miércoles, 1 de abril de 2020

Alita, ángel de combate


Recuerdo cuando tenía diez añetes bisoños y devoraba todo manga que aparecía a mi alcance. Uno de los que más me fascinaba era el violentísimo “Alita, Ángel de combate”, que mis padres ignoraban porque “si es de dibujos, seguro que es para niños”. No es que quedara (muy) traumatizado de la experiencia, pero sí recuerdo las toneladas de buenos ratos que me proporcionó.  Éste fue siempre uno de los que siempre deseé y temí que se pasara a acción real, fascinado por lo que sería capaz de realizar el músculo financiero de Hollywood con todos los efectos especiales necesarios, pero al mismo tiempo totalmente asustando ante el engendro que eran capaces de hacer como había demostrado sobradamente la experiencia.
 
El proyecto de Alita es uno de estos que lleva gestándose toda la vida. Cameron compró los derechos poco después de hacer Terminator 2 y desde entonces se lleva barumoreando que empieza con ello que si ahora sí, que me da palo, que luego me pongo… Yo ya había dado por imposible cualquier posibilidad de verla en la pantalla grande, pero parece que al final Robert Rodríguez convenció a Cameron de que tenía la capacidad de llevarlo a cabo. Y aquí la tenemos.

La película nos sitúa en un mundo futuro en el que todo se ha ido un poquito a la mierda. Una élite vive en una plataforma a unos kilómetros sobre la superficie, con todas las comodidades imaginables, mientras el común de los mortales sobrevive como puede en la vieja Tierra. Hay los ecos de una guerra pasada que cambió todo, pero nadie tiene muy claro qué ocurrió. En uno de los muchos vertederos  aparece una ciborg de ojos grandes que, de alguna manera, parece tener escrito un destino glorioso una vez es reparada. Se trata de Alita, un ángel de combate, una soldado perfecta concebida con una tecnología que ya parece perdida…

Desde un primer momento se puede ver que la parte visual es abrumadora. La técnica de captación de movimiento está cada día más afinada y ya debemos acostumbrarnos a que sea una técnica de rutina más del cine, eso está clarísimo. Además, toda la imaginería está bellamente trasladada: la brutalidad tecnológica en que se vive, la distinción de estilos entre arriba y abajo, la facilidad para pasar de momentos super-cuquis a desmembramientos y cabezas volando con una facilidad pasmosa. Ese es uno de los detalles de calidad de Cameron, el diseño de producción de escenarios, tanto de la imaginería como de los personajes, es sencillamente brutal, de los que apetece ponerse en la pantalla más grande posible para apreciar todo lo que se ha llegado a meter (bien) en pantalla. Además, Alita está perfectamente integrada dentro de la película, sin dar la impresión de ser una piel puesta encima de una actriz, más allá del deliberado efecto de sus ojos, no produce esa inquietud de notar que el personaje en realidad no está allí cuando interacciona con algo.



El poderío visual es también uno de los puntos a favor de Robet Rodriguez como director. Dotado de una proverbial imaginación, es realmente bueno a la hora de trasladar las viñetas a la gran pantalla con la mayor literalidad posible. Su presencia también se nota en las escenas de acción, todo un prodigio de acrobacias de primera, de las que molan sin llegar a cansar, con los fuegos de artificio perfectos para disfrutar del espectáculo sin saturar. Una auténtica flipada.

Sin embargo, su presencia se nota también en el poco aprovechamiento de un guión que tampoco se molesta mucho en desarrollar a los personajes, amén de una trama romántica completamente gratuita que no importa a nadie, que parece estar porque debe de haber una y si no, pues pasa algo. Además, se ha mantenido el argumento general con una literalidad sorprendente, sin esmerarse a trasladarlo a los gustos actuales. Mi sensación es que se ha cogido el guión que se desarrolló en los años 90 y se ha presentado tal cual. Esto se nota en el cyberpunk que impregna todas las imágenes, con la cruda rudeza propia de su época, sin la estilización que se demandaría hoy día, de igual manera ocurre con el ubicuo motor(roller)ball tan de moda en todas las distopías de 1985-1995, que parece haber desaparecido en cualquier propuesta de hoy día.  Pero bueno, no negaremos que sigue siendo divertido.


 En cuanto al reparto, Rosa Salazar hace todo lo que puede con sus toneladas de pegatinas para dar vida a Alita, quizás consciente de está ante una de las oportunidades de su vida. Del resto, destacan Christopher Waltz, Jennifer Connelly y Mahershala Ali, un puñado de trabajadores muy solventes que hacen lo que pueden con lo poco que el guión les ofrece. No obstante, se toman muy en serio el proyecto, lo que añade empaque a la cinta.

El estreno de la película tuvo su cierta dosis de polémica (como siempre) porque se apostó decididamente por mantener el tono general del manga sin importarles una calificación +18, incluso a pesar de que los pases previos tenían quejas por su excesiva violencia (con el consabido enfado de las mentes bienpensantes). Se estuvo hablando de hacer un posible estreno de una versión +13, con el consabido enfado de los fans. Por mi parte, considero que hubiera quedado raro ver una Alita sin las cafradas salvajes típicas del manga, con cabezas volando y tripas colgando aquí y allá. Soy consciente de que alguno puede quedar espantado (ay si mis padres hubieran sabido qué leía, jeje), pero es una de las gracias adicionales del producto original y, claro…



Al final queda una película irregular, llena de sus cositas y sus bastardadas pasadas de página. Lo mejor del film estriba en su trabajadísimo apartado visual y sus incesantes escenas de acción, dispuestas a un ritmo constante que no deja lugar para pensar. Además se pasa tres pueblos de bruta y salvaje, con una crudeza gratuida y desnortada, pero se le va tanto la castaña que se convierte en condenadamente disfrutable. Peca de tener un argumento muy anodino y unos personajes poco desarrollados, pero un servidor se lo ha pasado en grande con esta versión supervitaminada del manga que me flipó de adolescente.

Nota: 6
Nota filmaffinity: 6.4

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