¡Anda, llegamos al libro 18
de la Cesta’13! Ya son unos cuantos, aunque es verdad que hace mucho que no
publicaba ningún libro y que me salto el orden cuando quiero, pero bueno, a
veces el que toca no es una obra a priori de mi estilo, como ha ocurrido aquí.
Título: La monja y el capitán
Autor: Simonetta Agnello Hornby
Título original: La monaca (la monja)
“El 15 de agosto de 1839, en la ciudad siciliana de
Mesina, la noble casa del mariscal Padellani bulle de actividad con los
preparativos de la fiesta de la Asunción. Ágata, la sexta hija del mariscal, no
sospecha que ésos podrían ser sus últimos momentos de felicidad. Está enamorada
del acaudalada Giacomo Lepre, pero, a pesar de ser correspondida, la lamentable
situación económica de la familia la obliga a renunciar a él. En efecto, tras
la muerte del mariscal, la madre de Ágata, ya sin recursos, la interna en el
monasterio de San Giorgio Stilita. Allá Ágata vive y sufre las rencillas, odios
y pasiones ilícitas entre las demás religiosas. Sólo encontrará consuelo en el
estudio, en las tareas que le asignan y en la observancia de la rígida regla
benedictina. Como válvula de escape, lee las novelas y los libros de poesía que
le envía James Garson, capitán británico al que conoció antes de profesar las
órdenes. Mientras en Italia estallan las revueltas, Ágata se debate entre la
obediencia debida y sus deseos de integrarse en el mundo exterior, y la velada
presencia de James Garson hará que afloren en ella sentimientos que van más
allá de sus ansias de libertad.“
Seamos sinceros, después de
leer este resumen, uno esperaría encontrar una novela romántica repleta de
amores imposibles, pasiones al límite y estas cosas que no me entusiasman lo
más mínimo (véase la “estupenda” Leyendas de pasión). No era un libro que me estimulara. Sin embargo, me he
encontrado una propuesta muy diferente. La
Monja y el capitán constituye una cuidad novela costumbrista que retrata la
caduca aristrocacia italana de principios del siglo XIX, con todos los
anacronismos que arrastra, debatiendo si modernizarse o vivir en su torre de
marfil sin reconocer que los tiempos están cambiando, sin por ello olvidar que
la mujer de la época es simple moneda de cambio con la que negociar créditos,
favores y poder. Asimismo, reflexiona con acierto sobre la opresión que sufre
cualquier miembro de esa sociedad respecto a lo que quieren ser y, sobretodo,
lo que deben ser, les guste o no. Cualquier decisión personal queda supeditada
a las necesidades de la famiglia como
un ente superior al que se debe preeminencia y sobre el que se debe procurar
bienestar antes que el propio. No obstante, el tema principal de la obra es el
de mostrar cómo era la vida de una monja de la época.
Debo insistir especialmente
en esto último. Por momentos parece que lo que estemos leyendo no es si no un
documental novelado, una historia que sirve de excusa para que paseemos por
todos los estamentos de un monasterio italiano, sepamos de las costumbres de
las novicias y sus sutiles (o no tan sutiles) diferencias con las profesas y las
monjas veterana, las relaciones de poder entre los grupos y las “cordiales”
relaciones existentes entre ordenes monacales. Por momentos, deja la sensación
de que las desventuras de la protagonista son meras excusas para que vaya
saltando de un sitio a otro y así la autora tenga la excusa de explicarnos cómo
era el lugar.
La protagonista única y
absoluta del libro es Ágata, a la que seguimos desde que es apenas una infante hasta
que es una mujer madura. Espléndidamente construido como personaje, contrasta
su actitud rebelde e inconformista, sin por ello destacar por su devoción y su
consciencia sobre el deber de toda mujer en la sociedad de la época. Lamenta su
poca capacidad de elección, protesta contra las desventuras que las
obligaciones de su condición traen consigo, pero al mismo tiempo se pliega a
los constreñimientos que trae consigo la vida. Me encanta como se mezclan las
contradicciones de su vida: ansiosa de ser una buena chica con las mismas ganas
que gritar de frustración ante todas las injusticias que caen sobre ella.
Realmente, es un personaje muy bien trazado, con sus (muy humanas)
incoherencias y su incapacidad para aceptar el papel que la sociedad le ha
obligado a tener.
Al final, la trama
romántica, que si existe, apenas tiene importancia en el conjunto general de
las cosas. El Capitán es apenas una lámpara decorativa que Ágata tiene que
conseguir en algún momento y no tiene otra función que servir de detonante de
la acción, un poco más en consonancia con el título en versión original respecto al traducido. Por otro lado, tampoco molesta en absoluto su presencia.
Con una prosa fácil y
eficiente, se convierte en un libro de lectura agradable. Las descripciones y
explicaciones son abundantes, pero se hacen amenas y en ningún momento lastran
un ritmo que desarrolla la trama con fluidez. Sus cortos capítulos ayudan a
cambiar de ambiente con facilidad, lo que aporta fluidez, permitiendo pasar de
páginas sin apenas enterarte.
Por otro lado, la historia
como tal no tiene apenas emoción, siendo fácil de predecir. Si puedes disfrutar
de un docudrama bien escrito, pasarás un buen rato con este libro. Si no te
interesa la vida en un monasterio…
Pero bueno, debo reconocer
que un libro que parecía que iba a ser decepcionante y aburrido en sus diez
primeras páginas ha acabado siendo interesante a su manera. Diferente es, no lo vamos a negar.
Nota: 6
Nota goodreads: 3.37/5
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