Después de ciertas
amenazas y chantajes, la CLO se apiadó de mí y me dejó leer un libro pequeñito,
perteneciente a la Cesta (Nº 53). Creo recordar que leí Sin Noticias de Gurb cuando tenía 13-14 años, pasando verdaderos
apuros para no caerme de la silla con las risas. Ahora que ya peino más canas
(bueno, eso de “peinar”, como que no) imagino que no tendrá el mismo efecto.
Aun así, había ganitas de saber cómo de bien había envejecido.
Título: Sin noticias de
Gurb
Autor: Eduardo Mendoza
“Esta divertida novela relata la búsqueda de un extraterrestre que ha
desaparecido, tras adoptar la apariencia de la vocalista Marta Sánchez, en la
jungla urbana barcelonesa. Pero el protagonista de la narración no es Gurb,
sino otro alienígena que sale en pos de él y cuyo diario constituye el
esqueleto de la narración. La verdadera naturaleza del relato es de carácter
satírico: Mendoza convierte esta Barcelona, a un tiempo cotidiana y absurda, en
el escenario de una carnavalada que revela el verdadero rostro del hombre
urbano actual.”
Y después de acabar con
sus limitadas 140 paginillas de lectura ligera, puedo decir que estoy contento
con el resultado. No es el descojone de hace sus años, pero sí ha deparado unas
cuantas risas y entretenimiento las dos tardes que he tardado en cepillármelo
¿Qué hay que buscar en
él? Un compendio de chorradas, una detrás de otra. No busca tampoco ser otra
cosa. Es un libro vomitado (lo que no tiene, en sí, nada de malo). Mendoza lo
escribió a base de impulsos, añadiendo ideas y metiendo y quitando personajes o
situaciones según el humor del momento, es algo que nunca ha negado. Evidentemente,
no tiene una trama en sí, las situaciones planteadas se hallan totalmente
deslavazadas, hay fallos de continuidad aquí y allá, con personajes de
comportamiento aleatorio que no tienen más sentido más allá de la estupidez
congénita del extraterrestre sin nombre.
Sin embargo, sí que hay
que reconocer lo bien que casa con mis recuerdos sobre cómo era la Barcelona
pre-Olímpica. Era una sensación extraña, un optimismo exacerbado y sin sentido,
dónde se soportaba cualquier adversidad y todo parecía posible. La ciudad
estaba totalmente patas arriba, se llenaba de gente rara y los nativos tenían
que adaptarse rápidamente a costumbres excéntricas traídas por los recién
llegados de fuera. Ahí reside una de las preguntas que me suscita el libro,
¿puede un no-indígena captar todos los chistes y lo bien que cuadra la
estupidez intrínseca del libro con el ambiente que se respiraba en aquel
momento? No estoy yo tan seguro. Es por ello que me sorprende que el libro se
haya traducido a nosecuantos idiomas y haya tenido éxito en lugares donde falta
contexto para entender el setenta por ciento de los chistes…
Tal como ocurre con el
loco tocador de señoras o la estupidez del capitán Pomponio Flato, Mendoza se
desenvuelve bien entre las chorradas. SI casas con su sentido del humor,
pasarás un par de tardes entre buenas risas antes de pasar al siguiente libro. Si
te parece cansino… igual tiras el libro por la ventana antes de acabar el
segundo capítulo!!!
Nota: 6
Nota goodreads: 3.71 / 5
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