lunes, 30 de septiembre de 2013

Rush

La fórmula 1 me encanta, su mística, la pasión por el motor, la épica de los mecánicos y la destreza de un piloto que construye sus victorias sobre músculos de metal. La película, con guión del reputado Peter Morgan y dirigida por el impredecible Ron Howard, es toda una auténtica garantía de calidad. Estas dos cosas juntas prometen, y mucho.

La película se centra en la rivalidad de dos enemigos acérrimos en ese monstruoso circo de lunáticos que es la Fórmula 1. Dos espléndidos pilotos tan contrarios como geniales. Por un lado, el británico James Hunt, puro talento con las manos pero mujeriego, juerguista e indisciplinado; por el otro, el frío y calculador Niki Lauda, un experto en las telemetrías y la técnica, obsesivo y disciplinado hasta niveles inhumanos. Estos dos carismáticos colosos chocaron a lo largo de su carrera en las carreras, desatando una rivalidad dentro y fuera de las pistas que culminó en el dramático y prodigioso mundial de 1976 (el más ajustado de la historia) cuya estela aún persiste en nuestros días.

Por fin una película de carreras que no es sólo para locos de los coches. No es necesario ser un aficionado a las carreras para comprender la temeridad de los pilotos, la necesidad de ir al límite, la conciencia de cuando es riesgo o cuando locura, el hambre de victoria, la disciplina, el esfuerzo y el talento… Si ya encima eres de los que disfrutan con una apurada de frenada, un adelantamiento imposible o sientes la adrenalina de un inicio fulgurante... Pues vas a disfrutar como un enano.

ACTORES:  Chris Hemsworth se aleja (por fin) del prototipo de Thor y compone muy bien a un chico malo con talento. No sólo se parece mucho al mítico playboy James Hunt sino que consigue darle el carisma que se merece a un mujeriego, competidor, orgulloso y prepotente piloto de F1. Muestra que está perfectamente capacitado para ser más que un “chico mono” en su mejor papel hasta la fecha. Enfrente, Daniel Brühl realiza una composición magnífica del obsesivo Niki Lauda, mostrándose como un ejemplo de esfuerzo, seriedad y profesionalidad sobrepasando en mucho el fanatismo. Hay que destacar su trabajo de la misma manera que el de un campeón de F1. El actor vuelve a demostrar su dominio de los idiomas, y aunque parezca una minucia, tan solo oírle hablar con el acento austríaco de Lauda (el actor es alemán, y ambos acentos difieren mucho) se nota lo mucho que ha trabajado su personaje. Ello se ve en pantalla, y Brühl consigue una de las interpretaciones más creíbles de su carrera, con momentos de una gran profundidad dramática (una simple escena de cómo intenta ponerse el casco de competición hace que uno se estremezca), hacen de su papel en el filme sea el más reseñable de entre sus compañeros. Dos formas de entender las carreras totalmente diferentes, pero al mismo tiempo, dos caras de una misma moneda.
Sólo una cosa. Alejaos de la versión doblada al castellano. Mata casi toda la interpretación de Brühl.

DIRECTOR: Ron Howard ha hecho cosas tan malas como Ángeles y demonios o El dilema, pero también ha demostrado que si se esfuerza puede hacer grandes cosas como con Willow, Una Mente maravillosa o Frost contra Nixon. Y esta vez, sabiendo que tiene un gran guión, se ha esforzado al máximo. No sólo te sumerge en la mente de ambos monstruos de la competición, con gran coherencia y exactitud, sino que cuando empiezan las carreras, ENTRAS EN EL ESPECTÁCULO. Cilindros en movimiento, adrenalina, goma quemada, hierba volando y a correr. Howard mete la cámara en los coches, en la  vibración de los amortiguadores, el sudor de los pilotos, las gotas de lluvia que no dejan ver… Una recreación espectacular y fidedigna de los circuitos ayudada por imágenes reales de la época, combinación ideal para hacerte vibrar y vivir al límite las carreras y así entender a estos yonkis de la velocidad (que en el fondo es lo que son). Consigue captar la asfixia que se siente dentro de uno de estos bólidos, junto con la angustia de los accidentes y la temeridad en la que viven. Un ejemplo de auténtico temple al mando de las cámaras, dentro y fuera del casco, un lujo digno de apreciarse en la más oscura de las salas y la más grande de las pantallas.
Si a eso le añadimos una partitura espectacular a cargo del maestro Zimmer… pues ya nos quedamos a gusto del todo.

La escena en que se hace una analogía entre conducir al límite un Fórmula 1 con una operación de urgencias a vida o muerte es preciosa, sin duda. Si a ello le juntamos las victorias por televisión mientras se realizan aspiraciones pulmonares… Encontramos dos escenas (entre muchas de la película) que hacen estremecer.

Los no fanáticos de la F1 no podrán reconocer a Enzo Ferrari, Frank Willliams, Bruce McLaren y la perfecta recreación de cada curva de Interlagos, Nurbürgring, Fuji, Jarama,… pero esto no les impedirá disfrutar del soberbio espectáculo.

