Cuando decidí que quería ver El
despertar de la fuerza me propuse (como muchos otros) repasar las seis
películas anteriores. Sin embargo, una vez concluida la trilogía original (que
ya habréis visto como he reseñado), me daba muuuucho palo refrescar La Amenaza Fantasma. Fue toda una
decepción y no me producía la más mínima emoción volver con ella. Pero bueno,
uno que es un rato masoca y acaba poniéndose estas cosas.
Hace quince años deseé fervientemente disfrutar con ella y no lo conseguí
demasiado, con demasiados errores como para pasarlos por alto. Podríamos pensar que es parte del sentimiento
de decepción, pero los personajes son insulsos, hay demasiadas incoherencias de
trasfondo y un puñado de actores mal dirigidos que no salvan el par de escenas
logradas y el hecho de pertenecer al universo Star Wars. Bueno, más o menos. Sin
embargo, ésta vez ya venía avisado. Pero buf, que cosa más pesada.
A pesar de la gran cantidad de nombres importantes, los actores no parecen
saber qué hacer delante de la cámara –los legendarios problemas de Lucas
dirigiendo actores- y la gran mayoría se conforma con decir sus palabras y
tirar p’adelante. Curiosamente, son los dos actores que “mueren” los que se lo
toman más en serio y componen a los personajes con más lustre pero a los que
luego menos jugo se les saca. Tanto Liam Neeson (Qui-Gon Jin) como Ray Park
(Darth Maul) desbordan carisma y piden a gritos más protagonismo, pero Lucas no
parece interesarle. Se merecen casi una película para ellos dos. Para prueba la
cancha que se le ha dado a Darth Maul en el universo expandido, demostrando que
funciona de sobras como un Lord Sith de postín, para ver como aquí muere aquí
demasiado rápido y es sustituido por un par de malos de mercadillo como Dooku y
Grievous en las siguientes películas. Lástima no haberlo explotado como se
debía. En cuantro a Qui-Gon… ¿por qué matar tan rápido al único de los buenos
que consigue caernos bien? Vale, hay que retorcer la historia para que cuadre,
ya que es Obi-Wan el que debe entrenar a Anakin, pero seguro que había maneras
mejores de hacerlo.
Al menos, esta decisión no es tan catastrófica como la aparición de Jar
Jar, el personaje más odiado de la saga (no voy a añadir nada más). La
participación de un Anakin demasiado “niño” para el papel que le toca también
constituye un gran defecto. Tiene un exceso de carga dramática que no sabe
transmitir y, aunque es todo lo manitas y “salao” que quieras, un actor con 3-4
años más hubiera dado mucho más el pego con lo que se le exigía. Se hace
dificil creer que este personaje metido con calzador (de los industriales)
acabe siendo Darth Vader.
Calzador
gratuito, el otro gran problema. Hay que cuadrar el trasfondo y la película
debía introducirnos en un mundo ya existente, pero parece que Lucas se dedicó a
improvisar escenas entre sí para presumir de CGi y efectos especiales y luego
se acordó de que tenía un trasfondo que respetar y lo embute como un
salchichón. La película se debate si ser para adultos (la guerra del Comercio y
la trama política) o para niños (las carreras de vainas, los estúpidos gungans
y la acción para todos los públicos) y no es ninguna cosa ni la otra. Pasan
demasiadas cosas sin motivación o sentido, personajes supuestamente
inteligentes no hacen otra cosa que estupideces y el tono no se adapta a lo que
se está contando. Se hace incluso desagradable. Pixar nos ha dado muestras de
que se pueden hacer películas para niños que puedan ver los adultos y películas
para adultos que pueden ver los niños. Sin embargo, La amenaza fantasma no consigue encontrar el equilibrio en ningún
momento.
