Los que me conocéis ya sabréis que nunca he sido un gran fan de Star Trek. Aprecio su imaginación y la fuerza de su trasfondo pero ni el capitán Kirk ni Picard han conseguido nunca entusiasmarme en demasía (y mira he hecho más de un intento con la serie). Sin embargo, los los de LODE me han liado otra vez (y ya van) y en el especial de Star Trek remarcaban que ésta era la mejor película de la época Kirk. Luego una cosa lleva la a otra y he acabado viendo otra vez una película sugerida por ellos.
Se avecina el fin de una
era. Después de más de treinta años de servicio, El Capitán Kirk y el
Enterprise acarician la idea de la jubilación. Han vivido mil batallas y
arrastran una aureola de reputación legendaria. Los rencores y las alegrías se
acumulan y su ansia de aventuras sigue intacta, pero la promesa de un retiro
dorado parece cada vez más tentadora. Un último servicio es requerido cuando
los Klingon, archienemigos de la Federación, piden un armisticio. Kirk y su
gente debe escoltar al embajador en espera de las negociaciones. El asesinato del
mismo pondrá en un brete a nuestro intrépido capitán que deberá descubrir las
oscuras intenciones de los conspiradores para que el proceso de paz fracase.
En el momento en que se filma, “Una nueva generación” ya ha
llegado. Ha demostrado su calidad y lleva varias temporadas de éxito, para goce
de los fans, pero la antigua tripulación necesitaba una despedida a lo grande. Así
pues, toda la película está concebida para decir un último adiós a una
tripulación mítica, a un status quo que se va para no volver. Kirk, Spock, los
Klingon… nombres que han marcado una era a los que se rinde un homenaje,
permitiéndoles una última oportunidad de lucirse.
Teniendo en cuenta esta
necesidad/obligatoriedad de dar al film un aire nostálgico, la última aventura
de Kirk y sus compañeros no está nada mal. Reconozco que esperaba algo mucho
más chapucero (es que la de la ballena no hay por dónde cogerla xDD). Si
entendemos la película como un ejercicio de ciencia-ficción pre-Matrix,
convendremos en que funciona correctamente, perfectamente asimilable y
predecesora con virtudes de series que vendrán posteriormente como Stargate o
Farscape. No obstante, no puedo evitar pensar que es coétanea a Robocop o
Desafío Total y bueno, ahí sí hay diferencia.
La ciencia-ficción como género
es deudora siempre del tiempo en que fue creada, por ello, siempre disfruto
encontrando las escenas anacrónicas debidas al paso del tiempo, como el
delicioso traductor simultáneo inglés-klingon via diccionaro, o la
teleportación “a donde nadie puede verlos” (que no existen los campos de fuerza
para impedir esas cosas? Sería lo primero que usaría para un atentado!!).
Si destacar por su
complejidad, el guión consigue cuadrar una película con suficiente empaque para
tejer una correcta trama de falso culpable, con diálogos inteligentes mezclados
con otros que destilan ingenuidad, pero que dan pie a que todos los personajes
puedan lucirse y tengan su minutito de gloria. Rodada en los tiempos de la
Perestroika, los paralelismos del fin del Imperio Klingon con la caída de la
URSS son obvios. Tal como es típico en la franquicia, se aboga por el pacifismo
y la concordia entre los pueblos para progresar como civilización, adentrándose
en un “país desconocido” para la Federación y los Klingon: La paz ¿definitiva?
Otra de las marcas de la
casa son las referencias literarias, que aparecen aquí y allá, con Shakespeare,
Holmes y un buen puñado de frases conocidas preparadas para el disfrute del
espectador atento. A destacar la excéntrica cena de gala entre los Klingons y
los humanos, con una tirantez poco disimulada y un racismo solapado en más de
un personaje, con afilados dardos verbales danzando por doquier. “No se aprecia verdaderamente a Shakespeare
hasta que se ha leído en el Klingon original”. Toma ya, con un par.
Se nota que hay mimo y
cariño en la puesta en escena. Años de profundizar en trasfondo y continuidad
proporcionan una profusión de detalles –presentes en pantalla- de imaginería,
uniformes, insignias, razas… Hay medios a disposición y se usan con tino. Los
efectos especiales son inesperadamente artesanales, pero el cariño con que
están realizados y su falta de pretensión de realidad le permiten envejecer
agradablemente, siendo tan entrañablemente “cutres” como esperamos en la
franquicia.
Sus veteranos actores
están obviamente de vuelta de todo, cuyos personajes, deudores de otra época,
están llenos de integridad y honor. Se nota que llevan tanto tiempo siendo
“ellos” que ya ni necesitan el guión para saber qué deben decirse, les sale
casi solo.
“Aquel país desconocido”
es (fue) una tierna despedida para todo trekkie y un entrañable guiño para el
inicio de la nueva. No obstante, para un profano no constituye más que un
agradable entretenimiento. Ciencia ficción pre-matrix muy blanquita y bien
usada, con una imaginería poderosa conocida por todos (o casi), que cumple su
función de entretener al espectador medio y permitir al seguidor sacar su
lagrimita al decir adiós a una tripulación mítica.
Nota: 6
Nota filmaffinity: 6.1
2 nominaciones a los
Oscar (Maquillaje y sonido)
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