GUIÓN: El guión es solidísimo en varios aspectos. Disecciona perfectamente la mente de las dos fieras competitivas. Consigue mostrarnos de manera fascinante la vida de cada uno de ellos, de dos hombres opuestos destinados a enfrentarse y cuyo odio mutuo despertaba un afán de superación y estímulo constante que hacía desarrollar sus carreras para deleite del espectador. Una misma cosa enfocada de forma tan diferente, y en ambos casos que te lleva a ser un ganador, un campeón del mundo. Sin duda, esto nos recuerda que a veces en la vida hay diversas formas de afrontar un mismo problema - muchas de ellas opuestas - y todas igualmente válidas. La película nos muestra el contraste de ambos, su rivalidad, su forma de hacer las cosas, de enfrentarse a todo cual gladiadores que salen a la plaza sabiendo que ese día puede ser el último.
En la película se muestra claramente no sólo la tensión de la competición sino todo lo que rodea a la misma: Motivación, esfuerzo, superación, hambre de victoria, el entorno… Transmitiendo que el mencionado deporte es algo más que una serie de enfrentamientos: un espíritu, un riesgo, toda una serie de factores físicos, psíquicos y de gran audacia (demostrado esto último no sólo durante, por ejemplo, un adelantamiento en una carrera, sino también en la interesantísima parte concerniente a la ingeniería de los vehículos).

Me encanta el hecho de que al principio, la historia se centra totalmente en Hunt, y Lauda es un simple “enemigo” pero, poco a poco, la película se va centrando en la enemistad entre ambos para acabar centrándose más en Lauda, siendo el británico “un grano en el culo” del austríaco. De esta manera podemos comprender a los dos y ver todo desde el punto de vista de ambos. Esta cabriola está muy bien resuelta junto con la gran tensión del campeonato y la solidez en la dirección de Howard que, quizás, se encuentra ante su mejor trabajo.

Este film gana a otras preciosidades del cine de carreras, como puede ser Dias de trueno, Grand Prix o LeMans justo porque transmite igual de bien qué pasa dentro de las carreras como además muestra una historia vibrante y cercana fuera de los coches. Por otro lado, el final en Fuji puede parecer muy efectista, pero si uno investiga y busca la verdad, se puede sorprender de que a veces la épica real supere a la ficción…

El saludo en la carrera final entre ambos, justo antes de empezar, es muy emotivo, igual que su última charla junto al avión. Me ha gustado especialmente ese mensaje de que es bueno tener enemigos (en plan light) que nos motiven a ser mejores y que nos lleven hasta el límite para superarnos. Buena filosofía de vida. Buena forma de acabar una película (si obviamos las innecesarias imágenes de archivo con el destino final de Hunt).


"Rush" es el pique, tanto la especulación en su alma como su espíritu sobre las ruedas, los diseños automovilísticos han sido calcados prácticamente a la perfección y la veracidad es palpable en cada fotograma, incluso cuando enfoca un minuto en falso, a la par que capta también la motivación de estos locos incomprendidos tras el volante como nunca, en uno de los pulsos más recordados (y es que las ganas de triunfar salen tan caras como provechosas) en la historia de la Fórmula 1, el golferas de Hunt y el jodido Niki Lauda.

Nota: 9
Nota filmaffinity: 7.6


Aún es pronto, pero tal como me pasó con Argo, esto tiene muy buena pinta para pedirse algunas estatuillas. 

sábado, 28 de septiembre de 2013

El legado del Capítulo (Graham McNeill)

Y yo que creía que tras la mudanza leería más y va y dejo de hacerlo. Claro que antes tenía 45 minutos de metro cada día (ida y vuelta) para leer, y ahora con apenas 10 minutos de tranvía… no da para nada! Después de la mejora que había supuesto la última novela de Uriel Ventris, cogí la última parte de la saga con muchas ganas (además, vuelve a salir Honsou!).

Título: El legado del Capítulo
Autor: Graham McNeill
Título original: The Chapter’s Due

“La guerra es algo que no tiene fin para un marine espacial. Tras derrotar a las fuerzas del Imperio Tau, el capitán Uriel Ventris de los Ultramarines regresa al planeta natal del Capítulo, Macragge, pero allí no encuentra mucho respiro. Los Ultramarines son llamados de nuevo al combate pero, esta vez, el enemigo es la mayor némesis del Capítulo. Los Guerreros de Gierro, traidores al Imperio, bajo el mando del herrero forjador Honsou, han reunido una gigantesca y brutal hueste cuyo objetivo son los dominios de Ultramar. Su propósito es la aniquilación total de los mismos. En un legendario enfrentamiento entre marines espaciales, Uriel Ventris tendrá que enfrentarse al poder de Honsou para salvar al planeta natal de su Capítulo.”


Y es que McNeill cada dia me sorprende más. Empezó en la franquicia haciendo novelas que parecían tebeíllos: buena acción y argumentos nimios, pero poco a poco ha ido cogiendo confianza y sus últimas novelas me están gustando, y mucho. Sin complicarse mucho la vida, sabe crear tramas consistentes y cada vez se está convirtiendo en el mejor Arquitecto del Caos de la franquicia. Cuando deben pasar cosas a lo bestia, no hay nadie mejor que él. Y en este libro es justo lo que pasa. Hacía tiempo que Honsou no aparecía por ahí, sólo sabíamos que estaba en el Torbellino, preparando algo gordo… Que no es otra cosa que un asalto a gran escala a Ultramar, el reino de los Ultramarines. Éstos, una vez enterados de la invasión, se reagrupan a toda velocidad y combaten todas las compañías juntas.

