.

Se le junta un guión irregular, con diálogos no especialmente inspirados, unos personajes desdibujados y un puñado de sucesos que pasan “porque sí” para evitar que la película se acabe antes de hora. En fin, que se nota la película que estamos viendo.

Entre el elenco actoral, sólo se puede destacar a la joven Jessyrelle Massengo, que hace lo que puede para dar vida a una niña con un pavo terrible que no sabe qué hacer con su vida. Pero entre que el guión tiene poco sentido y el resto de actores están horribles, no hay mucho de donde rascar.

Lo mismo ocurre con su paupérrima puesta en escena, propia del telefilm barato que es. Reconozco que todavía no me acostumbro a la mezcla entre el HD y una fotografía tan modesta –que sí, que rodar en HD es barato, pero bueno…- Escenarios recién salidos del catálogo de IKEA, exteriores no especialmente lúcidos, elecciones de encuadre algo cuestionables….Lo único destacable es el conjunto d eescenas que nos muestran los traslados de casa al colegio en coche, que se entretienen en pasear por las calles de Burdeos, que son muy bonitas.

Resumiendo que es gerundio, uno tiende a ser consciente de qué es lo que está viendo y ya espera poco, tratando la propuesta con cierta condescendencia, pero aquí nos hayamos ante una propuesta especialmente insulsa dentro de su género. No resulta insultante ni molesta su visionado, pero tiene tan, pero tan poca chicha que se olvida casi tan pronto como se ha acabado de ver. En fin, que si la veis, ya sabéis a que ateneros.

Nota: 1

Nota filmaffinity: 4.9 

sábado, 19 de marzo de 2022

Los amantes pasajeros

Si habéis estado atentos por el blog, Almodóvar se ha pasado mucho por aquí. Habréis observado que me tiende a gustar más cuando se pone serio antes que con sus comedias locas, pero bueno a veces toca ponerse con ellas. Como suele ser ocasión, ésta se me pasó en los cines, pues la muchachada no me interesó suficiente para molestarme a ir a la pantalla grande. Al final, la tenemos por aquí.

Lo que sería un tranquilo vuelo Madrid-México DF se ve truncado por un pequeño error mecánico que obliga a la nave a volver a tierra. Mientras están esperando su turno para aterrizar, la primera clase mata el tiempo con toda clase de excéntricos comportamientos, mientras que el no precisamente normal grupo de azafatos hace lo que puede (o no) porque la sangre no llegue al río. Así, aparte del festival de reinas, tenemos una vidente testicular, una dominatrix que sabe muchas cosas sobre el jefe de estado, un asesino a sueldo, un banquero que ha hecho el golpe de su vida y otros que llevan droga en el trasero.

La astracanada está servida en un esperpento en el que cada ida de olla está más zumbada que la anterior. Soprende que Almodóvar, a pesar de su gusto por las chorradas, firme una obra que bien podría haber salido del trío ZAZ y su Aterriza como Puedas. Obviamente, el sentido de la realidad sale a tomar viento desde casi el primer minuto, aunque luego sorprende para que la película se las arregle para tener un argumento coherente (ejem) entre tanto descacharre, con una trama para cada personaje con un inicio, un arco argumental  y un desenlace (aunque bueno, sean como sean).


Lo que sí tiene es que los actores tienen el toque ZAZ de interpretar con total seriedad como si se tratara de un personaje dramático que, simplemente, está rodeado de una (mil) situación absurda. Evidentemente, ninguno lo hace especialmente bien, pero no puedes decir que ninguno esté mal, se trata de ese limbo extraño en que funcionan, pero no sabes bien cómo.

El problema de esta película es que se basa exclusivamente en la calidad de sus chistes y la mayoría son, un poco, bueno… mejorables. SI bien hay algunos que funcionan, la vergüenza ajena camba por doquier. Los amantes pasajeros abraza la mamarrachada con muchas ganas, la coge y no la suelta ni para ir al baño, con lo que tanto petardeo puede hacerse pesado para más de uno y más de dos. Que sí, que tanta desvergüenza se me hace simpática, pero el despiporre es tan grande que a uno le cuesta mantenerse centrado.

Individualmente, cada escena está rodada con mimo, con una fotografía muy luminosa y bonita de ver, además de un bombardeo de estupideces bien medido, sin apabullar pero no dejar tiempo para pensar. Además, tiene la suerte de tener una banda sonora agradable que complementa la banalidad de todo el conjunto.



Almodóvar sabe muy bien qué tiene entre manos y no lo oculta. Le da un largometraje a las absurdeces de Muchachada y sus amiguetes en una obra que va a buen ritmo, equilibra los chistes con algo parecido a un argumento, pone cada elemento en su sitio y dura lo que tiene que durar, sin un minuto de más (bueno, toda la película está de más, pero eso es otra cuestión). En conjunto, recuerda más a las comedias locas de los inicios de la carrera del director, en la que casi cualquier cosa era posible. Quizás tenía ganas de quedarse a gusto, y vaya si se quedó, aunque quizás se hubiera agradecido un conjunto de chistes con más chicha.

