Al hablar de La chica de ayer, comenté que una de las mejores series españolas
que podríamos encontrar era Crematorio. Pues
hoy toca hablar de ella.
Todos conocemos los grandes países
productores de series, países con una influencia descomunal cuyas series se
convierten automáticamente en éxitos en todo el mundo, pudiendo gastar dinero a
espuertas, sabiendo que, al menos, podrán cubrir gastos con todas las
exportaciones. Si nos alejamos de los tres grandes países (EEUU, UK y Japón) el
resto de países no pueden disponer fácilmente de los mismos medios y no tienen
más opción que realizar propuestas más modestas. Curiosamente, los mejores
ejemplos de cada país describen temas en los que ese país es (muy a su pesar)
un experto: en Italia tenemos las estupendas Gomorra y Roma Criminal sobre la
mafia, en Israel la Homeland original,
versada sobre el terrorismo/contraterrorismo, en el norte Bron/Broen sobre
asesinatos en la tierra del hielo… Y en España, ¿en qué somos expertos sino es
en pelotazos urbanísticos?
El descubrimiento de unos
cadáveres enterrados en el jardín de un crematorio es el pistoletazo de salida
para una investigación en la que se destapan los bajos fondos de una provincia
levantina. En ella,
Rubén Bertomeu es el paradigma del constructor del pelotazo. Un tipo sin
escrúpulos que vive del trapicheo y de la estafa, del conseguir que el dinero
público pague las construcciones que luego él puede vender, de untar a
concejales, amañar elecciones…Un auténtico capo que ha tejido un imperio de
asuntos oscuros e intereses turbios, rodeado de un séquito de lo más peligroso.
La época de vacas gordas les ha permitido a todos medrar y enriquecerse pero la
investigación policial hará tambalear su dominio, los recelos aparecen y la
desconfianza va en aumento. Su socio de toda la vida tema una
traición, sus nuevos amigos del este quieren cierta “estabilidad” en el
ambiente, su mujer florero no es tan mosquita muerta como parecía y su hija,
que le odia, ha heredado más cosas de su padre de las que a ella le gustaría. Con
la detención siempre pendiente de un hilo, la vida de Bertomeu oscila entre el
lujo rancio y la mentira continua mientras mantiene a flote su imperio.
Entre
mafiosos italianos, rusos, japoneses… Ruben Bartomeu está a la altura. Los
guionistas han hecho los deberes y lo hacen beber de la
brutalidad de Tony Soprano o Gyp Rossetti, de la ambición de “Scarface” y la
paciencia de los Corleone. El inmenso Pepe Sancho es quién le aporta
fuerza de sobras para ser recordado, comiéndose cada escena en
la que aparece. Primerísima calidad. A su alrededor un batiburrillo de
secundarios (Alicia Borrachero, Aura Garrido, Manuel Morón, Pau Durà, Pep
Tosar, Vlad Ivanov, Chisco Amado, Vicente Romero…) que no queda atrás,
encarnando a un puñado de personajes que generan subtramas propias,
complementando una magnífica trama principal con la que se entretejen sólidamente para
desembocar en un clímax de bandera. Los hampones de la Mafia
levantina destacan por ser implacables, malvados y perturbadores, pero al mismo
tiempo muy nuestros, sin llegar a perder nunca el toque chapucero que los hace
fácilmente reconocibles como de “nuestra tierra”.
Con un
estricto esquema de miniserie (1 temporada de 8 capítulos), Crematorio
desarrolla un auge y una caída comparable a la de “Casino” probando que sí aquí
se quiren hacer las cosas bien, se pueden hacer bien. Y mucho.
No sólo hay
que destacar un trabajo impecable en la puesta en escena, con una fotografía
estupenda y una banda sonora rotundísima (empezando ya con el
tremendo opening de
David Ulloa, cantado por Loquillo), sino que está perfectamente ambientada y
es tan realista que duele, porque nosotros sabemos bien de qué
habla. Si alguien aún no sabe qué es eso de la burbuja inmobiliaria no puede
dejar de verla. Queda claro como el agua. Es imposible que no se nos haga
cercana y nuestra. Si es que es nuestro pan de cada día… Es esta una historia
dura, cruda y directa, que vista en estos momentos es mucho más dolorosa pues
sentimos sus consecuencias. ¿Cuantos Ruben Bertomeu ha sufrido España?
Es una rara avis que hay que
disfrutar con ganas.
Cine de mafia de primera calidad con el toque que da conocer de primera mano el
ambiente. Lástima que Canal+ España no quisiera volver a lanzarse a imitar a la
HBO. Que fracasara en audiencias porque el Plus lo tenían cuatro gatos
influye, claro.
Nota: 9
Nota filmaffinity: 7.5
Publicado originalmente en CInéfagos AQUI
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