Los frentes se multiplican en los diferentes planetas dada la vastedad del ataque, por lo que el protagonismo se dispersa. Esto implica que el centro de la historia deja de ser Uriel Ventris para ser todo el capítulo de los Ultramarines. Conocemos la determinación y la voluntad de hierro del Señor del Capítulo Marneus Calgar, el tradicionalismo y la decisión del Capitán Agenman y la ambición del Capitán Severus junto con la resignación y la automortificación del Bibliotecario Varro Tigurius… Todos ellos, antaño simples nombres, ganan mucha personalidad y carisma. ¡Quién iba a decir que, en su rectitud, se podía sacar tanta chicha de los Ultramarines!
Enfrente tenemos al mejor personaje que ha creado McNeill en su ya amplia bibliografía: Honsou el Mestizo. Éste nunca ha perdonado a Ventris que tomara su fortaleza en Medrengard (en Cielo muerto, sol negro, hace 3 libros) y viene con ganas de venganza. Aliado con el demonio M’Kar y sus grandes dosis de astucia, mala leche y un humor negrísimo muy disfrutable, se come la escena cada vez que aparece. El “duelo” final en Calth es una auténtica pasada. A su lado destaca, y mucho, el descreído e irritante Adaric Vaanes, que sigue sin encontrar su lugar en el universo y se dedica a hacer lo único que sabe: asesinar.

A su alrededor tenemos una trama bélica muy bien tratada. Como siempre, no esperéis sutilezas ni conspiraciones… McNeill no hace eso. Aquí lo que tenemos es una campaña a gran escala muy bien planteada, con una tensión más que palpable y muchas dosis de emoción. Al estar situada en un sistema entero, hay de todo: combates estelares, duelos de tanques, infiltraciones, asedios, intentos de hacking, luchas desesperadas y auténticas monstruosidades  de batallas con miles de combatientes por bando (dónde las toñas caen por todos lados y nadie está a salvo). Además, la cantidad de escenarios permite al autor lucirse a la hora de desarrollar la acción, destacando por su variedad, gusto y ritmo. Por si fuera poco, el colofón final está a la altura de lo que se le espera y sobrepasa la epicidad exigida. Muy logrado, sin duda.

Me sorprende lo que ha llegado a mejorar McNeill desde que entró en la franquicia. Al principio era un Bay de tres al cuarto, mucho fuego artificial y nada más tebeíllos divertidos y vacíos. Poco a poco, ha ido buscando complejidad y ahora domina la acción a gran escala. No digo que se haya convertido en un Nolan, pero sí en un Scott muy serio que, de vez en cuando, se casca grandes cosas como ésta.

Realmente, me lo he pasado en grande leyendo este libro. Con el anterior de Warhammer en que me quedé un poco con ganas de acción y me apetecía un libro que la tuviera por los cuatro costados.  Y es que es eso justo lo que da. Adrenalina, tiros y explosiones junto con una trama sólida que permite a cualquier fan de la acción disfrutar como el que más.  Sin ninguna duda, el mejor de la saga y un colofón brutalmente espectacular para la misma. Una pasada. Es así como un libro de Warhammer debería ser, sin duda.
Evidentemente, aquél que busque otra cosa que no sea acción, que la busque en otro libro, pues éste no es para él.


Nota: 9
Nota anobii: 4.5/5

viernes, 20 de septiembre de 2013

El Americano

Clooney parece que sigue en su línea de producirse sus propias películas. Así se queda tranquilo, hace lo que le da la gana y se asegura unos buenos cuartos… se cuida el hombre, y además se permite hacer cosas raras como ésta.

Jack (o Edward) es un mercenario que trabaja solo. Un contacto le indica dónde debe ir, a qué debe hacer y a quién debe matar. En Suecia, algo sale mal y debe huir, refugiándose en un pequeño pueblecito del norte de Italia, dónde trabará amistad con el párroco y se enamorará de una prostituta. No sabemos muy bien a qué se dedica ni quién le paga ni porqué hace esto, es sólo un hombre solitario al que le llega un nuevo encargo, que él tiene intención de que sea el último.

Quién coja The american con la ilusión de encontrar la típica receta “made in Hollywood” con acción desbordada, explosiones y efectos a mansalva, patadas y hostias chulis y demás, se llevará un fiasco de los grandes. Esta cinta no anda por ahí. Su meta es totalmente distinta, centrándose más en el drama que en la acción, en el derrumbe moral del pecador, en desentrañar las miserias que marcan la existencia diaria de un sicario como Jack, un buen George Clooney.
Un primer plano que enmarca una postal gélida, un hombre y una mujer que caminan por la nieve. Un sexto sentido indica al hombre que alguien les sigue, imperturbable, se prepara para recibir al recién llegado con total eficacia y sobriedad. Una vez en Italia, Edward está siempre alerta, siempre dispuesto, siempre en tensión pero nunca impaciente, nunca trastornado. Es la viva imagen de un asesino asceta, cual samurái que vive de acuerdo con su deber (después de Musashi, reconozco mucho más estos detalles del “bushido”.

ACTOR: El 95% de los momentos en que no estás viendo un paisaje tienes un primer plano de George Clooney, ya sea mirando por la ventana, tomando un café o echando un polvo.  Y si la película se puede sosterner, es precisamente por él. Su interpretación da una cierta credibilidad a un Bond artesano, un Bourne desencantado, un ronin de la desesperanza, un León que conoce de antemano su destino de condenación y sale a su encuentro sin miedo, solo con una leve amargura maldiciendo su suerte. El resto de secundarios sólo están para mantener las formas.

DIRECTOR: El prólogo es precioso e hiriente, una acción perfectamente situada in media res que seguro no deja indiferente. A partir de aquí, una serie de elipsis te desplazan a la Bella Italia. Se nota que el ya desaparecido Corbjn era director de fotografía, porqué lo que son paisajes, encuadres milimétricos, texturas… Son impecablemente perfectos. Las escaleras del pequeño pueblo, las diferentes “tornantes” que jalonan el camino en incluso la atmósfera da una imperturbable sensación de fatalidad. Mezclando los bellos paisajes con aromas de Samurái y detalles típicos del Western obtienes una película tan bonita como vacía. La película transcurre en medio de una calma tensa que no afloja en ningún momento, pero que no desemboca en nada. Las escenas de acción son de otra época, más parecidas a un Western de Leone o Ford que a una película actual, pero que, unidos al propio carisma de Clooney, sumado a la belleza de los encuadres puede mantenerte atento a la lacónica vacuidad que tienes en la pantalla.
No dudo que el gobierno italiano habrá contribuido a la financiación de la película, o el mismo Clooney habrá decidido rodar la misma cerca de su casa, para no tener que moverse mucho de su mansión, por ahí andará el tema.

