Como cada mes, el DPM nos acerca a películas inusuales
sobre las que normalmente no posaría mi atención. Este mes Isgoma nos propone
una propuesta pequeña llena de historias fragmentadas con el toquecito
entrañable que sólo sabe dar Paul Auster.
Respetadísimo escritor (de los que suenan cada año para
el Nobel de literatura), Auster también realiza un trabajo mucho menos
reconocido de escritura de guiones. Entre ellos, esta propuesta, que lleva a la
gran pantalla un compendio de pequeños relatos publicados aquí y allá con los
que echa un par de pinceladas sobre la vida de una serie de personajes que
orbitan en torno a un estanco.
Por ello, el humo (Smoke)
es al mismo tiempo un eje abstracto y literal de la historia. El tabaco sirve
como detonante a un puñado de historias que se explican a través de ese humo
que existe entre las personas y que nos impide comunicarnos y expresar lo que
sentimos como desearíamos. Cada uno de los visitante de este pequeño estanco
neoyorkino tiene sus pequeños problemas: Un escritor famoso se ha quedado sin
inspiración para crear nuevas historias y necesita una nueva para Navidad, un
chico algo confundido quiere encontrar a su padre biológico, una madre intenta
sacar a su hija toxicómana del vicio y la perdición y, finalmente, conoceremos
cómo el dueño del estanco consiguió su querida máquina fotográfica.
Son
historias del día a día, problemas de gente normal que fácilmente podemos
reconocer en nuestras vidas, retratando con maestría a unos personajes que,
aparentemente, no tienen nada en especial pero que, entre todos, construyen un
entrañable retablo de las maravillas donde podemos contemplar nuestra existencia. Auster sabe
darle a cada diálogo y a cada escena la motivación necesaria como para tocar
esa fibra interior para dejarnos una sonrisita tonta en los labios. Todo un
prodigio de guión.
Sin embargo, éste no se consigue aprovechar
correctamente, al estar limitada por una actuaciones que no llegan al nivel
exigido por el libreto y, sobretodo, una dirección demasiado anodina que falla
en el ritmo y maneja los entreactos con torpeza, además de cometer un puñado de
fallos de continuidad (esa prótesis, por Díos) que daña los ojos al espectador
atento.
Entonces, a la que la historia no llegue a fascinarte, se
hace demasiado fácil salir de la película, desnivelando así la emoción que
consiguen las mejores historias respecto a las demás. Destacaría especialmente
el último capítulo, con una improbable historia de Navidad compuesta con uno de
los más mágicos textos de Paul Auster.
Otra vez –y ya van unas cuantas- me encuentro con una
propuesta muy irregular, mezclando deliciosos detalles de maestro que ya
justifican un visionado con capítulos mejorables que se acercan peligrosamente
al aburrimiento cuando no aparecen errores de bulto. Este slice-of-life es
capaz de emocionar hasta lo más hondo a aquellos que se acerquen con la
disposición adecuada… pero también de aburrir salvajemente al que no se vea
conmovido por las pequeñas historias del día a día. Su deficiente dirección y su anodino trabajo
actoral empaña un guión al alcance de muy pocos.
Nota: 4
Nota filmaffinity: 7.7
(o.O!!)
No hay comentarios:
Publicar un comentario