Aunque Ridley Scott es un director que siempre ha tendido
a gustarme, después de sus últimos fiascos, no me apeteció ir a ver su película
marciana, a pesar de las buenas críticas que ésta estaba recibiendo y las
nominaciones a los Oscar que se echó a la espalda. Un tiempo después, el DVD
acabó llegando y, bueno, tenía que caer.
En un futuro cercano, hemos conseguido llegar a Marte. La
misión avanza bien pero una tormenta de arena obliga a evacuar a la
tripulación. Las circunstancias provocan que uno de los astronautas quede
atrapado en el planeta. ¿Cómo sobrevivirá hasta la llegada de ayuda? ¿Cómo
podrá hacer saber a la NASA que sigue vivo?
A pesar de su envoltorio de ciencia-ficción, Marte se
aleja de las últimas propuestas espaciales más sesudas que hemos tenido
recientemente (Gravity,
Interstellar).
Scott se deja de chorradas grandilocuentes y nos brinda una película mucho más
simple, de exploradores y náufragos, en la que no busca otra cosa que el
entretenimiento de calidad.
Desde el primer segundo de metraje nos daremos cuenta de
que estamos en una película de Ridley Scott. Su impecable sello de calidad es
muy reconocible. Su tino para escoger guiones es más que cuestionable (Prometeus, Exodus…) pero no
puede considerarse que tenga películas mal rodadas. Siempre es capaz de
garantizar una corrección técnica al alcance de muy pocos que convierte sus
películas en, al menos, aprovechables. Y Marte
no es una excepción. Al contrario, la excelencia en la puesta en escena de
esta propuesta sobrepasa las expectativas, con una fotografía desoladora e
impecable, que se complemente con un gusto en el detalle que no deja ningún
resquicio para el azar. Aun con todas sus fantasmadas, este blockbuster -es que
no es otra cosa- tiene la enjundia necesaria para que nos lo creamos, sin
rastro de esas patochadas imposibles de creer en las propuestas similares
recientes.
Es un gran y optimista retrato de la soledad y el
espíritu de supervivencia del hombre. La introducción de una música (retro para
la época, casi actual para nosotros), los detalles de humor que jalonan el
metraje, la equilibrada sucesión de desgracias y aciertos, su empaque y su
elegancia visual va añadiendo continuamente ingredientes de calidad a un guiso
que no tiene ningún afán de trascendencia o emotividad, pero que entretiene de
lo lindo.
Por un lado tenemos todo el montón de -variadas e
imaginativas- desgracias que le acaecen al pobre Matt Damon, que no tiene más
remedio que poner sonrisa de circunstancias y tirar para adelante con lo que
tiene. Que sí, que es un simple botánico y no cuadra que sea tan crack en todo
lo que se propone, pero bueno, de Jason Bourne o del Soldado Ryan me espero
cualquier cosa sin que me moleste, ¡incluso que se convierte en Iron Man
durante un rato! xDD Sobrevive al
intemperie a una tormenta marciana, a una explosión en la cara, y a una
explosión en el invernadero. Psicológica y emocionalmente es un superhombre que
todo lo supera y afronta con optimismo, no ve problemas, ve soluciones que se
le ocurren en segundos y que funcionan a la primera o como mucho a la segunda.
No sé, todo un ejemplo, en serio.
Por otro lado, tenemos a los expertos de la NASA
intentando desesperadamente encontrar una solución con la que traer de nuevo a
Matt Damon a la Tierra. Sus esfuerzos denodados para concebir un proyecto
ganador me han hecho mucha gracia, especialmente debido a mi formación como
gestor de proyectos, que me ha permitido seguir los procesos que llevan a cabo
y apreciar lo bien tratado que se halla el tema. Como la otra trama, peca de un
optimismo desmedido, demostrando que son todos unos pedazo de cracks brutales y
la NASA la mejor empresa del mundo mundial y esas cosas. Y bueno, el desenlace
es un poco… ejem, si, vale, de acuerdo.
Evidentemente, en una propuesta de este estilo es vital
escoger bien al actor. En este caso, Matt Damon realiza un papelón sorprendente
(cuando el guión quizás no le permitía lucirse tanto) con su carisma y su
capacidad para saltar continuamente del sentido del humor más visual a un
registro dramático a medida que la historia avanza. Realmente consigue que no
nos imaginemos a Mark Watney con un rostro diferente del suyo.
Quizás lo que más me ha sorprendido es la desmedida
apuesta por el buen rollito y buscar que el espectador se divierta. A fe mía
que se consigue. Marte se llevó el
Globo de Oro a mejor comedia y a pesar de la sorpresa inicial, hay que
reconocer que lo que prima es la comedia, y es buena. No obstante, estos
pasatiempos muy bien realizados suelen tener un fin similar. En ellas todo es
impecable, no contienen el más mínimo error, pero no tiene nada deslumbrante ni
trascendente. Resultado: nominada a todo (mejor película, actor, guión, diseño
de producción, efectos sonoros, efectos visuales) y noche de vacío ^^.
El
mayor problema que se enfrenta esta película es que no se puede quitar esa
pátina de película de ciencia-ficción seria cuando no es más que un
entretenimiento de primerísima calidad. De lo mejor que se ha hecho últimamente
en películas de aventuras para toda la familia. Es divertida, te pega al
asiento dos horitas bien buenas y mola lo suyo. Que Scott siga haciendo películas así,
por favor.
Nota: 8
Nota filmaffinity: 7.0
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