A estas alturas de la película, no creo que sea necesario
presentar a un actor tan reconocido como Tom Cruise. Éste ha identificado tan
bien su papel como héroe de acción que, cuando no llena taquillas siendo Ethan
Hunt o alguien similar, se relaja con chorraditas autoparódicas como ésta.
El argumento no puede ser más simple: Cameron Díaz es una
rubia tontita (bueno, no tan tontita) que se ve abordada por Tom Cruise, un
superagente secreto que necesita una involuntaria “mula” para una misión. Los
enredos y las aventuras se sucederán hasta que ambos aprendan el uno del otro
en una odisea que los llevará sin duda al altar.
No es que me haya olvidado de poner los nombres de los
personajes, es que no importa. Tanto Díaz como Cruise hacen de sí mismos, de sus
personajes característicos que hemos visto en decenas de películas y que, por
ello, les permite sacar adelante la película sin el más mínimo esfuerzo.
Realmente no importa quién les toca ser hoy: ¿un espía casi divino más chulo
que un ocho? Nada nuevo bajo el sol. ¿Una rubia tontita que en realidad no es
tan tontita? ¡Si eso es lo que soy!
El origen de la película surge cuando Tom Cruise decidie abandonar
el proyecto de The tourist, al no
poder convertirlo en una comedia de espías.
Tamaña espina en su orgullo debe ser extraída, por lo que habla con sus
amigos de la Fox para producir la película. De entre las actrices disponibles,
Cameron Díaz quiere reverdecer las taquillas de Los Ángeles de Charlie con una propuesta similar y se apunta sin
dudarlo. Así que nada, se encarga el guión ¡y ya tenemos película!
Hay que reconocer que Cruise es de los mejores actores a
la hora de parodiarse a sí mismos y jugar con su imagen. Ethan Hunt se ha
movido a una historia que no tiene pies ni cabeza. Y vaya si juntan chorradas
por todos lados. Para entendernos: si valoramos la coherencia de su guión en
comparación con sus Misión: Imposible (que ya es irse a algo pasado de
vueltas), a Noche y día no hay por dónde
cogerla. Es obvio que no debemos esperar ni un solo diálogo inteligente ni un
desarrollo coherente de la trama. Cruise&Diaz no buscan más que un
entretenimiento ligero que se mantiene a flote con sus acrobacias de flipada
buenrollera y el carisma de sus protagonistas.
Así pues, a la que relajamos el cerebro y nos preparamos
para disfrutar de un poco de tonterías vacuas, podemos pasar el rato con una
chorradita llena de ritmo y unas coreografías de acción bastante pasadas de
vueltas pero filmadas con más solidez de la acostumbrada en este tipo de
películas. Las capacidades físicas (y automovilísticas) de los protagonistas
permite no abusar del CGi y convencer al director de que no es necesario buscar
la explosión más gratuitamente salvaje posible, no en vano, son dos actores
famosos por no usar dobles en sus acrobacias. Esto permite subir un poco los
enteros de la película y convertir una chorrada en un entretenimiento más
convincente que el puñado de blockbusters veraniego.
Mención especial para el encargado de documentación por
los inolvidables y esperpénticos Sanfermines de Sevilla. Pa’ cagarse. No sé qué
tienen las películas de Cruise con España pero siempre la lían. El descojone
que nos pegamos con él fue de los gordos (bueno, casa con el resto de la peli).
Así pues, películilla tonta para ver un día de estos
tontos en que uno tiene ganas de apagar el cerebro. Tiritos por aquí, coches
derrapando por allá, unos chistecitos por acuyá, una historia que haga de hilo
conductor, caras bonitas haciendo patochadas y lo pegamos todo con mucho ritmo.
¡Et voila! Película entretenida. Que nada tenga sentido es secundario a veces.
Nota: 4
Nota filmaffinity: 4.7
PD: En esta película, todos los coches antiguos provienen
del garaje personal de Cameron Diaz. De la misma manera, todas las referencias
a mecánica son de su cosecha (por si no lo sabéis, en su tiempo libre, es una
reputada restauradora de muscle cars).
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