Después
de cogerle gusto a las grandes producciones con las dos partes de SInsajo, Frances Lawrence necesitaba un
nuevo proyecto que dirigir. Después de todo, se sigue teniendo que comer. Como
durante el rodaje del desenlace de los Juegos del Hambre había hecho buenas
migas con Jennifer Lawrence (no hay parentesco entre ellos), fue fácil convencerla
para realizar la adaptación de este particular thriller de los que ya no se
hacen.
Los
Gorriones rojos son los espías
adiestrados por los servicios secretos rusos para seducir y enamorar con
desesperación a objetivos estratégicos de occidente, con el objetivo de
sonsacar sus secretos diplomáticos y empresariales. Jennifer Lawrence
interpreta a una exbailarina del Bolshoi que se ve obligada, muy a su pesar, a
convertirse en un Gorrión. Obviamente, ella no está dispuesta a seguir mucho el
juego a los soviéticos, pero menos ganas tiene aún de convertirse en un títere
de los yanquis, por lo que el juego de espías está servido.
Ésta
es una película de las que ya no se ven, de un género casi desaparecido. De un
tiempo a esta parte, se hace raro encontrar una película de presupuesto holgado
que no sea una superproducción con chorropotocientos millones que gastar en CGi
o efectos especiales. O es una película “barata” de actores, o tienes
destrucción y explosiones apocalípticas por todos lados. Por su parte, Gorrión rojo es una película de espías a
la antigua usanza, de los que veíamos en las novelas de Le Carré, volviendo a
la Guerra Fría que tantas buenas historias nos ha dado. El misterio y la
tensión son los motores que mueven la película, que se acumulan hasta estallar
en las pocas y brutales escenas de acción que habitan la película. Éstas
denotan una mala leche bastante considerable, pues hay que estar muy enfermo
para enseñar según qué cosas que se muestran en pantalla.
Consciente
de que se trata de una película para su total lucimiento, Jennifer Lawrence
cumple con lo que le toca y realiza un trabajo con enjundia. Ya nos ha
demostrado que puede interpretar a una mujer con mala leche a la que más vale
no soliviantar, realizando aquí también un trabajo muy físico con notable
resultado. Se hace raro encontrar mujeres repartiendo yoyas tan bien en el cine
de Hollywood y Lawrence se queda bien a gusto. Además, encontramos escenas bien
reivindicativas, como ese desnudo tan antiérotico, un mensaje muy claro después
de la filtración de sus fotos. A mí me parece muy bien pensado.
Realmente,
se nota que ella cree en el proyecto. Lástima que el resto de secundarios no
parece tomarse la película tan en serio, que apenas llega a cumplir.
Por
su parte, Frances Lawrence ya había demostrado que sabe poner la cámara bien en
su sitio, dotando a la película de una buena fotografía y una puesta en escena
muy cuidada (que era lo único destacable de Sinsajo).
Vuelve a fallar a la hora de dar ritmo a la película, que se va arrastrando a
medida que se desarrolla un guión muy tramposete, pero con empaque. Ahí reside
lo más destacable, pues Gorrión Rojo
se sabe diferente y se regodea de ello. No encontraremos en él el
entretenimiento palomitero típico, presentando además la guerra fría desde el
punto de vista soviético, dejando claro que ambos bandos jugaban sucio con
ganas (pero en EEUU se vive mejor, claro).
La
trama se mete a fondo en el juego de espías, con topos de topos y contraespías
por todas partes. EL guion se pasa de engañoso y sorprende con algunas salidas
que no venían ni avisadas y otras auténticas fumadas que pueden mosquear un
poco. Algún quiebro y 10-15 minutos de menos le habrían sentado bastante bien
para ganar ritmo. No obstante, sabe crear un malsano ambiente de confusión que
te pega al asiento cosa mala.
Otro
detalle curioso que he encontrado es la abundancia de féminas en los papeles
intercambiables. Estos secundarios anónimos (secuaces y tal que mueren a los
tres segundos de aparecer en pantalla) interpretados por hombres de cara
anodina son interpretados casi la mitad de las veces por mujeres (teniendo el
mismo futuro, claro). Es como debería ser, supongo, pero que casi nunca es.
En
conclusión, Gorrión Rojo es una
película de espías inofensiva y entretenida, con buenas ideas y un punto
intrigante inhabitual en el género. No obstante, se percibe como un vehículo de
lucimiento para gloria de Jennifer Lawrence, pasándose de minutos (140!) y de
trampas en el guión (alguna fumada es un poco…). Se agradece el regusto añejo
que despide, aunque imagino que se hará muy lenta para los cánones actuales.
Nota:
5
Nota
filmaffinity: 6.4
El
único interés de la sub-trama romántica es despelotar un poco a Joel Edgerton
para que enseñe pectorales, ¿no?.
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