viernes, 27 de julio de 2018

Bienvenidos a Zombieland


Como no puede ser de otra manera, acabamos Distrito 9 con una señora bajona y el humor por los suelos. Había que levantar los ánimos y necesitábamos algo gratuitamente gamberro. Un engendro facilito de tiros brutotes y diversión malsana, que las bastardadas ayudan a levantar el ánimo. De lo que teníamos disponible, se ofreció esta película de zombies que, en principio, reunía todas las características que requeríamos. 

Bienvenidos a Zombieland es una de Zombies, pero en vez de mostrarnos el apocalipsis zombie, nos manda a unos meses después, en los que la mayoría de los incompetentes ya están muertos y sólo quedan los expertos asesinos de zombies. Este puñado de tarados de lo más delirante se ven obligados a colaborar, pues parece que existe un pequeño reducto donde apenas hay zombies, pero bueno, si no son  los no-muertos, el peligro está entre los vivos, ¡cómo no!

Y bueno, vaya bastardada. La película es un continuo de burradas a cada cual más salvaje. Entre las reglas para sobrevivir, las coreografías absurdas y lo zumbados que están todos los personajes, Bienvenidos a Zombieland es una película en la que cualquier cosa puede pasar, en la que todo está permitido, pero nada queda fuera de lugar. Todo sea por unas risas.

Cada uno de los personajes es para dar de comer aparte. Tal como decía Tina Turner en Mad Max 3: “¿Sabes quién era yo? Nadie. Salvo que el día después estaba viva. Y tuve la oportunidad de ser alguien”.

1) Columbus era un pringado friki devoto del WOW e incapaz de la más mínima relación social. No sabía que tenía la mejor base teórica para sobrevivir al apocalipsis. Si no sabes hablar con la gente, ¿Qué mejor que no haya con quién hablar? Jesse Eisenberg sabe que es de lo más hostiable, y vaya si se regodea de ello.

2) Talahasse es un paleto de la América profunda que ha descubierto su verdadera vocación tras el apocalipsis. Un Woody Harrelson más pasado de página que nunca, con sombrero de vaquero y botas de cocodrilo, es el alma de la película. Todo sea por unos Twinkies.  En una cosa tiene toda la razón: “Mi madre siempre decía que un día sería bueno en algo. ¿Quién hubiera dicho que sería un buen mata-zombies?”

3) La carismática Emma Stone da vida a Wisconsin, lo más parecido a alguien con seso dentro de todo este percal. Jugando a ser más astuta que nadie, gatita desvalida cuando conviene  y reina del gatillo fácil cuando toca. Pocos son capaces de plantar cara con éxito a Harrelson a la hora de ser el más gamberro  del barrio.


4) Little rock, interpretada por la todavía niña Abigail Breslin es cualquier cosa menos una pequeña desvalida. A pesar de las obvias deficiencias físicas (¿12-13 años?), se las vale con ganas para sobrevivir, con un puntillo de mala idea malsana muy bien buscada.

Y 5) Bill Murray que, bueno, es Bill Murray.

Sentido, lo que es sentido, la película no es que tenga mucho, pero oye, tampoco es que importe demasiado. La película es un puro correcalles a cosa de unos zombies bien mortales, pero que te puedes tomar a choteo con gusto. Matar gente puede no estar del todo bien, pero matar zombies es siempre un despiporre.


No es que haya mucho más que se pueda explicar. Bienvenidos a Zombieland es una gamberrada de tiros, cabezas volando y bastardadas varias. Un pasatiempo banal que tiene la gracia de situarse en un punto inusual de las tramas de zombies, cuando la sociedad ha desaparecido y ya solo quedan los curtidos (y zumbados) supervivientes.  Da gusto cuando una película quiere ser una chorrada bien grande, lo sabe, lo es y se regodea de ello.

Nota:  6 (con sus matices)
Nota filmaffinity: 6.6

Al final, los dos que vinieron con ganas de marcha se fueron bien contentitos a casa y durmieron felices y calentitos. Si es que no hay como una escopeta de doble cañón para poner tierna a la gente…

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