Y finalmente, la
última sección de este resumen de las recomendaciones del año. Llega el momento
de las series. Un apartado en el que le he pegado un buen empeño dado que el
confinamiento ha facilitado el tener horas y horas que dedicar a no hacer nada
más que mirar capítulo tras capítulo. Sin ser yo precisamente de hacer
maratones con las temporadas, he acabado con la friolera de 656 capítulos
vistos en 2020 (casi dos capítulos al día de media), en 32 series diferentes.
Podría hablar de
muchas series que me han entusiasmado, como Los Pibes, el pistolero que se
dedica a cubrir los iconos del mapa, los piratas más
jachondos del mundo, o El Brujero, pero
en ninguna de ellas he terminado el último capítulo que existe este año. Según
mis propias reglas, solo hablo de aquellas series que he finiquitado (aunque no
sea la primera vez) este año. Otros años
han entrado series realmente flojuchas por la simple razón de no haber acabado
con una cantidad suficiente de ejemplos mejores, pero este año debo reconocer
que todas las que van a aparecer nombradas tienen su gracia.
Empezamos con un
clásico que no debe dejarse pasar por cualquier aficionado a la ciencia-ficción.
Aunque sólo sea por la influencia y por la cantidad de horas que se pueden
dedicar a debatir sobre el sentido de su desenlace, Neon Genesis
Evangelion es una referencia por derecho propio. Empieza como una serie
más de Mechas, pero pronto se destapa por la profundísima hondura psicológica
de sus inolvidables personajes, desenvueltos en un universo pesimista que sabe
fascinar. La trama, que en un principio parece anodina, avanza continuamente en
un crescendo capaz de avergonzar a Lost, finalizando
en un desenlace que te obliga a recoger la mandíbula del suelo. Es una única
temporada de 26 capítulos cortos, un esfuerzo que vale de sobras la pena para hacerte
explotar la cabeza.
La segunda de las
series destacadas aquí es la reformulación de un clásico hacia nuestros días.
Unos (por entonces) semi-desconocidos Cumberbatch y Freeman daban vida a una
revisitación del detective de los detectives y su ayudante. En Sherlock tenemos
una fastuosa recreación de sus casos más famosos adaptados al mundo moderno,
con el toque especial que Moffat y Gatiss saben proporcionar. Cada temporada
(hay 4) está compuesta de tres capítulos de 90 minutos en los que se desglosa
gozosamente la personalidad del universo holmesiano, con unos casos
absorbentes, una puesta en escena llena de ingenio y toneladas de momentos a
disfrutar. Puede que seas fan del personaje o no, pero con tan pocos capítulos
y de tanta calidad, estoy seguro que vas a disfrutar con este viaje.
Y finalmente, acabo
con una de las series que más he querido en mi vida. Pocas veces me he sentido
tan cerca de unos personajes, de sus defectos, errores, virtudes y
aspiraciones. Bojack Horseman
se plantea como el repaso de la vida de un antiguo actor de éxito venido a
menos, pero pronto se desarrolla como algo mucho más profundo. Dotado de un
humor lleno de ingenio y amargura, encontramos un retablo de personalidades
empapado en cinismo en un Hollywoo cohabitado por seres humanos y animales
antropomórficos y unas tramas que se atreven a lidiar con temas tan espinosos
como la depresión, los abusos sexuales y el Me too, el racismo, la política de
control de armas estadounidense, los traumas, la asexualidad, los
comportamientos autodestructivos o las adicciones. No esperaba yo que las
aventuras de un caballo triste fuera a removerme las entrañas tanto (y tan
bien) como Bojack Horseman.
Cada capítulo da para horas de reflexión, mientras te ves reflejado en uno u
otro personaje, dañado pero no destruido, que, perdido, se busca a sí mismos y
aspira a una felicidad que merece (o no). El escollo: su primera temporada es
la más floja, y a partir de ahí va a más, al revés que casi todas las series,
porque a BoJack le gusta ir a contracorriente.
Por si hay alguien
interesado, las tres series se pueden encontrar hoy día en Netflix, aunque sólo
Bojack es producida por la cadena.
Despido pues, el
repaso que he pegado de las Recomendaciones (o no) de Mt de 2020. Ha sido un
año muy diferente que ha dado un buen
puñado de propuestas interesantes con las que disfrutar, pasar un buen rato y,
quien sabe si cambiarte la vida.
¡NOS LEEMOS!
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