GUIÓN: Aquí es donde flojea más la película. Faltan muchos detalles. Es perfectamente posible contar una historia abusando de las elipsis, pues muchos maestros lo han demostrado, pero aquí Corbjn acaba fallando. En esta suerte de Samurái moderno que pide a gritos profundidad y porqués, la falta de ritmo y los errores de lógica provocan el fracaso de una historia nimia compuesta por 5 personajes en los que incluso 3 parecen estar de relleno. 
En el momento, es capaz de captar la atención, pero la sensación final de haber visto un publi-reportaje de las montañas italianas con Clooney de narrador no te la quita nadie.

No sé si a Clooney le apetecía colaborar con Corbjn, quería hacer un reportaje sobre la vida en los pueblos italianos o si quería regalarse una película de actor “a su medida” o cuál es la razón por la que Clooney ha realizado este proyecto. Es una cosa bastante rara que a buen seguro le habrá costado dos duros y a poco que haya recaudado, le habrá salido a cuenta, pero normalmente, sus películas autoproducidas suelen ser bastante más aprovechables.

No voy a negar las virtudes de este producto como, por ejemplo, la extraordinaria fotografía, las excelentes panorámicas de pintorescos paisajes rurales, la soberbia puesta en escena, el prometedor arranque inicial, la belleza de Violante Placido o la atávica simplicidad de las escenas de acción. Sin embargo, ese pulso narrativo tan lento termina echando por tierra todo lo bueno de su impecable estilo visual. Y es que por mucho que quisiera defender a este filme no puedo dejar de admitir que aburre (y te aseguro que lo hace de manera atroz). De acuerdo que logra mantener una cierta incertidumbre teniendo en cuenta que es una historia con un guión sencillo a más no poder, ¡pero es que se pasan cuatro pueblos con tanto silencio y con esa narración tan lenta! y eso sin nombrar alguna escena que no hay quien se la crea y lo previsible que resulta también alguna otra.

Y poco más voy a añadir, si el El americano te coge con ganas de ver cine del correcto, del hecho preocupándose principalmente por lo formal, entonces quizás sea de tu agrado. De lo contrario no te lo recomiendo porque, al fin y al cabo, no pasa de ser un filme tan correcto como olvidable.

Nota: 5
Nota filmaffinity: 5.2

domingo, 15 de septiembre de 2013

Alas de fuego (Laura Gallego García)

Me pasaron este libro con cierta “obligación” de leerlo. No nos vamos a negar, ¿no?

Título: Alas de fuego
Autor: Laura Gallego García

“La reina Marla, de sólo diecisiete años, es la soberana de una nación resplandeciente. Ahriel, un ángel femenino, está a su lado desde que nación, con la misión de guiarla y protegerla, y de guardar el equilibrio entre los reinos humanos. Pero cuando descubre una conspiración para iniciar una sangrienta guerra. Ahriel es traicionada y encerrada, con las alas inutilizadas, en la espantosa prisión de Gorlian, un mundo primitivo, salvaje y brutal de dónde nadie ha logrado escapar jamás. Ahriel deberá aprender no sólo a sobrevivir en Gorlian, sino también a ver las cosas desde el punto de vista humano… a ras del suelo.”

Es curioso como la contraportada te dice exactamente lo que va a pasar, pero de una manera que no la ves venir, de ninguna manera. Y ese es sólo el planteamiento de la historia, una vez está Ahriel en Gorlian (mira que tarda en darse cuenta), todo va a toda velocidad.

A toda velocidad, esa es la sensación que me ha dejado la novela. En apenas 250 páginas, pasa de todo. Es obvio que en ese espacio, la autora no se puede entretener en explicarte cómo es el mundo (cosa que se echa un poco en falta) ni apenas profundiza en otros personajes que no sea la propia Ahriel. Pero tiene la gracia de que se lee en un plis. Letra grande, pocas páginas, lenguaje simple (pero bien escogido) y una buena sucesión de situaciones interesantes.

Como no hay espacio, el único personaje que se desarrolla es el de Ahriel. En un principio, es un ángel orgulloso y estirado, colmado de bondad y de luz, con una claridad de ideas que raya en el fanatismo. Luego, una vez la “bajan a tierra”, se ve obligada a ver el mundo desde el punto de vista humano, con amores y odios (especialmente odios) muy reconocibles. Esto provoca una evolución, muy bien reflejada a lo largo de la novela, hasta acabar siendo una egoísta inmisericorde.

Me lo he ventilado en nada, será que estoy acostumbrado a que los libros de fantasía sean realmente largos, con muchos personajes y con grandes descripciones de cómo es el mundo… Pero es libro no tiene nada de eso, incluso la autora realiza unos cuantos saltos temporales para no tener que explicar según qué cosas, cambiando de manera un poco brusca el carácter de algunos personajes (vale, podemos entender que como ha pasado un tiempo, que si patatín y patatán…). Luego, como pasan muchas cosas, no se entretiene en masticarte nada, va directo al grano, a lo que importa, con luchas y climaxes que apenas se alargan un párrafo pero que por ello no dejan de estar bien.

