sábado, 19 de marzo de 2022

Los amantes pasajeros

Si habéis estado atentos por el blog, Almodóvar se ha pasado mucho por aquí. Habréis observado que me tiende a gustar más cuando se pone serio antes que con sus comedias locas, pero bueno a veces toca ponerse con ellas. Como suele ser ocasión, ésta se me pasó en los cines, pues la muchachada no me interesó suficiente para molestarme a ir a la pantalla grande. Al final, la tenemos por aquí.

Lo que sería un tranquilo vuelo Madrid-México DF se ve truncado por un pequeño error mecánico que obliga a la nave a volver a tierra. Mientras están esperando su turno para aterrizar, la primera clase mata el tiempo con toda clase de excéntricos comportamientos, mientras que el no precisamente normal grupo de azafatos hace lo que puede (o no) porque la sangre no llegue al río. Así, aparte del festival de reinas, tenemos una vidente testicular, una dominatrix que sabe muchas cosas sobre el jefe de estado, un asesino a sueldo, un banquero que ha hecho el golpe de su vida y otros que llevan droga en el trasero.

La astracanada está servida en un esperpento en el que cada ida de olla está más zumbada que la anterior. Soprende que Almodóvar, a pesar de su gusto por las chorradas, firme una obra que bien podría haber salido del trío ZAZ y su Aterriza como Puedas. Obviamente, el sentido de la realidad sale a tomar viento desde casi el primer minuto, aunque luego sorprende para que la película se las arregle para tener un argumento coherente (ejem) entre tanto descacharre, con una trama para cada personaje con un inicio, un arco argumental  y un desenlace (aunque bueno, sean como sean).


Lo que sí tiene es que los actores tienen el toque ZAZ de interpretar con total seriedad como si se tratara de un personaje dramático que, simplemente, está rodeado de una (mil) situación absurda. Evidentemente, ninguno lo hace especialmente bien, pero no puedes decir que ninguno esté mal, se trata de ese limbo extraño en que funcionan, pero no sabes bien cómo.

El problema de esta película es que se basa exclusivamente en la calidad de sus chistes y la mayoría son, un poco, bueno… mejorables. SI bien hay algunos que funcionan, la vergüenza ajena camba por doquier. Los amantes pasajeros abraza la mamarrachada con muchas ganas, la coge y no la suelta ni para ir al baño, con lo que tanto petardeo puede hacerse pesado para más de uno y más de dos. Que sí, que tanta desvergüenza se me hace simpática, pero el despiporre es tan grande que a uno le cuesta mantenerse centrado.

Individualmente, cada escena está rodada con mimo, con una fotografía muy luminosa y bonita de ver, además de un bombardeo de estupideces bien medido, sin apabullar pero no dejar tiempo para pensar. Además, tiene la suerte de tener una banda sonora agradable que complementa la banalidad de todo el conjunto.



Almodóvar sabe muy bien qué tiene entre manos y no lo oculta. Le da un largometraje a las absurdeces de Muchachada y sus amiguetes en una obra que va a buen ritmo, equilibra los chistes con algo parecido a un argumento, pone cada elemento en su sitio y dura lo que tiene que durar, sin un minuto de más (bueno, toda la película está de más, pero eso es otra cuestión). En conjunto, recuerda más a las comedias locas de los inicios de la carrera del director, en la que casi cualquier cosa era posible. Quizás tenía ganas de quedarse a gusto, y vaya si se quedó, aunque quizás se hubiera agradecido un conjunto de chistes con más chicha.

Los amantes pasajeros no se esconden. Es como ir a un concierto de Ojete Calor (la semana pasada ^^). Si vas ahí, sabes a lo que vas: una petardada y una mamarrachada que tiene la memez por bandera. Cuando algún chiste funciona, lo hace gloriosamente, lástima que no lo haga muy a menudo. Al final, un conjunto demasiado irregular para una comedia muy justita con la que se puede apagar el cerebro un rato sin esfuerzo a la que cases con sus tonterías.

 

Nota: 4

Nota filmaffinity: 4.3 

No hay comentarios:

Publicar un comentario