domingo, 1 de julio de 2018

Dunkerque


Sin ser el mayor fan del mundo mundial del famoso director Christopher Nolan, sí es verdad que tiendo a disfrutar enormemente con sus sacadas de chorra películas, en las que demuestra lo mucho que le gusta buscar el más difícil todavía con la mayor gratuidad posible. Cuando salió el anuncio de Dunkerque, me emocioné como el que más. Después de todos los follones en los que se había metido, ¡ahora tocaba liarse con la IIGM! Por otro lado, me extrañaba la batalla escogida, pues no era precisamente un recuerdo muy grato para el bando aliado (fue un machaque bien majo por parte de los nazis). Pero bueno, había que acabar viéndola en algún momento.


Para los profanos, ubiquémonos un poco en la historia. Acaba de empezar la IIGM y los nazis están arrasando allá por donde van. Cuando finalmente los ejércitos británico y francés se ponen en serio, trasladan el grueso de sus tropas (¡millones!) al frente belga con la idea de darle bien al Führer. Sin embargo, son los alemanes quienes les revientan, lo que provoca una huida en desbandada que confirma una victoria aplastante por parte nazi. Consciente de que su ejército corre un riesgo muy serio de ser completamente aniquilado, el gobierno británico organiza una operación express de evacuación para salvar la mayor cantidad posible de sus soldados en Dunkerque. Se sabe que el grueso del ejército alemán llegará pronto y por ahora, sólo hay que esquivar a los bombarderos y a los submarinos (por si fuera poco) mientras se mueven todos los barcos posibles a un lado y otro del canal.

Así pues, en este contexto histórico, tenemos tres historias que transcurren más o menos a la vez. En la primera, un soldado británico (impostor) trata de huir de la guerra en uno de los barcos de rescate británicos, pasando mil vicisitudes en el proceso. En la segunda, un terrateniente inglés y sus pequeños (maomeno) deciden que el gobierno británico no es nadie para requisarle el barco y parten ellos solos con la idea de cruzar el canal de la Mancha en plena batalla y así cumplir su deber de salvar a todos los soldados posibles. Finalmente, seguimos a un piloto experto de la RAF que parte en misión (casi) suicida para tumbar todos los cazas alemanes posibles, intentando dar así algo de esperanza a los barcos de salvamento.

La mayor gracia es que las tres historias tienen diferente duración “real” (3 semanas, 3 días, 3 horas) a pesar de que tengan el mismo espacio de metraje. Por si fuera poco, los giros de guión y los puntos álgidos de clímax están exactamente donde marca el manual, en una cabriola temporal que requiere un talento descomunal para que no te explote en la cara. ¿Qué necesidad tenía de fragmentar la narración de esta manera, si no es para alardear de que puede y sabe hacerlo? En ese sentido, la enésima sacada de chorra de Nolan obliga a estar atento, pero no podemos negar que funciona bien.



La machacona banda sonora contribuye aturdiendo al espectador, se hace incómoda, desagradable al oído (exactamente lo que busca, difícil conseguirlo tan bien) para causar una desazón que se acumula a la desesperación general en el ambiente. Si lo conjugamos con la confusión que genera la mezcla de puntos de vista temporales y la sensación de urgencia debido a “qué vienen los nazis” es más que capaz de despistar a un espectador despistado. Como suele ocurrir con este director, o estás a tope con él y sus virtuosismos técnicos o te acabas perdiendo. Como suele ocurrir con este director, nos suelta un trabajo que está al alcance de muy pocos.

No podemos opinar lo mismo del compendio de actores. Hay buenos nombres, como Mark Rylance o Tom Hardy, pero el guión no les permite la más mínima ocasión de lucirse. Quedan todos en segundo plano frente a la fastuosísima puesta en escena que crea Nolan que, a fin de cuentas, es lo que realmente le interesa.

Por otro lado, uno de los detalles más curiosos es que en ningún momento llegamos a ver a los nazis. Un par de aviones en la lejanía y ya. Lo que a Nolan le importa son las bombas que caen sobre el medio millón de soldados británicos que quedan por las playas. En ese sentido, cabe recordar que no es una película heroica al estilo yanqui. Barre un poco para casa, pero encontramos la narración de una derrota en la que se intenta salvar el culo y, sobretodo, de instinto de supervivencia, generosidad y desesperación desde un punto de vista verosímil. Por cierto, la imagen de las bombas cayendo y las filas de soldados aguantando estoicas en la playa es verídica. Impresiona.  

A grandes ratos se hace difícil incluso considerar a Dunkerque como una película bélica. Sí, es durante la IIGM y sí, caen bombas, pero podríamos decir que no es lo que interesa en el film, casi más es un documental novelado que una película al uso. Incluso por momentos bordea el género del terror (los 6 soldados escondidos en el barco varado…), especialmente a causa de  la influencia de la música de Hans Zimmer. En muchos sitios he leído que es una propuesta concebida como film-experiencia, de los que te hacen sentir al límite y te sacan del cine cambiado. No dudo que es una exageración, pero también reconozco que ver esta película en un IMAX de pantalla gigante y sistema de sonido Super-sensurround tiene que ser alucinante.


Es un film realmente impresionante, pero también es una película que puede aburrir. Compuesta como está de tres pequeños relatos de 45 minutos entrelazados (con brillantez, obviamente), no tenemos un protagonista claro. A diferencia que lo que ocurría en Salvar al Soldado Ryan, te sumerges en una guerra sin que te importe quién es quién. Es posible que este puñado de hombres que sólo quiere sobrevivir no te genere más que indiferencia, después de todo, Nolan no hace ninguna concesión para hacer más digerible su producto: No te presenta a los personajes con los que se articulan los relatos, ni estos están pensados para generar empatía, el guión se salta (en apariencia) todas las formas académicas, la ruptura del espacio-tiempo narrativo es desconcertante y apenas hay diálogos. Cada escena es una maldita obra de arte, pero muchos tendrán que poner de su parte para seguir queriendo ver la película.

Como hemos comentado, la factura técnica de la película es puro virtuosismo, lo que se tradujo en una esperada lluvia de nominaciones, ¡8! (Mejor película, montaje, fotografía, banda sonora, diseño de producción, sonido y efectos sonoros), todos en apartados técnicos, de ellos Nolan sólo consiguió llevarse 3 (montaje, sonido y efectos sonoros). Y es que pocas películas pueden desplegar un músculo tan brutal y efectivo como encontramos aquí.

Por mi parte, más allá de la excelencia técnica de la que Nolan hace gala, me quedo con la sensación de angustia permanente que consiguió generarme la película. Casi dos horas pegado al asiento con el culito bien prieto, preocupado por el futuro de los soldados allí desplegados. Nolan consiguió que estuviera en Dunkerque. Gracias, Christopher (supongo).

Nota: 8
Nota filmaffinity: 7.1

2 comentarios:

  1. Muy buena reseña!!! totalmente de acuerdo en todo!!!

    A mi me gustó, pero reconozco que se hace difícil de seguir y hasta que uno no le pilla el truco al trato temporal anda más perdido que un pulpo en un garaje.

    Mis acompañantes, con menos paciencia que yo, quedaron hastiados a media película y su único comentario al acabarla fue "menudo coñazo con el sonido ese, tengo la cabeza como un bombo"... tiene que haber de todo en la viña del Señor... jajajajaja!!!

    Besos!!!

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    Respuestas
    1. A mí me pasó algo similar. Yo salí contento del cine, pero algunos de mis acompañantes estaban algo rayados con ella. Es una peli dificil, no lo vamos a negar.

      Gracias por pasarte por aquí :)

      Mt

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