El lenguaje es simple y directo, lo que permite pasar páginas muy fácilmente. El problema es que me ha sabido a poco, ha sido un “¿Ya?” descomunal. El libro está bien, pero desaparece en un par de tardes (o ni eso) y así no se puede disfrutar con ganas.
Originalmente, la autora lo consideró como un stand-alone. Con un final adecuado con el que, perfectamente, se podría cerrar la historia. Años después decidió continuarla y añadir una segunda parte (y última, se supone) que, yo al menos, no tengo intención de que tarde mucho en caer.

Es una novelita simple, con sus aventuritas típicas esperables del género, un ritmo muy acelerado y un personaje que consigue evolucionar a lo largo de la misma. De sobras para hacerte pasar un rato agradable a cualquier amante de la fantasía. Su reducidísima longitud hace que se disfrute durante poco tiempo, pero tiene su encanto.

Nota: 7
Nota anobii: 4.5/5

viernes, 13 de septiembre de 2013

El ansia

Dentro de la CVO, este mes se ha propuesto esta película (Gracias angeluco). Una película de vampiros sin colmillos, que no brillan y que no tienen ningún reparo en alimentarse de sangre humana, aunque sea a base de cuchilladas.

Miriam es una vampiresa que colecciona amantes. Cuando se enamora de alguien, lo convierte en vampiro para que le acompañe toda la eternidad… hasta que Miriam se cansa de él. Entonces, esa persona que había permanecido siempre joven, envejece de repente y pasa a vivir el resto de la eternidad (pues no puede morir) en un estado de sufrimiento semi-vegetal (pues sin la voluntad de Miriam no puede vivir). Al desaparecer su amor por John, Miriam se fija en la científica Sarah, que investiga cómo vencer a la vejez y que parece haber encontrado la manera de detener el reloj biológico.

El inicio es más que interesante, una primera escena vampírica con mucha fuerza, música de Bauhaus, Bowie dándolo todo… pero luego todo pierde mucho fuelle. La película parece perderse en ínfulas preciosísticas, dejando de lado totalmente cualquier pretensión de contar una historia con argumento.

ACTORES: David Bowie, excelentemente caracterizado, borda la actuación de un amante que creía ser eterno pero, aterrado, ve llegar su final. Deneuve está imponente en su papel de vampiro inmortal, fría y despiadada, despliega con gran acierto una prepotencia inhumana muy lograda. Susan Sarandon completa el trío de actores con el papel más difícil con una metamorfosis bastante aceptable.

DIRECTOR: Lo que más me sorprende de la película es su autoría. Nunca hubiera esperado de Tony Scott que me deparara una película tan contemplativa y lenta como esta. La película transcurre con una calma que puede llegar a ser exasperante, cada escena viene completada por alguna imagen de cortinas al viento, palomas moviéndose… El trabajo del director de fotografía es importante, sin duda. El punto glam ochentero está más que logrado y contribuye a crear un ambiente decadente muy logrado. Toda la película transcurre bajo una atmósfera ampulosa y opresiva, consiguiendo crear el efecto de que ser un vampiro es más una maldición que te condena a vivir toda la eternidad. Luego Scott se permite no caer en efectismos y sustos fáciles, sino que se centra en narrar con pulso firme una historia. El ambiente estético y sensual es notable, pero la narración es demasiado inconsistente debido al extraño aroma a surrealismo alucinatorio. El exceso de cámara lenta tampoco ayuda a que la película sea de fácil digestión.

GUIÓN: La trama es marcadamente aparatosa y con visos de ser poética, pero que dista de poseer ningún aspecto destacable o profundo. La historia acaba siendo confusa y tramposa en algunos momentos. La atención se centra en demasiados aspectos y el conjunto no acaba de convencer en ningún momento. 

Es una película que se deja ver justamente porque "luce bien" y ese es su objetivo, por momentos hasta parece que la música de fondo no acompaña a la imagen sino que la imagen acompaña a la música de fondo: tan así es su grandilocuencia, su “glamorosidad”. En fin, aprobada con lo justo. Es para pasar un rato al lado de una película extraña que basa sus méritos en sus rarezas y en su intento de reinventar el cine vampírico, pero que puede que repela ante su delirio y atípica reformulación del mito.

Nota: 5
Nota filmaffinity: 6.3

miércoles, 11 de septiembre de 2013

Transformers

Realmente, estaba convencido de que esta película ya la tenía reseñada, mira tú por dónde. De cuando fui a verla al cine, recordaba que, aunque era malilla, me había resultado entretenida. Vilipendiada cruelmente, creo que se debe más a la ridícula calidad de sus secuelas más que a los errores de ésta.

Sam Witwicky es un chaval que acaba de conseguir dinero para comprar su primer coche. Poco imagina que el coche que compra es en realidad un robot extraterrestre transformable que va en busca de la Chispa de la Vida, que no es la Coca-cola, sino un artefacto olvidado que cayó en la Tierra hace muchos años. Sam se verá implicado en una lucha, entre robots buenos “Autobots” y robots malos “Decepticons”. Pronto será imposible mantener en secreto su existencia, al empezar una guerra abierta en la Tierra.

Todos sabemos de dónde sale esta película. La mítica serie de dibujos de los años 80 necesitaba (o tocaba) su versión de película. Y como buena serie de robots gigantes luchando entre sí, tenemos una película plagada de efectos especiales, mucho mejores incluso que sus secuelas, un ritmo movidillo y unos cuantos chistes chusqueros para meter ahí en medio, entre una sucesión de explosiones. Diversión fácil y (ésta sí) sin ganas de tomar mucho el pelo al espectador.

