Caballeros del Zodíaco es una de las series que ponían de pequeño que más triunfaba entre mis hermanos mayores. Por mi parte, nunca les acabé cogiendo la gracia, probablemente porque me pilló todavía demasiado moco y cuando empecé a disfrutar con estas cosas, Goku hacía el trabajo de divertirme mucho mejor. Aunque sabía que seguían vivos y que su universo iba sacando cositas de cuando en cuando, no les había prestado especial atención, mezclándose entre el chillón de cosas que hay de fondo en tus aficiones.
Un
día así tonto aparece el tráiler de esta película y llamó mi atención. No
porque fueran los Caballeros del Zodíacos, sino porque parecía como si los
muñecos de mi estantería se hubieran puesto en movimiento y estuvieran
estozándose cosa mala. Como tampoco tenía nada mejor que hacer, pues me dispuse
a verla y pasar un rato entretenido.
Argumentalmente,
resume en 95 minutos la saga de Santuario, la primera de las importantes del
manga original. Para los profanos, conocemos que hay unos Caballeros del Zodíaco,
que hay unos malos, una princesa que salvar y para adelante. De ahí a 90
minutos de batalla desenfrenada.
Reconozco que no había prestado atención a esta serie desde hacía por lo menos 15 años y no recordaba muy bien quién era quién, por lo que he tenido dificultades para seguir qué ocurría, más allá de unos tortazos muy bien dados. No quiero ni pensar cuánto puede llegar a alucinar un profano en la materia. En ese sentido, me recuerda mucho a la película de FFVII: Advent Children. Esta película es un producto de fans para fans que hay que entender cómo tal.
Podemos entender entonces el nulo desarrollo de la trama o creación de un trasfondo para los personajes. O los conoces, o no, pero no es cuestión de entretenerse a presentártelos. Lo que importan son las toñas, las explosiones y los ataques espectaculares (que los hay y mucho). Ahí es donde está el punto fuerte de la película, pues el trabajo de animación es impecable. El film se guarda un puñado de escenas espectaculares, preciosamente diseñadas, como si el propio muñeco de la estantería hubiera cobrado vida y estuviera repartiendo estopa por el universo. Los movimientos son fluidos, los detalles, minuciosos y las tortas se sienten impactantes. Además, se recuperan las sintonías originales, con lo que los nostálgicos estarán de enhorabuena.
Al
final, es lo que es, una burricidad lisérgica repleta de acción, con poco
sentido pero tremendamente divertida. Si has leído hasta aquí y eres su público
afín, no te la pierdas. Si no, bueno, no te acerques ^^.
Nota:
N/A
Nota filmaffinity: 5.0
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