No. No queríamos ver
Ant-man. Como esta entrega marveliana se planteaba bastante más flojilla que
las anteriores, habíamos decidido que ya se vería cuando apareciera en DVD.
Pero mira, cosas que pasan, llegamos tarde a la que íbamos a ver (cayó a la
semana siguiente) y acabamos yendo a la única interesante que quedaba.
Ya desde el propio
póster se apostaba por la falta de glamour del súper héroe. Es un personaje
vital dentro del cómic que ha pasado a ser tan secundario en las películas
–principalmente porque Bruce Banner ocupa su rol científico serio en los Vengadores-
Ant-Man “sólo” se hace pequeño. Y ahí está todo su poder. No puede levantar
ciudades por los aires, llamar a los rayos o jugar a béisbol con tanques, sólo
infiltrarse y pasar desapercibido. Incluso él mismo hace algún chiste sobre
ello y se ríe su “heroísmo” a lo largo del metraje. Siendo entonces un héroe
menor dentro del Olimpo de los Dioses, se le ha dotado con una historia mucho
más ligera y distendida para presentarlo, mucho más cerca de una comedia de
acción que de una aventura épica.
Como primera película de
superhéroes se dedica casi todo el tiempo a la presentación del personaje y ya
tal, aunque aquí se realiza también un claro esfuerzo para hacer patente que
forma parte del Universo Marvel. La película mantiene un sello estético y un
estilo de guión claramente identificable, con un buen puñado de guiños bien
introducidos para hacer patente que los Vengadores están allí.
Y como película Marvel,
tenemos presente todos los detalles de calidad que han hecho famosa a la
franquicia: buenos efectos especiales al servicio de la trama, un ritmo muy
vivo, presupuesto holgado para proporcionar buenas dosis de acción y un toque
carismático siempre molón. Por otro lado, también tenemos, agudizados por la
poca fuerza de su guión, los peores defectos de la franquicia: personajes y
reacciones inverosímiles, la estúpida vacuidad intrascendente de la franquicia,
pocas ganas de tomarse en serio a sí misma, incoherencias tecnológicas y la
clara sensación de ser un simple episodio menor en una trama mucho más amplia.
No obstante, el juego de
cambio de tamaños permite al director divertirse con la puesta en escena, dando
un protagonismo inesperado a las hormigas y proporcionando un duelo final lleno
de imaginación, humor y virguería visual, cuya inmersión en la nada cuántica
(lo mejor de la película) destaca por su vigor y su hermosura en una pesadilla
llena de poesía.
Funciona aceptablemente
manteniéndose a caballo entre la acción y la comedia, con un tono
entretenidillo y refrescante para el veranito, cumpliendo con su ligereza a
llenar un gap de cuatro meses y añadir un par de personajes más al Panteón
fílmico marveliano. Acercarse más a alguno de los dos géneros probablemente
habría finalizado con una película fallida. A falta de ver como evoluciona en
el futuro, la más prescindible (que no la peor) de las películas Marvel. Aun
así un entretenimiento muy agradecido.
Nota: 5
Nota filmaffinity: 6.6
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