ACTORES: En ésta Shia LaBeouf parece que intenta interpretar algo, haciendo de chavalín que intenta ligar con la tia buena del instituto. Podría ser peor, podría ser que le tocara únicamente lucir palmito como hace Megan Fox (que lo hace muy bien, por cierto). Del resto del elenco mejor no hablar, Voigt y Turturro llegan a dar vergüenza ajena en algunos momentos. En cambio, los robots actúan bastante bien.

DIRECTOR: Recordemos, estamos hablando de la adaptación de una serie de robots gigantes peleándose y dándose hostias, con mucho fuego y mucho humo. Sabiendo que Michael Bay disfruta de las explosiones, tiende  a hacer buenas coreografías y adora buscar excusas para poner más explosiones, ¿cuál es el problema? Ha tomado a los míticos Transformers y los ha convertido en máquinas de acción. Era lo que interesaba, ¿no? Luego podemos entrar en lo innecesario de escenas como el segundo ataque del escorpión, el interrogatorio del FBI o la interminable (aunque francamente entretenida) lucha final. La súper-publicidad de lo molón que es el ejército yanqui tampoco acaba de gustarme, pero bueno, Bay está toda la película haciendo lo que sabe hacer, y es meter muchos efectos especiales. Visualmente es increíble y muy superior a sus secuelas, de las que da gusto ver en el cine por el puro despliegue visual que llega a generar.
Reconozco que la escena de los Transformers intentando esconderse en el jardín me ha vuelto a hacer mucha gracia.

GUIÓN: Inexistente. Diálogos ridículos, algo parecido a una historia como excusa para poner muchas explosiones. Le sobra mucha tontería, pero supongo que es el precio a pagar para tanto efecto especial molón. El personaje de LeBeouf es una suerte de niño de ocho años que ve el mundo con entusiasmo e ingenuidad. Más tonto y no nace. Es tan bobo que hasta se hace entrañable. Tampoco podía faltar el toque friki “¿Ha pasado Freddy Kruger por aquí? No, él tiene cuatro garras, ahí hay tres. Ha sido Lobezno”. Y que los robots aprendan idiomas por Internet y encuentren al chaval a través de e-bay ya es la monda. El porro que se fumaron los responsables al escribir lo que podría haber sido una bazofia les ha cundido bien.

Es la típica película palomitera para disfrutar en una buena televisión, todo el HD posible, mucha cerveza y poca exigencia. Aunque se alarga en exceso, cumple para mantener entretenido y abusa (y bien) de los efectos especiales. Como es una película simple y fácil, reventó taquillas a lo bestia, lo que derivó en una serie de secuelas a cada cual más horrenda.

Nota: 4
Nota filmaffinity: 5.4


Sus apabullantes efectos especiales fueron premiados con tres nominaciones (sonido, efectos sonoros y efectos especiales).  Perdió los primeros frente a otra producción similar (El últimatum de Bourne) y los últimos ante la bonita pero vacía La brújula dorada). 

lunes, 9 de septiembre de 2013

Salamandra (Nick Kyme)

Dentro de los libros de Warhammer, tocaba empezar una saga nueva, que ya llevo muchos de la Herejía y era momento de variar. Aparte, así me cuadraba acabar el libro a tiempo para la mudanza, que se nota el bajón en la cantidad de las entradas al estar “en movimiento”.

Título: Salamandra
Autor: Nick Kyme
Título original: Salamander

“Los Marines Espaciales del capítulo Salamandra se dirigen, guiados por una antigua profecía, a un planeta plagado de misterios. Aunque parece un puesto avanzado de los Guerreros de Hierro, las apariencias engañan, ya que en su interior les esperan enemigos mucho más peligrosos. ¿Sobrevivirán lo suficiente como para descubrir la verdad sobre este mundo y conocer las revelaciones que sacudirán los cimientos del capítulo para siempre?”

Los Salamandras son de los capítulos de Marines Espaciales que menos cancha han tenido en la franquicia. Sin duda son los Marines más preocupados por aquellos a los que protegen, siempre dispuestos  a salvar una vida (en plan boy scout) y con un placer por las artes (especialmente las de fragua) inusual en los capítulos. Además, gozan de una rica imaginería relacionada con el fuego y la lava, además de tener un mundo convulso, que siempre tiene su gracia. Lo que me extraña es que no les hayan dado más protagonismo.

Es el primer libro de este autor y estaba un poco impaciente a ver que encontraba. Siempre es alegre encontrar caras nuevas en la Black Library, y si son buenos autores, ¡mejor! Por un lado, hay que reconocer que el libro se lee bien, se pasa de una escena a otra con cierta gracia, pasan muchas cosas y no te deja descansar, con buenas escenas de acción pero por otro lado la trama es de lo más floja y en ningún momento llega a pegar para que sigas leyendo. Además, el autor tiene la manía de introducir muchos detalles y temas costumbristas por  medio. Me explico, cuando aparece un personaje nuevo, o alguien realiza una acción “ritualista” Kyme decide dejar de lado la acción y añadir dos líneas en que te explica alguna manía o costumbre del Salamandra en cuestión. Que esto pase una vez (o unas cuantas), no molesta, pero cuando lo encuentras una vez cada dos páginas acaba haciéndose pesado.

La trama da muchas vueltas y peca de inconexa, no obstante, al tratarse de la primera parte de una trilogía previamente planeada, puede entenderse que se exceda en “introductoria”. Se centra en la vida de la 3º Compañía del Capítulo, que acaba de conocer quién será su nuevo Capitán. Por una vez, la gente no parece estar de acuerdo con el nombramiento, por lo que hay distensión dentro de la cadena de mando. Pero claro, eso debe esperar porque parten rápido de misión para encontrar a los asesinos del anterior capitán, de ahí saltan a un pecio del Adeptus Mechanicum para ir a parar a un planeta ocupado por los Guerreros de Hierro, siguiendo una profecía, pero con Orkos que pasan por ahí. Todo ello mientras se intenta reflejar el caos dentro de la Compañía, con un sargento que quizás tiene poderes psíquicos y una profecía extraña que nadie comprende mucho por medio. Funcional, aunque un poco cogida por los pelos.
De la misma manera, los personajes no destacan por su carisma ni por su profundidad. Coherentes y diferentes, sin duda, pero sin mucha alma.

