viernes, 4 de marzo de 2022

Soul

Me llevé cierta decepción cuando esta película fue directo a Disney+, pues tenía ganas de verla en la pantalla más grande posible. La nueva propuesta de Pete Docter era casi una garantía de éxito, que venía de darme Up y Del revés. Cositas bonitas y yo con ganitas.

Soul nos muestra la vida de un pianista de jazz que ha malvivido por y para la música y, aunque lo lleva con cierta gracia, siente que el mundo le debe algo por el esfuerzo dedicado. Justo cuando consigue la actuación de su vida, cae por una alcantarilla y muere. Normalmente nos quedaríamos sin película, pero nos vemos transportados al Más Allá. Nuestro protagonista la liará parda para encontrar la manera de volver y así cumplir su sueño de tocar Jazz con los más grandes, viviendo su pasión al máximo. En todo este follón, se encontrará a un alma todavía no nacida, pero que ya está hastiada de la vida, debiendo aprender uno de otro para aprender qué es la vida (y qué no es).

Así, tendremos un divertido juego entre ambos universos, saltando continuamente entre la Tierra y el Más Allá en una bonita exaltación de la vida. Lo que entra primero por los ojos es el estupendo diseño con el que se crea el Más Allá, poniendo imagen a conceptos abstractos e ilustrando qué hay antes de la vida. Como puro ejercicio de creación, se generan multitud de soluciones ingeniosas, visualmente gloriosa, habitualmente divertidísimo y genuinamente profundo.  El gozo visual está asegurado como sólo Pixar sabe hacer, consiguiendo que esta zona sea un derroche de virtuosismo delicioso de ver en la pantalla más grande posible.



Además, Pixar nunca se queda atrás a la hora de atacar temas filosóficos con enjundia. Con Soul, el estudio debate sobre ello con efectos sorprendentes. ¿Cuál es el sentido de la vida? ¿Es la pasión lo mismo que la vocación? ¿Qué hace que una existencia humana tenga valor? ¿Cómo se mide? Estas cuestiones se dirimen a través de los dos personajes principales, cada uno aportando un punto de vista muy distintivo sobre la vida. Hay quién diría que la posición final que defiende el film es el de vivir la vida al máximo. En mi opinión, se acerca más a que vivas sintiéndote orgulloso de lo que haces, intentando además que el mundo sea algo mejor para los demás (sé amable, que no cuesta tanto). No obstante, el visionado se presta a debates y discusiones sobre ello, lo cual siempre es de agradecer.

No funciona, en cambio, tan bien, la parte de la Tierra, que se convierte en muchos casos en una comedia slapstick¸ con muchas persecuciones, cabriolas y gags de pez fuera del agua. El diseño del mundo también se hace extraño, mezclando el fotorrealismo con personas caricaturizadas, imagino que para evitar el valle inquietante. Te haces rápido a él y denota el buen saber hacer que esperaríamos en Pixar. No es un problema de diseño o de recreación de una ciudad, es que, en definitiva, no pasa nada importante aquí, y todos los tortazos tienen mucho menos interés que los afilados diálogos del Otro Mundo.


Lo que sí tenemos a lo largo de toda la película es mucho amor por la VIDA, ganas de vivirla a tope y sobretodo, mucho jazz. El argumento y las imágenes se complementan con  una inventiva muy bien encontrada, haciendo que la trama dance con un toque más ligero, mucho más fresco, especialmente ante algunas disgresiones quizás demasiado profundas. Tal como ocurría en Chico&Rita, aquí hay canelita de la buena, con Trent Reznor, Atticus Ross o Joe Manhattan dando alegría y color al ambiente.

Mucho se ha criticado de otras películas del estudio, como Up, o Del Revés, que tenías películas infantiles que, en realidad, no eran infantiles. Si bien entretenían a los churumbeles, el público adulto presente podía apreciarlas mucho más. Aquí sería la primera vez que se pierde –diría- el factor infantil, pudiéndose hacer fácilmente aburrida para nuestros retoños, aunque cualquier humano adulto podrá apreciarla.

Se llevó el Oscar (muy merecido) a la mejor banda sonora y también el Oscar (no tan merecido) de mejor película de animación. No es que Soul sea poca cosa, es que este era el año de Wolfwalkers, que algún día reseñaré.

Soul es un delicioso viaje alegórico que combina un diseño precioso, reflexiones bien medidas y espacio de sobras para el debate. Esta comedia de aventuras quizás no sea tan para niños como esperaríamos, pero sigue poseyendo una belleza visual exquisita y una notable idea narrativa (con sus pequeños altibajos).

Nota: 8

Nota filmaffinity: 7.4 

No hay comentarios:

Publicar un comentario