Y yo que creía que tras la mudanza leería más
y va y dejo de hacerlo. Claro que antes tenía 45 minutos de metro cada día (ida
y vuelta) para leer, y ahora con apenas 10 minutos de tranvía… no da para nada!
Después de la mejora que había supuesto la última novela de Uriel Ventris, cogí
la última parte de la saga con muchas ganas (además, vuelve a salir Honsou!).
Autor: Graham McNeill
Título original: The Chapter’s Due
“La guerra
es algo que no tiene fin para un marine espacial. Tras derrotar a las fuerzas
del Imperio Tau, el capitán Uriel Ventris de los Ultramarines regresa al planeta
natal del Capítulo, Macragge, pero allí no encuentra mucho respiro. Los
Ultramarines son llamados de nuevo al combate pero, esta vez, el enemigo es la
mayor némesis del Capítulo. Los Guerreros de Gierro, traidores al Imperio, bajo
el mando del herrero forjador Honsou, han reunido una gigantesca y brutal
hueste cuyo objetivo son los dominios de Ultramar. Su propósito es la
aniquilación total de los mismos. En un legendario enfrentamiento entre marines
espaciales, Uriel Ventris tendrá que enfrentarse al poder de Honsou para salvar
al planeta natal de su Capítulo.”
Y es que McNeill cada dia me sorprende más.
Empezó en la franquicia haciendo novelas que parecían tebeíllos: buena acción y
argumentos nimios, pero poco a poco ha ido cogiendo confianza y sus últimas
novelas me están gustando, y mucho. Sin complicarse mucho la vida, sabe crear
tramas consistentes y cada vez se está convirtiendo en el mejor Arquitecto del
Caos de la franquicia. Cuando deben pasar cosas a lo bestia, no hay nadie mejor
que él. Y en este libro es justo lo que pasa. Hacía tiempo que Honsou no
aparecía por ahí, sólo sabíamos que estaba en el Torbellino, preparando algo
gordo… Que no es otra cosa que un asalto a gran escala a Ultramar, el reino de
los Ultramarines. Éstos, una vez enterados de la invasión, se reagrupan a toda
velocidad y combaten todas las compañías juntas.
Los frentes se multiplican en los diferentes
planetas dada la vastedad del ataque, por lo que el protagonismo se dispersa.
Esto implica que el centro de la historia deja de ser Uriel Ventris para ser
todo el capítulo de los Ultramarines. Conocemos la determinación y la voluntad
de hierro del Señor del Capítulo Marneus
Calgar, el tradicionalismo y la decisión del Capitán Agenman y la ambición del Capitán Severus junto con la resignación y la automortificación del
Bibliotecario Varro Tigurius… Todos
ellos, antaño simples nombres, ganan mucha personalidad y carisma. ¡Quién iba a
decir que, en su rectitud, se podía sacar tanta chicha de los Ultramarines!
Enfrente tenemos al mejor personaje que ha
creado McNeill en su ya amplia bibliografía: Honsou el Mestizo. Éste nunca ha perdonado a Ventris que tomara su
fortaleza en Medrengard (en Cielo muerto,
sol negro, hace 3 libros) y viene con ganas de venganza. Aliado con el
demonio M’Kar y sus grandes dosis de
astucia, mala leche y un humor negrísimo muy disfrutable, se come la escena
cada vez que aparece. El “duelo” final en Calth es una auténtica pasada. A su
lado destaca, y mucho, el descreído e irritante Adaric Vaanes, que sigue sin encontrar su lugar en el universo y se
dedica a hacer lo único que sabe: asesinar.
A su alrededor tenemos una trama bélica muy
bien tratada. Como siempre, no esperéis sutilezas ni conspiraciones… McNeill no
hace eso. Aquí lo que tenemos es una campaña a gran escala muy bien planteada,
con una tensión más que palpable y muchas dosis de emoción. Al estar situada en
un sistema entero, hay de todo: combates estelares, duelos de tanques,
infiltraciones, asedios, intentos de hacking, luchas desesperadas y auténticas
monstruosidades de batallas con miles de
combatientes por bando (dónde las toñas caen por todos lados y nadie está a
salvo). Además, la cantidad de escenarios permite al autor lucirse a la hora de
desarrollar la acción, destacando por su variedad, gusto y ritmo. Por si fuera
poco, el colofón final está a la altura de lo que se le espera y sobrepasa la
epicidad exigida. Muy logrado, sin duda.
Me sorprende lo que ha llegado a mejorar McNeill desde que entró en la franquicia. Al principio era un Bay de tres al cuarto, mucho fuego artificial y nada más tebeíllos divertidos y vacíos. Poco a poco, ha ido buscando complejidad y ahora domina la acción a gran escala. No digo que se haya convertido en un Nolan, pero sí en un Scott muy serio que, de vez en cuando, se casca grandes cosas como ésta.
Realmente, me lo he pasado en grande leyendo
este libro. Con el anterior de Warhammer en que me quedé un poco con ganas de
acción y me apetecía un libro que la tuviera por los cuatro costados. Y es que es eso justo lo que da. Adrenalina,
tiros y explosiones junto con una trama sólida que permite a cualquier fan de
la acción disfrutar como el que más. Sin
ninguna duda, el mejor de la saga y un colofón brutalmente espectacular para la
misma. Una pasada. Es así como un libro de Warhammer debería ser, sin duda.
Evidentemente, aquél que busque otra cosa que
no sea acción, que la busque en otro libro, pues éste no es para él.
Nota: 9
Nota anobii: 4.5/5
No hay comentarios:
Publicar un comentario