A pesar de sus errores, no deja de ser una novela de acción con buen ritmo, que puede valer a un lector poco exigente. Además, no deja de añadir trasfondo a un Capítulo bastante olvidado en la franquicia, que siempre mola. Dentro de los fans de la misma, puede servir para cuando se quiera leer algo ligero. Supongo que el resto de la trilogía acabará cayendo,  a ver si mejora la cosa.

Nota: 3
Nota anobii: 3/5

sábado, 7 de septiembre de 2013

Qué les pasa a los hombres

Hay veces que no sé qué hago viendo según qué cosas, pero qué le vamos a hacer, uno tiene su punto masoquista. Aunque las comedias románticas no me suelen agradar, de vez en cuando me gusta relajarme con una historia bien llevada, personajes creíbles y cierto tono optimista y feliz. Otra cosa es encontrarse con este esperpento.

La película nos sitúa la vida de un grupo de parejas de la ciudad de Baltimore. Todos se mueven en la edad de los "treintaitantos" y viven en busca del amor, cada uno de ellos en un estado diferente: unos viven estancados en su relación de pareja, otros ansían encontrarla, hay quién está muy bien como está... Pero las vidas de todos se van a ver afectadas por esa cosa extraña llamada "amor".

ACTORES: Sorprende ver un elenco de actores tan florido y variado. Sirven para mantener un poco en pie este tinglado a base de oficio, porque sus diálogos no es que destaquen precisamente por su profundidad. Únicamente me pregunto cómo convencieron a tanto actor de renombre (algunos ya venidos a menos), para un film tan predecible, insulso, desaliñado y falto de carisma y sustancia. Posiblemente a base de talonario.

DIRECTOR: Después de dirigir y guionizar muchos episodios de Sexo en Nueva York, Ken Kwapis escribió un libro sobre la relación entre hombres y mujeres que, posteriormente, convirtió en esta película. De la misma manera que los capítulos de tal “glamourosa” serie, Kwapis no se escapa de proponernos una película insulsa, soporífera y previsible. Sorprende que consiga que haya tan poca química entre todas las parejas, aunque los actores hagan lo que pueden para salvar la papeleta que les ha tocado. Lo más destacable acaba siendo las tetas de Scarlett, que botan mucho durante toda la película.

GUIÓN: Es obvio que no soy el público objetivo. Imagino que esta película estará dedicada a las mujeres rondando 20-30 años y que anden enamoradizas y demás. A pesar de que alguna de las escenas pueda ser más o menos reconocible en nuestra vida diaria, todas se resuelven a base de topicazo mal hecho. ¿Qué conclusiones podemos sacar de lo que le pasa a los hombres?

- Nadie expresa lo que siente
- Nadie es honesto con su pareja
- Todas las mujeres son drama queens, mientras que los hombres son siempre unos brutos insensibles.
- Obviamente, cualquier mail, sms, tweet, whatsapp…es más importante que la persona que tienes delante.
- Las mujeres se creen cualquier cosa que les digan, si les interesa. Si no, ya se ocuparán de maquinar cualquier interpretación para que lo que les hayas dicho cuadre con lo que quieren creer.
- Las mujeres son siempre superficiales y envidiosas de la felicidad ajena.
- Las mujeres deben ser felices y estar contentísimas si gustan a un chico, si les devuelven la llamada o incluso, si simplemente les prestas atención.
- Que a las mujeres, el hombre le interese o no, es irrelevante, deben ser felices por ser dignas de que un hombre les preste atención (y, por tanto, las ame).
- Las mujeres deben, obviamente, aceptar “lo que venga”, porque lo importante es casarse y no estar sola.
- Que un hombre sea amable con una mujer implica necesariamente que está enamorada de ella.
- Los homosexuales son grandes consejeros sobre relaciones heterosexuales (y cuanta más pluma, mejor).
- Cuando ella quiere estar con uno y ése no quiere, la culpa es de ella (porque leyó mal las “señales”), eso si, también es culpa suya si un tio quiere estar con ella pero ella no (porque prometieron algo que no cumplieron).

Con estas enseñanzas, es obvio que esta película es una comedia romántica del montón tirando a mala. No ofrece nada nuevo más que un buen elenco intentando dar un poco de cuerpo a un montón de tópicos sobre relaciones y adulterio. Pretendidamente gracioso en algunos momentos, toca tantos temas que, por fuerza, en alguno te sentirás identificado e igual te interesa durante unos segundos.

Nota: 2
Nota filmaffinity: 5.4

domingo, 1 de septiembre de 2013

Pacific Rim


Para que negarlo, cuando vi el tráiler, sabía que esta película la iba a ver. No sabía de qué iba, pero si Del Toro se mete a hacer una película de robots gigantes contra monstruos gigantes, había que verla, ¡sin duda!

