Bueno, bueno, bueno.
Segundo día de las recomendaciones y pasamos a la sección de películas.
Repasando todo lo visto este año, me he dado cuenta de que he visto un montón
de cosas que están bastante bien, pero luego no tantas que realmente me hayan
tocado, o me hayan gustado tanto como para merecer estar por aquí. Al final he
escogido tres propuestas muy disfrutables por un público muy diverso, a las que es mejor
acercarse sin ideas preconcebidas y, simplemente, dejarse llevar.
LO MEJOR
Empezamos por una
película que destila cómic. Spiderman:
Un nuevo universo es la propuesta más refrescante que ha tenido el
hombre araña en mucho tiempo. No os asustéis si no sois de este tipo de
películas. Ésta juega en otra categoría. Este (no) reboot se las ingenia para
ser completamente nuevo y perfectamente reconocible, juega con todo lo que
sabemos de personaje, guarda un puñado de sorpresas en el que además todos los
chistes funcionan, presenta una animación repleta de virtuosismo y encima tiene
una historia molona. Desde el desconcertante “No os voy a contar otra vez lo
mismo” (Jé) hasta la mejor escena post-créditos del cine de superhéroes, Ahí
está la gracia. Un continuo desenfreno deliciosamente desenfadado y divertido
que te lo hace pasar en grande. Se trata de la superproducción más libre y loca
de los últimos años, que además se aprecia hecha con cariño. Retrata el mundo
de Spiderman como nunca habíamos visto y da sopas con ondas a todos los que han
intentado transmitir la sensación de leer un cómic antes que ella.
Cambiamos de tercio con una propuesta mucho más mundana. ¿Qué harías si, estando muy aburrido, descubrieras que tu vecino es un asesino? Esta es la premisa de Misterioso asesinato en Manhattan, una de las comedias más deliciosamente disparatadas de Woody Allen. Mezclando sus neuras con el cine de Hitchcock, obtenemos una comedia loquísima en la que se suceden los diálogos ingeniosos, las situaciones improbables y la lógica más aplastante empleada de la manera más absurda. La maniática personalidad de unos personajes muy bien trazados provoca un buen puñado de sucesos inesperados, formando un rompecabezas un poco raro que uno sabe muy bien qué va a ser, pero que no puede evitar disfrutar su montaje. Dos horitas de la mejor comedia mezclada con un thriller que bebe de los maestros, con unos actores en estado de gracia y unos diálogos impagables marca de la casa. Esta delicia llena de buen rollo se pasa como un suspiro, ideal para una noche aburrida mientras llueve o nieva fuera.
Y se acabaron las
comedias, aunque es bien fácil reírse con El club
de la lucha, una de estas películas que marcaron de manera indefectible
a toda una generación. Este extraño y secreto club es un thriller lleno de
momentos molones, que te sacude las tripas desde un inicio, en un viaje
absorbente de dos horas que todo el mundo adora por primera vez (y muchos
adoran todavía más en una segunda vuelta), dónde todo y nada es lo que parece. Dirigido
por Fincher, un director que sabe pegarte al asiento, con una puesta en escena
novedosa e impactante, un guión tremendamente agudo y unos actores en estado de
gracia. En resumen: grande, muy grande.
LO PEOR
Para lo peor, hay
tres películas que han hecho méritos más que suficientes para aparecer
destacadas. Sin embargo, dos de ellas sólo tienen el problema de ser
rematadamente malas (a pesar de contar con un presupuesto relativamente
generoso). Por ello es que voy a destacar la tercera opción, no sólo es nefasta
dentro de un género dado al cine basura, sino es que además tiene ínfulas de
grandeza, imitando a los maestros sin saber hacerlo. Estoy hablando de Shed
of the dead, horrenda incluso para los cánones de los zombies. Una
basura bien grande que lanza por la borda un planteamiento curioso del que se
podría haber sacado mucho más jugo. Ofende sin siquiera ser consciente de ello
y no ofrende nada que pueda interesar incluso al fan, que fácilmente encontrar
un chillón de propuestas mejores en el mismo sentido. En serio, que la evitéis.
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