miércoles, 3 de abril de 2024

El callejón de las almas perdidas

Y Guillermo del Toro volvió a hacer una película nominada a todo. Después del éxito de la joven del agua, el público tenía ganas de otro cuento de hadas barroco y decadente. Y el director trajo algo parecido, que bueno, quizás no era lo que esperábamos.

El callejón de las almas perdidas – sugestivo título – es un remake muy libre de una película clásica. Situémonos en unos años 20 alternativos. Es la época de los circos de “freaks” donde los ricos se solazan con las artimañas de los fulleros, el asombro de los acróbatas y, sobretodo, con el morbo de los más desgraciados. En uno de estos circos, aparece un don nadie con ínfulas de grandeza, uno más de la miríada de personajillos que sueñan con utilizar el lugar como trampolín a la gloria. Pero este buscavidas no es un cualquiera. Este buscavidas es más listo que el hambre y tiene un plan para no acabar fracasando. O eso dice. Por ahora, se lanza con todas sus ganas a comerse el mundo y todo lo que se le aparezca, teniendo un puñado de aventuras y desventuras que le harán tocar tanto las mieles del éxito como el peor de los fracasos.


Dentro de sus – muy excesivos – 150 minutos, lo más destacable de la película es el estupendo despliegue de su aparataje visual. No es de extrañar, sabiendo quién está tras la cámara. Si Del Toro está al mando, sabemos que la película viajará a través de unos escenarios repletos de detalles inusuales, diseñados con el savoir-faire marca de la casa, creando una imaginería cuidada, que desborda imaginación y una suerte de realismo mágico en la puesta en escena, que permite pensar que cualquier cosa es posible. En este caso, se centra en un art-decó loquísimo que es mi favorito para utilizar como base para un desarrollo steam-punk. La película luce estupendamente y me hace gozar casi a cada fotograma, con interiores imposibles, líneas que abusan de los puntos de fuga, llevando su propuesta estética hasta las últimas consecuencias.

Aparte, se las arregla para poblar este mundo de un puñado de personajes interesantes. el truhán con ganas de triunfar pasando ante todo y ante todos (Bradley Cooper, que cómo nos puede caer mal, anda), el dueño del circo, que sabe que es tocar las mieles de la gloria y perderlo todo, habiendo aceptado muy a gusto su papel de amo y señor de su pequeño mundo (ay, ese diálogo sobre la bajeza y la dignidad) y luego, cómo no, la abnegada enamorada del protagonista, dispuesta a cualquier sacrificio por cumplir los sueños de su partenaire, del que ignora que no corresponde – ni por asomo – en sus ínfulas amatorias. Pues tenemos nuestra obligatoria Femme Fatale que utiliza a nuestro protagonista tal como él utiliza a los demás, haciéndole sentirse importante e incluso teniéndole cierto cariño (como cualquiera tendría por el canario que da un poco de alegría a su hogar, destacable pero reemplazable).

Sin embargo, no todo es bueno en esta propuesta. El argumento, aunque hilvanado con corrección, no ofrece nada nuevo, pudiendo adivinarse desde muy pronto como va a acabar y necesitando que sus protagonistas hagan estupideces para que la trama avance. Tiene destellos de brillantez, pero los diálogos no destacan por su trascendencia y, sobretodo, tiene el problema de un ritmo lento, con multitud de quiebros que no llevan a ningún lado, lo que contribuye a que una propuesta que pudiera ser fascinante se torne aburrida.

Ante todo, la película luce bonita, aspecto que fue reconocido con nominaciones a los Oscars a Fotografía, diseño de producción y vestuario, además de un premio extra (exagerado) como mejor película. Cualquiera de los tres primeros podría haber caído, pero le tocó competir contra el gargantuesco músculo de Dune y el estilazo de Cruella, por lo que acabó yéndose de vacío.

A El callejón de las almas perdidas le ocurre lo que a otras propuestas del mismo director: una puesta en escena abrumadora y brillante esconde una propuesta algo aburridilla que no acaba de rematar del todo. Esta vez, no obstante, tiene unos personajes bien trazados que hacen las delicias del denodado esfuerzo de todo su elenco actoral.

 

 

Nota: 7

Nota filmaffinity: 6.4 

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