Llegamos por fin a las series (sí que nos ha costado llegar hasta aquí, jué). Como siempre en estas lides, mi norma es que se trate de una serie acabada. Es decir, que no habrá más capítulos de la serie, aunque se sigan produciendo películas que continúen la historia o propuestas similares.
A
lo tonto han sido 563 capítulos de 43 series diferentes. Sin embargo, sólo he
“acabado” unas pocas. No descarto que alguna pueda tener un extra, como la
eficaz serie de terror de El gabinete de
curiosidades, pero en principio se trata de historias cerradas, como la
muy decepcionante Invasión secreta,
la vibrante e irregular Pluto o la
delirante montaña rusa de Loki (gran
despedida del personaje). También destacaría la lisérgica Recursos
humanos, capaz de ser divulgativa en medio de una parodia de Rocky con
penes, que no es poca cosa. Lástima que se deba conocer previamente a Big Mouth para
entender de qué va la vaina.
Pero
bueno, vamos a lo que vamos.
Primero
empiezo por la sopresa más agradable que he tenido este año. A mi edad y
disfrutando de un spokon como un
enano. Me refiero a los niñitos que juegan al voleyball, los buenos chicos de Haikyuu! Empieza
como un agradable slice of life de diferentes chavales que tienen el club
deportivo como punto de unión, pero pronto se torna en un vibrante anime de
deportes de primera. Con los “poderes” mantenidos en valores realistas,
afrontamos las vicisitudes de un equipo de voleyball escolar en una historia
llena de personajes bien construidos, partidos llenos de tensión y rivalidades
bien entendidas. 4 temporadas (85 capítulos) de pura diversión, además de un
puñado de películas que cuentan “lo que no vemos en pantalla” que se disfrutan
cosa mala. ¡Eh, y encima hay dos películas en capilla para seguir gozando!
La
segunda serie que destaco traerá probablemente más cola. Causó un gran revuelo
en su temporada de estreno, pues la producción de una nueva propuesta de Matt
Groening siempre tiene su qué. Desencanto era una
curiosa revisión de las historias de fantasía que tenía su encanto, pero que
padecía de no ser (ni acercarse) a Futurama. A lo largo de sus 4 temporadas nos
traía una trama algo (muy) dispersa, que no respetaba ni sus propias reglas,
pero poblaba su mundo de personajes con mucha gracia y se guardaba un puñado de
chistacos marca de la casa. En una temporada final inesperadamente redonda, se
las arregla para cerrar todas las tramas abiertas (y mira que eran…) y dar un
cierre final de lo más rebonico a una serie que me ha proporcionado risas a
todo tren. Que ni los propios creadores no sabían a donde iba la serie, ni
cotiza, pero si el descojone está asegurado, pues…
Finalmente,
nos vamos a una propuesta de ciencia-ficción más clásica, con una fama quizás
cimentada por las polémicas en torno a un videojuego. Hablo de Cyberpunk: Edgerunners.
Se trata de una estupenda recreación del juego de rol, repleta de acción de lo
más molona, aderezada con una historia de pandilleros que avanzan a toda leche
hacia ninguna parte. Puede que peque (mucho) de predecible, pero se disfruta
tanto que no me importa en lo más mínimo. Visualmente atractiva, con los guiños
suficientes para que el conocedor disfrute, pero sin tantos como para que el
profano se pierda. Acción, gasolina y disparos como debe ser.
Tres propuestas de animación, no me había fijado.
Y
aquí nos quedamos. Espero que el resumen del 2024 (que ya tiene unos favoritos
muy claros a estas alturas del año…) sea más puntual que el de 2023. ^^
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