No obstante,
hay muchos cuartos dejados y eso se nota. Se palpa un deseo imperioso de
actualizar la imaginería y de separarse de la clásica para contentar a los fans
más jóvenes. Tanto que se les va la pinza y se hace difícil que esta película
ocurra en los mismos universos que los episodios IV-VI (que se re-editaron para
parecerse a Episodio I). Todo es demasiado pulcro, redondeado y bonito, en vez
de tosco, sucio y efectivo. Porque salen Jedis y tal, sino, podríamos esperar
que no perteneciera a la Guerra de las
Galaxias y todo.
Como un niño
con un juguete nuevo, La Amenaza Fantasma
tiene efectos de ordenador para dar y vender: escenarios, naves,
personajes… Parecía que la tecnología podía proporcionarlo todo y Lucas tenía
ganas de jugar. Sin embargo, tal alarde de efecto especial sin sentido provoca
que la película haya envejecido fatal y cante exageradamente. Fastidia notar
que la trilogía original parezca más realista que esta. Y eso es grave.
El clímax final podía haber arreglado el resultado en un despliegue brutal
de efectos y fuegos artificialtes. Casi que lo deseamos todos fervientemente pero luego cada escena que podía ser buena tenía
un detalle que la fastidiaba:
1) La incursión en el palacio Real de Padmé, su
séquito y la estratagema urdida por el capitán Panaka (¿?). Dos tiritos, una
carrerita… Y vaya cosa más floja. ¿Dónde está la emoción?
2) La mega-batalla de los gungan y los droides.
Imaginería bien bonita, coreografía imaginativa… y un tal Jar-Jar que convierte
cada segundo en ridículo.
3) Unas peleas a espadas la mar de vistosas que acaban con una incoherencia de
continuidad de aúpa que deja muy en ridículo a Darth Maul sin motivo. Amén de
que la mitad de las estocadas vayan al aire y aun así sean interceptadas,
claro…
4) Una batalla espacial resultona con un niño
por medio que parece que está en un parque de atracciones.
No obstante, hay un apartado que si merece una gloriosa felicitación. Se
inventó un nuevo sistema de Super Sensurround para la película que es la leche.
Ver la carrera de vainas a todo volumen con una mega-pantalla es impresionante.
Si dispones de un gran equipo de sonido, prepárate a disfrutar con lo bien que
está definido el tráfico entre canales de sonido y lo bien que se complementa
cada ruido con una banda sonora de aupa. Mis felicitaciones a John Willliams y
al resto del equipo de sonido que se han ganado todo mi respeto. Da gusto ver
un trabajo bien hecho (sorprendente entre tanta dejadez).
Creo que nadie que fuera a ver la película en su momento se esperaba un
batacazo de semejante magnitud. Así no se reinicia una saga. Suerte para Lucas
que ya tenía –ejem- pagados los otros capítulos de la trilogía, ya que ésta es
la típica película inicio de saga que NO tiene continuación (número 4,
terminator genesys, Eragon…). Ahora ya existiendo y formando parte del canon,
es simplemente, un mal trago que pasar.
Curiosamente, esta película no tiene tanta mala prensa entre los jóvenes, supongo
que el verla en la edad adecuada también ayuda, pero bueno…
El mayor problema que tiene La
Amenaza Fantasma no es que sea una mala película de aventuras –que lo es-
es que queda en ridícula tanto en ritmo como en magia frente a sus
precedesoras. Desde su larga y pesada introducción donde no se entiende la
implicación de los Jedis, el recurso de guión forzado para hacer que se queden
tirados en Tatooine y así conocer a Anakin (y gastar 80M$ en una pedazo de
escena de vainas que no viene a cuento pero queda la mar de bien), luego dos
líos raros, un par de tiros y un final contra un malo maloso que no sabemos
quién es. Mal guión, mal ritmo, actores desaprovechados y unos efectos especiales
que ya han quedado desfasados y que parecen peores que aquellos de los años
ochenta. Si no fuera porque es el episodio I, yo casi que recomendaría
saltársela.
Nota: 2
Nota filmaffinity: 6.2
No entro a comentar los miriclorianos –ahí, rompiendo todos los dogmas que
se han venido gestando treinta años porque sí-.
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