Y ahora, un año después va y reseño el episodio IX. A veces es mejor esperar que el polvo se aposente y hacer las cosas con un poco más de calma.
¿Qué nos presentaba la culminación de la saga cúlmen de todas las sagas? Pues que los herederos del Imperio están a punto de derrotar de una vez por todas a la Resistencia, a pesar de que hemos visto en todas las películas como los Elegidos para la Victoria les han derrotado una y otra vez, destruyendo Estrellas de la Muerte, señores Sith… Ahora Rei, una simple huérfana que no tiene nada que ver con los Skywalker ni con ningún Jedi, tiene que cumplir con sus amigos una nueva profecía de la que nadie sabía nada para salvar a la Galaxia. En las 18 horas de límite antes del fin de los tiempos, recorrerán cada rincón del cosmos para reunir unos objetos legendarios y conocer la verdad oculta de las verdades ocultas de los orígenes de Rei.
Lo
más curioso es que yo salí del cine encantado. Me lo había pasado en grande con
dos horas realmente divertidas. Sin embargo, cada vez que me paraba a pensar
sobre CUALQUIER cosa de la película, más problemas gordos le encontraba y menos
entendía cómo había podido gustarme.
Creo
que fui de los pocos que no se enfadó (mucho) con los extraños giros que había
tenido la controvertida Los últimos
Jedi, que jugaba mucho a dejar claro que esto ya no era la saga
Skywalker que conocíamos. Ciertametne, Rian Johnson había intentado cambiar
cosas, alejándose de la epicidad trascendente y dándole una pátina nueva (y yo
creo que necesaria) a muchos detalles de la imaginería (como está haciendo
Filoni y sus productos, por ejemplo).
Sin embargo, parece que los productores se asustaron y decidieron
asegurarse que sólo iban a poner en la película aquello que el fan quería. Por
ello, cambiaron al director a mitad de producción, poniendo a un Abrams que no
iba a tener ningún impedimento a ceder a todos los caprichos de una pura
película de estudio, introduciendo todos aquellos elementos que la
mercadotecnia promulgaba que la película necesitaba para triunfar, sin pararse
a pensar en unos mínimos motivos estructurales y/o artísticos.
Como
resultado, tenemos una película que se salta a la torera cualquier lógica de
trasfondo, pasando por alto hechos no sólo de la película anterior (que quieren
ignorar) sino de casi toda la saga, como si todo lo que hubiéramos visto desde
1970 no tuviera ninguna importancia. En uno de los ejemplos más sangrantes de
Poochismo sin sentido, resucitamos a un malo maloso porque sí, lo traemos a la
palestra de la forma más ridícula que hemos visto en años (¡en Fortnite!),
cambiamos el carácter de la mitad de los personajes, pasamos de la otra mitad,
eleminamos todo atisbo de sentido de la trama y, para rematar el tema,
embutimos un enamoramiento instantáneo con total incoherencia porque como todos
sabemos, sino hay historia de amor, las mujeres no van a ver la peli. En fin:
TODO MAL.
Si tuviera que detenerme a discutir todas las chorradas argumentales, podría ponerme a llenar hojas y hojas, que son muchas, variadas y seguro que ya las conoceréis. Así que no lo voy a hacer, que hay un chillón de sitios que se han ocupado de ello con más tino e inquina de la que yo estoy dispuesto a gastar.
Bueno,
la verdad es que TODO mal, no. Individualmente, cada escena está bien
realizada. Se ha perdido cualquier atisbo de coherencia, el guión sobrepasa en
mucho el aburrimiento y la vergüenza ajena, pero todo el músculo técnico
funciona a la perfección. El mundo que se recrea (casi todo es CGI) está rematado
con brillantez, la acción se resuelve con brío y tenemos coreografías de
efectos especiales la mar de rechulonas. Las patadas al trasfondo son
continuas, pero no negaremos que el castillo de fuegos artificiales es bien
bonico. Los efectos especiales son de primera, con el toque especial que sabe
dar ILM, igual que una banda sonora muy bien parida que realza la epicidad
gloryhammesca de todo el conjunto (miento, los escoceses mantienen mejor la
lógica).
Podemos
discutir también la mala actuación de los actores, pero a decir verdad, éstos
hacen lo que pueden. El guión hace aguas por tantos lados y les ofrece tan poco
que no hay apenas nada de donde rascar. Es que no se puede hacer mucho más con
lo que hay. Es el problema de tener un director inexistente que se ha limitado
a firmar el contrato y recoger el cheque, amén de un guión que se dedica a
satisfacer todos los fanservice posibles sin importar que estos se contradigan
entre sí o lo que hemos visto anteriormente.
¿Qué
algo molesta? Fuera, no queremos follones. Y como siempre, ¿qué ocurre cuando
quieres contentar todas las opiniones sin ningún tipo de criterio? Pues que el
resultado es una patata, un pastiche con poco ritmo y menos sentido. Mira que
tenía ganas de que la película estuviera bien, pero es que no hay por dónde
cogerla. En condiciones normales, sería una de estas películas que cancela
sagas e impide cualquier producto nuevo en la franquicia durante diez años.
Estoy seguro de que Disney se planteó dejar el Universo en barbecho durante un
tiempo, cancelando proyectos futuros y posponiendo otras propuestas. Por suerte
o por desgracia, un
Mandaloriano secundario que ya estaba rodado, en el que no tenían excesivas
esperanzas, vino a salvar la Fuerza y devolver el equilibrio a la galaxia.
Podríamos
haber tenido un buen descanso de aventuras galácticas, pero vino Din Djarin y
se nos han anunciado un chillón de proyectos nuevos, aunque yo sería partidario
de dejar descansar a los Skywalker por un tiempo. Por cierto, se empiezan a oir
rumores de que los Episodios VII a IX pertenecen a una realidad alternativa
dentro de la galaxia muy, muy lejana. Ojito con la consideración que tiene la
casa madre para con su producto…
Nota:
2
Nota filmaffinity: 5.7
Tú acabas de reseñarla y yo aún no la he visto (y aquí me hace falta el emoticono que se sonroja). Iba a hacerlo estas Navidades, pero al final me faltó tiempo y leyendo tu reseña se me quitan las ganas (aún más). No soy muy fan de esta trilogía, no por ser hater sin más, sino porque no me aporta nada nuevo, la primera (episodio VII) incluso me parece un calco del episodio IV. Pero el toque final para no ir al cine a verla fue un detalle relacionado con el malo que ha resucitado porque sí. Y bueno, lo que dices de la relación amorosa, es que no puedo. Es que las mujeres no valemos para nada más? Mira, en ese sentido me gustó Rogue One, que no se dan ni un piquito, solo un abrazo precioso en el momento oportuno.
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