Los amantes pasajeros no se esconden. Es como ir a un concierto de Ojete Calor (la semana pasada ^^). Si vas ahí, sabes a lo que vas: una petardada y una mamarrachada que tiene la memez por bandera. Cuando algún chiste funciona, lo hace gloriosamente, lástima que no lo haga muy a menudo. Al final, un conjunto demasiado irregular para una comedia muy justita con la que se puede apagar el cerebro un rato sin esfuerzo a la que cases con sus tonterías.

 

Nota: 4

Nota filmaffinity: 4.3 

viernes, 4 de marzo de 2022

Soul

Me llevé cierta decepción cuando esta película fue directo a Disney+, pues tenía ganas de verla en la pantalla más grande posible. La nueva propuesta de Pete Docter era casi una garantía de éxito, que venía de darme Up y Del revés. Cositas bonitas y yo con ganitas.

Soul nos muestra la vida de un pianista de jazz que ha malvivido por y para la música y, aunque lo lleva con cierta gracia, siente que el mundo le debe algo por el esfuerzo dedicado. Justo cuando consigue la actuación de su vida, cae por una alcantarilla y muere. Normalmente nos quedaríamos sin película, pero nos vemos transportados al Más Allá. Nuestro protagonista la liará parda para encontrar la manera de volver y así cumplir su sueño de tocar Jazz con los más grandes, viviendo su pasión al máximo. En todo este follón, se encontrará a un alma todavía no nacida, pero que ya está hastiada de la vida, debiendo aprender uno de otro para aprender qué es la vida (y qué no es).

Así, tendremos un divertido juego entre ambos universos, saltando continuamente entre la Tierra y el Más Allá en una bonita exaltación de la vida. Lo que entra primero por los ojos es el estupendo diseño con el que se crea el Más Allá, poniendo imagen a conceptos abstractos e ilustrando qué hay antes de la vida. Como puro ejercicio de creación, se generan multitud de soluciones ingeniosas, visualmente gloriosa, habitualmente divertidísimo y genuinamente profundo.  El gozo visual está asegurado como sólo Pixar sabe hacer, consiguiendo que esta zona sea un derroche de virtuosismo delicioso de ver en la pantalla más grande posible.



Además, Pixar nunca se queda atrás a la hora de atacar temas filosóficos con enjundia. Con Soul, el estudio debate sobre ello con efectos sorprendentes. ¿Cuál es el sentido de la vida? ¿Es la pasión lo mismo que la vocación? ¿Qué hace que una existencia humana tenga valor? ¿Cómo se mide? Estas cuestiones se dirimen a través de los dos personajes principales, cada uno aportando un punto de vista muy distintivo sobre la vida. Hay quién diría que la posición final que defiende el film es el de vivir la vida al máximo. En mi opinión, se acerca más a que vivas sintiéndote orgulloso de lo que haces, intentando además que el mundo sea algo mejor para los demás (sé amable, que no cuesta tanto). No obstante, el visionado se presta a debates y discusiones sobre ello, lo cual siempre es de agradecer.

No funciona, en cambio, tan bien, la parte de la Tierra, que se convierte en muchos casos en una comedia slapstick¸ con muchas persecuciones, cabriolas y gags de pez fuera del agua. El diseño del mundo también se hace extraño, mezclando el fotorrealismo con personas caricaturizadas, imagino que para evitar el valle inquietante. Te haces rápido a él y denota el buen saber hacer que esperaríamos en Pixar. No es un problema de diseño o de recreación de una ciudad, es que, en definitiva, no pasa nada importante aquí, y todos los tortazos tienen mucho menos interés que los afilados diálogos del Otro Mundo.


Lo que sí tenemos a lo largo de toda la película es mucho amor por la VIDA, ganas de vivirla a tope y sobretodo, mucho jazz. El argumento y las imágenes se complementan con  una inventiva muy bien encontrada, haciendo que la trama dance con un toque más ligero, mucho más fresco, especialmente ante algunas disgresiones quizás demasiado profundas. Tal como ocurría en Chico&Rita, aquí hay canelita de la buena, con Trent Reznor, Atticus Ross o Joe Manhattan dando alegría y color al ambiente.

Mucho se ha criticado de otras películas del estudio, como Up, o Del Revés, que tenías películas infantiles que, en realidad, no eran infantiles. Si bien entretenían a los churumbeles, el público adulto presente podía apreciarlas mucho más. Aquí sería la primera vez que se pierde –diría- el factor infantil, pudiéndose hacer fácilmente aburrida para nuestros retoños, aunque cualquier humano adulto podrá apreciarla.

Se llevó el Oscar (muy merecido) a la mejor banda sonora y también el Oscar (no tan merecido) de mejor película de animación. No es que Soul sea poca cosa, es que este era el año de Wolfwalkers, que algún día reseñaré.

Soul es un delicioso viaje alegórico que combina un diseño precioso, reflexiones bien medidas y espacio de sobras para el debate. Esta comedia de aventuras quizás no sea tan para niños como esperaríamos, pero sigue poseyendo una belleza visual exquisita y una notable idea narrativa (con sus pequeños altibajos).

Nota: 8

Nota filmaffinity: 7.4