Cuando leí Corsarios
de Levante se me quedó un pequeño regusto amargo. Se había disfrutado, pero
no tanto como otros libros de Alatriste. Así pues, decidí releer una de mis
novelas favoritas de la saga, centra en este caso en las batallas acaecidas por
los tercios desplegados en el Flandes de la época.
Título: El sol de Breda
Autor: Arturo Pérez-Reverte
“El sol de
Breda escenifica las batallas y el asedio de la ciudad de Breda en 1625 por los
Tercios españoles en Flandes. El joven vasco Íñigo de Balboa es el narrador,
como siempre, pero ahora adquiere en este relato un papel más protagonista: es
mochilero del tercio viejo de Cartagena, donde sirve de ayudante a su amo el
capitán Alatriste, y empuña por primera vez las armas en el combate. Íñigo
será, en esta aventura, testigo del sometimiento de la ciudad por las tropas
españolas, y describirá años más tarde al pintor Diego Velázquez, para que los
inmortalice en un famoso cuadro, los rostros de los participantes en la
batalla: el general Ambrosio Spínola, un respetado guerrero con dotes de político,
que abortará el conato de un motín de las tropas, hartas de pelear sin que vean
recompensados sus esfuerzos con una paga que nunca llega, y que el general les
adelantará de sus acaudaladas arcas o el maestre de campo Pedro de la Daga,
despreciativo con sus tropas hasta la crueldad, o el dubitativo capitán Carmelo
Bragado y el valiente soldado Sebastián Copons, veteranos todos de las pasadas
guerras en Nápoles y camaradas del capitán Alatriste.”
La ciudad de Breda, en la época |
El sol de Breda sigue el mismo esquema que tanto me acabó
chirriando en Corsarios de Levante:
un compendio de pequeños capítulos que saltan de aquí para allá, como flashes
de los momentos más importantes de la campaña por la conquista de la ciudad de
Breda y la pacificación de las regiones flamencas. Sin embargo, estos capítulos
se hayan mucho mejor enlazados entre ellos, pues su dispersión no les impide
componer un todo coherente en el que no hace falta llenar los huecos que
contiene.
Con este libro, Pérez-Reverte nos ilustra sobre el
funcionamiento del ejército del XVII: La función de los mochileros, el terror
que infundían los tercios españoles, el honor de la soldadesca, los motines
provocados por la falta de pago, el trabajo de mina y la toma de una ciudad
vital para mantener el poder sobre la región un siglo más.
A estas alturas de partido, con Iñigo Montoya en plena
eferverscencia adolescente, el Capitán
Alatriste es descrito como un personaje casi divino. A pesar de su gesto
hosco y su humor taciturno y su negativa a ascender en el ejército, es el puto
amo. No quiere follones, pero no hay quien le detenga cuando se mete en uno y,
sobre todo, no soporta que le toquen las narices. Cuando vemos que se empieza a
arreglar el bigotito o atusar los ropajes… ¡Que tiemblen sus enemigos!
Pérez-Reverte ha convertido a Alatriste en el mejor badass de la literatura española. Toneladas de carisma y
molabilidad que desprende el jodío.
Iñigo
Montoya ha crecido un poco y se ha
convertido en un adolescente sobrehormonado. Excitadísimo al requerírsele los
deberes de soldado, se estrena, tanto en muertes como en polvos, con todo lo
que ello implica para su autoestima y su paz interior. Apocado y servicial,
siempre dispuesto a darlo todo por su Dios, Alatriste, es un escudero
bienintencionado y metepatas, pero al mismo tiempo alguien tan ingenuamente
entregado que se hace imposible no cogerle cariño al pobre.
La rendición de Breda (Velázquez) |
Además de sus estupendas aventuras y sus inolvidables
personajes –probablemente en el estado de gracia más inspirado que han tenido
en toda la saga-, lo que más impacta del libro es el espléndido retrato que
realiza de la soldadesca española de la época: compuesta de soldados que son lo
peor de cada casa, malhablados y con pocos escrúpulos éticos, pero al mismo
tiempo orgullosos de sus orígenes y custodios del honor que supone ser un
soldado de los tercios, el ejército más temido de la historia (lo único que
tienen, quizás). Son personajes totalmente alejados de los estándares actuales,
pero perfectamente esperables si se tratara de una novela escrita a finales del
XVII, (lo que es, después de todo, el objetivo de Pérez-Reverte).
El sol de
Breda es una clase de historia de
una época que parece olvidada en nuestros días y constituye la más redonda de
todas las novelas de Alatriste (junto con El
Caballero del Jubón Amarillo). Épica, acción, la pateticidad de la vida y
las desgracias que jalonan una vida dura y desagradable. Hará las delicias a
todos aquellos que disfruten de las novelas históricas, de las novelas de
aventuras o de las novelas en general. Indispensable para cualquier fan de las
aventuras del Capitán. Y si no sois versados en sus andanzas, acudid, raudos, a
la primera de sus novelas. Merece la pena.
Nota: 10
Nota goodreads: 3.72/5
¿Pérez-Reverte es un belicista? ¿Un soldado profesional lo es, le gustan todas las guerras la guerra? ¿Es malo ser belicista? ¿Criticar a un belicista no es acaso dejar de respetar su libertad de expresión? ¿Aznar lo era? En la película de Kubrick, el Recluta Bufón, personaje que interpreta Matthew Modine, luce una chapa en el uniforme con el símbolo de la paz mientras que en el casco lleva grabado Nacido para matar. ¿Pérez-Reverte se vale de un adolescente en la saga de Alatriste para narrar a través de él. ¿Nos la quiere colar Pérez-Reverte? ¿Tolstói, Victor Hugo, Galdós, fueron belicistas? Me refiero como autores de novelas, en el momento que las escribían, no cuando se cayeran del caballo mientras arribaban a la vejez. ¿Soy un belicista si me encantan las novelas que tienen en el campo de batalla su espacio, su tiempo, su trama?
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