En un futuro cercano, empiezan a aparecer monstruos gigantes (llamados Kaijus) en diversos puntos de la Tierra. Para luchar contra ellos se decide crear a los Jaegers, unos Mechas gigantescos (robots tripulados por humanos). Éstos triunfan inicialmente con una serie de rápidas victorias, pero pronto los Kaijus empezarán a evolucionar y los Jaegers empezarán a tener problemas, por lo que será necesario tomar medidas desesperadas…

Si algo demuestra aquí Del Toro es que es un frikazo, con todas las letras. A partir de una historia típica de un Shonen (las referencias con Evangelion son obvias) ha creado una película de acción palomitera muy bien estudiada. Guillermo siempre ha mostrado su afición por los monstruos, cómics y videojuegos, firma esta cinta en la que continúa con su estilo fantástico y su obsesión por la perfección de cada detalle. Está claro que busca llamar al niño que llevamos dentro, al que ha crecido con Mazinger Z o con Evangelion y al que, obviamente, siempre le hubiera encantado que hicieran una buena película con ellos. Pues aquí está, deja de lado la profundidad del guión o la calidad de los actores y prepárate para dejarte flipar:

“La batalla que tanto tiempo llevábamos esperando. Se acabó el mirar continuamente al reloj del fin del mundo, pues los contendientes, todos ellos en pleno estado de forma, ya aguardan ansiosos en sus posiciones. En la esquina roja, con 79 metros de altura, 1980 toneladas de peso y cinco aplastantes victorias consecutivas en su hoja de servicios, el terror de la costa oeste de los Estados Unidos, una de las más valiosas perlas del Jaeger Team... Gypsy Danger! En la esquina de color azul, y en representación del equipo Kaiju: Knifehead! El aspirante de categoría 3 más grande que jamás hayan visto. Conocido por los pescadores de los mares helados como el ''tsunami de Alaska'', este monstruo surgido de las profundidades de la Tierra hará todo lo posible para revertir la desastrosa dinámica derrotista en la que lleva sumida su especie desde hace meses. Tanto un luchador como el otro saben que la única norma vigente será la del ''último-hombre-en-pie''. Ganará quien sobreviva al otro, sin importar las armas, artimañas y ayudas externas de las que haga uso. Por cierto, la organización no se hace responsable de los destrozos ocasionados por el espectáculo. Una vez aclarado esto: Ladies and gentlemen... let’s get ready to rumble!”

Los efectos especiales son tan brutales y espectaculares como se esperaría, mostrándote tanto a Kaijus y a Jaegers con todo lujo de detalles y con un realismo (si, realistas) muy logrado. La profundidad de la película hace que nos importe poco cuantos edificios caigan en la pelea, si la humanidad perecerá o si el chico y la chica acaban en la cama… porque lo que queremos ver es a robots arreándose contra monstruos cada vez más peligrosos y evolucionados.
A eso ayuda un excelente trabajo de diseño artístico, fotografía y unos efectos especiales cuidadísimos y apabullantes. Se nota que hay talento, fantasía y ganas al crear un mundo, una mitología muy sugerente que pide a gritos más profundidad.

Hacía tiempo que del Toro quería rodar esta película y, después de tocar todas las puertas posibles, Warner Bros – Japón le dio el dinero. Entonces, se rodeó de sus amiguetes (totalmente), situó la historia en Asia (los buenos son Australia, China y Japón), incluyó a la actriz japonesa más reconocible por Hollywood y dio rienda suelta a sus instintos más frikis. Personajes como el científico nerd, los traficantes órganos, la voz de los Jaegers es igual a la de GLaDOS … detalles que sólo a un frikazo como él se le podrían ocurrir. Al principio, ver Pacific Rim es como volver a la infancia, a ver tus dibujos animados favoritos. A ello, hay que añadir que del Toro ha inundado el proyecto de cariño y ganas de hacer las cosas bien, lo que, cómo no, hace que mi alma friki quede totalmente encantada.

Las batallas de ‘Pacific Rim’ son lo mejor que se ha visto en el cine de Kaiju. Sí, las mejores. Son impresionantes, y ni siquiera sé por dónde empezar. Contemos los diseños de los Jaegers, que son geniales, inspirándose en diseños de otros mechas de animes pero sin copiarlos, cada uno tiene su propia personalidad (me hubiera gustado más cancha para los rusos, que grandes). Centrándonos ahora en los diseños de los Kaiju, son de lo mejor de la película. Si en cada mecha era un estilo único, en este caso cada monstruo tiene su propio espíritu, tipo de ataque, forma de moverse distinta, evolucionan… Es increíble el trabajo que han realizado con las criaturas, se nota unas ganas mágicas, esas mismas con las que se hacían esas primeras películas de Kaiju. Si Honda levantara la cabeza, amaría a Guillermo del Toro y a ‘Pacific Rim’. Tiene una forma elegante de enseñarte todo lo que ocurre y procurar que disfrutes de cada puñetazo, de cada explosión y de cada plano. Una película bien rodada que ayuda mucho a sentirte cerca de la batalla y pequeño ante estas tremendas criaturas luchando entre sí. Mezcla de videojuego, anime, imaginación y orgasmo nerd. Así da gusto ver una película en pantalla gigante y sonido “supersensurround”.

El guión es sufrido y simple, suficiente para sostener las dos horas de película, pero sin buscar coherencia ni profundidad. La película sabe no tomarse en serio a sí misma y los toques de humor típicos del director no desentonan mucho.  Además, se agradece que no se busque el montaje frenético de las películas de acción actuales. Al contrario, del Toro se regodea en cada acción y en cada golpe, para que los disfrutemos al máximo.

Lo que buscaba de este film es justamente lo que he encontrado, es perfecta para verla y pasar 2 horas entretenido con unos efectos especiales sorprendentes, con una historia sencilla pero cumplidora, un guión sin complicaciones y un reparto que no la caga mucho. Y, por fin, una película de Mechas con efectos especiales a lo grande.

Nota: 6
Nota filmaffinity: 6.6