Aunque
muchas veces me he mostrado poco interesado por algunas películas del Universo
Marvel, porque no me tiraba mucho el súper correspondiente y tal, he acabado
por acudir fiel a la cita trimestral en el cine. Incluso ante propuestas como Ant-man o el Doctor Extraño,
que casi había decidido no ir a ver al cine, los astros se conjuraron para que
acabara pasando por las salas. Sin embargo, ésta sí que me la perdí (la primera
desde Iron Man III).
Realmente se trata de uno de los súpers que menos me interesan y, cómo además
se sabía que no iba a tener una gran importancia dentro de la trama general de
Thanos (así se había dicho desde la casa madre), pues no hice mucho esfuerzo
por verla. Además, a mí alrededor no se mostró nadie interesado ni especialmente
entusiasmado, por lo que se quedó en el tintero. Por considerarla una película
menor, no os podréis imaginar mi sorpresa cuando llegó la temporada de los Oscars
y la nominaron a casi todo. ¿Nominación a mejor película una de súpers
canónica? ¿Acaso estaba tan bien? Con sus años de retraso, la he acabado viendo
y ahora sabréis que me ha parecido.
La
película tiene el punto a favor de que a Black Panther ya lo tuviéramos visto
en la Civil War, por lo que ya sabemos que se iba a parecer poco a la Wakanda
clásica y mucho a la actual de los cómics. Por tanto, no hacía falta
presentarlo ni explicarnos sus orígenes (cómo le picó la araña y tal), es el
súper y punto. Simplemente, le ha llegado el turno de tener su película gozar
contra un malo maloso y darse de toñas “en solitario”.
Aquí
se enfrenta a Killmonger, un noble venido a menos de Wakanda –aunque con unos
poderes similares -que está en contra de la política de aislamiento del país.
Sabiendo su superioridad tecnológica, defiende que es el turno de los wakandianos
de esclavizar al hombre blanco, haciendo todas las fechorías necesarias para
ello. Es tarea de nuestro héroe detener sus pasos, comprendiendo en el camino
que igual es buena idea usar la tecnología para ayudar a la humanidad en vez de
pasar de ella.
El
inicio de la película es muy deudor del mejor James Bond, con acción muy movida
llena de molabilidad y coreografías muy trabajadas. Siguiendo la onda que ya
vimos en El Soldado de Invierno pero con dosis extras de vitaminas y pasándolo
por un filtro de cultura afroamericana de EEUU. Es condenadamente divertida y
te pega al asiento cosa mala, especialmente con el tono inesperadamente serio
que se le ha dado a la película, muy alejado de las propuestas refrescantes del
Universo.
Luego
llegamos a Wakanda, que destaca por un diseño de producción fastuoso que en la
pantalla grande tenía que dejar boquiabierto. Sin embargo, el conjunto me
empieza a chirriar un poco más. Después de treinta minutos muy bien montados,
tenemos un duelo de acción prácticamente porque sí, dejando claro que las
motivaciones del malo son un poco debido a lo que son y la trama que se
desarrolla a continuación no es que destaque por su sentido o consistencia. No
negaré que es algo a lo que estamos acostumbrados dentro de la franquicia, pero
estamos hablando de una película de Oscar. Aunque los personajes secundarios
destacan por su solidez (Okoye y Shuri molan un puñado y parte de otro), la
sensación que deja es que empieza como una película que va a mayores y se va
cayendo lenta pero inexorablemente. Desemboca en la inevitable traca final, tan
justificada como habitualmente, que además presenta un par de escenitas dentro
de ella con efectos algo cuestionables (ese rinoceronte es un poco… ejem). No
obstante, hay que reconocer que es entretenidísima y no aburre en ningún
momento.
Hay
muchas cosas dentro de la película que funcionan muy bien. La presentación de
los personajes es sólida, realizada con consistencia (menos el malo), las
escenas de cuerpo a cuerpo impactan como deben y se notan variadas, a pesar de
que no siempre están bien incluidas dentro de la trama, haciendo que la
película funcione perfectamente como entretenimiento.
Asimismo,
los actores están en general muy bien escogidos. Chadwick Boseman realiza un
trabajo muy correcto como T’Challa, aportando al personaje protagonista la
solidez que necesita. Sin embargo, son los secundarios los que se llevan la
palma, con Danai Gurira, Lupita Nyong’o y Letitia Wright las que roban cada
escena en que aparecen. Michael B. Jordan (como el antagonista Killmonger) y Daniel
Kaluuma (como el impulsivo W’Kabi) realizan un trabajo más cuestionable, pero
tampoco acaban de desentonar. Lo que queda claro es que se están tomando en
serio el proyecto y el guión les deja siempre su rinconcito para que molen. La
única queja la tendría con lo que han hecho con el personaje de Shuri, que en
los cómics es más una heredera despechada y aquí la han convertido en una Q
nerd con mucho buen rollo (eso sí, sigue molando).
La
película goza también de una fotografía inesperadamente buena, en la que se le
da un toque tribal y/o africano (lo que en EEUU puedan entender como tal) a
cada elemento que sale en pantalla. Esta pátina le da una distinción muy
reconocible, haciendo que este mundo ficticio sea todavía más propio. Además,
todos los paisajes “naturales” recreados en Wakanda destacan por su belleza,
debiendo impresionar agradablemente en la pantalla gigante.
Finalmente,
la banda sonora también es de bandera, constituyendo una de las pocas de la
franquicia que es perfectamente reconocible. Apabullando cuando debe, sutil
cuando toca, y con un deje tópicamente africano perfectamente encontrado.
Tremebunda.
Como
habréis podido comprobar, me parece que se trata de una película muy bien hecha
desde la parte técnica, que sabe ser muy entreteninda, con buenos actores que
hacen un trabajo solvente a través de unos personajes correctamente tratados.
Las motivaciones del malvadísimo antagonista y el desarrollo de la trama son un
poco (bastante) mejorables, pero el resultado es una película que está BIEN. Si
me hubieras preguntado en su momento, te habría dicho que vería normal
nominaciones a efectos especiales/sonoros y BSO, cualquier otra cosa, me
hubiera parecido una sorpresa. Si lo repasamos, tiene nomianción finalmente a
Mejor BSO y Canción, a diseño de producción y gana Vestuario, sonido y efectos
sonoros. Ninguna queja por aquí. Ahora bien, ¿mejor película? Me parece toda
una exageración. Tiene un poco de explicación si nos retrotraemos a los meses
en que se votan estas cosas, pues en EEUU (aquí no) la película se tornó
bandera del empoderamiento femenino, la igualdad racial, su mensaje anti-Trump…
y seguro que recibió un montón de votos adicionales justo por ello. Ay, los
politiqueos de Hollywood que a veces hacen cosas raras.
Resumimos:
tenemos una película de presentación del primer súper/rey africano
decididamente entretenida, con unos actores inesperadamente consistentes y una
parte técnica abrumadora que disfraza una trama muy mejorable. Sorprende en su
seriedad y destaca por el despliegue técnico (más allá de un par de escenitas).
La nominación al Oscar gordo es un exceso se mire como se mire, pero al final
la película está relativamente bien, situándose en la zona media de la
franquicia. En ningún momento la consideraría mala.
Nota:
6
Nota
filmaffinity: 5.9
No hay comentarios:
Publicar un comentario